Partida Rol por web

1500, el Fin del Mundo: Cap I, Carnaval Maldito

10 de Febrero, Barri del Call

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24/03/2008, 15:30
Director

El puerto de Barcelona es de reciente construcción, es como si buscaran retrasar la decadencia de la ciudad los mercaderes que la rigen mediante tan magna obra. Antes de esto se varaban los barcos en la misma playa o se llevaban las mercancías en botes.

Tras bajar de vuestros barcos podéis ver a toda una marabunta de gente inundando el puerto. Los mozos que no están llevando barriles o pesados sacos esperan perezosamente sentados mientras esperan a que un patrón contrate su servicios. Allá unos genoveses elegantemente vestidos a la última moda conversan mientras no muy lejos unos rufianes armados, a todas luces corsarios, se burlan de estos en catalán. Más humildes, unos comerciantes sicilianos atracan su pequeño barco, atiborrado del grano que abastece la Ciudad Condal, ya que el campo catalán no es capaz de alimentar a tantas bocas y una hambruna se ha desatado en las comarcas del interior. Como esperando a que vengan los clientes, un mercader pone sus telas a la vista , ordenadas en diversas pilas según color y tipo de tejido. Incluso hay comerciantes sarracenos en la mezcla, ya que Barcelona es uno de los puertos, junto a Génova y Venecia, que hace caso omiso de la prohibición papal de comerciar con infieles. Como si estuvieran vigilandolos, no muy lejos hay miembros del Santo Oficio escoltados por guardias con corazas y alabardas que brillan debido al sol.

Tal movimiento es debido a que se acerca el Carnaval, y en los salones de los poderosos y los más pudientes fiestas se han de celebrar. Es una buena época para los cómicos y los bufones, ya que todo es permitido y incluso las chanzas sobre la Iglesia se permiten. Ya llegará la seriedad adusta de la Quaresma y la ceremonia de la Semana Santa.

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24/03/2008, 22:49
Luis Osorio

Luis esboza una sonrisa mientras observa a los rufianes reirse de los genoveses. No le caen bien los hijos de la república mediterránea. Por lo que ellos hacen, mercadear y dar préstamos, -piensa para sí- han odiado a los míos durante siglos. Un genovés es lo más parecido a un judío cristiano. Por tanto sirven a dos dioses. O a tres, pues no me es ajeno que también veneran el oro como si fuera un falso ídolo. Buena gentuza, estos Triteistas italianos, amanerados usureros: ah, amigo, si la avaricia es cristiana no es mala. No, definitivamente no es pecado, sino provecho.

Y dando una larga zancada se planta delante de uno de los mozos que esperan carga. Siempre sonriendo, se dirige a él.

-Decidme, buen muchacho, ¿dónde puedo encontrar en esta ciudad a alguien que quiera contratar a un cómico? Sin duda, con tanto oro pasando de mano en mano, habrá quien quiera gastarse unos maravedíes en reir.

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24/03/2008, 22:43
Kamal al-Garnati

Ni siquiera se me pasa por la cabeza intentar vender algo en el puerto, pero quizás encuentre ideas sobre qué tipo de mercancía buscar para próximos negocios que me mantengan vivo. Lo que tengo ahora mismo no es suficiente como para exponerlo, y entre tanto ajetreo, difícil sería que le prestaran atención a un moro con cara de estar constantemente enojado, o eso dicen. Me da igual: pero en cualquier caso, sería un absurdo perder el tiempo en vender tres tonterías.

Aún así, es agradable ver el ajetreo, aunque la decepción de ver tanta gente ajena a las verdades del mundo parece querer inundarme. No obstante, los ruidos, la algarabía, los comerciantes, todo el barullo del puerto, me entretiene mientras me fundo entre la gente, agradeciendo el don que tengo para no llamar especialmente la atención. Una suerte, dado que un musulmán con alfanje no es precisamente una combinación fiable a los ojos de muchos españoles. Sin embargo, mientras no arme problema, está visto que no ocurren demasiadas cosas.

