Partida Rol por web

Anima: El Sollozo de las Estrellas

Capítulo 1: Una nueva vida/Libre Albedrío

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20/08/2016, 20:58

Alrededor de mediodía Rhyuka llegó a Vendelan a bordo de una pequeña diligencia propiedad de un mercader que se había ofrecido llevar a la muchacha. Era un hombre algo mayor, rondando los cincuenta años, que tenía muy buenas relaciones con la sociedad G, y justamente en su ruta entraba el pueblo en cuestión. Estaba llevando unas mercancías para dicha sociedad. No dio demasiada información acerca de ello.

Conseguir que la llevara fue algo complicado. El hombre no atendía a muchas razones e incluso acabó algo irritado tras hablar un poco con la muchacha. Al final cedió a cambio del poco dinero que le quedaba a la chica. Ahora Rhyuka estaba casi en la ruina.

El trayecto por los LLanos de Thuriz fue muy tranquilo. No hubieran necesitado el cazador escolta que les acompañaba, pero era una simple medida de seguridad. Al parecer, apenas un mes atrás otra diligencia había sido asaltada por dos meragrifos. La información no era muy clara, pero el resultado fue bastante catastrófico.


Vendelan era era una pintoresco población de unas dimensiones algo más pequeñas que una ciudad, donde reinaba un aire de calma y felicidad, situado casi en el extremo Este de Heinlein aún lejos de las Montañas del Fin, justo al lado de uno de los ríos del país. Levantada en un pequeño altiplano, rodeado por pequeñas forestas de abetos que le proporcionaban cierta defensa natural.
En sus inmediaciones, se había erigido una impresionante de muralla convirtiéndolo en un pueblo fuertemente defensivo realzando la presencia de la sociedad en aquel lugar.
Las edificaciones mayormente estaban formadas por madera, las más nuevas, contaban con algo de piedra, con el estilo característico y cultural de la región. Edificios relativamente bajos pero alargados con grandes tejados. Otros más ostentosos, pero concentrados, dando la imagen de pequeños castillos nórdicos.

Desde el mismo exterior de la muralla, hasta el interior, una agradable brisa surcaba el lugar inundados los sentidos con cantidad de olores que se mezclaban en aquel lugar, diversos sonidos que formaban parte del pueblo denotado una ajetread vida diurna, llena de comercios, artesanos, al igual que repleta de vida animal y otros muchas clases de oficios. Sin embargo, todo ello no sugería ninguna clase de estrés. El pueblo, o la vida de aquel lugar transmitía sensación de tranquilidad y de paz.
Para muchos era un sitio perfecto para empezar una nueva vida, alejados de la centralización del país, bajo la seguridad de la élite de los cazadores. Aunque eso hacía que la mayoría de los trabajos del pueblo fueran dirigidos a satisfacer las necesidades de los cazadores.


La diligencia se dirigió hacia el mercado central del pueblo para descargar su mercancía, donde Rhyuka pudo despedirse de aquel mercader y su escolta y acabar lo que la había llevado a aquel lugar.

Se encontraba en un sitio con bastante gente y mucho ruido. Se podía distinguir los gritos de los mercaderes, de los mozos de carga, de los trabajadores y de los clientes. Se trataba de un mercado general donde se proporcionaba desde comida hasta equipamiento para los cazadores del lugar.

Ahora la muchacha volvía a estar por su cuenta con la información que le habían dado acerca de la posada que había de buscar. Tenía el lugar, El Reposo del Jeger y a quien buscaba, la posadera Heileen.
Sus dos compañeros le habían dado bastantes indicaciones acerca de dicho lugar, al parecer bastante famoso por el lugar, así que si tenía ningún problema, sobretodo por lo de la vista, cosa que no habían dudado en mencionar, le habían sugerido que preguntara, todo el mundo conocía a Heileen y su posada.

Por otro lado, en todo aquel ambiente, Libusa no se encontraba para nada cómoda. La cantidad de gente la abrumaba hasta el punto de no querer moverse a excepción que la arrastraran, al igual, que su llamativo color y clase de anima, atraía muchas miradas.
Tusk, simplemente disfrutaba de la libertad de tener alas, rondando tranquilamente el cielo del lugar.

Notas de juego

Para que te hagas una mejor idea.

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21/08/2016, 13:36
Rhyuka

Me baje del carro con cuidado, y di las gracias a mi manera al mercader, no tenia claro cual era el precio de los trasportes, pero tenia la sensación de que me había cobrado bastante menos de lo que seria lo habitual… Y aun así. Mire la bolsita de que me hacia de cartera, vacía completamente. ¿Y ahora como volvería a casa? No había tenido ese pensamiento en todo el viaje, mi único objetivo había sido llegar allí para entregar aquel libro.

A mí alrededor se escuchaban una multitud de sonidos, la mayor parte de ellos de comercios intentando convencer de que sus materiales y provisiones eran los mejores. Supongo que estaría en la parte del mercado.  Me sentía algo mareada con todo el bullicio de mi alrededor, y a fin de cuentas no tenia dinero para comprar nada, fui a dar los primeros pasos hacia donde habían señalado mis acompañantes que estaba la posada cuando note que Libusa se pegaba a mis piernas, casi temblando. Si el bullicio me resultaba caótico para mi ella… casi no se quería mover. Con cuidado me agache y la acaricie.- Tranquila pequeña, ven aquí.- Añadí mientras la cogía con cuidado y la subía a mis hombros como había hecho alguna vez atrás.

