Partida Rol por web

Me encojo de hombros ante la pregunta de Rebecca, pues mi respuesta está lejos de ser misteriosa...nada que ver con lo que ahora mismo parece querer engullirnos.

Ayer terminé mi turno de vuelo, y tenía un par de días de permiso - respondo con tranquilidad - así que iba a descansar en Londres todo lo que pudiera, pero Lin... - cada vez me cuesta más decir su nombre, aunque en realidad lo que quisiera es poder gritarlo - una amiga me invitó a asistir a esa exposición, pues había un concierto de un conocido....así que como no tenía otra cosa que hacer, acepté....el resto... - cierro los labios, pues si sigo hablando puede que no consiga contener las lágrimas que amenazan con brotar ante el recuerdo del cuerpo de Linda entre mis brazos.

Bajo la mirada, haciendo ver que estoy muy interesado en la punta de mi zapato, que se encuentra en alto al tener una pierna cruzada sobre la otra.

- Lo siento mucho Michael. Lo siento. - lo dice con apenas un hilo de voz y comienza a mirar con interés la punta del zapato de Saunders. Queda pues en silencio y la mirada baja, moviendo la cabeza hacia atrás y hacia delante según el chico balancea el pie.

- Aquello que quiera que te iba a dar Matt... ¿ayudaría a dominar a Alas? Sigue habiendo cosas que no entiendo. ¿Cómo supo Matt que estabas en peligro, que Alas iba a por tí? ¿Cómo lo supo y cómo dio con algo que le dominaría?

La miré como si acabase de descubrir el secreto de la alquimia, con la media sonrisa asomando a mis labios… Mierda!! pues claro!! Cómo lo sabía? teorías que fuera de aquella habitación y de lo que nos había llevado a ella resultarían completamente ridículas empezaron a formarse en mi cabeza, hasta que la voz de Michael ralentizó el proceso… añadiendo variables…

Casandra?....

Ellos hablaban… y sus voces se repartían por la habitación… llenándolo todo… pero sin llegar a mi…

Cassandra… la maldita… no hablaba para ellos… no los miraba… Perdía el castaño de mis ojos en un punto indefinido de la nada, como viendo más allá…mientras mascullaba entre dientes intentando poner en orden mis ideas…

Cassandra la maldita… a la que nadie cree.. la que sabe lo que va a ocurrir y no puede hacer nada por evitarlo… mordisqueaba mi pulgar derecho, que giraba bajo mis dientes mientras entrecerraba los ojos bajo los rizos que, cada vez más libres de lluvia, volvían a ensortijarse más y más…

Como podía saberlo? Quién le dijo? Él… tanto le quise y que poco le conocía… Un traficante de antigüedades…especializado en la edad media…en artículos de gran interés para los…¿fanáticos francmasones?… me rascaba la nuca ahora, por encima del pelo, alborotandolo… en un intento vano de seguir poniendo orden a mis ideas….

Francmasones… edad media… leyendas… ángeles y demonios… miré a Rebecca… y si… no fui yo la que creo a Alas?... y sí… Alas solo me encontró? Y si Matt, al robar lo que quiera que robo para esos sectarios, despertó algo?… algo que su corazón llevó hasta mí… al fin y al cabo… fui yo la que… le… abandoné… Algo que me buscó… y me manipuló para conseguir una materia, una imagen… para conseguir… volver… la mueca se dibujó en mi expresión… todo aquello sonaba como una mala peli de miedo… quizá había visto demasiadas…

No sé mucho de leyendas medievales… pero quizá… podríamos buscar algo por Internet… si lo que Matt me traía es del medievo, si es lo que puede someter al mal de Alas, es que ya lo sometió entonces… digo yo… vamos… quizá haya alguna historia… algo… algo que por lo menos nos de una pista de lo qué es ese “sello”… porque Mary no me dijo nada… podría ser una piedra o una carta… una cadena o un candado… yo que sé… no tengo ni idea… pero si sabemos que buscamos, será más fácil encontrarlo…

Miré a Saunders y Rebecca, alternando mis pupilas de uno a otro… y de vuelta al uno…

Sé que suena a estupidez… pero…. encogí los hombros… Mierda.. quizá fuera una estupidez, pero no se me ocurría nada más…

Francmasones… edad media… leyendas… ángeles y demonios…

si lo que Matt me traía es del medievo, si es lo que puede someter al mal de Alas, es que ya lo sometió entonces…

Alzo la mirada, contento de que Selene haya desviado la conversación por otros derroteros que mi presencia en Cloak's, ya que me duele recordar el tiempo que estuve allí.