Me dirijo hacia los muelles, buscando el mar, mientras, como siempre, miro alrededor un par de veces por si acaso vienen, como ya viene siendo costumbre, a por mí, sin aprender aún que no pienso ceder, y que tampoco les daré la diversión de oponer resistencia si no es necesario. Cuando llego, una leve brisa marina —eso sí, aderezada con tenues aromas a guano de gaviota y almizcle humano— parece ser una señal más de que he llegado a donde quería. Desde allí, miro hacia el Mediterráneo que me vio nacer y que, con buena o mala suerte, ha acompañado la gran derrota, el gran descubrimiento, y espero me guíe a la gran victoria.

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24/03/2008, 23:16
Mozo

El hombre deja de mascar lo que estuviera mascando y lo escupe a un lado antes de contestar. -Pues no hu se, supongo que els nobles querrían un... deyonces d'aixó... cómico... o pots probar con el Corral de les Comedies del Raval- Su castellano es atroz, supones que es debido a que debe intercambiar como mucho cuatro palabras con los comerciantes de otra parte. Cuando se da cuenta por tu cara de que no sabes por donde cae el Raval, señala hacia el sur.- Ves hasta el final del muelle, creua la muralla romana y allunya't del muelle subiendo la Rambla, dugues manzanas y allí tens el Corral-

Como sitios interesantes a la vista, no muy lejos está la Llotja, que el edificio donde los comerciantes deben contactar con los mayoristas debido a un antiguo decreto real. Como posadas cercanas se pueden ver los carteles, que se mecen suavemente por la brisa, de "Lo Sarraí" (que muestra la caricatura de un moro alfanje en mano) y "Coral Roig" (que muestra un abigarrado ramo de coral de color bermejo).

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25/03/2008, 10:37
Luis Osorio

Luis asiente con la cabeza a las explicaciones del mozo.

-Merçes, buen amigo. -dice, usando en la frase el cincuenta por ciento de sus conocimientos de catalán-. Venid a verme cuando estrene obra, -guiña un ojo- veré si puedo dejaros pasar gratis...

Y luego echa andar, hacia el final del muelle, en dirección al Raval y su corral de comedias.

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25/03/2008, 21:44
Kamal al-Garnati

Me doy la vuelta, me molesta estar demasiado tiempo en un sitio, y vuelvo hacia el lugar de donde vine. Al ver el cartel de la posada "Lo Sarraí", un amago de sonrisa escapa a mi expresión y voy hacia ella, interesado en ver exactamente qué hay allí y si aquella curiosa coincidencia tenía, verdaderamente, alguna relevancia en mi destino. Con cuidado, cuido mis movimientos al entrar, siempre atento a lo que se esconda donde no se pueda ver, casi siempre más abundante que lo que el ojo sí alcanza a analizar.

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25/03/2008, 22:07
Director

No te cuesta mucho llegar hasta la llamada Ramblas, que es más bien el resto de un viejo camino de piedra que envolvia la vieja muralla. El Raval contrasta con la estrechez de las calles y la gran cantidad de casas de la Ciutat Vella, la mayoría de tierras aqui se dedican al cultivo o son propiedad de la Iglesia, lo cual incluye el Hospital de la Santa Creu y como gran excepción, las Reials Drassanes (Reales Atarazanas), donde se fabrican la gran mayoria de barcos que zarpan de la ciudad. Gracias a eso no te cuesta mucho encontrar el Corral de les Comedies, ya que es un lugar muy concurrido contrastando con la calma de los lugares de alrededor.

Como si no cupiesen los artistas dentro hay varios espectaculos y comediantes fuera, algunos están ensayando o actuan para la gente sencilla, como un improvisado teatro de polichinelas que entretiene a un pequeño grupo de sucios niños y viejos. Más allá hay un pequeño grupo de esforzados hombres que parecen estar levantando un teatro al aire libre.

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25/03/2008, 23:43
Luis Osorio

Luis se acerca a los hombres que yerguen el teatro al aire libre, armado de la mejor de sus sonrisas.