Empecé a caminar por la calles, en busca de lo que llevaba casi un mes buscando, intente encontrarla por mi cuenta, pero la población era bastante y no lo conseguí, finalmente después de preguntar a un par de lugareños, que tal y como me dijo el mercader, conocían el local me dirigí hacia el.

Me coloque delante de la puerta con la mano dispuesta a entrar, mi corazón latía en cierto modo fuerte, intranquilo por ver que mi objetivo estaba casi cumplido. Finalmente empuje la puerta y entre, la taberna estaba abarrotada de gente, los olores y sonidos del interior de esta me inundaron nada más entrar, el gentío causaba ruido por todas partes, me dirigí hacia donde suponía que la barra estaría, notaba como llamaba la atención de algunas miradas, o quizá solo fuera parte de mi nerviosismo.

Finalmente tras varios tropezones y choques contra algunos de los parroquianos conseguí llegar a la barra y hacerme un hueco. Me concentre para escuchar a la persona que había allí detras, que parecía bastante ajetreada, cuando la escuche pasar cerca de mi simplemente eleve un poco la voz.-¿Heileen? Esto… ¿Conoces a alguien que se llama Sorke?

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21/08/2016, 17:09

El interior de la taberna estaba a rebosar. Pese a ser mediodía el ambiente que allí había era más bien el de las horas nocturnas. Mucho jaleo, fuerte olor a bebidas alcohólicas y a todo tipo de alimentos cocinados.
Las exageradas historias que le habían contado del lugar eran ciertas y aquello solo lo corroboraba. Una posada realmente famosa donde todo el mundo que pasaba por Vendelan tenía intención de pisar, ya fuera por su comida, como por su posadera jefa.

La persona que estaba tras la barra estaba realmente ajetreada, las ordenes no paraban de volar por el interior del local, y los trabajadores del interior hacían lo que podían para atenderlos a todos con fructuoso éxito.
La primera vez que Rhyuka se dirigió al individuo, no la escucho, así que tuvo que repetirlo, elevando la voz, recibiendo una respuesta bastante rápida sin llegar a pararse para darle más detalles .

-Si busca a Heileen, se encuentra en el piso de arriba- Señaló con la mano la dirección donde se encontraban las escaleras golpeando algo con dicha acción. -Aparta- Dijo con severidad tras el incidente, dirigido a aquel al que había golpeado. La voz era la de una mujer, algo grave y profunda. Por las escasas descripciones de Libusa, físicamente corpulenta superando en altura a Rhyuka por varios palmos, con una constitución musculosa más parecida a la de un fornido guerrero, cargando una par de bandejas con platos de comida y jarras.

La indicación visual no fue de mucha ayuda debido a la falta del sentido de la vista y por otro lado, la cantidad de personas las ocultaban, imposibilitando a Libusa tener contacto visual con el acceso al piso superior. Así que tendrían que guiarse mediante la dirección que había señalado, intentando sortear todos los obstáculos y desplazarse por el concurrido lugar, acabando por atraer muchas miradas asustando a Libusa y algún que otro manoseo en el trasero seguido de invitaciones indecentes a sentarse u otras más subidas de tono, aunque parecía que eso era algo común. También les sucedía a las posaderas que respondían con bastante severidad y algún que otro puñetazo bien colocado.

La escalera se encontraba casi al fondo de aquella inmensa sala, al lado contrario de la entrada hacía mano derecha, donde la gente empezaba a desaparecer dejando mucho espacio tanto de acceso como para poder transitar de arriba a abajo con facilidad.
Subir no fue ningún periplo en comparación con el haber atravesado la sala. Estaba completamente vacía y todo el ruido desaparecía con cada escalón que daba convirtiéndose en un tenso silencio y numerosos susurros. Al final de las escaleras había un ancho y largo pasillo con numerosas puertas a derecha e izquierda y otros numerosos pasillos extendiéndose por el interior del lugar convirtiéndolo en todo un laberinto.

No muy lejos del la salida de las escaleras se encontraba un grupo de gente apelotonada cerca de una puerta, de donde salían gritos de dolor y una respiración nerviosa siguiendo una pauta muy acelerada de inspirar y expirar.

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21/08/2016, 19:17
Rhyuka

Parece que la chica a la que pregunte no era Heileen, esta algo ocupada me dijo que estaba en el piso de arriba. Libusa me hizo de guía hacia donde había señalado, pero no me confirmaba verlas, la posada estaba abarrotada de gente dando un suspiro empecé a caminar, después de pasar por varios parroquianos y chocar contra una mesa, al fin llegue al otro lado de la habitación.  Había sido como caminar entre llamas, juraría que alguno había aprovechado para algún comentario que no entendí y darme una palmada. Se habrían confundido de persona…

Finalmente empecé a subir las escaleras con cuidado ayudándome de un apoyo en la pared , Gracias al cielo no estaba tan concurrida como la parte de abajo. Cuando termine de subir me ayude de la pared para girarme, parecía que había puertas a ambos lados, continúe el pasillo esperando encontrarme con algo, pero cuando no había dado mas que un par de pasos escuche un grito de dolor.

No pude mas que asustarme, inmediatamente mi mente trajo los desagradables recuerdos de hacia poco menos de un mes. Pare para recuperarme y después de respirar un par de veces continúe el pasillo. Estaba en medio de una ciudad, no podia ser lo mismo que aquella vez. Libusa me comento que había un grupo de gente alrededor de una puerta, de la que parecía que sonaban los gritos y una respiración agitada.

