Partida Rol por web

 Dejó su mochila tras unos arbustos, y luego se giró hacia sus improvisados compañeros, susurrando

¿Listos? Me pido a los de los arcos...

Acto seguido comenzó a contar con la mano, ocultando los dedos según contaba

3, 2, 1...

Observo a los bandidos esperando ver algún simbolo. Preparo mi espada y me dispongo a atacar al unisono de mis compañeros.

Ethan se había ocultado lo mejor posible. Al final no debieron verle, ya que los bandidos no venían con demasiada prisa. Por lo visto esperaban coger a la caravana despistada de nuevo. Al final serían ellos los que se llevaran una sorpresa.

Todavía no había desenvainado su espada por si se tenía que mover entre el bosque, aunque mantenía la mano en su empuñadura. Escuchó a Lugh decir que se encargaba de los arqueros y sonrió. Eran bastantes, seguramente necesitaría algo de ayuda, además eran el objetivo inmediato ya que no podrían atacar bien cuerpo a cuerpo.

De todas formas lo que más le sorprendía era el jefe. Sobretodo su espada de madera.

Aunque no me hacia gracia desenvaine mis dos armas y me prepare para el combate, trataria de cubrir al crio de los que estaban armados con espadas pero tratando de no separarme mucho de él.

Cuando el ultimo dedo de Lugh baja, los cuatro salen de un salto de su escondite directo hacia los bandidos. Todos los arqueros los miran con sorpresa y miedo al ver como se abalanzaban contra ellos totalmente indefensos. Por otro lado, el misterioso hombre de rojo parcialmente cubierto por la linea de arqueros los mira seriamente y sin sorpresa alguna, como si los hubiera visto venir desde antes... pero si los hubiera visto desde antes ¿por que no les advirtio antes a su grupo?

¡Eiiiiiaiiiiiiiiiiiiii!!!

Lugh saltó hacia sus enemigos, con el puño en alto. Durante unos segundos, su imagen se perfiló entre las sombras del bosque, apareciendo de nuevo frente a dos de los arqueros, preparado para dejar caer un furiosa sucesión de golpes sobre sus desprevenidas y mermadas defensas. El chico parecía uno con el bosque: Se movía entre los arbustos, saltaba entre las ramas, se agachaba, esquivaba, golpeaba. Un torbellino verdoso y marrón, cubierto por su bufanda, que levitaba en el viento a cada arremetida del chico, vapuleada por sus bruscos y violentos cambios de posición y ritmo

Pero... ¿Conseguiría acabar con esos dos antes de que el resto tomara posiciones?

¿A que viene esa valoracion magica? pregunto nomas

Una vez visto más de cerca el unico que llevaba una espada ni si quiera llevaba una de verdad, y además de ello estaba cubierto por la linea de arqueros por lo que decidí que seria mejor acabar con estos primero.

Como un resorte sali disparado hacia los dos arqueros más cercanos a mi tratando de asestarle un golpe a cada uno aprovechando el momento de sorpresa. Esperaba que saliera bien pues nos superaban en número.

Al parecer la cosa había saldio bien y pudieron pillar por sorpresa a los bandidos en lugar de que pillaran a la caravana.

Ethan salió de su escondite junto a los demás. Había muchos arqueros, tal vez demasiados, por lo que habría que arriesgar un poco. Justo antes de llegar ante dos de ellos, el joven salto. Y en medio del aire empezó a girar su cuerpo a la vez que extendia la pierna derecha para pegar una patada a ambos.

Kiaaaaa.

En cuanto cayó al suelo despues de golpear, desenvainó de nuevo su katana.

Bien. ¿Quién sigue?

 Espada en mano me lanzo sobre uno de los arqueros con la intención de abrirme paso sobre el tipo de la gabardina, ami paso aprovecho para patear a otro

Todos se deciden por atacar primero a los distraidos arqueros. Todos actuan con una velocidad y precision increíble, como si fueran un tigre esperando pacientemente a que su presa se distraiga para acabar con ella con rapidez.

Lugh se mueve como si estuviera la sobre de los arboles hasta llegar a dos de los hombres de una punta, ambos reciben varios golpes del chico, tanto puñetazos como tambien patadas, estos hombres abrumado por el ataque no puede hacer otra cosa mas que empezar a retroceder. Los dos hombres delante de estos son atacados por Howard y sus dos espadas. Su sable rebana limpiamente parte de la pierna de uno de ellos mientras su espada corta se clava firmemente en el hombro del otro bandido hasta casi atravesarlo. En la otra punta de la fila actua Ethan, que dando una patada giratoria en el aire golpea en el cuello y hombro de uno de ellos, pero la patada sigue su curso y llega hasta el otro bandido, el cual recibe un duro golpe con el talon de Ethan, el cual hace un fuerte ruido. El hombre retrocede varios pasos y empieza a toser mientra ve al artista marcial con temor en sus ojos

Los dos arqueros que estaban delante del hombre de rojo son atacados por Nyphel, que sorprende tanto a sus enemigos como a sus compañeros ya que por su aspecto no parece ser un gran peleador. Con su espada corta asesta varios golpes seguidos sobre uno de los distraidos hombres, y justo cuando su compañero estaba por reaccionar y atacarle recibe una peligrosa patada a la rodilla por parte del aventurero.
En ese momento el hombre rubio aparta lentamente a sus dos compañeros que son atacados por Nyphel poniendolos detrás de el mientras mira con odio a todos ustedes, un odio extraño que parece ser constante en su persona, una mirada fria e intimidadora.

