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Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

VI - Una carrera contra el tiempo

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26/05/2015, 17:34
Director

Con el sonido de la puerta al cerrarse y la desaparición de la agobiante presencia del enviado de los magos encapuchados, el grupo quedó sumido en un silencio relativo. Al otro lado de la puerta se escuchaban con claridad a los soldados bajando las escaleras. Probablemente se trataría de mensajeros llevando a cada una de las zonas de defensa los nuevos despachos con las órdenes del día. Entre todas aquellas órdenes con seguridad se encontraría la que se le permitía al grupo de aventureros abandonar la ciudad por cualquiera de las puertas siempre y cuando no tuviesen al ejército enemigo al pie de las murallas. También habría otra nota en la que se animaría a los soldados a salir al exterior y recoger intramuros a todos aquellos refugiados de las ciudades del sur que habían llegado a Crímmor esa misma mañana. Introducir a todos a través de los túneles era una tarea de imposible cumplimiento para Grimbel el Oso.

Había pasado cerca de una hora desde que el siempre misterioso Morwing los abandonase cuando Ogna, ausente en la reunión, hizo su aparición. Con su entrada en solitario se disipaban las esperanzas de que el hechicero hubiese recobrado el juicio y hubiese vuelto de nuevo con ellos.

Notas de juego

Estáis todos en el salón. Podéis comentar vuestro siguiente plan.

Ha pasado 1 hora con lo que son aproximadamente las 2 y poco de la tarde.

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26/05/2015, 20:09
Losse

Sorprendentemente, la reunión con los magos encapuchados, poco tenía que ver con el uso indiscriminado de la magia arcana que el grupo había hecho, con la desaparición del hechicero que hasta hacía pocos momentos les acompañaba o con todo lo que había rodeado a Hembelan en sus últimas horas. Parecía que la estancia en aquel palacio tocaba a su fin de una vez por todas. Era irrisorio que una inofensiva reunión hubiera causado más daño al grupo que los muchos combates en los que habían participado desde que se conocieron.

Mientras tanto, Losse reflexionaba acerca de la última pregunta que lanzó a Davros, Allen y Kormack. Todos se miraban su propia polla a ver quien la tenía más larga, con Allen más preocupado por su hermano que en el mal que se avecinaba sobre la ciudad y con Kormack pensando en el siguiente saqueo de las arcas de algún poblado cercano. - Bueno, pues yo creo que iré a mejorar el equipo que tengo encima. ¿Habéis decidido ya si nos quedaremos aquí a luchar o si viajaremos a otro lugar? Por lo que parece, alguno ha sido "invitado" a salir de la ciudad lo antes posible. - Dijo el elfo con total indiferencia a las respuestas que podrían darle.

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26/05/2015, 23:37
Kormack Quebrantahuesos

El enano se había quedado sumido en un profundo silencio. La despedida de Morwing le había pillado por sorpresa, se sentía como si le hubiese fallado. -No sólo me prrreocupa el dinerrrro, ¿sabes?- Dijo el enano cogiendo al último elfo del grupo y empujándolo hacia lo que Losse presumía que sería el camino a una tienda. El guerrero se preparaba una de sus pipas. - La última...Hmm.- Dijo como si fuese una broma, un chiste que sólo él parecía comprender. -Tengo ambiciones... Lucharrr porrrr el honorrrr y esas cosas...- explicaba al elfo muy sincero. -Quizás alguiún día tenga una estatua... o algo..- Fantaseó con una sonrisa mientras ladeaba la cara para mirar al explorador. El enano se detuvo un segundo para encender la pipa - Esos cabrrrrones...- Hizo una pausa para aspirar y echar humo. La pipa ya prendía -Esos cabrrrones tienen las arrrcas llenas.- Terminó diciendo. -Tienen más de lo que tú y yo tiendrrrremos. ¿Y porrrr quié? POrrrrque nacierrrron rrrricos, poderrrosos.- Decía señalando con la pipa hacia un lado y hacia otro. Nunca rechazarrrría un combate.- Dijo mirando al suelo, como si le diese miedo que se enterase algún caudillo adinerado y aprovechase esa situación para no pagar por sus servicios. También podía interpretarse como que escasas horas se había dejado llevar por sus fantasmas. -Ayudarrré... siemprrrre estaré aquí. Con esto...- dijo palmeando su escudo, justo el que irónicamente iba a vender. -Perrrro... nunca te pongas de parrrte de otrrro...- miraba a Losse a los ojos, como si en su cuerpo hubiese un diminuto corazón. -Al menos no deliante de él...¡JA!- Acabó diciendo el enano con una palmada en la espalda de Losse. Disipando cualquier tipo de tensión que pudiese existir. -Vamos a porrr esas comprrrras...- 

