Partida Rol por web

Tras aparca el coche cruzamos la calle y entramos en mi apartamento, situado en un bonito edificio de tres plantas, estando el mio en la última, un antiguo ascensor nos conduce hasta ella...

Abro la puerta usando la llave y entono el nombre de mi amiga para que se de cuenta de que soy yo, el apartamento esta ordenado y apenas tiene ningún lujo, nada que ver con la casa de Alice o la misma Parminder, pero a pesar de todo es confortable, dispone de dos habitaciones, dos baños, una cocina y un amplio salón comedor...

Sentada en un sillón en el mismo, alumbrada por una tenue luz, se encuentra Parminder, sus grandes ojos negros, su largo pelo del mismo color destacan sobre el resto de su rostro...

Hola!!, siento haber tardado, esta es mi amiga Alice, se que te no te gustará que le haya pedido ayuda, pero ella es de total confianza digo encogiendome de hombros mientras suelto el bolso en una silla cercana...

-Hola Parminder... empiezo a hablar antes de que la chica pueda ni abrir la boca, a que le de tiempo a reaccionar. Prefiero que asuma quien soy y qué hago allí antes de que pueda ponerse a protestar... Me consta que tienes problemas, y yo puedo ayudarte. También yo tengo... eh... dificultades. Y quiero hablar contigo, no sé por qué tengo la sensación de que alguien que ha pasado por tu experiencia podrá entender la mía...

Me siento en el sofá, intentando concentrarme y concretar. Miro a la chica, y luego a Keira.

-Sé que algo te ha ocurrido, algo que hace que quieras irte de aquí tan pronto como sea posible. Pues a mi me ha ocurrido también un suceso difícil de explicar, y terrible...

Poco a poco le cuento el tiroteo, con detalles, para que comprenda que no soy alguien que habla a la ligera. Hasta que llego al episodio del hombre malherido, y le cuento lo que hice. El rosario, el contacto, la sensación... mis dudas. Mis preguntas. Es curioso, no me cuesta decírselo. Voy hablando, pero sin sacar el rosario, eso es algo que no quiero hacer. Ahora no miro a Keira, sé que estará poniendo cara escéptica. No me importa. Intento ganarme la confianza de Parminder. Si mi experiencia es así de extraña, y la cuento, la suya será más fácil de explicar...

Escucho con atención todo lo que aquella chica desconocida va contando en un torrente de sinrazón y locura, no demasiado diferente a las sensaciones que me invaden últimamente...

Cuando sus palabras cesan, mi rostro permanece inmutable cuando una terrible premonición me asalta, siento que nuestro encuentro no ha sido casual, o la casualidad ha querido que nos encontraramos, sólo una pequeña pregunta para disipar mis dudas y abrir la puerta a mis temores...

¿Puedes enseñarme ese rosario del que hablas?

La miro, con extrañeza. De todas las cosas que esperaba que respondiera, la de que le mostrara el rosario es la más inesperada.

-¿El rosario? ¿Por qué quieres verlo? Es un rosario de madera... sin más.

Pero leo en su cara que hay algo. Una coincidencia. Una fatalidad. La está dejando traspasar en sus mínimos gestos, en su mirada. Espera una confirmación. Está bien. Si la hay, se la daré.

Y saco mi mano del bolsillo. En ella, encerrada en el puño que abro como se desplegaría una flor, mantengo el rosario. Al abrir la mano, queda en mi palma, resaltada, la cruz de madera.

-Aquí lo tienes...

En cuanto abre la mano para mostrar la pequeña cruz, mis temores se confirman, era como si algo me lo estuviera gritando en mi interior, retorcedo asustada y miro directamente a los ojos de la joven desconocida...

¿DE DONDE HAS SACADO ESO? un grito y el dedo acusador señalándola mientras la voz ssigue brotando de mi garganta, com un torrente que va perdiendo fuerza ¿CÓMO SABÍAS QUE ESTABA AQUÍ?, ¿qué quieres de mí bajo la mirada derrotada, después observo a Keira de manera confusa...

No me sorprendo. No sé por qué, pero no lo hago. Creo que en el fondo ya había esperado algo así, que lo sabía. Sabía que esa cruz de la que Keira hablaba, la de Parminder, debía tener algo que ver con la mía.

-No sabía nada de nada. Contradigo mis propios pensamientos, sin hacerlo, en realidad. ¿Qué ocurre? ¿Qué pasa con mi rosario? ¿Por qué esta reacción?

Mi mirada devuelve a su miedo algo parecido a la resignación. Lo asumo, y ella debe hacerlo también. No, no lo entiendo, sólo lo asumo...

Cuando Parminder centra me mira me acerco rapidamente a ella rodeandola con el brazo e intentando tranquilizarla, echando una mirada de sorpresa a Alice...