¡Detenganse! –grita con una voz decidida y fuerte, pero aun joven- ¡Esta batalla ya la han ganado. ¡No hace falta que sigan hiriendo a esta gente!

El hombre se detiene a escasos centímetros de Nyphel, es un hombre muy alto, debe estar pasando los 1,90 metros, no tiene nada bajo su gabardina aparte de un pañuelo blanco en el cuello, un pantalón de cuero marron, y unos gruesos borcegos

 -Tienes razón, no tiene sentido el masacrarlos... a diferencia de lo que ustedes estuvieron a punto de hacerle a la caravana. -Enfundo mi espada, y sin embargo no quito mi mano del pomo- Di por que atacaron a la caravana y que quieren de mi.

Mis hombres tenian la orden clara de no atacar a menos que sean atacados... mis ordenes fueron claras, alguien debio atacarlos a ellos primero
Dice sin ningun apice de mentira, y dejando saber que el no estaba en el momento de la batalla. El se aleja un poco dejando algo de distancia con Nyphel y con su espada sobre el hombro prosigue con una sonrisa que pareceria que estuviera ganando la batalla

Creo que sabes muy bien que tu padre esta con el Sol Negro y que mercancía de mala procedencia esta en esa caravana. Me entere que acompañarias la caravana, asi que decidi actuar para llegar con tu padre… nunca habria pensado que pagarias a tantos mercenarios e inclusive sobornado miembros de La Orden para que custodien la caravana, superaste mis expectativas chico… bravo –dice aplaudiendo aun con su espada en mano- Ahora que ya sabes la información que tenia, creo que mis razones ya son obvias

Moviendo su cabeza de costado y sin apartar la vista de Nyphel, el queda inmóvil mientras los arqueros empiezan a retroceder temerosos y heridos
¿Algo mas? –pregunta con una mirada sinica

Al ver como los arqueros empiezan a retroceder asustados Ethan no hace intención de seguirles. Además el extraño lider parece más interesado en hablar. En hablar con Nyphel mas concretamente.

Ethan no quita la vista al resto por si alguno se vuelve valiente de repente, pero trata de estar atento a la conversación. Lo que escucha no le gusta demasiado. No sabe que es ese Sol Negro, ni el resto de lo que hablan, pero si que se acuerda de que Nyphel le pidió que le guardara algo. A lo mejor se trata de eso.

Ese tipo está muy tranquilo. Demasiado quizás. Somos cuatro contra él. Y somos bastante buenos. ¿Es un farol o de verdad es tan buen luchador? Creo que me gustaria comprobalo.

A pesar de sus pensamientos, Ethan no se mueve. Mantiene su katana en la mano y se limita  esperar a que todo estalle de nuevo.

 Lugh no se relajó. Seguía en tensión, mirando a los arqueros, con los puños en alto. Tanto el hombre de la gabardina roja como el tal Nyphel comenzaban a hablar sobre temas que no comprendía, ni quería comprender. La verdad es que, en parte, sentía que había dado en el clavo: Personas que tenían tratos con gente así no podían ser comunes. Además, los otros dos parecían guerreros hábiles, sin llevar ningún distintivo que les identificara como guardias... Sí, esas debían ser las "personas especiales" que Garnaris le había dicho

Intentando que su voz sonara más firme y segura de lo que realmente parecía, interrumpió la extraña conversación entre los dos personajes

Soltad las armas. No me fío ni un pelo de vosotros. Tenéis mi palabra de que no os atacaremos en caso de que dejéis de suponer un peligro

Sonrió, volviendo a mostrar sus dientes

Y esos arcos son un peligro

 -¿Sol negro?. ¿Que tiene que ver sol negro con todo esto y con mi padre?. El es solo un honrado comerciante, y nuestra fortuna no llega a la aquellos ricos comerciantes.

...Y encimas osas acusarme de contratar mercenarios  para dañar a la gente ... usar a la honorable gente de la orden del cielo...

La furia y la indignación se apoderan de mi, a pesar de mi control. nada mas pensar en la idea de intentar corromper a un ángel tan inmaculado.... o la de dañar a esa gente inocente...

¿Cómo?..., ¿como te atreves?.

Retrocedo unos pasos y desenfundo mi espada y la clavo al suelo.

Exijo que retires tus palabras y nos digas la verdad...