Un momento - la interrumpo mientras descruzo las piernas y me inclino hacia delante levantano la mano derecha - yo no soy un entendido en esas cosas....de hecho soy ateo, pero para ser ateo es necesario conocer la simbología de la cual reniegas.

Paso la lengua por los labios, humedeciéndolos antes de hablar...quizá por estar algo nervioso, y clavo mi mirada en ambas chicas - Hablas de ángeles y demonios, y hablas de los francmasones....mirad, es sólo una teoría, pero si el tal Alas es un demonio, aquello capaz de contenerlo, de amedrentarlo, debería tener forma cristiana...quizás deberíamos comenzar por ahí la búsqueda.

A Rebecca se le iluminan los ojos. Parece anhelar tanto este tipo de conversación que no puede evitar intervenir apresuradamente. Echa de menos, eso sí, el vino español y los cigarrillos franceses.

- Por lo que parece estamos hablando de algo precristiano. Estamos hablando de luz y de oscuridad. Siempre he creido que se trataba de arquetipos mucho más antiguos. Sin embargo no dudo que hay algo más. Me gustaría creer que Matt fue la clave. La Pandora, si nos ponemos a hacer referencias femeninas, que ha propiciado esta situación. Respecto a los Francmasones... creo que son posteriores a la edad media, hablo de memoria, pero juraría que no aparecen hasta la ilustración o así. Puede tratarse de algún culto que pudiese recuperar más adelante la masonería pero no había masones en la edad media. No que yo sepa. No se mucho tampoco sobre leyendas medievales. He estudiado arte y arquitectura medieval, pero para la historia necesitaría algo de apoyo bibliográfico. De todos modos, para historias raras, conozco un experto... bueno, lo conocemos. - dice buscando los ojos brillantes de Nin - Sam, el tipo de la revista, parece tomarse muy en serio todo el tema de las leyendas raras. Nunca creí que diría esto pero podría aportar las fuentes que nos faltan

Toma un respiro se cierra un poco el albornoz y prosigue aprovechando que nadie la interrumpe.

- Creo que Matt debió de dejar algún rastro que nos llevase a averiguar lo que se traía entre manos. Quizá incluso te envió por correo aquello y no te ha llegado. Quizá lo dejó allí dónde guarda sus piezas. ¿No tiene ninguna buhardilla, almacén o lugar donde almacena sus objetos? ¿Has comprobado tu correo electrónico, tu buzón, no sé cualquier sitio donde pudiese ponerse en contacto contigo antes de ir a la exposición? Lo más probable es que se diese cuenta de lo que había traido y trató de alertarte de alguna manera. ¿hubo algo que te regalase antes de la exposición?, antes de, ya sabes... - parece reticiente a mencionarlo pero finalmente lo dice en voz baja, como si la palabra le asustase - Alas.

La voz de Rebeca sonaba ahora apresurada, casi excitada, pero llena de viveza y emoción. Y miré a aquella mujer pequeña que parecía nadar y perderse dentro del albornoz.

Sí… dije sonriendo contagiada por su entusiasmo…Yo también lo creo… Alas y Raphael… luz y oscuridad… en mi opinión no es que sean arquetipos antiguos… son el principio de todo…

Y los francmasones… ummm… no sé cuando aparecieron… pero no digo que tengan algo que ver con lo que esta ocurriendo… Digo que… según Carver… eran los compradores de lo que fuera que Matt tenía… si sabían o no lo que iban a despertar...eso ya no lo sé...

Ummm…. retiré los rizos que me caían sobre los ojos, llevándolos hacía atrás con una mano y manteniéndolos allí mientras me rascaba la cabeza con ella…No… lo cierto es que la informática no me llama mucho… Tengo mail, obvio… pero Leo se solía encargar de ello… luego le llam… había hablado sin pensar… llevada por la costumbre… y ahora me sentía sangrar la boca… y el pecho… luego… bueno.. supongo que en este hotelazo habrá Internet… podemos mirarlo… Pero, Rebecca… yo y Matt… en fin… Me sorprendió muchísimo verle en la exposición…piensa que hacía dos años que yo no sabía nada de él… Nuestra separación fue… desvié los ojos mientras acariciaba mis labios con la punta de los dedos… dolió… Pero el se casó con esa Finn… un buen partido, si…

El castaño de mi mirada volvió a centrarse en Rebecca y Saunders, alejando de mí los recuerdos… Tu amigo… ese Sam… crees que mañana podríamos hablar con él?... pfffffff… aunque si le van tanto estos rollos como dices… después de ver a Raphael en acción, debe estar deseando encontrarnos de nuevo…. encogí los hombros mientras la risa se me escapaba de entre los dientes…Aunque me temo que te acribillará a preguntas Becky...

