Partida Rol por web

Ha vuelto a ocurrir. Otra vez has tenido que irte; has tenido que largarte del último asentamiento. Una vez terminado el trabajo, tras varias semanas siendo bien recibido por todos en ese lugar, mientras les ayudabas. Otra vez ha pasado. Cuando todo está hecho empiezan a plantearse cosas sobre ti, a preguntarte, a presionarte... ante tus evasivas empiezan a desconfiar, siempre ocurre. Y cuando ya te queda poco por ofrecerles te conviertes en otra boca más que alimentar, pasas de ser un salvador a ser una carga... ya ha pasado otras veces, cuando eras pequeño y aún viajabas con tu padre era más fácil. La gente sentía más compasión por un niño, pero ahora no, ahora sólo eres un extraño, que viene de lejos, y que ni siquiera es capaz de decir su verdadero nombre; y lo acaban notando, ocultas demasiado...

Así que te has ido. Poco antes del amanecer, a pesar del frío, de la nieve... Has podido coger unas manzanas y algunas latas de atún, será suficiente por unos días.

Has caminado durante horas, el frío te hiela el aliento, y la nieve borra las huellas de los caminos. Con estas nubes es difícil orientarse. Para colmo hace unos kilómetros unos cuantos podridos te han rodeado y has tenido que luchar para escapar. Has clavado tu cuchillo en el cráneo de uno de esos infelices, le has visto los ojos putrefactos fuera de sus órbitas, y has podido sentir la pestilencia de su carne, a tan sólo unos centímetros de ti. Te has abierto paso a través del grupo y has corrido. Has corrido lo más rápido que te han permitido tus piernas.

Estás a salvo, pero te has perdido. Estás en alguna parte de un bosque, en alguna parte de una montaña... no ves ninguna casa, ningún pico por el que poder orientarte, las nubes están muy bajas, y parece que va a volver a nevar...

Me detengo cuando me siento a salvo, al menos de este grupo de infectados, e intento reconstruir mentalmente el camino que llevo recorrido.

Saco de mi mochila el mapa. -Si salí de Os Leiros que está como en el centro de la provincia, y desde allí me dijeron en dirección oeste estaba la zona...He tenido que haber andado...-

Finalmente deduzco que tengo que ir en dirección noroeste si quiero llegar a otro asentamiento en Belir, teniendo cuidado de no estar demasiado cerca de las costas norte y oeste,  que no quiero más problemas.

Ahora que ya tengo claro la ruta a seguir, mi prioridad es buscar donde refugiarme porque parece que va a nevar.

Según tus notas sobre el mapa mudo de Galicia, Belir está al oeste de Os Leiros, a unos 40km. A pie puede llevarte unas 8 horas sin parar. La primera mitad es por montaña, atravesando un terreno abrupto y escabroso. La segunda mitad parece más plana, más fácil y más rápida si no hay infectados cerca. Soandres está un poco al norte de Belir, pero es un asentamiento bajo el dominio frater... y un poco más al norte los territorios de Ferrol.

mapa actualizado

Sobre el papel es muy fácil decirlo. Pero las nubes empiezan a volverse más densas, y el viento se hace más fuertes por momentos. El frío te envuelve, y una ventisca parece inminente. Definitivamente va a nevar, y es mejor que te coja al abrigo de algún refugio.

Me mantengo atento para poder encontrar donde pasar la noche, porque ya casi comienza a nevar y el frío se me está metiendo en los huesos y casi me agarrota las articulaciones.

Y encima el terreno no ayuda mucho, intento ir serpenteando las pendientes que se me presentan y trato de no resbalar en los desniveles, pero sería casi un milagro si no rodase por alguno de ellos. Desesperadamente necesito un lugar para cobijarme ya, por que por momentos el viento se enfurece más y más y comienzo a notar la humedad de la nieve.

A lo lejos creo adivinar algo, -Ojalá no sea una visión- me apresuro todo lo que puedo y mi malestar no me deja lugar para la cautela por si hubiese alguien más. 

No parece que haya nadie más aquí, perfecto, ya tengo refugio.

Son los restos de un avión, parece que era bastante grande. Me acerco y elijo que trozo de la chatarra me servirá de cobijo.

Decido tomar la cabina del avión, parece bastante amplia para encontrar en su interior algunas ramas secas protegidas de las heladas y hacer un pequeño fuego e incluso, podría poner a secar alguna de mis ropas.

Ahora que ya estoy un poco más calentito y que he comido algo, miro a mi alrededor y pienso que tal vez pueda encontrar algo valioso de entre estos bultos de metal, fibra de carbón y plástico.

Encuentras un espacio amplio y cómodo en la cabina del avión. Puedes hacer incluso un fuego para calentarte y secar tus ropas. La estructura metálica 

Te refugias en la cabina, proteges la entrada y haces un fuego, ya que un cristal roto en la parte más alta permite que el humo ascienda y salga al exterior, sin asfixiarte.

Comes algo y te recuestas en un rincón, acurrucado entre tus cosas, hasta que el sueño se apodera de ti y caes en un profundo sueño.

[...]