Me acerque con cuidado y al llegar a aquella gente pregunte.- Esto…¿ocurre algo? Busco a Heileen.- Formulo algo irritada, tenia la sensación de que no iba a acabar de encontrar a la persona en cuestión.

- Tiradas (2)
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21/08/2016, 19:20

Vendelan era era una pintoresco población de unas dimensiones algo más pequeñas que una ciudad, donde reinaba un aire de calma y felicidad, situado casi en el extremo Este de Heinlein aún lejos de las Montañas del Fin, justo al lado de uno de los ríos del país. Levantada en un pequeño altiplano, rodeado por pequeñas forestas de abetos que le proporcionaban cierta defensa natural.
En sus inmediaciones, se había erigido una impresionante de muralla convirtiéndolo en un pueblo fuertemente defensivo realzando la presencia de la sociedad G en aquel lugar.
Las edificaciones mayormente estaban formadas por madera, las más nuevas, contaban con algo de piedra, con el estilo característico y cultural de la región. Edificios relativamente bajos pero alargados con grandes tejados. Otros más ostentosos, pero concentrados, dando la imagen de pequeños castillos nórdicos.

Desde el mismo exterior de la muralla, hasta el interior, una agradable brisa surcaba el lugar inundados los sentidos con cantidad de olores que se mezclaban en aquel lugar, diversos sonidos que formaban parte del pueblo denotado una ajetread vida diurna, llena de comercios, artesanos, al igual que repleta de vida animal y otros muchas clases de oficios. Sin embargo, todo ello no sugería ninguna clase de estrés. El pueblo, o la vida de aquel lugar transmitía sensación de tranquilidad y de paz.
Para muchos era un sitio perfecto para empezar una nueva vida, alejados de la centralización del país, bajo la seguridad de la élite de los cazadores. Aunque eso hacía que la mayoría de los trabajos del pueblo fueran dirigidos a satisfacer las necesidades de los cazadores.

Halden había pasado ya un mes en aquel pueblo, recuperándose y para aquel entonces, gracias a los cuidados de su gente, volvía a valerse completamente por si mismo, empezando a formar parte de aquella gente, ganarse su aprecio y cariño pese a la mancha que portaba a sus espaldas.
Nunca le pidieron nada a cambio, incluso le dejaron vivir en la posada, sin embargo, este empezó a inmiscuirse en actividades del pueblo para sentirse bien consigo mismo mostrando que era apto y al mismo tiempo sentir que se merecía todo aquello, de alguna forma u otra, aunque no acabara de encajar.

Parecía como si todo aquello que arruinó su carrera nunca hubiera sucedido, si no fuera por la mala fama que se había ganado debido a aquel sucedo, los recuerdos en su memoria y el estado de la única superviviente.

Halden se encontraba ayudando a Heileen en un trabajo algo delicado. Situados en una habitación de la segunda planta de la posada que recibía el nombre de "El Reposo del Jeger", una de las mujeres del pueblo había roto aguas y estaba dando parto en aquel lugar. El motivo, principalmente por las capacidades de la posadera y el buen renombre que tenía su gran local. Mucha gente se había apelotonado en la puerta de entrada a la habitación, observando el curioso espectáculo, aunque la mayoría de ellos eran familiares.
En el interior, se encontraba Heileen, ayudando con sus capacidades al igual que sus conocimientos de medicina que no parecían para nada menores al  hombre que se suponía que era el médico de Vendelan. El carácter de la chica en esa clase de situaciones se volvía firme y decidida, haciendo desaparecer toda la timidez y la torpeza con la que solía vivir, mostrando su parte protectora y confiable. Ladraba ordenes de forma tranquila, sin titubear.
El medico, el hombre corpulento con la pata de palo, se encontraba enfrente, animando a la mujer a que siguiera con el esfuerzo, tranquilizándola y controlando que todo fuera correcto.
Halden, se mantenía a la espera, obedeciendo cada orden que le daban, desde traer algún artículo a ayudar a la mujer en cualquier cosa. Se había ganado la confianza del lugar como para llegar a esos extremos, pero parecía que aún no acababan de verlo como un cazador.

La mujer no dejaba de soltar gritos desgarradores, intentando relajarse con respiraciones pautadas, a lo que el medico respondía con puyas hacia el muchacho. -Ves Halden, esto es dolor de verdad.-

Notas de juego

Para que te hagas una mejor idea.

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21/08/2016, 22:33

La gente estaba más atenta a los sucesos del interior de la habitación que a su alrededor, tomando por sorpresa a los individuos a los cuales preguntaba aquello, molestándolos debido al tono que esta había usado y su súbita aparición sin tener nada que ver con lo que allí sucedía.

-¿Y esta quien es?- Susurró una de las mujeres con desprecio en mitad de los gritos de la mujer del interior. El resto de gente la observaba con ojos no demasiado amistosos poniendo nerviosa a Libusa, comunicándoselo a su ama, añadiendo el peculiar aspecto de Rhyuka cargando a aquel animal en mitad de aquel sitio donde parecía que no acababa de encajar.

-Ahora mismo anda un poco "ocupada". Si la necesitas tendrás que esperar.- Dijo uno de los hombres más cercanos a ella con cierta severidad esperando que la muchacha se alejara algo del lugar. -Así que si puedes hacer el ademán, por favor.- El hombre dejó de dirigir la palabra a la muchacha tras un susurro de otra de las mujeres de aquella conglomeración.