- Alas y Raphael... ¿estás segura? - se frota la barbilla y parece más un gesto más artificioso que natural, como si quisiese que los de las últimas filas supiesen que está pensando - No sé apenas nada de... ya sabes... tu cuadro. Pero me estaba refiriendo a Mary, Casandra o como se quiera llamar. Se me antoja más parecida a Raphael de lo que pudiese tener en común con tu ángel de piedra.

Hace una pausa para reparar en Saunders que todavía mira atónito.

- Raphael, Michael, es el hombre que me acompañó anoche. Como Mary, puede curar y por eso lo llamé así. Tu tambien tienes nombre de arcángel. - sonríe algo repipi, como una niña que se sabe la lección en la pizarra.

La historia de Matt hace que casi enmudezca. Se siente sucia por haber pensado que Selene tenía un lío con un hombre casado. No fue así. Se ve a si misma en su lugar, mil veces abandonada y se le encoje el corazón. Los ojos le brillan y le falta el aliento. Teorías forjadas sobre francmasones y arte medieval se le diluyen y se derraman por el sumidero del olvido. Sólo al escuchar sobre Sam siente un vínculo con la realidad que tira de ella hasta hacerla responder.

- Sam... sí... tengo su teléfono. Me dijo que esta noche se iba a ir a un antiguo monasterio encantado, cosas de la revista, sin embargo no te equivocas cuando dices que nos acribillará a preguntas. Parece, eso sí, un tipo serio. Se documenta y... bueno... aunque me cuesta asumirlo, creo que no estoy en la posición de juzgarle de iluso por creer en lo paranormal. - sonríe con complicidad, sacude las mangas para hacer salir sus manos de ellas y las entrecruza bajo su barbilla pensativa.

Simplemente las miro, intentando captar toda la información que pueda....ya que estoy metido en ello, mejor adquirir el mayor conocimiento posible, y al parecer saben bastante acerca de lo que ocurre.

Los últimos comentarios sobre el tal Sam, me incitan a introducir algún comentario - Si ese amigo es tan propenso a creer en determinadas cosas, no creo que sea demasiado complicado convercerle de ciertas cosas - freno mis palabras, intentando saber si me han comprendido, pero me decido a intentar aclarar un poco mi frase - Me refiero a que se le puede mentir con respecto a lo que pregunte, pues estará encantado de escuchar según qué cosas, ya que encima no pueden ser comprobadas.

Sí.. lo sé… pero… miraba a Rebecca intentando encontrar las palabras que no llegaban…y suspiré negando con la cabeza… quizá parte del problema era que le dábamos demasiadas vueltas… quizá todo fuera más sencillo… quizá debía pensar menos… y sentir más… Al fin y al cabo, eso es lo que hacía Alas.. sentir.. .con desesperación…

Sé que esa Mary es la otra cara de la moneda… Ese ser que me persigue… no me quiere a mi… la quiere a ella… solo nos confunde… Y, sinceramente… He perdido a la personas que más me importaban en esta ciudad porque ella prefiere que yo pelee sus batallas… me eché el pelo hacia atrás con ambas manos, siguiendo el recorrido de la cabeza en una caricia que alongaba los rizos… que pronto volvían a su posición… Sé que soy injusta... sé que quiere ayudarme... pero..Mary no es una de mis personas favoritas en este momento….la verdad…

Pensé en Matt… y en las veces que había pensado llamarle… pensé en el día en el que vi su foto de boda en el periódico… en como llegué a casa empapada de lluvia y lloré sentada en el suelo, abrazada a mis rodillas… mirando a Alas… enredada en su mirada, que era la mía, preguntándole por qué… por qué el ya no volvería… por qué prefería otros cielos…

Pensé en Leo, recortado contra el sol de la tarde… y su sonrisa… y su…"no tienes remedio Nin"… y mientras recordaba, sonreía sintiendo como una lágrima me rodaba por la mejilla. La limpié con el dorso de la mano mientras el aliento se escurría entre los labios…No… no tengo remedio….

