Partida Rol por web

Grurkl observó la barricada que habían montado los de la ciudad, le fastidiaba que la comida se resistiese. Pero ahora tenía otras cosas más importantes que hacer, como evitar el fuego que le separaba de la comida.

Trecirk miraba su cantimplora en el suelo y luego al fanfarron de la llama. el suelo, el fuego, el suelo, el fuego, el suelo el fuego, el suelo...
-¡¡PEO quierez hacer algo YA! Que el fuego noz v a amorder el culo!!

Tal y como se abrieron las puertas el jinete y su huargo se lanzaron como una exhalación al interior de la ciudad buscando la primera victima de su sedienta espada. MUEDDDDTE!!!!!!

Vamoz, zolo un poco máz, eztoy cazi a punto de logralo...

Bolwock siente un escalofrío de satisfacción al ver como la puerta cede a sus esfuerzos. Los humanos, como de costumbre, han subestimado a los goblins y no será la primera vez que acaben en sus estómagos:

- ¡A MI LA HORDA! ¡¡¡¡MUERTE!!!!! - grita mientras trata de evitar que las llamas le alcancen.

La horda comienza a entrar en la ciudad por la puerta, sin que las amenazantes llamas consigan impedirlo. Kamtrak por su parte, se ve muy ocupado intentando apagar las llamas, pero a pesar de que las llamas se apagan allí donde echa arena, el fuego está tan extendido que sus esfuerzos apenas son perceptibles.

Las puertas daban acceso a una zona de casas de madera, piedra y paja. A la izquierda de la puerta, el fuego se seguía extendiendo por las casas. Un camino de frente, llebaba hasta una especie de pequeña plaza central donde parecía que los humanos se estaban haciendo fuertes. Por lo visto, la valentía no era la principal de sus virtudes.

A la derecha de la puerta, se veía otra sección del pequeño poblado, este todavía intacto.

Que gran alegría ronda por el rostro de yoda cuando observa como el fuego se esta comiendo la ciudad. Una risa malévola que no para de escucharse mientras pone una flecha en su arco y la dispara en dirección hacía donde se han hecho fuertes los tristes humanos mientras alcanza finalmente la puerta de entrada.

Tomaz eztugpidoz humanoz, tomaz miz flechaz pedo no laz debolzbaiz

- ¡A LA CADGAAAAAA! - grita Grurkl avanzando hacia los humanos a toda la velocidad con la lanza en ristre y siguiendo la típica estrategia goblin de no tener estrategia.

- MUERTE! ZANGRE! Y UN POCO DE ZARROOOOOOOOOOOOOOOO!!!!- grita Chiwik levantando su lanza para que sus goblins lo sigan a la orgía de destrucción.

Trecirk aburrido de esperar a ver chispas de las manos de Grumg, se olvido de su cantimplora, alzo su arma y golpeo los cuertos traseros de su montura.
-Vamoz Canthus!! que no se diga que no seguimos al jefe, a por las sobras!!.-Y con este absurdo discurso se puso a galope hacia la ciudad quemada.

Los...¿ocho? goblins que quedan lo suficientemente interesados en el ataque, consiguen superar las llamas que intentan abalanzarse sobre ellos y consiguen adentrarse en la ciudad. A lo lejos, ven las barricadas en torno a la plaza central. Yoda sopesa la posibilidad de atacarles con sus flechas, pero a esa distancia, las posibilidades de acertar en el blanco son nulas. La flecha se pierde a medio camino, rompiendo contra el suelo.

Tras las barricadas se observa movimiento. Parece que están preparando algún tipo de defensa.

Por su parte le fuego sigue avanzando y devorando la ciudad destruyendo el valioso botín que pudiese albergar.

Kamtrak se mantuvo a la retaguardia. Estaba claro que los defensores tenían alguna sorpresa y el no pensaba ser el primero en averiguar de que se trataba - Adquedoz, ezten pdepadadoz, en cuanto azomen la cabeza lez dizpadan - ordenó a los pocos arqueros que aún lo seguían.

Por una vez, el mismo hizo caso de sus palabras, tomo una nueva flecha y preparó su arco para disparar al primer cuerpo, o parte de el, que se asomase de las barricadas

Grurkl vio que los humanos se estaban organizando. Pobres estúpidos. No entendían que hicieran lo que hicieran no podrían hacer nada contra la demoledora fuerza de 8 goblins que se les venía encima. Grurkl se abalanzó sobre el primer humano que se le puso al alcance y lo intentó atravesar.

Bolwock comenzó a correr como poseído por algún espíritu maligno. Aún sudaba por el efecto de las llamas pero es no le impedía correr como el viento. La espada sombría emitía un brillo tenue y siniestro mientras el encapuchado hendía el aire con ella. Su voz sonaba profunda, gutural y sus gritos eran terribles:

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRGGGGGGGGG!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡MUERTEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!

No le importa que solo le sigan siete de sus goblins. Cargaría igual si estuviera solo.

Con los ojos desorbitados por la larga espera y el olor dulzón a la carne cremada las babas chorreaban ya por el peto del jinete... ¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!! arma en ristra descargó el golpe sobre el primer enemigo que se presente.

¡¡ADEDANTE!! - grita yoda vigorosamente.