Partida Rol por web

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Inquietos os revolvéis cuando sentís el tirón que os coloca en posición de lanzamiento. Tras un par de segundos de siseos y traqueteos, sentís el típico impulso que os lanza lejos del Orgullo de Terra en dirección a Goya. Sentís como si la sangre se os subiera a la cabeza y en unos instantes como si se bajara a los pies cuando la gravedad comienza a ayudar a los motores a hacer la entrada en la atmósfera.

Varios minutos pasan desde el lanzamiento hasta que la cápsula toma tierra y las compuertas se liberan dejando paso a vuestra primera misión como pelotón. A vuestro alrededor los soldados de las otras cápsulas se están desplegando, contáis unos 30.

Salgo de la capsula y nada mas tocar con mis botas el suelo con precaución de no hundirme colocándome en mi posición con el hacha empuñara.

Mientras el sargento recibe y nos da las ordenes compruebo las indicaciones de los sensores medioambientales de la armadura prestando especial atención a las indicaciones de si es respirable o no la atmósfera para nosotros.

¡Hug donde tienes la cabeza tienes que marcarte las coordenadas de la capsula!

Inmediatamente las fijo en la memoria del navegador.

Tequila bajó junto con su pelotón. La superficie del planeta era tal y como se la imaginaba por la información de la placa de datos. Explorar con estas condiciones de terreno no sería nada fácil, pero debían ponerse en marcha lo antes posible. En casos de desapariciones las primeros días son vitales para dar con supervivientes.

-Cabo Sheriff, ordene al pelotón. Realizad una última revisión del equipo antes de iniciar la marchar hacia el último punto de contacto del pelotón perdido.- Indico con firmeza al cabo e inició la revisión de su propio equipo, además asegurándose de llevar consigo el equipo de radio extra junto con la placa de datos.

El Cabo Sheriff tarda un poco en reaccionar a la orden del sargento. Está ensimismado pensando en la masacre de bichos que está a punto de producirse y acaricia su enorme cañón de energía como si fuera su salami del placer.

A la orden, mi sargento. ¡Gusanos, ya habéis oído al sargento! ¡Comprobad que tenéis todo a punto, el arma cargada, la armadura bien fijada, el cuchillo afilado! ¡No quiero que tengáis que matar bichos a pellizcos por no estar preparados!

Benito seguía de morros y enfadado, sentado incluso cuando ya habían comenzado a salir algunos de sus compañeros de la cápsula – Vaya mierda de misión, prefiero quedarme aquí y dejar que se mueran los inútiles que se han perdido. Total, voy a matar lo mismo. – Éste fue uno de sus pocos pensamientos basados en una relativa calma mental.

Sin embargo, es tras las palabras del cabo cuando levanta el culo de su metálico asiento, no sin dedicarle una mirada asesina oculta bajo el casco.

*Chof… Chof…* - se escuchan las pisadas sobre el suelo semihúmedo, y Benito desactiva el cierre de la parte delantera de su casco, dejándolo semiabierto y con gran parte de su cara al descubierto – Vaya puuuta mierda…

A unos metros ve a un bichillo simpático, similar a una ardilla, que se le queda mirando fijamente - … Y TÚ QUÉ MIRAS, HIJOPUTA – le pega un disparo, desintegrando la parte superior del cuerpecillo del animal y haciendo que la otra mitad salte por los aires – ¡¡JAJAJAJA!! ¡¡HABÉIS VISTO ESO!!

Espero con mi hacha preparada a que el cabo ordene como quiere que se despliegue el pelotón y en que posición cada uno cuando un disparo me hace girarme con el hacha preparada.

Al cabo de unos segundos me doy cuenta que ha sido una de las “bromas” de Jiménez.

Cualquier día nos disparada y después dirá que ha sido sólo para que nos giráramos a mirarlo, como darte un golpecito en el hombro.

Por fin, la cápsula sale despedida a toda velocidad hacia el planeta, con la desagradable sensación del estómago subiéndose a la cabeza. 

Cuando toman tierra, Akira se toma unos segundos para cerrar el casco y revisar los sistemas de soporte vital y el oxígeno antes de salir al planeta. Nada en la placa de datos indicaba si el aire era respirable o no. 

Su comprobación se ve interrumpida por la ya familiar voz del cabo, que les ordena formar. Akira sale de la nave y se sitúa junto al pelotón, asegurándose de que la empuñadura de la espada está al alcance de la mano y de que el rifle que sostiene en sus manos está cargado y funcionando. Rápidamente activa la función de mapeado 3D de ordenador de la armadura, que irá trazando un mapa en la memoria del casco del terreno por donde vayan pasando, tomando como punto de partida la cápsula. 