Notas de juego

Me pillo el escudo.

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27/05/2015, 00:11
Ogna

- ¿Ya se han ido esos?- Dijo Ogna al entrar con una tímida sonrisa y la mirada esquiva. Había visto cómo los magos encapuchados salían de palacio. Suponía que algunos esperaban un informe exhaustivo sobre Morwing pero Ogna sólo pudo hablarles de su fracaso.- Morwing no se ha dignado ni a contestarme.- Ni siquiera sabía a ciencia cierta, ya que estaba invisible, si éste estaba presente. Había gritado como una loca en medio de la calle pero ninguna respuesta había llegado a ella. Después, enfurecida, se había ido a pasear por la tumultuosa ciudad, aprovechando para hacer unas compras de última hora. Durante ese tiempo sola había podido reflexionar sobre la parte e culpa que tenía en lo ocurrido. La reacción de Morwing le parecía una total exageración, de hecho tenía sus propias sospechas al respecto,  pero no podía evitar sentirse un poco culpable pues su acto había iniciado todo.- No sé que me pasó antes. Creo que me nubló el juicio la codicia.- Se envalentonó a decir.-Lo siento mucho.-Dijo con la boca pequeña y apenas perceptible.

Uff, mucho mejor. ¡Pelillos a la mar!

Se había quitado un peso de encima y comenzaba a ser de nuevo la chica vivaracha y alegre que solía ser, siempre que no estaba apesadumbrada por alguna cosa.

- Ya sabéis mi opinión al respecto.- Contestó a Losse. Ya había expuesto varias veces que su misión debía concluir en Nashkel, aunque sabía que los demás querían ayudar en el asalto a Crímmor.- Aquí parece que no somos bien recibidos, pero vamos, lo que digáis.- Aunque reconocía su error le seguía pareciendo un trato ingrato para con unos aventureros que habían  llevado hazañas inimaginables. Las palabras del enano la hicieron sonreír. Ella podía hacer con una sola de sus estrofas que la fama del cualquiera se viera incrementada si quisiera. Evidentemente no lo iba a hacer para Kormack. 

¿Qué nunca rechazaría un combate? Permíteme que lo dude.- Nunca había visto correr a un enano hasta su enfrentamiento con Bealedur. Sin embargo lo que decía Allen podía tener su sentido. Todos tienen debilidades. Ella había sucumbido a las suyas.

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27/05/2015, 00:42
Allen Shesar

Terminada la sesión con el enviado de los magos encapuchados, quien le pareció algo siniestro al paladín, tuvieron la oportunidad de volver a hablar entre ellos para dilucidar lo que sería su siguiente paso.

El hecho de que Kormack no supiese cambiar de personalidad cuando la situación lo requería terminó pasándole factura. Ya no era bien recibido en Cimmor, algo que sin duda al enano le importaría lo mismo que a una rana mojarse con la lluvia. Esa personalidad inamovible, siendo la misma ante un rey que ante quien va a recibir el último hachazo de su existencia, no hacía ningún bien al grupo y por supuesto, no era aprobada por Allen.

