Partida Rol por web

Una roca comenzó a temblar y salio volando como disparada por un cañon del lado derecho de la carretera pero por desgracia paso muy desviada sin llegar a acercarse siquiera a las furias. Angelo siguió el recorrido con sus ojos y grito desilusionado. Maldita sea... esto era mas facil de hacer cuando estaba quieto.

Brianna no tenía carné de conducir, pero eso no era obstáculo para que fuera una consumada piloto. No en vano el coche de sus padres adoptivos había sufrido ya varios percances serios. De todo se aprendía en la vida.

¡Agarraos fuerte! exclamó mientras metía la quinta marcha de la furgoneta. El velocímetro se volvía loco por segundos, y el traquqteo de la carcasa metálica indicaba que las suspensiones habían tenido días mejores.

De pronto, todo el universo giró de lado hacia la derecha. Brianna había tomado una salida a una carretera comarcal a tanta velocidad, que la furgoneta casi había volcado al girar.

El camino de tierra comenzó a desintegrarse bajo el peso de las ruedas de goma, haciendo que una nube de polvo envolviera a la fugitiva furgoneta. Justo en ese instante Briana frenó a fondo con el freno de mano, giró la furgoneta haciendo un complicado trompo, y volvió a acelerar ya sin el freno echado, para salir despedida en dirección contraria a la que habían venido, de tal modo que las furias, si les seguían de cerca, no les vieran retroceder a causa del polvo...

Grace se da la vuelta en el asiento e intenta concentrarse en hacer algo... algo que, sea lo que sea, acaba por no suceder.

- ¡Caca!

Exclama la hija de Dionisio mientras vuelve a asomar la cabeza por la ventanilla... y quien dice la cabeza, dice medio cuerpo.

- Pareció más fácil la última vez... -Refunfuña, con el ceño fruncido, mientras intenta instalarse mejor para volver a intentarlo.

Brianna parecía estar corriendo las 100 millas de Indianápolis... o alguna especie de rally como el Paris-Dakar, por que su pericia al volante no tenía comparación. Ni ella misma sabía de dónde había sacado tal profesionalidad con el volante, sin embargo, ahora eso no era lo que más importaba...

Lo más importante era dejar a las tres ancianas que venían volando atrás...

Ángelo y Grace intentaron hacer algo para detenerlas, o por lo menos, retrasarlas un poco, pero sus esfuerzos fueron en vano. Les faltaba esa pizca de concentración, tal vez, o sus poderes no estaban completamente desarrollados aún...

Las ancianas giraron sobre su propio eje, frenando en seco en el aire, y automaticamente, cambiaron de dirección para dirigirse, nuevamente, trás el coche con los cuatro ocupantes, con la clara intención en sus ojos de hacerles picadillo.

Brianna: No, la zona no la conoces muy bien. Pero por lo que puedes ver en los alrededores, no hay mucho bosque que digamos, es mas bien una zona de campos y sembrados.

Olivia: Depende lo que quieras hacer. Si no sabes que tirar, siempre es 1D12 + el bono que sea. Si no sabes el bono, simplemente rolea lo que quieras hacer y tira 1D12. Yo me encargo de sumarlo después sin problemas.

Grace: Si. Otro tres. Supongo que querrás intentar lo mismo :D

Brianna seguía pisando el acelerador a fondo, lo raro era que el pie no le asomara ya por debajo de la furgoneta.

¿Alguna idea chicos?  preguntó nerviosa a sus compañeros  Me parece que no voy a poder despistarlas facilmente...

Angelo volvió a mirar a un lado de la carretera y de pronto una roca salió disparada contra la niebla. Aun así el joven mantuvo la calma, solo durante un segundo se le vió sonreir para despues volver a ponerse igual de serio.

Sin duda con esto no bastará para librarnos de esos bichos. Y no tienen mucha pinta de que se vayan a cansar.

Olivia chasquea la lengua, y no duda en asomarse también por la ventana, lo mínimo para poder disparar su arco contra esas arpías, tal y como había hecho con su profesora. Aquello había funcionado en aquella ocasión y allí también estaba bajo presión, así que aportaría su grano de arena intentandolo.

Sacó la pluma que le había dado Apolo y se dispuso a utilizarla como Quirón le había enseñado.

Brianna conducía como una experta, dejando ver que la jóven era una conductora bastante buena. En ese momento, Olivia se asomó por la ventanilla y sacando su arco, disparó sin pensarlo a una de las ancianas criaturas que volaban en busca del coche que recorría el camino rural.

Al mismo tiempo, Ángelo levantó varias rocas de los lados del camino, haciendo gala de su poder, y las mantuvo dominadas con pericia, a varios metros del suelo aún sin saber muy bien que hacer con ellas. Aunque seguramente, una idea tenía.

La flecha de Olivia, viajó rauda por el aire hasta llegar a una de las ancianas, la cual recibió el impacto en el pecho, y la flecha, pareció atravezarla de lado a lado. La criatura demoníaca entró en una barrena hacia el suelo, desapareciendo de la vista de los chicos entre las nubes.

Pero no todo parecía ser un jardín de rosas... adelante, el camino comenzaba a serpentear de manera abrupta...

Si bien Grace ya parecía haber perdido un par de tornillos, su actuación posterior la convierte en aspirante para conseguir una beca hacia las instalaciones psiquiátricas más cercanas, y es que, vuelve a casi salir fuera del coche por la ventana y empieza a hablar consigo misma, clavando los ojos en las plantas que hay alrededor de la carretera.

- Bien hecho, Grace... eso te pasa por no hacer ni caso a tus clases de yoga. ¿Cómo puede ser que te cueste tanto concentrarte? Si es muy fácil, mujer... Sólo tienes que hacer que esas plantitas crezcan... y envuelvan a esas... señoras para que no se muevan. No es tan difícil después de haber conseguido que bailaran... ¿no?

¡La madre que me parió! exclamó Brianna al volver a poner la vista en la carretera. Llevaba unos segundos flipando con los poderes de sus compañeros, mucho más útiles que el suyo en apariencia, y hasta se había reido con los comentarios de Grace sobre hacer bailar a las plantas.

Pero en aquel instante, se percató de las cerradas curvas que se les echaban encima a una velocidad pasmosa. Que fuera culpa suya ir tan rápido no venía a cuento.

¡Agarraos, chicos, que vienen curvas! Sólo les faltaba que alguno se cayera por la ventanilla a causa de los giros que iban a dar...

Las rocas de Ángelo simplemente, dejan de estar bajo su control y salen disparadas para varios lados y en todas direcciones. Es como una lluvia de meteoritos a pequeña escala, con piedras de diversos tamaños cayendo a un lado y al otro de la carretera y para más complicaciones, algunas iban cayendo delante del coche...

Pero Brianna estaba en esos días... y con gran acierto y pericia, iba esquivando las rocas y las curvas de la carretera, sin ninguna complicación. A un lado del camino, un cartel indicaba que a cuatrocientos metros, la carretera se bifurcaba en dos carriles.

Al mismo tiempo, una pared de vegetales se eleva por detrás del vehículo, haciendo que las dos Arpías que estaban volando y acechando a nuestros amigos, se queden enrredadas en ellas durante un tiempo, haciendo que los cuatro ganéis un poco más de tiempo y de distancia sobre ellas.