Los gritos del interior no cesaban, a veces interrumpidos por extraños ruidos que sugerían esfuerzo. Mezclados con esta cacofonía, se oía la dulce voz de una mujer, repartiendo ordenes con tranquilidad y decisión organizando los que estaban en el interior y junto a ella, se oía la grave voz de lo que parecía un hombre mayor que intentaba animar y tranquilizar a la mujer que emitía los quejidos con algunas técnicas para aligerar el dolor que padecía y entre otros, soltar alguna que otra broma cuya gracia solo el entendía.  -Ves Halden, esto es dolor de verdad.-

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21/08/2016, 22:06
Halden Weisser

Poco a poco, fui integrándome en Vendelan. Tal vez mi reputación como cazador estaba por los suelos, pero no fui sometido a un vacío social, y la gente parecía bastante cómoda conmigo siempre y cuando no se hablara de caza. Aun no terminaba de entender porque la gente se negaba a recibir ningún pago por mi parte y esquivaba la pregunta cuando intentaba averiguar el por qué, pero en lugar de tratar de abusar de ello decidí compensar ayudando.

En aquellos momentos, prácticamente me había recuperado por completo de mis heridas, sin duda gracias a la inusual combinación de magia de creación, esencia y natural de Heileen. Sin duda alguna se trataba de una sanadora excepcional que, si tuviera la suficiente confianza en si misma, dejaría sin trabajo al médico local.

Durante mi proceso de recuperación, aproveché mis horas muertas para estudiar el método de canalizar el erzvayu para garantizar el funcionamiento de la magia. Tras un mes aun no había conseguido dominarlo, pero eso era porque a duras penas le estaba dedicando tiempo al estudio.

También hice un pequeño altar cristiano en mi habitación para rezar por las almas de la familia y por la recuperación de Sherlyn. Siendo que mis rituales de exorcismo estaban basados en el cristianismo, no podía negar la existencia de Dios, y por tanto sus almas podrían estar bajo el cuidado de de este y no en Helion,

Ahora estaba ayudando al doctor y Heileen en un parto en El Reposo de Jeger. Mis funciones se limitaban a traer lo que aquellos dos me pidieran y hacer todo lo que pudiera por la madre, principalmente hacerla sentir cómoda y hacerla reír a mi costa con las puyas del doctor, aunque con el tiempo que la mujer llevaba con aquello tampoco es que estas fueran muy desencaminadas. Sin embargo, el recuerdo del meragrifo desgarrando mi pecho hizo que perdiera la concentración durante unos segundos.

- Ya lo veo, ya, y lo aguanta mejor que yo. Berkana debe estar con ella.

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22/08/2016, 00:16
Rhyuka

Suspire exasperada, “ocupada”… - Esperare entonces. - He estado esperando 20 días de viaje, supongo que esperar un poco mas no será un problema. Tenia curiosidad por saber que ocurría en la habitación, pero el grupo de gente parecía que se había cerrado en torno a ella, además, dudo que lo que estuviera pasando dentro fuera agradable, esos chillidos de dolor… seguro que había alguien herido y le estaban intentando curar.

Di unos pasos atrás y deje bajar a Libusa con cuidado. Me senté en los tablones de madera que componían el pasillo con las piernas cruzadas y apoye la espalda en la pared. Libusa se coloco encima de mí y metódicamente empecé a acariciarla para calmar los nervios. Estaba cansada, me gustaría acabar con esto lo antes posible y volver a casa… que sería una odisea, no tenía dinero para volver… ni siquiera para comer el día de hoy…

Arg.-Exclame en voz alta sin querer mientras me revoloteaba el pelo con frustración. ¿Habría sido buena idea venir hasta aquí? ¿Que se supone que era lo que transportaba? No me había parado a comprobarlo en todo el viaje, sabia que era un libro, mi madre tenia algunos en casa, decía que se “leían” y había historias escritas en ellos. Metí la mano en la bolsa y toque el libro, ¿Sería tan preciado como para haber recorrido tanto camino? Lo deje dentro de la bolsa, lo sacaría cuando llegara el momento, no quería perderlo ahora después de haber avanzado tanto portándolo. Además no serviría de nada que lo sacara… Volví a acariciar a Libusa mientras escuchaba aquellos alaridos de dolor. Quizá fuera por el cansancio del viaje que se me empezaron a cerrar poco a poco los ojos.

De pronto escuche unos chillidos diferentes a los que habían sonado hasta ahora, de otra persona, mas agudos. Levante la cabeza, sacándome de mi sopor ¿Pero qué estaba pasando allí dentro? El tumulto de la gente que había en la puerta empezó a agitarse, parecían… ¿contentos? No entendía que clase de persona se alegraría del sufrimiento de otra… Los humanos eran seres extraños, aun no llegaba a entenderlos.

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22/08/2016, 21:25

El parto duró una media hora hasta que al final la criatura se dignó a salir del vientre de la madre. Una nueva vida había llegado a aquel ameno pueblo en la forma de un recién niño recién nacido.
El doctor tomó las medidas apropiadas para acomodar a la criatura en aquel mundo, golpeando su trasero. Heileen evitaba por todos los medios, que el sobreesfuerzo que era había sido aquello acabara con la madre de la criatura. De todos modos, aquella mujer era fuerte, con una constitución lo suficiente robusta como para que aquello no supusiera un golpe letal, simplemente un exceso de cansancio, dejándola extenuada.

Cuando la criatura empezó a llorar, bajo la silenciosa expectación del todo el mundo, y tras las palabras de Halden, todos explotaron en un mar de lloros de alegría y felicidad. El medico lo confirmaba, era un niño fuerte y sano con toda una vida por delante.
La gente se reunió alrededor de la cama donde se encontraba la mujer y su criatura. El jubilo se había apoderado de la habitación.