Uff, no sé que hacer, la verdad, todo esto me supera, pero por primera vez empiezo a creer que algo raro está pasando, me asombra la tranquilidad de Alice, parece que ha cambiado desde la última vez que la vi, supongo que los terribles acontecimientos vividos le habrán afectado...

Vamos Parminder, cálmate, explicanos que pasa con esa cruz... le digo con suavidad mirándola a los ojos...

Cierta indiferencia ante el contacto de Keria al principio, pero luego siento como me conforta, quizás sea el calor que desprende, o la mirada, no lo sé, pero esa cruz...¿qué significa todo esto?...

Más tranquila sigo observando a la chica rubia, algo confusa todavía... No tengo ni idea de lo que pasa, un hombre fue a mi casa, un hombre al que no había visto nunca, y le pidió esta cruz a mi padre, él dijo que me la había regalado y que no quería venderla, y entonces...esa sombra... mis ojos se vacían por unos instantes, pérdidos en recuerdos nada agradables... esa sombra entro en el cuerpo de mi padre, y esté salió a buscarme, y me habló como nunca lo había hecho, tenía miedo, no era él... entonces escapé con la cruz, pero...pero ahora no la tengo conmigo... no me apetece implicar aún más al profesor, pero estoy pérdida...

Busco el telefono móvil encima de la mesa y marco un número...

Parminder habla de lo ocurrido con frases que en realidad no entiendo. Un hombre al que no había visto nunca....
Las preguntas se me agolpan en la cabeza:
¿Cómo era ese hombre? ¿Y qué quieres decir con lo de la sombra...?
Pero no las pronuncio. Ella ha cogido el móvil y marca un número. Me espero, dejo que haga la llamada. Mis preguntas pueden esperar. Y quizá es mejor que no la atosigue, está ya bastante preocupada.
...como yo misma.

Hablo algo angustiada, nerviosa, incluso enfadada, un amplio y cambiante abanico de emociones mientras invoco la profesión del hombre al otro lado de la línea...

¿Profesor?, Soy Parminder, necesito que nos veamos...hay una chica...tiene una cruz como la mia... me vuelvo hacia Alice asintiendo con la cabeza...

Miro con una mezcla de intriga y de desconcierto a Padminder.

...¿está llamando al hombre que quería la cruz? ¿es que no es el responsable de lo que ocurrió, de que esa... sombra... se metiera en el cuerpo de su padre?

No entiendo bien qué pretende con ello. ¿Profesor...? Espero a que hable, a ver qué trama. Cuando me mira y asiente, asiento también en respuesta mientras me encojo de hombros...

Una sonrisa ilumina mi rostro durante unos segundos, sabía que el profesor no me fallaría, o por lo menos es lo que esperaba en mi interior...

Estoy en casa de una amiga, St. Francis St. 29, tercera planta, le espero aquí breve y concisa, no tenía sentido seguir hablando por telefono...

Corto la comunicación y me vuelvo hacia las demás... El profesor viene hacia aquí

-Ajá... bien. Pero, dime, ¿es ese profesor el que quería la cruz de tu padre, no? Entonces, ¿no fué él el que hizo de algún modo que esa coas, esa "sombra" se metiera en tu padre y le hiciera comportarse como lo hizo? ¿No te parece que es peligroso volver a llamarlo?

Estoy perpleja, porque no comprendo bién qué pretende Padminder.

-¿quién es ese profesor? Cuéntame, anda...

Miro a Alice con extrañeza ante semejante pregunta, parece que la chica anda algo confusa...

No, no niego con la cabeza a la vez que hablo... El profesor Riedemann da clases en la universidad y no tiene nada que ver con la sombra... mi gesto se ensombrece al nombrarla...él fué el que me trajo hasta casa de Keira, me ayudó, y ahora estoy segura de que volverá a hacerlo...se quedó con la cruz para examinarla... cuando veo que Alice asiente a mis palabras...

Espero que haya averiguado algo sobre ella...

-Oh, vale, bien... no te entendí. Me había empezado a preocupar, la verdad.

Aún con el rosario en la mano, me siento a esperar. Lo miro, jugueteando con él, dándole vueltas a la cruz de madera. Entonces fijo de nuevo los ojos en la chica. Con una sonrisa suave, para trnquilizarla y tranquilizarme a mí misma, le hablo.

-¿Y el hombre que quería la cruz, entonces, quién era? Cuéntame todo lo que sepas, lo que recuerdes. Y lo que imagines o supongas. Todo puede ser una pista en algo tan extraño como esto. Ah, y no te preocupes. Te ayudaré a irte, tranquila...

Mucho más tranquila ahora que sé que el profesor vendrá me fijo mejor en la amiga de Keira...supongo que debe ser de confianza si mi amiga la ha traído, pero la veo con esa ropa tan chic, esos movimientos...me parece una niña de papá...irónico, pues seguramente eso pensarán de mi mucha gente, mejor no prejuzgar a nadie...

