Partida Rol por web

BUSCANDO JUSTICIA

1 de Noviembre: Domingo por la noche; baile de gala electoral

Cargando editor
13/01/2017, 15:01
Allan Jefferson

Aunque mi rostro no lo demuestra, la reacción de Patton me causa una gran satisfacción. Ver tambalearse a los que se creen tan firmes, y dudar a los que se creen tan a salvo de todo, devuelve a todo el mundo el mismo grado de fragilidad. Los inocentes no están a salvo en esta ciudad, que los culpables tampoco lo estén. Y Patton ha de ser culpable de algo.

Bueno, teniendo en cuenta que se trata de fondos acumulados mediante donaciones de inversores de fuera de la ciudad, anónimos y gestionados mediante un representante... -Comento con aire informal, como si aquello de lo que hablo no tuviera la menor relevancia. Pero sí que la tiene, al menos para Patton. Ganar estas elecciones supone su sustento futuro. Para mí, estar en el equipo de Johnson es sólo un medio para un fin- No se como lo definiría, Patton, si no como todo un misterio...

Sonrío, satisfecho, sabiendo lo que acabo de desencadenar, viendo la confianza abandonando a este hombre arrogante, suplida por absoluta preocupación. Sin embargo, no puedo disfrutarlo mucho tiempo, pues antes de que me responda cualquier cosa, alguien tira de mi americana y debo girarme.

Cargando editor
13/01/2017, 15:12
Director

Enviar el mensaje es sencillo, aunque Melissa deba hacerlo apresuradamente debido a que, oficialmente, no debería usarlo. Una rápida mirada le basta para asegurarse de que la comisaria, su madre, no está atenta a ella y no la ve hacer uso del teléfono. Sin embargo, los nervios hacen que la tarea parezca extremadamente lenta.

Finalmente, logra enviarlo y guarda el móvil de nuevo en el bolsillo. Más calmada, pero expectante ante la posible respuesta, no tarda apenas nada en recibirla.

Cita:

Estaba aquí hace un momento! Jugaba con un niño repeinado, ahora voy a buscarla, donde la has visto?
Cargando editor
13/01/2017, 16:06
~M~ Martha Snyder

La comisaria Snyder se mantiene ajena a toda la conversación entre Patton y Jefferson-Kennedy. Los asuntos electorales no le interesan demasiado, la política es demasiado sucia e intrincada como para prestarle atención cuando tantos otros asuntos requieren que les dedique todo su tiempo. Su trabajo depende de ellos, lo tiene claro, pero no trabaja "para" ellos. No es así como lo veo.

Aún así, se ve obligada a cumplir con ciertos protocolos, como esta gala. Y debe poner a veces buena cara ante gente que no le hace especial gracia. Es el precio a pagar. Pero realmente está deseando largarse, algo para lo que falta aún bastante tiempo. Se limita a apartar su atención de esos dos hombres y observar alrededor, rezando porque pase algo que la entretenga de verdad.

Lo que no se espera es que ese algo sea ella.

¿L-Liss? -Sus ojos se abren como platos, acercándose a la niña que se encuentra detrás de Allan, tirando de su americana, tan sólo unos pequeños tironcitos para traer su atención y lograr que se gire. Los ojos de Martha buscan a Melissa, desconcertada como se encuentra, pero en seguida vuelve a mirar a su nieta- Chiquitina, ¿qué haces aquí?

Cargando editor
24/01/2017, 19:54
Melissa Whedon

Me relajé un poco al conseguir enviar aquel mensaje a mi hermano, continuando observando los alrededores mientras a duras penas seguía la conversación de mi protegido y Patton. Parecían hablar de la extraña forma en la que se había financiado la campaña, pero quise creer que me había perdido algo de la conversación y aquello no era mas que una broma interna; aunque la cara de aquel estirado no parecía ser la de alguien que se divirtiera.

Saqué el móvil de inmediato, leyendo la respuesta de Gary mientras trataba de no quitar el ojo de encima a Alan. Fue entonces cuando vi a mi pequeña tirando de la americana de este, para después escuchar a mi madre y observar cómo me miraba antes de acudir junto a su nieta.

Maldita sea, Gary. ¿Por qué habré dejado que me convenzáis?