En ese momento, Heileen, tras varias indicaciones del doctor, se dispuso a dejar la sala, ya no era necesaria su ayuda, así que podía volver a sus quehaceres, aunque le sugirió que antes tomara un buen baño y se cambiara la ropa manchada de sangre y otras sustancias, añadiendo el hecho de que le transparentaba casi todo, sacándola de su estado actual de confianza para volver a su comportamiento habitual de una chica torpe y vergonzosa. Antes de que esta saliera, multitud de palabras de agradecimiento volaron hacia ella, sin que les prestara mayor atención, más que nada por su actual situación de vergüenza, saliendo de la habitación dando rápidos pasitos como si ello hiciera que pasara inadvertida.

-Hermoso ¿Verdad? El milagro de la vida. Bien has hecho en agradecer a Berkana- El doctor soltó una de sus risotadas características, golpeó al muchacho en la espalda antes de asignarle otra tarea. -No creas que te vas a escapar tan rápido, muchacho. Aún tienes que limpiar todo esto.- El hombre tenía la costumbre de darle los trabajos más desagradables a Halden, pese a que siempre acababa ayudandole, por poco que fuera. Pero era su forma de demostrarle su aprecio. Más de una vez le había dicho que eso le ayudaría a formarse.

El trabajo en cuestión sería un poco complicado teniendo en cuenta a la gente que había, pero por el momento solo era sacar algunas telas y otros artilugios, más tarde se acabaría de acomodar la habitación, con la ayuda de alguna de las posaderas.

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22/08/2016, 21:47

Aquel espectáculo de gritos duró aproximadamente treinta minutos más desde la llegada de Rhyuka al lugar.
Se sentó a esperar en mitad del pasillo apoyada en la pared en compañía de Libusa, que aún seguía alerta incapaz de tranquilizarse dentro del mundo humano.
Relajarse era sido un poco difícil debido a la cantidad de gritos que provenían del interior pero habiendo aislado debidamente el ruido de la mente, el tiempo pasó algo más rápido hasta que la agonía cesó y una explosión de jubilo tuvo lugar, devolviendo a la muchacha a la realidad, justo cuando todos aquellos individuos entraban en la sala dando voces y lloros de alegría alabando a los Aityr, sobretodo a Berkana, la Aityr del nacimiento y la fertilidad, que momentos antes, un chico joven había mencionado en respuesta a una de las bromas que soltaba el bromista individuo del interior.

Aquella sala ahora rebosaba de jubilo con la vida de un nuevo integrante de aquella familia, un niño fuerte y sano, según pudo escuchar de lo que parecía el medico que se encontraba dentro, curiosamente el mismo que soltaba aquellas bromas de mal gusto. Siguiendo el resto de conversaciones que se podían oír, captó como el médico se dirigía a una tal Heileen y le daba permiso para que volviera a sus quehaceres, no sin antes puntualizar la necesidad de un baño y de cambiar de ropas, ya que ahora mismo estás a parte de estar sucias, transparentaban.

Unos ligeros y rápidos pasos salieron de la habitación, como si tuvieran prisa, casi inaudibles debido a la ligereza con la que caminaba y a los ruidos de la habitación y gracias a la ayuda de Libusa, pudo advertir que la presencia de la chica que cruzaba sin prestar mucha atención a Rhyuka.

-"Muchacha, joven, rubia... Ropa igual posaderas, cortas, sucia, distracción, rubor..."Cuando iba a seguir con la descripción física a su manera, notaste como te observaba alrededor del pecho dejando un incómodo silencio, para acto seguido apoyarse nerviosa sobre su ama como si hubiera cometido una falta de respeto y lamerle la cara a modo de disculpas.
La otra chica no parecía que tuviera la más mínima intención de pararse. Parecía distraída y algo ruborizada por e comentario del hombre.

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22/08/2016, 23:15
Rhyuka

Escuche como la alegría inundaba la habitación y después de poco tiempo unos pasos hicieron darme cuenta de como alguien salía de la sala. Atendí a la descripción que Libusa me estaba dando de la chica que venia hasta que se interrumpió ella misma y empezó a darme lametazos para disculparse. ¿Que le ocurría? La aparte cuidadosamente para levántame.-Para ya pequeña.-

Me puse en pie y cuando note que la chica que había salido de la habitación estaba cerca mía pregunte.- ¿Heileen?  Dime que si por favor, eres la cuarta persona a la que pregunto por ella…- En mi tono se notaba cierta desesperación.-Llevo casi un mes para venir hasta aquí, buscándola para entregarle algo de parte de Sorke… ¿o Quizá era de Threy? No me quedo claro la verdad.- Dije casi para mi misma, algo me decía que estaba frente a la persona que estaba buscando.- Da igual, dime que tu eres Heileen y no tengo que seguir buscándola…- Mi tono mas que de suplica parecia un asalto directo hacia aquella mujer, que aun no habia conseguido decir palabra.

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22/08/2016, 22:07
Halden Weisser

El niño se hizo esperar, pero finalmente salió, y ya que nadie parecía decirlo fui el primero en darle las gracias a Berkana. El doctor se encargó de la criatura y de la atención de los espectadores, mientras que Heileen se ocupó de la agotada madre. Me fijé entonces en que el vestido de esta se transparentaba debido a las manchas de sangre y líquido amniótico, y me sonrojé al momento.

