Tras la primera inspección, decides dar a oler a la chica unas sales que guardas entre tus cosas. Son sales de amoniaco, y las usas desde siempre, como te enseñó tu padre, para despertar a personas desmayadas, catatónicas o inconscientes. No siempre funcionan, pero en este caso sí lo hacen.
La chica abre los ojos poco a poco, parece despertar de un largo sueño. Tulio y Antón te miran con atención, y la pequeña Made se tapa la cara cuando sacas las sales, y luego sonríe al ver que funcionan. Es la primera vez que ves sonreír a la niña.
La paciente, aún atada a la cama, respira con dificultad, y no parece reconocer dónde está, tiene los ojos abiertos, pero no parece ver, aún le tomará unos minutos ser consciente de su alrededor.
Sumamos a tu tirada el uso del botiquín y de las sales, así que consigues despertar a Elica.
La paciente abre los ojos pero está descolocada y no sé si recuerda algo, trato de tranquilizarla - Tranquila, estás a salvo- y le cojo la mano para que se relaje -¿Cómo te llamas?- ¿Recuerdas que tuviste un accidente?
Made se aferra a su padre, y hunde su cara entre sus ropas. Antón la abraza mientras sigue mirando.
Tulio trae algo de agua y le da de beber. La chica balbucea algo. Poco a poco va recobrando el sentido, y mueve las manos.
- M... b-bé. -apenas puede pronunciar bien las palabras.
La chica apenas puede hablar -Tranquila- le vuelvo a decir y entiendo que despertarse rodeada de extraños y atada no debe dar buena impresión-Nosotros te cuidaremos, no eres prisionera- le cojo la mano de nuevo - ¿Cómo te llamas?-
- Mi... Mi bebé... -poco a poco recupera el conocimiento- Mi bebé. -abre los ojos y os mira, aterrada- ¡Mi bebé! ¿Dónde esta mi bebé? -se da cuenta de que está atada- ¡No! ¡No! ¡Dejadme en paz! ¡Soltadme! ¡Cabrones!
-¿Qué?- me quedo pálido y descolocado - ¿Dónde está tu bebé iba en la cabina contigo?- me temo lo peor y lo único que se me ocurre es salir a buscarlo
- ¡No! ¡No lo entiendes! ¡Dejadme! ¡Tengo que ir! ¿Dónde está? ¿Dónde lo tenéis? -la chica está muy angustiada. Está aterrada, herida y muy cansada. Por un momento sus ojos se cierran, el cansancio parece que se la lleva de nuevo.- No... - ahora es apenas un susurro. Su vitalidad va y viene, está muy débil. El sueño la derrota. Duerme.
Made está llorando, dos ríos de lágrimas corren por sus mejillas, pero no hace ningún ruido. Su padre la coge en brazos y tras miraros, excusándose, sale al exterior. Sólo estáis Tulio y tú con la chica.
Me dirijo a Tulio -Sé que es muy arriesgado pero no podemos dejar ahí a un bebé, si es que aún está vivo- y sin dejarlo contestar le casi ordeno - Ve a por tus cosas , yo cojo las mías y voy en busca de Gaspar para que se una a nosotros ya, antes de que anochezca-
Mientras le digo a Antón que se quede allí con su hija y que le cuente esto al resto cuando lleguen.
Por fin. Han pasado muchas semanas. Pero estás aquí, frente a un banco de trabajo, en un taller, tu taller, con herramientas y algunos materiales. Tienes todo esto ante ti, y además tienes tiempo y tranquilidad. Ha pasado mucho tiempo, pero por fin ha llegado este momento tan esperado.
Gaspar: Apenas empiezas a organizar el taller y a dejar volar tu imaginación cuando Declan entra por la puerta. Está jadeando, ha venido corriendo. Por su expresión algo ha pasado.
Declan: Sales a toda prisa del refugio, te diriges al taller, donde Gaspar está limpiando sus nuevas herramientas y ordenando unas maderas.
-¡Gaspar!, la chica acaba de despertar y dice que venía con su bebé, tenemos que ir a buscarlo entre los restos del globo- y tomo aliento porque estoy angustiado - Puede que ya no esté, pero yo quiero ir a buscarlo antes de que anochezca ¿vienes?- y lo miro con una cara desencajada porque era lo último que esperaba que dijese la chica al despertar.