A la mañana siguiente la tormenta ya ha pasado. El cielo sigue gris, y las nubes bajas, pero la niebla se ha disipado y una gruesa capa de nieve lo cubre todo. Hace algo menos de frío. El hueco por el que entraste está taponado por la nieve que ha ido cayendo por la noche. Y dado que la cabina es de chapa de una gran dureza... tu única salida es por el mismo cristal roto por el que ha salido el humo durante toda la noche.

A la mañana siguiente me despierto prácticamente nuevo, he descansado bastante bien en los sillones de los pilotos.

Mis ropas ya están secas y me dispongo a continuar mi camino. Cuando voy a salir de la cabina veo que la entrada está taponada por la nieve, ha tenido que caer una buena... Hay bastante y de primeras no contemplo la idea de ponerme a quitar nieve, con qué? y además sería eterno, por no hablar de que tal vez acabaría empapado.

Miro a mi alrededor a ver qué otras posibles soluciones se me ocurren y veo que podría salir por un pequeño agujero en la parte superior del techo de la cabina, tendría que agrandarlo golpeándolo con algo, pero es factible y más rápido.

Desencajo uno de los sillones de los pilotos. Me cubro las manos tirando de la chaqueta para abajo, no da mucho de sí pero algo es algo... lo agarro por el respaldo y el asiento a modo de escudo. Tomo impulso sobre el otro sillón y empujo hacia arriba golpeando todo lo fuerte que puedo contra el agujero del techo.

Bien, he podido sacar medio cuerpo, ya podré salir entero. Bajo a por mis cosas y empiezo la marcha.

Necesito unos segundos para situarme de la dirección por la que llegué ayer...

Observo las mayores acumulaciones de nieve, eso quiere decir se encuentran en la cara norte, además para asegurarme me acerco a los árboles e intento encontrar musgo, me cuesta pero encuentro en algunas ramas y corteza, definitivamente esta es la parte norte.

Ahora solo me queda adivinar, porque las nubes están bajas, por donde está el sol. Y un pequeño resplandor me hace decidirme por la dirección a tomar. Tengo que ir al noroeste, y tengo dos puntos de referencia, el norte y el oeste. 

Emprendes la marcha en dirección oeste, hacia Belir. La nieve cruje bajo tus pies en cada paso, y te llega casi por las rodillas. Avanzar así es agotador. Alguien te dijo en Os Leiros que desde Belir llegaba a veces un camión con mercancías provenientes de Touriñán, una región agrícola cerca de la costa. Si hay un camión debe haber una carretera, dedujiste al instante.

Pasan algunas horas cuando algo a lo lejos llama tu atención. Al principio te parece una pequeña cabaña, pero al acercarte más te das cuenta de que es un vehículo. Un vehículo accidentado, empotrado contra un árbol en un terraplén, parcialmente cubierto por la nieve. No debe llevar mucho tiempo ahí, unos días como mucho.

Desde donde estás no ves a nadie.

Al acercarte al vehículo no ves huellas de pisadas alrededor, ni nada que te haga estar alerta. Ahora ves con claridad la carretera, un poco más arriba, cubierta de nieve. No hay marcas de ruedas, así que ha debido nevar tras el accidente. La furgoneta se salió de la carretera hace al menos un día o dos... o más.

Al acercarte al cristal del conductor un zombi intenta morderte, impidiendoselo el vidrio. Empieza a hacer ruido, moviéndose violentamente en el asiento, atado con el cinturón. Parece haber sólo uno, pero no puedes asegurarlo ya que no ves bien el interior.

-¡Ahhh..Joder!- ¡que susto!. Estaba mentalmente preparado para encontrar un muerto, pero no uno que se moviese.

Miro rápidamente a mi alrededor y tengo que decidir qué hacer porque el cabrón éste no para de hacer ruido y encima tampoco veo bien dentro del coche por si hubiesen más.

Abro la puerta del coche y le clavo el bastón en la cabeza, así sin pensar mucho. Echo un vistazo rápido dentro del vehículo y no veo a nadie más.

Desabrocho al zombi, lo tiro a la carretera y me meto en el coche. Me cercioro que todas las ventanillas están cerradas y no hay agujeros ni nada por el estilo.

Pruebo suerte y giro la llave de contacto a ver si arranca.

Sacas al zombi de la furgoneta casi sin mancharte. Apenas lleva un par de días aquí, y con el frío ni siquiera ha empezado a descomponerse, así que el interior no huele mal ni está manchado con sangre. El silencio vuelve a rodearte.

Una vez dentro inspeccionas los asientos y el maletero, visible desde aquí. En los asientos hay algunas cajas de cartón, algunas latas de conservas, mantas, y lo que parece un hacha de bomberos. En el maletero hay cajas de madera, apiladas y cinchadas, y tocan el techo. No puedes ver qué hay en su interior, y para hacerlo tendrías que salir, abrir los portones traseros, desatar las cinchas y abrir alguna haciendo palanca para hacer saltar los clavos.

Te interesa comprobar si la furgoneta funciona. Pruebas el contacto una vez, pero no hay suerte. Lo intentas varias veces, y nada. No hay modo de arrancar la furgoneta. Parece que el golpe ha debido dañarla.