Escuchaba sus voces… Sam.. un monasterio… preguntas… Michael se decidió a hablar… mentir… cosas no comprobables… Sentía los parpados pesarme como losas de mármol… y con los hombros algo derrumbados fui hacía la cama para sentarme en ella con los piernas cruzadas a lo indio, mientras cogía el teléfono de la mesita..

Si?... hola.. Sí.. soy Ninfea Poto… No.. no.. todo bien.. es solo que.. aún no han venido de la lavandería… sí… Muy bien gracias… los rizos se afanaban en cubrirme la cara, y con la mano libre me liberaba de ellos, llevándolos hacía atrás… Sí.. sí…Quisiera que nos subieran algo de cena… Sí… ummm…. Pues…ummm… un plato de queso… tienen manchego?.. sí?... perfecto.. un poco de queso y pan…eee… vino no… agua fría… y.. ummm sí.. un momento… levanté los ojos para buscar a Rebecca y Saunders con la mirada mientras tapaba el auricular con la mano…

Vosotros… qué queréis?.... muy bien…

Continuaba hablando con la mujer de recepción, sintiéndome cada vez más cansada… pero temiendo dormir… bajar la guardia… temiendo que las pesadillas vinieran por mí… No me asustaba Alas… solo el dolor del rojo de Leo… los ojos de tiniebla de Matt… su azul perdido para siempre…

Eso es todo gracia… oh… no.. espere… busqué a Michael volviendo a tapar el auricular… ee.. Saunders… tú.. tienes hotel… o… quieres que te pida una habitación o algo?...

Ahora sí que quedo realmente sorprendido, al escuchar la voz de Selene...¿Ninfea Poto?...pidiendo algo de comer...¿Cómo podía pensar en comer?...Pero en cierto modo tenía razón, yo tampoco recordaba la última vez que lo había hecho, y no se puede subsistir sin alimento, y está claro que la pena y la rabia no mantienen las energías durante mucho tiempo.

Lo que sea está bien - respondo a su pregunta acerca de la comida - no tengo predilección por nada especialmente.

La última pregunta si que es dirigida hacia mi especialmente, y me hace plantearme algo que ni siquiera había llegado a pensar. Simplemente vine buscándola, sin pensar en nada, sólo siguiendo las instrucciones de Mary, pero ahora ¿qué debía hacer? Estaba claro que no debía alejarme mucho, por lo tanto volver a mi hotel quedaba descartado....y quedárme allí también, eso estaba claro, así que asentí lentamente - Sí por favor, pregunta a ver si tienen alguna habitación en esta misma planta.

Comienza a sentirse cansada y eso es bueno. Significa que se siente segura. Todas las emociones, todos los esfuerzos, todo lo que había sentido le cobra ahora factura. Se pasa la mano por la cabeza echándose hacia atrás su pelo húmedo. Siente que necesita abandonarse, dejarse llevar. Llorar y dormir. Amar y odiar.

Mira hacia Nin, ¿Ninfea Poto?, y no es capaz de responder a su pregunta. No la entiende. Saunders se apresura a responder. Se da cuenta entonces de que está hambrienta.

- Cenar... sí... madre mía, no me puedo creer que tenga tanta hambre. Tomaré una ensalada. Una ensalada Cesar, sí, por favor... y carne, sí, carne asada, carne fría, con patatas. - mira a los otros dos con timidez, como si se le hubiese escapado un eructo en público, duda un poco pero continua - yo... yo tomaría vino, tinto...Cabernet Sauvignon si tienen. - pronuncia el vino en perfecto francés - ojalá lo tengan, mataría por ello ahora. Si no cualquier cosa pero que no sea Lambrusco, por el amor de Dios.

Ninfea Poto se había sentado en la cama y ella se acurruca en uno sillón con las piernas recogidas y metidas dentro del albornoz. Mira al chico todavía con curiosidad.

- Michael, lamento que te tuvieses que ver implicado en esto. No sabes cuánto lo siento. - le sonríe con ternura y mira un momento a Selene como si buscase en ella la confirmación a aquello que va a decir - Pero me alegro de que estés con nosotras. Nosotras... no tenemos a quíen recurrir.

Al cabo de unos quince minutos, unos golpes en la puerta de la habitación, cuando contestáis las clásicas palabras de servicio de habitaciones se oyen al otro lado...

Abris la puerta y dos personas, un hombre y una mujer piden permiso para entrar...el hombre empuja un carrito que parece contener la comida solicitada, mientras que la chica arrastra algo parecido a un pequeño armario portátil...

Sirvo la comida en algún lugar en concreto señorita... pregunta a Nin...