Sin embargo, un sonido atronador, que al instante identifica como un disparo, la hace volverse, con el rifle preparado, mientras alarmas aparecen en la pantalla de su visor... y observa a un especie de ardilla caer destrozada al suelo. La risotada de Jiménez a continuación le confirma que ha sido una falsa alarma. 

Akira frunce el ceño. El disparo se habrá oído en centenares de metros a la redonda. 

Genial, en el caso de que no hubiera alguien esperándonos, ya hemos alertado a todo el mundo de nuestra posición. 

Akira baja el rifle, pero observa nerviosa los árboles, esperando que ninguna de las "exóticas formas de vida" salga de la maleza, atraída por el sonido, con ganas de un almuerzo rápido. 

Aunque el disparo del arma de Jiménez fue casi inaudible y el pobre animal casi no pudo emitir sonido, los gritos de júbilo del soldado si hicieron que miembros de otros pelotones se volvieran para ver lo sucedido. Por el canal de ataque se escuchó la voz de Carlson, un veterano que no había ascendido por tocapelotas: Eres un puto francotirador, a ver si le aciertas a algo que se defienda y que esté a más de veinte centímetros del cañón de tu arma.

Por el canal de mando se oye la voz del sargento Foley, es el suboficial más antiguo de la compañía Charlie y a veces ejerce como oficial cuando no hay ninguno presente: Sargento Tequila, haga el favor de controlar a su gente o buscaré a alguien que lo haga.

--Este hijoputa un día me va a matar de un susto.-- No pudo contener una leve risa tras su casco al ver el entusiasmo de Jiménez justo antes de escuchar las comunicaciones que llegaban de los otros pelotones. -Venga Foley, los chicos sólo se entusiasmaron un poco al comprobar la eficacia del arsenal contra la fauna nativa, ahora si me disculpas. ¡Pelotón del sargento Tequila iniciando marcha hacia vector 74x,36y. Misión: Búsqueda de pelotón de avanzada. Próxima comunicación a las 14:00h. Cambio y fuera!- Respondió por el canal de mando para luego comunicarse por el canal de su pelotón. -¡Avanzad! Será mejor salir de aquí antes de que nos envíen de vuelta a Orgullo de Terra. ¡Jiménez! Guarde un poco de ese ímpetu para cuando nos encontremos a algo más grande que la merienda. ¡Movimiento, movimiento!- Tequila se dispuso a encabezar la marcha de su pelotón para adentrarse en aquel exótico lugar.

Cuando das la orden a tus soldados una alarma te salta en la cabeza: No sabes para dónde debes ir ¿puede que los otros pelotones tengan información adicional que el teniente Ring expuso antes de que llegarais?

Muy pocos metros después de iniciar la marcha, pero ya fuera de la vista del resto de pelotones, Tequila se dirigiría nuevamente a su grupo. -¡Pelotón, alto!- Volteó a mirar a su cabo. -Cabo Sheriff, queda a cargo del pelotón. Yo iré a ver qué información puedo sacar de los sargentos cercanos.- Concluyó para dirigirse nuevamente a la zona de desembarco de las capsulas, a muy pocos metros de allí.

Hice otra tirada de HFC en caso de que fuera necesaria.

El alivio de Akira al ver que por fin se ponían en marcha sólo duró hasta que el sargento ordenó detenerse de nuevo a pocos metros. Tequila fue a obtener información de los otros sargentos, y dejó al cabo al mando. A Akira le agradaba bastante el sargento, pero el cabo, sin ser lo peor que uno podía encontrarse, desde luego no le caía tan bien. 

Esto empeora a cada paso que damos. 

Pensó mientras miraba al cabo en espera de órdenes.

Ir a preguntar directamente, al mismo sargento Foley con el que hablé hace poco de ser posible.

El Cabo Sheriff se dirigió al grupo, haciendo gala de su preternatural diplomacia:

Bueno señoritas, a esperar a que llegue el sargento. Si queréis hacer pipí, popó o cambiaros la jodida compresa, ahora es el momento.

Vuelves al pequeño claro creado por los motores de las cápsulas de lanzamiento y ves cómo los otros pelotones se están desplegando en otra dirección. Vas a ordenar al tuyo que regrese cuando de nuevo sueba la voz del sargento Foley pero esta vez en un canal particular: ¿Se pude saber dónde cojones vas, hijo? Tenemos una misión que cumplir y tu grupo se ha separado del resto.