Escondí el teléfono, sin darme tiempo a responder a mi hermano, temiendo que mi madre me pillara y convencida de que en cualquier momento las miradas de mi vip y de Patton también se posarían en mí.

Me mantuve en mi posición, preguntándome cuánto tardaría mi hija en verme y acercarse a mí, lo cual no sería bueno ni para mi madre ni para mí; y deseando que mi hermano se diera prisa en encontrar a su sobrina ahora que sabía que la había perdido y que yo era consciente de ello.

Cargando editor
14/02/2017, 13:29
Allan Jefferson

Me doy la vuelta, sintiendo aquellos tirones en mi americana. Espero ver a algún conocido, alguien quizás del gabinete de Johnson, tal vez a Johnson mismo en persona. En realidad, en esta fiesta podría ser cualquiera, hay demasiada gente deseando figurar y marcarse su minuto de gloria. Gente como la que trato de aparentar ser, aunque si por mí fuera hace rato que habría salido de este edificio, cogido mi moto, y hecho millas lejos de toda esta hipocresía.

Sin embargo, al girarme no me encuentro a nadie así. Agacho la mirada, sorprendido en un primer momento al descubrir a la pequeña pelirroja que tironea de mi chaqueta. Estiro mi pantalón hacia arriba por el frente, con ambas manos, y me agacho hasta quedar acuclillado frente a Liss, a quien su abuela ya está preguntando qué hace.

¿Qué pasa, pequeña? ¿Me buscabas? -Le pregunto con una amplia sonrisa, de esas que puedo permitirme con sinceridad, y no como mera fachada. Afortunadamente, nadie suele notar la diferencia- No me digas que no te han dado salchichitas... -Le digo frunciendo mucho el ceño con exagerada cara de enfado, pellizcándole los costados para hacerla reír por las cosquillas. Entonces vuelvo a sonreír- ¿Quieres que te acompañe a la zona de juegos, y me asegure personalmente de que lleguen? -Le propongo, más que dispuesto a acudir a las cocinas a por una bandeja yo mismo, si es necesario.

Cargando editor
14/02/2017, 14:00
~M~ Melissa Dixon "Liss"

La pequeña Liss sonríe a su abuela cuando ésta le pregunta qué hace allí. Está a punto de responder, cuando Allan se da la vuelta y se agacha frente a ella. La hija de Melissa se muestra entusiasmada por algo, pero cuando Allan le pregunta por los canapés que tanto le gustan niega con la cabeza, echándose a reír como una loca cuando el hombre le hace cosquillas en los costados, revolviéndose desesperada por librarse de ello.

No, no, si sí nos han traído salchichitas... -Aclara la pequeña, inclinándose hacia Allan con los ojos muy abiertos, sonriente- Y estaban buenííííísimas... -Confiesa en voz baja, subiendo y bajando las cejas, y regresando a su posición anterior- Pero es que mi amigo no se cree que te conozco... -Explica entonces, girándose y señalando a un niño aproximadamente de su edad, que espera a varios pasos de distancia por detrás de ella. Viste demasiado formal para su edad, con camisa y corbata y jersey de lana con el cuello en pico- Le he conocido en los hinchables, se llama Adrien.

Cargando editor
14/02/2017, 15:15
~A~ Adrien Jefferson-Kennedy

El jovencito, al ver que Liss le presenta, se acerca despacio, con cierta timidez, jugando con sus manos entre sí como si tratase de entrelazar sus dedos. Sin embargo, no retira su mirada de Allan, quien le espera expectante. Para cuando llega a su lado, queda claro que el chico es algo mayor que Liss, quizás uno o dos años.

¿Eres Allan Jefferson-Kennedy? -Pregunta directamente, con gesto nervioso- Mi madre dice que eres un héroe. -Afirma, provocando que Allan abra mucho los ojos, sorprendido por tal afirmación- De guerra. Un soldado. -Aclara, sin expresión en su rostro- También dice que podías haber salvado a papá, pero que eres un egoísta. -Tales palabras generan un mudo revuelo en torno a él. Patton carraspea, apartando la mirada del chico y mirando alrededor; Martha mira a su hija, quien puede ver el modo en que se ruboriza con incomodidad, y da un sorbo a su copa dando un paso atrás, tomando distancia; Liss se queda mirando a su nuevo amiguito con la boca abierta, parpadeando sin cesar, nerviosa. Allan, en cambio, se queda petrificado en su sitio, sin poder apartar la mirada de ese chico- Eres el hermano de papá, ¿no? ¿Por qué nunca estás? ¿Por qué no le salvaste? ¿Es que no te importaba?