La otra chica permanece en un discreto segundo plano, pero a pesar de todo habla dirigiendose a todos... La ropa que solicitaron, disponemos de más variedad si nada de lo aquí presente es de su agrado... comenta...

Los nudillos en la puerta… y mis ojos buscaron las pupilas de Becky y Saundes, con una intranquilidad en ellos que no me gustaba, que no deseaba… y que no pensaba permitir que me dominara…

La cena… dije forzándome a la sonrisa… y descruzando las piernas con agilidad bajé de la cama para caminar tranquila hacía la puerta, para abrirla sin dudas y con la sonrisa natural y acostumbrada en la cara…Un hombre y una mujer me observaban desde el otro lado

Buenas noches… me apartaba de la puerta, abriéndola de par con mi movimiento… La pregunta del hombre me tomó por sorpresa… Por qué todo era tan complicado en aquellos hoteles lujosos??... yo pensaba comer en la cama… Encogí los hombros con la sonrisa en los labios, y con el gesto de la mano, restándole importancia, se lo dejé a su elección…

La voz de la mujer me amplió la sonrisa, y busqué a Rebecca cómplice… Seguro que estará bien… gracias… Puede dejarla ahí mismo… Señalaba ahora uno de los sillones de la habitación…

Un segundo por favor….ummm…. movía la cabeza a un lado y otro, dibujando mi labio inferior con los dedos… buscando con los ojos por el suelo de la habitación, mientras los rizos caían de los hombros al pecho para volver sobre los hombros a cada nuevo giro de cabeza.. Ah!!... y con los ojos de la niña que encuentra la caja de galletas escondida, me dirigí hacía el sofá donde poco antes habíamos estado sentadas Rebecca y yo.

Allí estaba… asomando apenas bajo el sillón y casi completamente empapado… mi pantalón tejano. Y agachándome tiré de una de las perneras para rescatarlos de aquel olvido, girándolos, buscando y rebuscando en los bolsillos… Mis dedos encontraron el tacto de papel y, al tirar de él, la visión de la sangre de Leo me dio una bofetada…Un sol y una luna… abrazados en una servilleta….

Sentía la boca seca… tanto que dolía… y me mordí los labios mientras guardaba deprisa el dibujo en el bolsillo de aquel albornoz blanco y suave… mientras recuperaba la sonrisa fingida y seguía buscando… Por fin el par de billetes arrugados y algo húmedos…
Me levanté y fui hacía la puerta… Manteniéndola abierta mientras los empleados del hotel salían.. Con una sonrisa les tendí el dinero…

Gracias.. si.. eso es todo de momento… gracias….No..… espere… lo olvidaba… la habitación del señor Saunders, sí en esta misma planta… Gracias…. me entregaron la llave magnética, y yo seguía sonriendo.. a pesar de saber perfectamente lo que parecía aquello… sin titubear ni un segundo y buscando en los ojos de aquellos empleados las miradas suspicaces que no aparecieron… al fin y al cabo… aquello era Inglaterra… y suponía que habrían visto cosas mucho peores… después de todo, aquella corrección que rozaba el nadie podría parecer tan flemático y reprimido en público sin ser un completo descontrolado en privado..

Cerré la puerta tras ellos y dudé un segundo, mirando el pomo brillante, recuperando la entereza que amenazaba con derrumbarse de nuevo… Ahora no.. Nin… ya habrá tiempo…

Con un suspiro fui hacía la comida, y cogiendo el plato de queso en una mano y el agua en la otra caminé hacía la cama, subiendo a ella y quedando en pie un segundo, para dejarme caer con cuidado y volver a sentarme cruzando las piernas… Colocando el plato de queso frente a mí y la botella de agua a un lado…

Le tendí la llave magnética de su habitación a Michael…

Yo… me siento culpable por…..Siento mucho lo que ha pasado Michael… y que te hayas visto metido en todo esto…pero… también me alegra que estes aquí..

La situación incluso podría haber resultado cómica en otro momento, incluso hubiera buscado en la mirada de los empleados del hotel cualquier gesto que hubiese podido significar reproche hacia un hombre solo en una habitación con dos mujeres vestidas de la forma en que lo estaban.....seguramente, podría haber encontrado un destello de envidia en los iris del camarero, pero ahora mismo no era algo que me preocupase en absoluto, y no volví mi rostro hacia ellos en ningún momento...tan solo pensaba con la mirada clavada en el suelo.