El doctor hizo que esta se diera cuenta, y se marchó de allí sonrojada volviendo a ser la misma de siempre. A mi, por otro lado, me tocó limpiar el lugar, aunque con tanta gente ahora mismo no había mucho que pudiera hacer. Por el momento, me limité a recoger todos los trapos manchados y dejarlos en un barreño antes de ir a por unos limpios y un par de cubos con agua para limpiar el suelo.

Empecé a limpiar las zonas que la gente no tenía ocupada, y en cuanto todos se acomodaron o se  fueron a otro lugar terminé con ello, con la ayuda de una de las posaderas. Sabía que aquellos uniformes transparentaban muy fácilmente al mojarse, así que en más de una ocasión me sentí tentado de, por accidente, mojar a mi compañera para ver a través de su ropa, pero finalmente no lo hice. No al menos voluntariamente.

Tras todo aquello, solo restaría limpiar mi propia ropa, cosa de la que me encargué con el conjuro de higiene.

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23/08/2016, 00:23
Samantha Heileen

La muchacha se detuvo en el momento que oyó esas palabras. Se detuvo y se giró ocultando su cuerpo bajo sus brazos en un abrazo a si misma tímida por la transparencia de su ropa.
Miró con algo de temor a Rhyuka después de que esta la asaltara con aquel tono que la hizo encogerse y titubear ante la presencia de la chica. Parecía que se disponía a hablar abriendo la boca cuando, a punto de pronunciar alguna palabra, un seco sonido de su garganta la detuvo, como si se hubiera atascado incapaz de proseguir.

La tensión era algo palpable. La chica no parecía haberse tomado bien el tono, colocando una postura a la defensiva. -Esto... Si... Soy... Soy Heileen ¿Q-Que necesitas?- Rhyuka reconoció la voz. Era la misma que apenas instantes antes había estado impartiendo ordenes ahí dentro con seguridad y decisión. Ahora parecía una mujer asustadiza e indecisa, indefensa ante aquella mujer que la observaba. Entonces se percató de algo y se relajó. Libusa la encontraba algo graciosa. 

Escuchó con atención como si ahora se compadeciera de ella, aún indecisa y algo acobardada sin dejar de cubrir su cuerpo, sin faltar al respeto y haber huido tras lo que ella había considerado un ataque. Cuando Rhyuka acabó, esta pareció plantearse que responde durante unos segundos, sin saber que responder.

Tras dudar unos instantes, asintiendo visiblemente para si misma al igual que se armaba de ánimos susurrando algunas palabras cargándose de valor tras llegar a una resolución. -Podrías... Podrías esperarme abajo. Preferiría... Arreglarme un poco. Si no te importa- Se estremeció ligeramente. -No...No tardaré demasiado.- Acabó por decir esperando que la dejara ir debido a su situación que parecía ser más importante que cualquier otra cosa.

-¿Como te llamas?- Acabó preguntando.

- Tiradas (1)
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23/08/2016, 16:57
Rhyuka

Escuche como la chica me contestaba, su voz era suave, joven. Reconocía su voz, era la misma persona que había estado momentos antes dando ordenes con seguridad y ahora parecía… ¿Indecisa? ¿Tímida? Al escuchar la confirmación de que era ella me relaje. Al fin. Empecé a buscar en la mochila lo que tenia que entregar cuando escuche algon sobre esperarla y pare el movimiento.

Un escalofrió me recorrió cuando me menciono esperar en la parte de abajo. Realmente no entendía porque tenia que esperar.- Si, esperar, como si no hubiera esperado suficiente…- Mi tono sonó exasperado, pero finalmente cedí a su demanda.-Preferiría un lugar con menos gente. Ni yo ni Libusa nos sentimos cómodas allí abajo. Si quieres, esperare en las escaleras.- Después de lo que me había costado llegar allí me negaba a bajar, el piso de abajo estaba abarrotado, si volvía a bajar temía que no volviera encontrar a Heileen.

Habia empezado a darme la vuelta cuando me pregunto mi nombre.- Rhyuka .- Respondí sin darle mucha importancia, y mientras empezaba a caminar hacia las escaleras espete una frase.- Supongo que lo que le ocurra a tu aspecto es mas importante que la muerte de medio pueblo.- No entendía muy bien que le ocurría, pero por los pensamientos que me había dirigido Libusa de la chica parecía, supongo que querría cambiarse.

¿Y esta es la mujer en la que había depositado mis esperanzas? Pensé mientras me sentaba con cuidado en el primer escalón. Espera… ¿Seria ella realmente? ¿Me valía su propia palabra para fiarme de que ella era Heileen?¿ Y porque me había enviado Sorke en busca de una posadera? Arg, ¿no habría sido mejor enviarme a hablar con algún cazador poderoso? Alguno que pudiera enfrentar a aquella bestia…

Me quede congelada en mi pensamiento. No me había dado cuenta hasta ese momento. Pero después de los gritos de agonía de la gente mi pensamiento había cambiado, habitualmente habría intentado proteger cualquier animal… pero aquella bestia… no sentía nada excepto profunda tristeza por sus acciones, únicamente se había dedicado a masacrar el pueblo, sin si quiera buscar alimento…

Por otra parte fui consciente de algo que no quería reconocer, daba por hecho que aquel grupo de cazadores no habría conseguido acabar con la bestia… y habría muerto.