-Buen día les dé dios, señores. Acabo de llegar de Valencia y estoy aún un poco confuso. ¿Saben de algún autor de comedias, empresario o compañía que esté buscando actores...? No tengo inconveniente en ser galán o gracioso. Puedo ser barba con sólo entrecerrar los ojos y afectar la voz, sé ser solemne como un rey y grave como un santo, o vil y miserable como un judío avariento -le brillan los ojos al decirlo-.

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26/03/2008, 00:02
Director

Notas de juego

Hazme una prueba de Astucia+Sigilo dificultad 7

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26/03/2008, 00:13
Kamal al-Garnati
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: Ast+Sigilo
Resultados: 5,3,6,4,4
Resultado final: 0

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26/03/2008, 22:39
Director

Al entrar un seguido de olor sudor, calor humano y murmullos de charlas te desorientan. El lugar parece abarrotado, seguramente lleno de marineros de diversas tripulaciones descansando de su largo viaje, todo llenando su gaznate del prohibido fruto de la fermentación de la uva (aunque algunos cínicos dirian que de tan aguado no sería pecado para un sarraceno beber esto). Alguno que otro, como para añadir injuria al insulto, parece masticar un trozo de tocino sonoramente, como intentando dar buena muestra de su cristiandad.

De la taberna parece ocuparse un hombre joven y risueño de melena descuidada. Está detrás de la barra, envuelto de embutidos colgados, ristras de ajos y barricas de vino. Encima del hogar, en donde parece hacerse a fuego lento algún tipo de guiso que por el olor que emana parece estofado de pescado, hay una gran hacha colgada de la pared.

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26/03/2008, 23:10
Caesario el Loco

Un hombre rudo y curtido por el sol se gira, mira a Luis de arriba a abajo y sonrie enigmaticamente.
-Trabajo buscas.. ¿no? Pues díficil tienes trabajar en el Corral si no tienes el permiso de los Consellers de la Ciutat... y teniendo en cuenta que la cosa está revuelta después del asesinato de uno de ellos vas a tener que esperar un tiempo, je.-

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26/03/2008, 23:35
Luis Osorio

-¡Condenación! -exclama Luis abriendo mucho los ojos.- ¿Acaso no hay puerta del mundo a la que no llamen tus huesudas manos, oh, cruel muerte...? -De pronto, su deliberadamente exagerado gesto trágico deja paso a una carcajada franca y limpia.

-Así pues, una vez más, otra muerte que es una desgracia... para mi estómago. Decidme, buen amigo, ¿no hay ninguna manera de conseguir un trabajo sin ese permiso? ¿cantando, quizás? Mi bolsa no podría tener más agujeros. Bueno, si tuviera bolsa.

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27/03/2008, 00:18
Kamal al-Garnati
Sólo para el director

Aquella mezcla de olores me arranca una ligera mueca, pero me acostumbro sin mucha dificultad: casi siempre es lo mismo en todos lados. Miro con algo de tristeza soberbia a aquellos infieles, pero en fin, los respeto. No estoy en posición de decirles nada. Suspiro y voy hasta el tabernero en la barra, mirando atrás, esperando que nadie me mire demasiado. Llamo la atención del muchacho y me dirijo a él con el catalán aprendido en el tiempo que llevo:

-Perdonad, joven hombre, veo muchos marineros, mucho movimiento. ¿Hay algo interesante aparte del Carnaval?

Mi tono es frío, pero intento no ser demasiado hostil, esperando una respuesta con no demasiados prejuicios.