Selene se acerca con mi nueva llave para una habitación y prácticamente repite las palabras de Rebecca. Alzo la mirada al tiempo que el brazo, y mientras con la mano recojo lo que me tiende, mis labios expulsan una respuesta - No os preocupeis por mi. Ninguna de vosotras es culpable de lo ocurrido - me inclino hacia delante, sujetando suavemente la mano de la pintora despues de recoger la tarjeta magnética - Ninguna, ¿me oyes? Por la forma de hablar y lo que dices, sé que estás cargando sobre tus espaldas un peso que no deberías llevar y no tienes que hacerlo.

Me levanto lentamente, tomándole la otra mano y mirándola ahora desde una altura mayor a la suya - Tu pintaste ese cuadro, si, pero no lo que había dentro, pues al parecer sea lo que sea, es mucho más antiguo que cualquier cosa que conozcamos...ahora lo que importa es conseguir volver a atraparlo, y para eso necesitarás... - miro a Rebecca, que sigue sentada en el sillón - ...necesitaréis toda la ayuda posible.

Y además - finalizo bajando el tono de mi voz, hasta convertirlo casi en un susurro - No hay ningún otro sitio donde pueda ir ahora mismo.

Cuando llaman a la puerta Rebecca no lo puede evitar y da un respingo. Se levanta y se cierra con las manos el albornoz. Se ajusta el cinturón de toalla y parece buscar con la mirada un lugar donde esconderse.

La cena, claro. Sonríe algo tímida y resuelve a quedarse algo alejada de la puerta, junto a la pared.

Cuando se abre la puerta y aparece la ropa y la cena la chica se comporta como un gato hambriento al que un extraño le ofrece comida. Se acerca despacio, con dudas, puede oler la carne y se muere de curiosidad por saber lo que habrá dentro de aquel armario portátil. Sonríe y los mira a todos acercándose un poco más pero sin tocar nada. Cuando se encuentra con la mirada cómplice de su amiga, asiente sin dudarlo. Cualquier trámite que acercase el momento de la cena trata de despacharlo sin más dilación.

Los pantalones todavía húmedos saliendo de debajo del sillón hacen que se ruborice. Había puesto empeño en recoger toda la ropa tirada antes de que subiese Saunders y le averguenza haber dejado pasar ese detalle. Trata de mantener la naturalidad pero la mirada le pesa y se le va al suelo cada vez que se cruza con el personal de servicio.

No tardan en desaparecer. Mejor así. No es hasta que desaparecen que se atreve a abrir el armarito pero las palabras de Michael lo convierten en el centro de atención. Es bueno. Es tierno. No lo merece. Casi duele su honestidad. Rebecca se vuelve a cerrar con fuerza el albornoz, como si sintiese verguenza de si misma. Se sienta en el sillón para escucharle y porque duda que sus piernas la sostengan.

- Gracias, Michael, gracias.

Despues de aquello no cena como tenía pensado. Tras un silencio se levanta de nuevo hacia el armario y coge algo de ropa, nada del otro mundo, ropa interior, unos pantalones de pijama que le quedan grandes y una camiseta. Desaparece apenas un minuto en el baño y sale sin albornoz pero así vestida. Su cara está húmeda como si se la hubiese lavado pero nadie recuerda haber escuchado ningun grifo. Así puesta, comenzó a atacar la cena como si hiciese días que no comía.

La cena os hace daros cuenta de lo realmente cansados que os encontráis, el día ha sido largo, y sumado a los acontecimientos de la noche anterior parece que ha pasado una eternidad...

Michael se despide de las dos mujeres y se encamina a su habitación, a apenas tres puertas en el mismo pasillo, en dirección a los ascensores...la habitación es más pequeña que la de antes, pero igualmente lujosa...

Nin y Rebecca finalmente caen vencidas por el sueño, aunque les cuesta, quizás temorosas de lo que pueda visitarlas en sus sueños...

La mañana despierta tarde, la cama es realmente cómoda y el cansancio casi ha desaparecido, la lluvia repiquetea contra el cristal del enorme ventanal que permanece oculto tras las cortinas...