Interrumpo el trabajo en el taller cuando Declan llega muy alterado. Sus palabras me alarman a mí inmediatamente. – Declan, cálmate un momento. – Le digo aunque yo mismo estoy algo nervioso. – Xose venía en el mismo artefacto, él hubiera sabido si un bebe estaba a bordo. Yo buscaré al muchacho, seguramente le importe la noticia de que Elica ha despertado. Tu vuelve con ella y asegúrate de que se refiere a un bebé de verdad y que no es una forma de llamarle a otra cosa. Si lo confirmas todos iremos a buscarlo.
Salgo a toda velocidad a buscar a Xose. Si lo veo desde lejos empiezo a los gritos – XOSE. HA DESPERTADO. LA CHICA HA DESPERTADO. VENGAN. – Cierro, llamando también a mis amigas.
No veis ni a Xose, ni a Nara ni a Sunhee, han debido alejarse. Tampoco recibís una respuesta inmediata a los gritos de Gaspar. Sin embargo Tulio se acerca, alarmado:
- ¡No grites! -dice en voz baja, alzando una mano- ¡Antón ha visto zombis cerca!
Pero en su cara se dibuja una preocupación diferente, más urgente, relacionada con lo que acaba de contar Declan: - Si vais rápido volveréis antes de que sea de noche. Yo tengo que quedarme, Antón está demasiado cansado para quedarse solo con la chica y con la niña. Lleva sin acostarse desde ayer y tiene que dormir. Yo me quedaré vigilando aquí.
La decisión de ir o no debéis tomarla entre los dos. Podéis insistirle un poco a Tulio para que os acompañe.
Tras lo que me responde Gaspar me quedo en silencio pensando que puede que tenga razón. No le digo nada y me doy la vuelta y regreso al interior del refugio y me acerco a la chica, está dormida y la intento despertar, cuando veo que abre los ojos le pregunto - ¿Dónde tenías el bebé?- ¿Y por qué Xose no sabía nada de él?
Mis compañeras no están por ningún lado y Xose tampoco. Hago caso a la advertencia de Tulio y regreso al refugio. Quiero ver y escucha a Elica por mí mismo. Es muy raro que Xose no supiera nada de un bebé en el aparato. Además pasamos la mañana revisando los restos del accidente, honestamente no creo que haya ningún bebé allí, pero si existe la más mínima posibilidad tenemos que partir de inmediato.
Cuando entro en el refugio Declan está haciendo preguntas a la chica. Espero algo apartado del grupo por no asustarla con otro desconocido. Ojalá estuviera Sunhee con nosotros.
Elica despierta, y de nuevo se asusta al veros. Piensa que la habéis secuestrado, y sus ataduras no ayudan a hacerle entender otra cosa. Sus ojos están muy abiertos, y mira en todas direcciones, nerviosa. No llora, no parece ser una persona blanda. Más bien parece dura y fría. Pero ahora está fuera de sí, aterrada, soltando patadas, tratando de zafarse de las ataduras, haciéndose hasta daño:
- ¡Mi bebé! ¿Dónde está? ¿Dónde le tenéis? -exclama al despertar, luego oye las preguntas de Declan- ¿Dónde? Nunca me separo de él, ¡nunca! ¡Mi bebé! -parece muy inestable, patalea, y Tulio debe sujetarla- ¿Ese idiota es vuestro amigo? -se refiere a Xose- Le dio su red, ese imbécil. ¡Se la dio! Para él... le dio la red a mi bebé! ¡Mi bebé! ¡SOLTADME! ¡DEJADME EN PAZ, CABRONES! ¡Quiero ir con mi bebé!
No parece que la joven vaya a tranquilizarse.
La respuesta de la chica no me aclara nada, todo lo contrario, me deja más confundido...no sé qué hacer
Me dirijo a Tulio y a Gaspar -Ahora mismo ya no tengo tan claro que haya un bebé ahí fuera, si Xose le dio su red nos lo hubiera dicho- y sigo reflexionando -Creo que lo mejor es esperar a Xose y que nos cuente a qué llama esta mujer "su bebé" ¿Qué pensáis?- Y espero una respuesta o un apoyo a haber tomado esta decisión.
Tulio parece preocupado mientras intenta tranquilizar a Elica: - Yo no sé... si el bebé estuviera donde el accidente lo hubiéramos encontrado ya.
Cuando Elica oye la palabra accidente: - ¿Accidente? ¿Un accidente? ¡Noooo! ¡Mi bebé! ¿Cómo está mi bebé? -su cara es de rabia, de impotencia- ¡Quiero ir a verle! ¿Dónde está? -parece empezar a recobrar un poco la memoria, a recordar que tuvo un accidente.