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23/08/2016, 17:09
Samantha Heileen

La mujer siguió tomándose las palabras de Rhyuka de forma ofensiva, mostrándose incómoda ante ella como lo haría cualquier persona tan tímida como ella aparentaba serlo, sin pronunciar ninguna palabra, observándola con ojos de cordero intentando escusarse y hacerse la víctima, cosa que sin palabras la extranjera no llegaría a entender. "¿Asustada?" Era lo que parecía entender Libusa, no del todo cierto.

Abrió la boca y volvió a producir un ruido seco tragándose sus palabras sin llegar a decir nada -"No creo que para nadie sea ni agradable ni cómodo ir por el mundo en este estado, me gustaría verte a ti en mi situación a ver que prefieres hacer ¿Que te has creído?"- Siguió parada enfrente de Rhyuka como si esta la esturdiera riñendo, mirando al suelo como una niña pequeña hasta que esta empezó a darse la vuelta y dirigirse hasta las escaleras bajo la reticente y algo dramatica afirmativa de poder esperar en las escaleras.

-Podrias... Podrías esperar...- Iba a pronunciar algo cuando la muchacha prosiguió con algo que pareció captar la atención de la muchacha, volviéndola algo más atrevida y perceptiva, disminuyendo la preocupación por su aspecto. -¿A que te refieres?- Inquirió con algo de fuerza sin titubear, dando unos pequeños pero sonoros pasos hacia la chica que se alejaba -¿Que ha pasado?¿De...De donde vienes?-
Su aspecto ahora era algo más decidido, sin haber olvidado lo que para ella habían sido agresiones verbales, observando a la muchacha con ojos decididos, incluso con algo de odio de por medio. -Dime... Sin tan importante... Ahora que tienes la posibilidad.- Sonó arrogante.

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23/08/2016, 19:19
Rhyuka

Me gire hacia la chica, a diferencia de antes había sonado segura, quizá había alguna posibilidad de que la chica fuera mas útil de lo que pensaba. Seguía preguntándome cual era la razón de la que hubiera sido ella a la que me mandaran, pero decidí que no tenia ninguna idea de que hacer si ella no era la persona correcta.

-Ocurrió hace menos de un mes, por el norte de Fereas, era un pueblo mediano, tenia bastantes habitantes. Estaba con un grupo de cazadores, Threy, Sorke y… Djavel creo que se llamaban, estaban buscando una bestia peligrosa… Hasta que la bestia les encontró a ellos… a ellos y a todo el pueblo.- Me detengo un momento tras recordar de nuevo aquella escena.- La bestia era enorme… quemo el pueblo entero, solo unos pocos pudieron escapar.- Cierro el puño con frustración.- Sorke me dio algo y me dijo que viniera hasta aquí para entregártelo. Es un libro, no se si te dirá algo.-Añado mientras saco el libro que me habían entregado, cuando lo estoy sacando escucho como cae algo al suelo, algo ligero, como un pequeño paquete. Me agacho para cogerlo, parece una carta…-Cierto, me dio también una carta.- Digo recordando.- Lamento que no te diga lo que pone, pero no se me da muy bien leer.

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23/08/2016, 20:29
Samantha Heileen

La chica callo y escucho con detenimiento e interés las palabras de Rhyuka, mostrando cierta preocupación, agarrando repentinamente el brazo de la muchacha sin ningún aviso previo y empezó a arrastrarla detrás de si. -Ven conmigo, esto no podemos discutirlo aquí.- Aclaró para que Rhyuka no se asustara. Su tono se había vuelto serio. Ahora parecía alguien decidida, olvidándose completamente de su aspecto físico.

-¡HALDEN, JEFSEN!- Gritó. -¡Estaré en la Sala del Servicio!¡Encargaos de Sherlyn!- Pronunció justo antes de empezar a bajar apresurada por las escaleras arrastrando con fuerza a Rhyuka, quizás descargándose con la presión que le ejercía en la parte que agarraba, empezando a ser doloroso.
El barullo volvió de la taberna volvió a golpear los sentidos, apenas durando unos segundos debido a las prisas y la firmeza con la que Heileen transitaba por el lugar, recibiendo cantidad de saludos y otras muchas palabras de toda clase proveniente de tanto los clientes como el resto de trabajadores, mostrando que en de un modo u otro la apreciaba e idolatraban, aunque fuera de un modo algo más carnal. No hizo demasiado caso a ninguna de esas palabras, más que indicando que estaba ocupada y donde la podían encontrar en el caso de sus compañeros

Dejaron atrás aquella sala internándose en lo que, por la cantidad de ruidos, el calor y los olores, debía de ser la cocina. Libusa por un momento botó de alegría -"Comida"- a punto de cazar algo que se encontraba por el lugar, retractándose a sabiendas de que aquello podía ser peligroso. Sin embargo, aquello la despistó un poco.

Transitaron por varias habitaciones más y un oscuro pasillo hasta llegar a una sala muy espaciosa provista de una gran variedad de muebles, entre ellos butacas y sofás de calidad, una gran mesa para diez personas, con una chimenea y una gran ventana por la que entraba la luz. En el suelo se encontraba una gran alfombra gruesa de la piel de algún animal. El ambiente ahí dentro era agradable, completamente aislado de los ruidos exteriores, sin nadie más.

Nada más entrar, tiró de Rhyuka y la echo hacia el interior de la sala, cerrando de golpe la puerta, mostrando otra vez el rubor anterior, habiendo perdido toda la confianza que había cogido anteriormente. -P-Perdona, por la brusquedad- Se apoyó contra la puerta dejando varios suspiros al son de su respiración. -Siéntante... Por favor ¿Puedo ofrecerte algo?¿Un plato de sopa?¿Alguna bebida?- La chica pasaba de un extremo al otro con asidua facilidad, como si se le olvidaran las cosas o dejaran de tener importancia.