Una montaña en la lejanía, un volcán…caminas junto a más personas, echas la vista a atrás, un pueblo, no lo reconoces, tampoco a las personas, solo a una, sólo a Rebecca…

Todo vuelve a cambiar…

Un castillo, bailas, un apuesto caballero, vestido con ropas medievales y espada al cinto danza junto a ti, te sonríe, tú a él…

Todo vuelve a cambiar…

Un árbol, grande, frondoso, de madera muy oscura, el sol brilla con fuerza, pero resguardada a su sombra te encuentras a gusto…ningún edificio alrededor, estás descalza…

Todo vuelve a cambiar

Agobio, no puedes salir, empujas con las manos, tocas madera, la respiración falla, el aire falta…hace frío…

Todo vuelve a cambiar…

Es Londres, si, pero no hay coches, no hay edificios altos…el Tamesis…oscuridad, las sombras de los callejones ocultan y protegen…huyes, demasiado tiempo…

Como en un sueño Nin tiene la impresión de haber sentido a Rebecca levantarse en la oscuridad en algún momento de la noche. No es fácil recordar si se movió descalza por la habitación. No existe tal certeza.

Lo único que queda evidente es que ella ahora duerme profundamente a su lado. Bocabajo, abrazada a la almohada y con un rostro que se desvela desprovisto de cualquier signo de preocupación. Una inspiración profunda y vuelve de nuevo a un cadencioso y callado respirar.

La habitación está en silencio y todavía quedan sobre una mesa los restos de la cena del día anterior y una botella de vino vacía que recuerda medio llena cuando se fueron a dormir. La lluvia golpea Londres. Un amanecer tan parecido al de días anteriores y que no puede ser más diferente.

Abro los ojos un tanto desorientado, tardando unos minutos en conseguir ubicarme y saber donde me encuentro realmente, pues desde luego esta no es la habitación de mi hotel.

Entonces es cuando regresan el golpe todo lo acontecido el día anterior, y el dolor vuelve tan fuerte como si acabasen de infingírmelo en ese momento, provocando que mis ojos se humedezcan como lo está la ventana de la habitación...el cielo parece haber querido unirse al duelo ante lo acaecido en las últimas horas.

Aparto las sábanas, sentándome en el borde del colchón y apoyando las manos en las rodillas, con la vista clavada en el suelo. No puede decirse que me quede con la mente en blanco, pero los pensamientos son tan variados, tan rápidos, tan difusos, que el resultado es el mismo...no podría decir en qué pienso aunque me lo preguntaran.

Finalmente me pongo en pie, vestido únicamente con los slips, pues ni siquiera me paré a coger un pijama, olvidado en el armario de mi anterior habitación.
Camino sobre la moqueta, que es suave y cálida al tacto, acercándome a la ventana para observar el exterior.
Nada hay que observar, sólo un cielo gris sobre una ciudad gris....y sobretodo ante los ojos de un observador gris.

Mejor no quedarse mucho tiempo quieto, o puede que no pueda volver a ponerme en movimiento, así que después de darme una ducha, y con el cabello aún un poco húmedo, me visto rápidamente y me dirijo hacia la habitación donde se encuentran las mujeres.
Se supone que hoy íbamos a ir a hablar con el amigo de Rebecca.

Me acerco a la puerta y golpeo en ella suavemente con el puño.

Rebecca… dónde vamos?... quienes son?.... me mareo… por qué gira todo?… no… no… a dónde?....

Me debatía en la cama, sudando, inquieta… con los rizos esparcidos y enredados sobre la almohada…enredándome también yo en la sábana… más… y más…

Sí… danzaré con vos… podría enamorarme, sí… su sonrisa es tan dulce… y la música… su mano me ciñe la cintura y sonrío… sí… podría enamorarme… pero.. no!! no quiero irme… la respiración se me agitaba mientras me sentía caer desorientada en un sueño confuso.. Mis pies.. si… mis pies… y ese verde, y la madera en mi espalda… aire limpio.. sí… quiero quedarme aquí… segura a su sombra… el árbol… el árbol… y enmarañada en sueños de ida y vuelta sonreía ahora mientras un brazo se elevaba y se colocaba bajo mis rizos, mientras la sonrisa se ampliaba, y el gesto se dulcificaba… solo un segundo… quizá dos… porque el ceño volvió a fruncirse… y la respiración a agitarse…

Qué es esto?? quiero salir… no!!.. sacadme!!.. no puedo… respirar… no puedo!!... yo… me siento morir.. los pulmones duelen… y extiendo las manos… aun en la tierra de los sueños… o quizá no tanto… Sombras… sombras… tengo que escapar… Cuánto llevo haciéndolo?… demasiado tiempo.. demasiado… Londres.. si… me esconderé cerca del río… no me encontrará… no… cuánto llevo escondiéndome?... demasiado… demasiado….