Cargando editor
21/02/2017, 23:57
Melissa Whedon

A la espera de que Gary apareciera en cualquier momento, manteniéndome firme en mi posición, pude ver cómo mi hija lejos de buscarme se dedicaba a llamar la atención de Allan. Este no tardó en girarse, agachándose incluso para situarse a la altura de mi pequeña. En otro caso, cabría pensar que no se trataba más que de una pose en favor de la campaña, pero sabía que en el caso de mi vip aquello no era así. Su sonrisa era genuina, del mismo modo que lo era la que mi pequeña mostraba.

Me permití sonreír un segundo, mirando con ternura la estampa, viendo como hablaban con semejante complicidad y el modo en que mi hija reía ante las cosquillas de mi protegido. Aquella sonrisa no tardó en desaparecer, no sólo porque en mi puesto no podía demorarme en ese relajado gesto, sino porque me fue imposible no recordar a Aidan viéndoles de aquel modo.

La tristeza que había empezado a embargarme quedó a un lado al ver el siguiente movimiento de mi hija, presentando a un chico poco mayor que ella que se acercó en seguida. Este empezó a hablar a Allan, hasta ahí todo normal, pero de pronto empezó a dirigirse a este en tono de reproche, dejando claro quién era.

El hijo de Austin…

Patton observaba alrededor, tratando de comprobar que nadie presenciara la escena, mientras mi madre me observaba con evidente incomodidad, haciéndose a un lado copa en mano; y mi hija se quedaba estupefacta. Es todo lo que pude observar antes de que mis ojos se posaran en Allan, lo cual hice casi de inmediato. Recordé el modo en que había reaccionado en la comisaría al encontrarse con su cuñada, lo que me contó, y por muy poco profesional que pudiera resultar, no pude evitar acercarme.

Dejé mi posición, dirigiéndome directamente el niño y agachándome para hablarle.

- Jovencito, ¿Por qué no seguís disfrutando de la fiesta? Seguro que en otro momento podréis hablar de todo eso. Sería mejor hacerlo con tu mamá. – esbocé una sonrisa, esperando que el chico se mostrara receptivo. – Liss, ¿Por qué no volvéis con el tío Gary y los demás? – pedí a mi hija, quien continuaba atónita.

Me puse en pie, girándome hacia un petrificado Allan, acercándome a su oído mientras le sujetaba suavemente por el antebrazo; tal y como hiciera la vez anterior.

- Ya responderás a sus preguntas, cuando llegue el momento. – comencé a susurrar. - ¿Quieres que te saque de aquí? Puedo hacerlo. – le ofrecí, recordando su petición ante lo sucedido ese mediodía, apartando mi rostro de su oído lo justo como para mostrarle una cómplice sonrisa.

Cargando editor
01/03/2017, 02:56

- Y por eso es por lo que no funcionamos como pareja - Murmuró para si mismo viendo marchar a Joy. Se encogió de hombros, dibujó una sonrisa triste y sacó el móvil. Lo primero que hizo fue buscar información sobre la camarera con la que se había cruzado al llegar a la fiesta. No se quitaría la comezón de la nuca hasta que averiguara algo sobre aquella mujer. Cuando se le metía algo entre ceja y ceja podía llegar a ser muy molesto. Y ya que estaba hizo lo propio con su nuevo amigo, el ruso. Desde el móvil no tenía acceso a sus servidores ni toda la potencia de los equipos que tenía en su oficina, pero algo era algo.

