Partida Rol por web

En cuanto notó la hoja sobre su cuello y escuchó la voz de Gerard, Ethan lo entendió todo.

Serás cabrón. Tú lo has organizado todo. Tú nos llevaste a la taberna para que nos atacaran allí. Y ahora te pensabas hacer con Aij.
No te saldrás con la tuya. Si me dices donde está la hermana te dejaré salir de aquí con vida.

Mientras hablaba Ethan notaba que su rabia crecia, pero en aquel momento no era algo bueno y se obligó a calmarse. Aprovechó la situación para llegar a su Ki interior.

Lugh levantó la mirada del plato y miró a Howard sorprendido

¿Garnaris? Es verdad, no he vuelto a pensar en ella

Se llevó una mano a la barbilla, pensativo

Mmmmm... Creo que se llevó una decepción cuando le dije que no había conseguido llevaros hasta su casa. No dejaba de repetir que erais especiales o algo así, y que tenía que hablar con vosotros

Se encogió de hombros

Regreso un poco sobre mis pasos, mientras intento recordar donde es que se iba a hospedar Ai. 

...y al mismo tiempo, no puedo dejar de temer en una rubia caballero ondeando al viento, sobre la blanca armadura que protege un cuerpo de porcelana, y la mirada de esos ojos turqueza...

Alan levantó la cabeza del plato y tragó con esfuerzo un trozo demasiado grande de perdiz.

-¿Garnaris? ¿Quién es Garnaris? Lo siento, pero no me entero de nada. ¿Qué fue lo que pasó exactamente en el bosque? Ethan y tu os peleasteis, ¿No?

Volvió a beber un trago de vino y dejó la copa en la mesa con un ruido sordo. Las historias de aquellos viajeros empezaban a interesarle y más teniendo en cuenta que no eran viajeros como tal. La imagen de Ethan luchando contra los secuestradores todavía le ponía los pelos de punta y no sabía si eso era bueno o malo.

Lugh miró al chico nuevo con curiosidad

Garnaris es una mujer bastante simpática que vive en el bosque. Me pidió que la ayudara a traer a unas personas, que según ella eran especiales, a su presencia, para poder hablar con ellas me imagino. Parece ser que ellos eran esas personas y... La verdad, ahora no recuerdo bien por qué empezamos a pelear

Miró hacia el techo, pensativo

¡Ah, sí! El hombre de rojo. Parecía un tipo agradable. ¿Qué fue de él?

Miró a Howard

-Un tipo agradable... 

-Se quedó con los caballeros de la orden, supongo que se lo habrán entregado a las autoridades de aquí. Me hubiera gustado preguntar antes pero ya era todo bastante complicado.

De una forma u otra parecía que desde que montó en la caravana Howard no se cruzaba más que bandidos y gente extraña. A excepción de Alan todos eran bastante raros a su manera, Ethan con sus costumbres y su extraña habilidad, Nyphel con sus historia y su poesia, las tres hermanas gemelas, el tipo del brazo de metal, Fenix y Lugh que también tenia su propio abanico de curiosidades.

Lugh se encogió de hombros

Bueno, no todos los días se tiene suerte

Acto seguido volvió a atacar su plato, olvidándose de que le estaba contando una historia a Alan

Alan asintió en silencio.

-Así que unas personas que eran especiales...-Ethan desde luego lo es-Vaya, cuanto secretismo junto.

Imitando a Lugh, se terminó su plato en silencio. Después, bebió otro trago de vino, terminando así su copa, y volvió a preguntar.

-¿Y el bosque? ¿Que pasó en el? Si hay alguna pregunta que no os apetezca responder simplemente no lo hagáis-Se encogió de hombros-Soy curioso por naturaleza.

Lugh asintió, recordando que había dejado la historia a la mitad

Pues... Nos encontramos con un tipo algo extraño. Iba vestido de rojo, y algo así de que quería llevarse a alguien. Luego le pregunté si antes de eso podríamos llevar a los demás ante Garnaris, y me dijo que sí, así que me puse a ayudarle cuanto empezó a pelear contra el resto. Pero son bastante fuertes, y dejaron inconsciente al tipo de rojo, así que tuve que salir por patas. No he vuelto a verles hasta hoy

-Eso explica su mote. ¿Tenías alguna idea de por que él también quería llevarles ante Garnaris? No se, si se lo hubieseis pedido amablemente en vez de poneros a pelear a lo mejor habrían aceptado...