NO MÁS!! YA NO MÁS!!! Abrí los ojos para encontrarme sentada en la cama, con la espalda húmeda de sudor, con la nuca tensa por un escalofrío extraño…con la respiración descontrolada… con las mejillas ardiendo… con los ojos llenos de sal… de nuevo…

Me llevé las manos a la frente, manteniéndolas allí un segundo, mientras perdía la mirada castaña en el blanco impoluto de las sabanas suaves, mientras notaba el ir y venir del pecho incapaz de controlarse… Las llevé atrás, empujando el pelo que me cubría los ojos…y cerré los puños… aprisionando rizos alborotados que intentaban escapar entre los dedos… El repiqueteo del agua en el cristal me devolvió a una realidad que no era tal… Qué realidad era aquella? Aquello no era real.. era una locura… Alas, Raphael, Casandra…. Que mierda querían de mí?? y el sueño… un sueño que sentía demasiado vívido.. un sueño que sentía un recuerdo….Vamos.. Nin.. solo es un sueño… me susurraba a mi misma… Convencete, convencete… Imposible…

Chocar de gotas en la cristalera del ventanal… Lluvía… sí... en esta mierda de país siempre llueve… Suspiré con cansancio, dejándome caer de nuevo, sintiendo como el colchón volvía a acogerme, como la almohada volvía a sostenerme… Perdí los ojos en el techo, recordando los detalles… el volcán… las sombras… la sensación… Demasiado tiempo huyendo.. demasiado…

Suspiré con cansancio mientras giraba la cabeza en busca de Rebecca… y allí estaba ella, a mi lado… a pocos centímetros de mí… con aquella expresión dulce y despreocupada de niña feliz… de sueño apacible… de recuerdo de tarde de juegos… Inspiró y soltó el aire para volver a la cadencia tranquila… y sonreí mientras la miraba… entre dulce y extrañada… porque no la conocía… pero aquella niña era lo único que realmente tenía ahora… porque no sabía nada de ella… pero quería conocerlo todo… porque no entendía que podía ella hacer por mí… pero sabía que yo la defendería con mi vida si hacia falta

Despacio, sin hacer apenas ruido separaba de mi piel la sabana que nos cubría… y me senté en la cama, apoyando los pies descalzos en el suelo, apoyando las manos en el colchón mientras miraba a mi alrededor suspirando de nuevo.. y vi la botella vacía, recordando que no era así como quedo antes de que yo cerrara los ojos… y busqué a Rebecca por encima de mi hombro… mientras el leve bufido divertido se escapaba de mis labios acompañando a la leve risa… Entonces no lo había soñado… se había levantado para acabar con aquel tinto... o quizá si lo soñé?... la noche anterior se desdibujaba en el recuerdo...

Negué con la cabeza mientras me ponía en pie y caminaba hacia el lavabo… recogiendo el albornoz que había dejado tirado en el suelo la noche anterior…el coulotte blanco y el pelo serpenteando en la espalda… silenciosa… sin hacer ruido… abriendo la puerta con mimo… mirando por encima del hombro de nuevo… Aún dormía…

Abrí el grifo de la ducha mientras dejaba el albornoz a un lado y me desprendía del coulotte… Y mientras el agua tomaba la temperatura adecuada… mientras esperaba a que se calentara tanto que casi abrasara, me miraba en el espejo... buscando en mis ojos la luz de Casandra… y la oscuridad de Alas… intentando encontrar qué era lo que me había llevado en medio de una lucha así… que debía llevar batallándose desde el principio de todo… El cristal empezaba a empañarse… y aún limpié el vaho con el dorso de la mano para seguir buscando un poco más… pero seguí sin encontrar las respuestas en mi reflejo…

Entré en la ducha sintiendo el agua y el vapor envolverme… y casi me sentí pulir y moldear bajo aquellos chorros… y esperé… esperé mientras mis manos recorrían los rizos que se rendían dóciles al peso del agua, esperé a que la sensación de la sangre de Leo en la piel se atenuase… No ocurrió..

No sabía cuánto tiempo llevaba con los ojos cerrados bajo el repiquetear de aquella ducha… pero suponía que ya era demasiado… y salí con pesar y cansadamente de debajo del agua… escurriendo el pelo con las manos, envolviéndolo en una toalla, envolviéndome de nuevo en el albornoz… Y salí a la habitación, con la piel enrojecida por la temperatura y la presión del agua… buscando con los ojos la cama en la que estaba Rebecca, y el teléfono… El desayuno… llamar a Saunders… y buscar a Sam…

El plan del día parecía claro….