Aprovechó esa línea de pensamiento para escribirle un mensaje rápido a Leo:

Las cosas se han torcido en la fiesta. Joy se ha enfadado conmigo y con razón, no se como es que sigue accediendo a acompañarme a estas cosas. Se ha ido con un tipo ruso, Anatoli Serishev, un dandy multimillonario que creo que anda metido en asuntos turbios. Si puedes, investiga sobre él desde casa. Y ten el móvil de Joy localizado, por favor. O, no se, haz lo que haría un amigo normal y llámala. Yo voy a indagar un poco por la fiesta porque estoy seguro de que vamos a poder avanzar un poco con el proyecto.

Esquivó a un camarero sin apartar la mirada del móvil, acostumbrado como estaba a moverse siempre con el smartphone en la mano y la cabeza gacha. Bajó las escaleras hasta la planta baja sin devolver los saludos que los que le reconocían le dedicaban, absorto en su búsqueda de información. Solo guardó el aparato cuando estuvo a pocos metros de la comitiva del candidato a Concejal de Seguridad. Sonrió al verlo agachado hablando con un par de niños y esperó a que acabara antes de acercase a él para saludarle, porque la escena parecía un poco más tensa de lo que se veía a simple vista.

- Tiradas (1)
Cargando editor
06/03/2017, 01:36

- Imagino que es lo normal. - Reconozco cuando Rebecca me habla de los casos que han atendido antes. Pronto llega Ryu, con disculpas y mala cara, de la que fácilmente también se percata su compañera, que quiere asegurarse de que todo va bien. Desafortunadamente no es así. Lo que Ryu nos cuenta que ha visto es impactante, no sólo el hecho en sí, con el peligro que todos los de la fiesta pueden estar corriendo con total desconocimiento, si no además el saber que Peter ha sido el que ha facilitado la entrega de las armas que portan los camareros.

- La gente está en peligro, hay que hacer algo, hablar con alguien. ¿No conocéis a ningún agente de confianza? - Aunque sea sólo uno, a pesar de que yo no confíe en ellos. Por mi parte, podría salir pitando de la fiesta para ponerme a salvo, pero no dormiría con la conciencia tranquila. Por otro lado, creo que ser yo la que desvele esto nos perjudicaría aún más a mi familia y a mí. No quiero más problemas con la mafia.

Cargando editor
06/03/2017, 14:56
Allan Jefferson

Me quedo de piedra. No soy capaz de moverme, ni de decir nada. Y ambas son cosas que nunca han supuesto un problema para mí. Pero las palabras del... de mi... de... Es su hijo, el hijo de mi hermano y de Alice, es mi sobrino. Lo tengo delante, y no se qué puedo decir, después de sus palabras.

Y-yo... no, no es tan... sencillo. -Es todo lo que alcanzo a decirle, mientras mi voz tiembla como yo mismo lo hacía cuando era más joven, antes de alejarme de todo y de todos y tratar de convertirme en un hombre. Creo que esa fue la última vez que temblé, aunque en aquella ocasión fue de pura rabia, la que me apartó de todo lo que amaba.

Su madre le ha hablado de mí. No es algo de lo que alegrarse, porque no le ha dicho nada bueno. Queda claro lo que ella misma piensa, a través de su hijo. Un egoísta. Eso soy para ella. Puedo entender que vea así el modo en que me fui, eso no me preocupa. De eso ya me culpo yo sólo. Pero me culpa también de su muerte, de no haber estado aquí para protegerle. Eso... eso no me lo esperaba.

Asisto boquiabierto al modo en que Melissa interviene. Le pide a mi sobrino que regrese a la fiesta, incluso involucra a su propia hija, la pobre Liss a quien veo anonadada por la situación, seguramente incómoda ante algo de lo que no tiene culpa ninguna. Veo cómo me mira, y entiendo que mi rostro debe ser un cuadro ahora mismo. Trato de incorporarme mientras el pequeño agacha la cabeza aceptando las indicaciones de Melissa, dándome la espalda con Liss a su lado. Mi escolta trata de reconfortarme, creo, ofreciéndome incluso la posibilidad de salir de la fiesta. Apenas puedo negar con la cabeza, cuando otro rostro vuelve a cruzarse en mi mirada, haciéndome tragar saliva con un nudo en la garganta.

Cargando editor
06/03/2017, 15:21
Director

En el momento en que los dos niños comienzan a alejarse entre la multitud, una mujer con un escotado vestido plateado brillante de tirantes y con larga cabellera rubia aparece ante ellos con gesto serio. Le dice algo al muchacho, en un tono autoritario, y acto seguido su rostro se suaviza mientras ofrece a Liss su mano, que ésta toma con una amplia sonrisa.