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27/03/2008, 18:36
Caesario el Loco

El hombre sonríe, enseñando dientes blancos como perlas que contrastan con su piel morena.
-Ey, pero seguro que tienes algo para que pueda remojar el gaznate. A cambio te contaré más, mucho más de lo que esperas. Eso si, no podría ser aquí... en este barrio lo que abundan son curas, monjas y campesinos... pero no hay posadas o taberneras de bustos generosos más que en las puertas de la muralla.-

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27/03/2008, 19:09
Tabernero

El hombre deja de recoger jarras de barro cocido que se habían dejado encima de la barra y atiende a Kamal. Parece extrañado que un infiel pise su taberna.
-¿Interesante?- Entorna los ojos como haciendo memoria. -Quizá el extraño asesinato del Conseller, tan extraño que aun no saben quien lo hizo... y lo extraño es que se preguntan como lo hizo.-

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27/03/2008, 19:23
Inquisidor

Interrumpiendo la perorata del joven tabernero, de repente, la puerta se abre y entra un hombre vestido con una túnica blanca y negra, cabello rasurado y un colgante con el simbolo de la fe cristiana en métal sobre el pecho. Le acompañan dos guardias con coraza con el escudo de la ciudad grabado y alabardas que parecen su escolta.

En cuando ven al hombre entrar algunos de los presentes se ponen nerviosos: al tabernero se le congela la sonrisa, como temeroso de haber dicho algo inapropiado; el marinero que estaba mascando grasa de cerdo ahora abre la boca de una forma ridicula, como enseñando lo que esta comiendo, vaya que le confundan con un mal converso; otros simplemente se encogen y siguen con su conversación, rebajado el tono al del susurro incomodo.

El hombre de blanco y negro señala en dirección de Kemal y se acerca con su escolta, tiene una sonrisa burlona en la cara, como si disfrutara del terror que parecen tenerle muchos de los de aquí.

-Tenemos a un éxotico invitado aquí en nuestra ciudad, quizá de lejanas tierras. ¿Que le parece nuestro puerto? Espero que os guste, ya que no podeis abandonarlo. Le veo perdido, lejos de su tripulación, solo me he pasado por aquí para informarle de, por si no lo sabe, que los extrangeros no cristianos tienen su presencia limitada al espacio del Barri de la Ribera, que no es otro que el barrio donde está este puerto que tanto le debe gustar.-
Cruza los dedos a la altura de su cintura mientras no dej de sonreir, en una caricaturesca farsa de etiqueta y modales.

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27/03/2008, 22:15
Luis Osorio

-Bueno... -titubea Luis, palpando en su faltriquera sus escasas monedas- supongo que a mí también me vendría bien un jarro de vino; dirigid, pues, la marcha, buen amigo. ¡Vayamos a las puertas de la muralla!

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27/03/2008, 22:59
Caesario el Loco

El hombre dedica una amplia sonrisa, hay algo en él de amigable.
-¡Bien dicho hombre! Por cierto, mi nombre es Cesar, pero la mayoría me conoce por mi nombre artístico, Caesario el Loco, queda como más italiano.- Amplia y brillante sonrisa. - Las posadas de las puertas son soporíferas amigo, normalmente solo las usan los buhoneros y los campesinos que han hecho un largo viaje para venir a la ciudad... y no tienen muchas ganas de hablar. Vayamos mejor al puerto, allí conozco la tabernero de "Lo Sarrai", un sitio interesante.-

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27/03/2008, 23:45
Kamal al-Garnati
Sólo para el director

Arqueo una ceja cuando oigo que empiezan a hablarme y me doy la vuelta, encarando por fin a quien me espeta con su sarcasmo. Mantengo la expresión, mientras sus palabras, que me suenan curiosamente vacías, van llenando el lugar con su absurda grandilocuencia. Lo miro de arriba a abajo, analizándolo, con un dejo de altanería, pero sin abrir aún la boca. Lo miro con seriedad durante un segundo de silencio y le respondo, aprovechando la rapidez que he tenido aprendiendo su idioma para, quizás, apocar su supuesta superioridad, tratando de no buscar problemas, pero de no ser excesivamente sumiso: mi orgullo como seguidor de mis creencias no me lo permite.

- Comprendo. No os preocupéis que trataré de no infringirlas en cuanto me sea posible. No temáis, habláis con un hombre respetuoso y de palabra.

Aunque no digo más, mantengo mi mirada, parpadeando cuanto menos puedo. Respetuoso sí: arrastrado jamás.