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23/08/2016, 20:43

Minetras Halden se ponía manos a la obra, desde el exterior se oyó a Haileen dirigirse al médico y a el. -¡HALDEN, JEFSEN!- Gritó. -¡Estaré en la Sala del Servicio!¡Encargaos de Sherlyn!- Pronunció decidida, y tras ello, se oyeron sus firmes pasos en dirección a las escaleras, seguidos por otros más ligeros.

​-Ya has oído chaval, acabamos esto, y le llevamos a la muchacha problemática.- Dijo mientras se ponía a ayudarle simplemente recogiendo alguna de las cosas que deberían ser llevadas al lavadero. -No te esmeres demasiado, simplemente deja limpia la habitación, el resto ya lo hará quien venga- Acabó diciendo. Y tras ello prosiguió con la ayuda, alargándose unos quince minutos, ya que a los cinco , la familia acabó por irse del lugar llevando a la mujer a una habitación algo más higiénica.
Entonces, Jefsen, el médico, interrumpió la actividad apenas pasaron ese cuarto de hora, tras haber recibido la ayuda de una de las posaderas más jóvenes, a la cual le dejaron a cargo del resto con alguna que otra queja.

-Bueno, Hal, vamos a buscar a tu amorcito- Dijo jocoso a sabiendas de que aquello posiblemente heriría de alguna forma u otra al chaval. -Debería estar en el porche. Venga vamos.- Seguido de unas palmadas en la espalda.

Recorrieron el lugar, saliendo por la parte trasera encontrando a la muchacha en cuestión,volviéndose completamente loca y catatónica al verlos aparecer, sin embargo era incapaz de huir, solo podía resistirse y patalear.

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23/08/2016, 22:59
Rhyuka

Acababa de recoger la carta del suelo para entregársela cuando note un tirón de mi y Heileen empezó a arrastrarme mientras me agarraba de la muñeca bastante fuerte, Bajamos por los escalones a una velocidad tremenda, realmente fue el momento en el que mas terror pase. Me costaba bajarlos despacio habitualmente así que bajarlos casi de dos en dos realmente hizo que pensara que me tropezaría. Antes de que pudiera seguir pensando por mi integridad física pasamos con cierta facilidad el salón mientras aun sujetaba el libro y la carta. Pasamos por el a toda prisa mientras la gente se apartaba y saludaba. En la cocina, tanto a Libusa como a mi, los vapores hicieron que por un momento empezáramos a salivar.

Finalmente tras escuchar como puertas se abrían y cerraban a nuestro paso llegamos a una sala en la cual notaba como los rayos de luz acariciaban mi piel. El suelo era mullido, quizá algún tipo de piel adornaba la estancia. En otro tiempo quizá me habría repugnado pisarlo, pero en ese momento no sabía si sería la piel de una bestia tan peligrosa como la que había atacado la aldea. El ruido del bullicio de la taberna no llegaba hasta allí, el ambiente era mucho mas tranquilo.

Cuando escuche la voz de la chica de nuevo me lleve un chasco de nuevo. Parecía que de nuevo se comportaba de esa forma tan retraída. ¿Cambios de personalidad? Quizá arranques de seguridad… ¿O estaba fingiendo?- No gracias, quizá después, no me parecería correcto que yo comiera mientras no te he dado tiempo a cambiarte.- Los pensamientos de Libusa dándome una breve descripción de la sala confirmaron mi teoría de cómo estaba estructurada la sala, salvo que aun no había tenido tiempo de “amueblarla” mentalmente. Camine hacia donde me dijo que estaba la mesa y deje con cuidado el libro y la carta.  Me voltee hacia Heileen.- Llevo cargando con ello porque Sorke me dijo que si quería ayudar de verdad lo trajese. No sé qué relación tenias con ellos pero…- seguramente hayan muerto. Sacudí la cabeza. Que hubiese escuchado a Threy en un sueño donde cantaban salmos tétricos, todo estuviese lleno de sangre y una niña me hubiese clavado una guadaña en el estomago no quería decir que haya muerto… Ante tales premisas no podía mentirme a mi misma.- Bueno, antes de intentar volver al menos me gustaría que me dijeses si ha servido para algo.- Pronuncie las palabras inconscientemente, pero al llegar a mis odios me di cuenta. “Intentar”. Una parte de mi era consciente de que si conseguía volver a casa seria una travesía aun mas dura de lo que había sido llegar hasta aquí.

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23/08/2016, 21:46
Halden Weisser

Me estremecí al oír lo que dijo Heileen. ¿De verdad era consciente de lo que estaba diciendo? No quería empezar a discutirlo porque aun tenía que limpiar, pero a Jefsen parecía que simplemente no le importaba. Estuve intranquilo durante toda la limpieza, pero cuando el doctor decidió que teníamos que hacernos cargo ya de Sherlyn, tras una queja de la posadera que tuvo que quedarse sola.

- No estoy muy seguro de que deba hacer esto - le dije a Jefsen por el camino -. Sherlyn me tiene un miedo atroz.

Cuando llegamos hasta ella, la reacción era exactamente la que me esperaba. No me extrañaba que me tuviera aquel miedo, al fin y al cabo toda su familia había muerto por mi culpa. Verla de aquella forma me hacía sentir tremendamente mal.

- Creo que lo mejor sería que me fuera a terminar con la limpieza. Si me acerco solo empeoraré las cosas.