Al alzar la mirada, ésta se cruza con la de Allan, a quien dedica una mirada cargada de dureza, con el ceño fruncido, mientras su nariz aletea al agitarse su respiración durante un instante. La mujer pone una mano en el hombro del chico, guiándoles a ambos hacia la zona de juegos.

Cargando editor
06/03/2017, 15:28
Marcus Patton

Se oye una suave palmada a espaldas de Allan, donde Marcus Patton muestra una tenue sonrisa algo incómoda. Sin embargo, continúa mostrando su aire arrogante de siempre, alzando la barbilla en postura recta y petulante.

Bueno, eso ha sido... intenso. -Comenta- Pero no va a aguarnos la fiesta, ¿no es así? Tenemos aún mucho trabajo que hacer...

Ante su comentario, Martha pone los ojos en blanco, girándose lo justo para darle casi la espalda durante un instante, antes de mirar de reojo a Melissa y Allan, llevándose su copa a los labios.

Cargando editor
06/03/2017, 15:31

Ante las indagaciones cuyo resultado comparte Ryunosuke, Peter abre descomunalmente sus ojos orientales al contemplar la máscara. Boquiabierto, mira a Ashley como si quisiera decir algo, pero finalmente guarda silencio, aunque permanece boquiabierto sin poder apartar la mirada de aquella máscara bicolor. Una sus manos frente a su boca, rozando la nariz de un rostro cada vez más descompuesto, al darse cuenta de que puede estar a punto de suceder una desgracia, y que ha ayudado a ella.

Y-yo la he visto antes. -Dice finalmente- Es de una banda nueva en la ciudad, todos se la ponen, aunque algunos se pintan la cara en su lugar. Son gente muy chunga, chunga de verdad... ¡Joder, y yo les he ayudado con las armas! -Exclama haciendo un esfuerzo por no gritar y hacerse oír por gente ajena a su círculo.

Cargando editor
06/03/2017, 15:41

Rebbeca se queda a cuadros a medida que Ryu va explicándole lo sucedido. Si supiera toda la verdad... Pero en un acto lleno de sensatez por parte del abogado, solamente le cuenta lo que necesita saber. Y es más que suficiente.

¡Ryu! Joder, ¿en qué estabas pensando? -Recrimina a su amigo, incluso a pesar de saber que ha hecho lo que es correcto. Pero no puede dejar de preocuparse por él- ¿Armas? ¿Aquí? Mierda, hay que avisar a alguien... -Dice, compungida, sujetándose los brazos como si de repente hubiera bajado varios grados la temperatura del lugar. La información que comparte Peter con ellos no ayuda en absoluto, desde luego- ¿Creéis que van a cometer un atentado aquí, esta noche? -Pregunta mirando alrededor, nerviosa- Tenemos que salir de aquí, y avisar a la policía, o a los de seguridad, o a los escoltas, o... ¿activar la alarma de incendios? -Comienza a proponer, al borde de la histeria.

Cargando editor
06/03/2017, 15:55
Director

Sin embargo, a nadie le da tiempo a hacer nada en absoluto, ni siquiera a Ulyses a leer una respuesta a su mensaje. Porque un estruendo se sobrepone a la música reinante en la fiesta, al tiempo que los equipos son desactivados casi al unísono, y el agradable ambiente festivo se ve reemplazado por el estallido de un disparo.

Y a ese le sigue otro, y otro más, y así hasta sucederse una verdadera lluvia de balas cuyo origen parece demasiado incierto en medio del caos general. Porque la gente comienza a correr atropelladamente, gritando, tirándose al suelo o cayéndose mientras son pisoteados por quienes tratan de huir del peligro. Hay avalanchas por las escaleras, gente tirando sillas o volcando mesas, y en medio de todo eso, una lluvia de cascotes que van cayendo del techo a medida que las balas van arrasando el lugar.

¡¡TODO EL MUNDO AL SUELO!!