Alan jugueteó con el cristal de su copa de vino, manchándose los dedos y haciendo sonar el vidrio con el roce de sus manos. Llevaba meses sin encontrar nada interesante que hacer y ahora, de repente, era como si todas las historias se hubieran cruzado en su camino. Un secuestro, una pelea, un hombre misterioso, una mujer autoritaria...

La verdad Lugh juguetea con los cubiertos y la comida, algo distraído Creo que se lo pedí, pero algo debieron de decirme porque no me quedé muy convencido. Bah, ya ni me acuerdo

Hizo un gesto con la mano como si estuviera espantando moscas

Agua pasada. ¿Ahora estamos juntos, no?

Sonrió

Alan miró a Howard por si quería añadir algo. No sabía que responder ante el último comentario de Lugh, era casi un desconocido...

La joven escuchaba con interés la historia, parecía algo sorprendida con las palabras de Lugh ya que estaban hablando de un enfrentamiento que ahora parecían dejar totalmente de lado.

Por otra parte le extrañó que Echan y Nyphel no volvieran ya a la cena.

-Espero que sí, que estemos juntos para encontrar a nuestra...s...hermanas-

parecía no acostumbrarse al hecho de que estaban buscando a dos chicas y no solo a una como ella esperaba.

-¿Dónde se habrán metido esos dos?

Entras nuevamente en el Lirio Verde distraído con tus pensamientos y los recuerdos de la bella Freya ¿qué habrá sido de ella?

Apenas te das cuenta de que tus pasos te han llevado hasta el comedor donde tus compañeros hablan con tranquilidad. Ethan sigue sin estar aún, pero ellos sin duda alguna hambrientos han dado buena cuenta de los platos que se han servido.

Espera...¿Lirio Verde? había escuchado ese nombre cuando aún estabas en la celda ¡CLARO, Gerard lo nombró!

Lugh se encogió de hombros y siguió comiendo

-Me temo que te equivocas chico- dice con voz calmada-nuestro encuentro fue totalmente fortuito, yo no preparé nada de una pelea en la posada.

Su mano mantiene firme el sable en tu cuello. Sin duda alguna está acostumbrado a su peso.

-Que aparecierais fue una casualidad y en ese momento yo aún no tenía este trabajo entre manos.

Sonríe al decir esas palabras pensando en su brazo metálico.

-Te ofrezco un trato chico, abre ese botecito metálico de ahí -dice mientras señala a la mesilla de noche que tienes junto a ti- y respira profúndamente. Caerás dormido durante un buen rato el suficiente para que yo me lleve a la chica al punto de reunión que está dentro de esta ciudad. Cuando despiertes encontrarás una nota que  os indicará donde está ese punto para que podáis ir a rescatarla. 

Es como si el trato que te ofreciera fuera lo más normal del mundo.

-A media noche, yo entregaré a la chica a una gente que me pagará un buen dinero, en cuanto haga la entrega vosotros podréis rescatarla. Os agradecería que esperarais a que me marche para actuar ya que no quisiera tener que mancharme las manos.

Sin duda alguna, está acostumbrado a esto.

-¿Aceptas el trato?.

Alan negó con la cabeza.

-No tengo ni idea.

Me acerco a mis compañeros con un gesto algo preocupado.

-Hola, disculpen la tardanza, pero ¿alguien a visto a Ethan?, no lo encuentro por ningún lado; y aunque se que puede cuidarse solo me preocupa.

Bueno, pidanme por favor algo de comer, ya regreso. Tengo que ver a alguien, y de paso ver si mi hermano esta por aquí. Ya regreso.

Cojo algo que rápido de la mesa, y avanzo hacia el psoadero.

Ethan escuchaba calmadamente la propuesta de Gerard. Cuanto más tiempo hablara más tiempo tendría de pensar un plan. Por desgracia el tiempo se había acabado y no tenía nada.

Así que improvisó.

¿Qué botella dices? ¿esta?

Y en cuanto la señaló le pegó una patada a la mesita para que saliera todo por los aires.

Nyphel se fijó en que los que allí estaban ya casi habían terminado de comer

Yo que tú me daría prisa Comentó Lugh, sonriente O yo mismo me comeré tu plato. Si Alan no se me adelanta

Soltó una carcajada