Al hombre ese no le conozco de nada...era la primera vez que lo veía en mi vida, pero estaba claro que mi padre si lo conocía quedo pensativa intentado recordar algún detalle que se me hubiera pasado por alto...

Mi padre me regaló la cruz cuando compró la casa en Francia...¿sabes?. me persigió por la casa, y al otro hombre...no lo volví a ver...me persiguió Alice, mi propio padre es como si todo formara parte de una pesadilla...

Dice que la encontró en una antigua capilla recién descubierta cuando hacían los cimientos para la reforma de la nueva casa... me encojo de hombros... pero no sé nada más de ella, apenas le di importancia, la verdad...

Regreso de la cocina con té recién hecho y algo sandwiches, sonrío al ver que Parminder y Alice conversan apaciblemente, notablemente más calmadas...

Chicas, comamos algo, todo va a salir bien... no entiendo demasiado de lo que hablan, cruces, sombras, todo me parece bastante irreal...no termino de creerme la historia, desde luego, si no fueran amigas pensaría que me quieren gastar una broma...

-O sea... aver si lo he entendido bien esta vez...

Intento reconstruir su historia, ella la tiene clara en su cabeza, pero a mi, con mis propias y tremendas circunstancias además, me cuesta de encajar.

-Tu padre se compra una casa en Francia, y en ella descubre una antigua cripta, y en ella una cruz. Nada raro hasta ahí. Te da la cruz a ti... eso sí que es más raro... ¿sois creyentes? ¿qué significado puede tener que te de la cruz...?

Mi padre, desde luego, no me da una cruz que encuentra en una capilla de una casa que se acaba de comprar... la tira.

-Vale, tú te quedas la cruz. Pero un día aparece un desconocido para tí, aunque no para tu padre. Sabe que él ha encontrado esa cruz... ¿cómo lo sabe...? Y se la quiere comprar, debe saber algo sobre ella que la hace importante. Pero la tienes tú... así que tu padre te la reclama... tú no se la quieres volver a dar.

O sea que también era importante para tí. ¿Por qué...?

-Entonces "algo", una sombra, se "mete" en tu padre. ¿De dónde salió? Y, ¿estaba ese hombre presente aún?

Suspiro, sé que son muchas preguntas. Pero voy dejando tiempo para que Padminder vaya respondiendo, entre bocado y bocado. Yo, por cierto, aún no he hincado el diente. Lo hago. Y luego prosigo.

-Tu padre te persigue por toda la casa... tú coges pánico, claro. No es él. ¿Te escapas? Si, desde luego... Con la cruz. ¿qué haces entonces? ¿Te vienes aquí? ¿Y tu padre? ¿Y el hombre misterioso...?

Escucho las palabras de Alice, quien intenta hacerse una idea de la situación, no se lo reprocho, debo reconocer que mis palabras y mi comportamiento en estas últimas horas no se adecuan a los de una persona normal…

Bueno, antes que nada te diré que no somos creyentes, pero soy estudiante de historia del arte y me encantan todos los objetos antiguos, de ahí que mi padre me regalara la cruz miro a Keira para que confirme este punto, y tras su asentimiento continuo respondiendo a las palabras de la recién llegada, es bueno no pensar…no quiero pensar en todo esto, pero tampoco ayuda demasiado el esconderlo…

No sé como se enteró de lo de la cruz, realmente no tiene mucho valor histórico, y si, no era mi padre, era como si algo lo hubiera poseído, creeme, conozco bien a mi padre…nunca en la vida me hubiera pedido aquel objeto de esa manera… bebo un sorbo del té antes de continuar contestando a las preguntas… Después de escapar llamé al profesor, no sabía a quien acudir sin que me entregara de nuevo a mi padre, y él fue lo que consideré como la mejor opción…del hombre misterioso no sé nada más, y en relación a mi padre, el profesor fue a mi casa, así que nos contará cuando regrese… me la quedo mirando, supongo que tendrá muchas más dudas y preguntas…bienvenida al club…

¿Y tu cruz?, ¿de donde la has sacado exactamente?

Escucho la pregunta de Padminder mientras mastico con calma. Y no respondo inmediatamente, sino que me quedo mirándola serenamente. No por que esté tranquila, sino porque estoy recreando toda la escena en mi cerebro.

-Dantesco. No puedes hacerte idea de cómo fué aquello... Susurro al cabo de unos momentos.

Sé que eso no responde su pregunta, pero intento hacer un paseo mental por el espacio y el tiempo. El tipo aquel, Sparks... -Había un hombre, un detective. Sparks. Yo trabajaba en ese local. Bueno, era mi primer día.

La cuestión no es esa.

Suspiro.

-Hubo un tiroteo. Murió gente, y muchos fueron heridos. Ese hombre me salvó, me cubrió y los disparos no me alcanzaron. Era un caos. Y en ese caos, él, al que sí que hirieron en un brazo, salió tras el agresor, corriendo. Pero antes... le cayó este rosario... y lo guardé.