Es el grito que se repite una y otra vez, mientras distintos hombres van situándose estratégicamente por todas partes. Algunos llevan ropas de camareros o cocineros, incluso de botones del hotel. Otros visten trajes de camuflaje o ropas de pandillero. Pero todos tienen dos cosas en común: una pistola humeante en las manos, que todos se apresuran a recargar tras haber disparado toda su munición hacia el techo, y una máscara cubriendo sus rostros.

Amarilla y negra.

¡SEÑORAS Y SEÑORES!! -grita una voz grave y cavernosa, distorsionada de alguna manera hasta sonar metálica. Rostros temerosos alzan sus miradas hacia lo alto de la escalera, donde otro de esos hombres con una máscara bicolor se apoya en la barandilla con ambas manos. Pero su máscara no parece de goma, sino rígida como un casco resistente, y sus ropas parecen tácticas y llenas de protecciones, además de fundas para diversas armas y munición- ¡¡BIENVENIDOS A LA NOCHE DEL GOBIERNO DE METRO CITY!! -Dice alzando ambas manos- ¡¡DONDE QUIENES DICEN SER DUEÑOS DE LA CIUDAD, DEMOSTRARÁN SER SÓLO MERAS MANCHAS BAJO LA BOTA DE LOS PODEROSOS!!

Cargando editor
19/03/2017, 15:44
Melissa Whedon

Mi pequeña obedeció mi petición, lo que me permitió tratar de reconfortar a Allan, aunque todo cuanto traté de hacer parecía ser insuficiente. El rostro de mi protegido cuando la furibunda mirada de aquella mujer se cruzó con la suya era simplemente desgarrador. Esta endulzó su gesto al darle la mano a Liss, terminando por alejarse junto a ella y su hijo, a quien guiaba por el hombro; dejando atrás como si nada el destrozado corazón de un hombre. Allan trataba de aparentar que nada sucedía, pero era obvio que no era así. Había intentado hacer algo para aplacar la situación, deseaba poder ayudar, pero aquel tema estaba totalmente fuera de mi alcance.

Como lo está él.

No sé por qué pensé en aquello, pero pronto dio igual. Con el cese repentino de la música vino el sonido de un disparo, seguidos por muchos otros que provocaron una estampida generalizada motivada por el pánico. Mientras cascotes comenzaban a caer del techo debido a los disparos, se escuchaban gritos ordenándonos tirarnos al suelo, provenientes de distintos hombres cuyo factor común era llevar una pistola y llevar una máscara amarilla y negra.

En cuanto el caos comenzó a sucederse, mi primer impulso fue buscar a mi hija con la mirada por donde se había marchado con aquella mujer y el otro niño. No podía verlos ya, mucho menos con el alboroto de la sala, y comencé a correr en la dirección que se habían marchado. Aquello no era nada profesional, sabía que mi obligación era otra, la de quedarme junto a Allan tratando de salvaguardar su seguridad; pero mi hija era lo primero.

Mientras la buscaba, haciendo caso omiso a las advertencias de los hombres ataviados de muy distintos modos, comenzó a escucharse una voz cavernosa y metálica. Durante un solo segundo, miré en su dirección, dándome cuenta de que debía tratarse del jefe de aquella banda; pues su vestimenta, en concreto su máscara, era lo que el resto parecía imitar. Continuando con mi búsqueda, escuché su escalofriante anuncio.

Dueños de la ciudad…

¿Qué quería decir exactamente con eso? ¿Estaba mi madre en peligro? Descarté de inmediato a Allan, pues aún no era más que un candidato, pero temía por la seguridad de mi madre. Aun así, no podía hacer nada por ella ahora, no hasta asegurarme de que mi pequeña estaba a salvo.

- Tiradas (2)
Cargando editor
30/03/2017, 10:07
Allan Jefferson

Los disparos provocan reacciones instintivas, demasiado repetidas como para ser obviadas en situaciones como estas. Rodilla al suelo, una mano buscando un arma de que no dispongo. Pero no me doy cuenta hasta que mi mano no roza mi sencillo cinturón de cuero, en lugar del grueso cinturón táctico y la pistolera. No estoy en un campo de batalla, estoy en Metro City, en una fiesta de la alta sociedad. ¿Qué coño pasa?

Miro alrededor, con los ojos entrecerrados para evitar cualquier salpicadura de polvo o cascotes de los impactos, que no se ni donde están siendo. Busco a los agresores, pero también por instinto a dos niños pequeños que estaban aquí hace tan sólo un instante. Mi mirada se centra en una de las salidas del hall del hotel donde nos encontramos, por donde creo que se han marchado con Alice.

¡Joder!

¡El pinganillo! -Digo apresuradamente, en voz baja, girándome hacia Melissa. Busco su espalda y meto una mano bajo su chaqueta, soltando la pinza de la emisora y el cable del auricular. Saco la petaca y la arrojo lejos, deslizándose por el suelo hasta un rincón apartado, junto a una mesa de canapés. No conviene que estos tipos la identifiquen como agente.

¿Esto es por mí? No, lo dudo. Sólo soy un candidato, y el imbécil que nos grita desde las alturas habla de dueños de la ciudad. Buscan a otros, probablemente a gente que esté en puestos de poder ahora mismo. Pero ¿a quién? Me fijo en esos tipos, en sus máscaras. Son ellos, la banda responsable de la muerte de Austin, según me han dicho. ¿Una banda atacando esta gala? hay algo en todo esto que no termina de encajarme.

Cargando editor
30/03/2017, 10:25
Director

El tipo del casco comienza a descender las escaleras lentamente, con parsimonia, como si disfrutase cada uno de sus pesados pasos. Casi podéis imaginar un rostro bajo esa máscara rígida, sonriendo, riendo en silencio ante su nueva posición de superioridad. A un gesto suyo, los matones repartidos por el lugar van empujando a los rehenes en distintas direcciones, separándolos por grupos. Para ello, aparte de dar indicaciones a gritos, no dudan en amenazar y amedrentar a quienes tardan más de la cuenta o se resisten a seguir sus órdenes, llegando incluso a golpear a más de uno.

El grupo en que se encuentran Allan y Melissa es llevado hacia un rincón de la zona izquierda del hall, mismo lugar al que es guiado Ulyses, que se encontraba relativamente cerca de ellos cuando el caos se ha adueñado del hotel. En cambio, las dos parejas formadas por Ashley y Peter, y por Ryu y Rebbeca son empujados hacia la derecha, cerca de la salida a la zona de servicio por donde había estado explorando el abogado.

Sin embargo, no todo el mundo es agrupado. De un lateral aparecen dos matones, sujetando por los brazos y con un cañón apoyado en la nuca de Chester Claine, que sangra profusamente por un corte en la ceja y mantiene por la fuerza las manos sobre la cabeza. Una patada en la parte trasera de la rodilla le hace arrodillarse, permaneciendo ahí bajo la custodia de los matones. Otros dos de ellos, para sorpresa y horror de Melissa, se acercan a Martha Snyder y, sujetándola de los brazos, la levantan y arrastran prácticamente hasta el centro del hall.

Cargando editor
30/03/2017, 10:40
. Twoface

¡MARTHA SNYDER! -Exclama el tipo del casco, alcanzando la primera planta, donde apoya ambas manos en la barandilla, mirando a la mujer- ¡La comisaria de policía de Metro City! ¡POLICÍA! ¿Alguien confía aún en que ese caduco y decrépito cuerpo de presuntos defensores de "la ley y el orden" tenga algún poder sobre esta ciudad? ¡JA! ¡JAAA! -Se burla el hombre, alzando ambas manos hacia el cielo- ¡No soy yo quien lleva máscara! ¡Las calles son nuestras, de las bandas, de quienes hacemos de ellas nuestro hogar, nuestro negocio, de quienes imponemos las leyes de la calle! ¡Esta noche vamos a dejar claro, de una vez por todas, que estos presuntos poderes de la ciudad no son más que cenizas de un fuego ya consumido, una llama pagada que no aporta calor ni luz! -De un sonoro golpe, el hombre pone ambas manos sobre la barandilla de nuevo, inclinándose sobre ella- ¡Esta noche, la comisaria de policía se rendirá a nosotros, y declarará públicamente su INCAPACIDAD para proteger a los ciudadanos de Metro City! ¡Esta noche, la máxima representante de la policía de la ciudad RENDIRÁ la ciudad!