-Si hemos de luchar aquí, tendremos que hacerlo fuera de la seguridad de las murallas, lo cual no es nada aconsejable. Por lo que lo mejor sería realizar esas compras y comenzar el viaje hacia Athkatla-, se giró mirando a Kormack, - Eres un buen compañero en la batalla, pero careces de habilidades sociales amigo mio. No debes medir a todo mundo por el mismo rasero, puede que entre los enanos sea costumbre pero a los humanos no nos agrada que alguien se muestre en actitud desafiante mientras conversamos. No hace falta hacer ver a los demás que puedes dominarlos físicamente, la gran mayoría son seres inteligentes con la capacidad suficiente como para saber que no serían rival para ti. Así que te pido por favor que nos dejes hablar a nosotros mientras estés de acuerdo con lo que decimos pero, si debes hacerlo, hazlo sereno y accesible-.

Allen pensaba que Kormack podría ser una persona difícil de tratar, pero con la que no te equivocarías. Siempre actuaba de la misma forma, ya fuese delante de un borracho o delante de un rey, quizás otras personas escondieran más oscuridad en sus corazones sin decir una sola palabra y esas eran las realmente peligrosas. Por estas razones, el paladín pensaba que el enano era valioso para el grupo aunque habría que evitar en la medida de lo posible que se volviese a repetir lo ocurrido con Heomar.

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27/05/2015, 17:57
Davros Zokk

El silencio fue el estandarte de Davros desde que el anillo de la discordia tintineo en el suelo del palacio.
Un apretón de mano y una mirada seria a los ojos de Heomar fue lo más parecido a una palabra hasta que abandonaron la propiedad del difunto Hembelan.
Estaba convencido de que Morwing aparecería en algún momento, aunque en el fondo de su corazón, una pequeña duda iba creciendo a cada instante que pasaba.
La visita del representante mago encapuchado transcurrió con una tranquilidad pasmosa, sorprendentemente, sin ninguna pregunta delicada para los compañeros. El trámite finalizó rápidamente. Davros se limitó a asentir las palabras de Allen y Losse, mientras sus ojos esperaban que Morwing atravesara la puerta cada vez que el más ligero ruido sonaba tras ella.
Cuando Ogna apareció por ella, cabizbaja, sin el hechicero, la duda conquistó la mayor parte del corazón del guerrero, dando paso a la incredulidad e incluso al rencor. - Maldito egoísta, no me lo puedo creer...- Si Morwing había abandonado al grupo, huyendo con la única pieza que le podría faltar al Heredero para llevar a cabo todos sus planes, y un ejército en su búsqueda, toda la Costa de la Espada podría estar sentenciada por ese maldito egoísta.
Una vez en el exterior, entre el caos reinante, comenzaron a discutir su siguiente paso, algo a lo que Heomar, hacía poco, había ayudado a decidir al expulsar a Kormack de Crimmor. La opción de quedarse allí y ayudar en la defensa ya no era posible, no podían permitirse otra baja en el grupo. La posibilidad de ir a echar un vistazo al fuerte le llamaba poderosamente, pero también podían ir directamente a Athkatla o incluso ir a investigar la fortaleza de Felmar, donde posiblemente se encontraban la runas en piedra y, en el peor de los casos, el portal al infierno del que provenían todos aquellos demonios.
La decisión no era sencilla. Davros echaba de menos, ahora más que nunca, tener algo frente a él a lo que destrozar, pero estaba seguro que eso no faltaría tomasen la opción que tomasen.

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27/05/2015, 19:43
Kormack Quebrantahuesos

El enano por supuesto no entendió porque no podían luchar dentro de las murallas, para él una invitación a irte estaba muy lejos de ser una expulsión de una ciudad. Y además  ¿Quién era ese grumete manco que se atrevía a expulsar a alguien de una ciudad? Y sin razones... Kormack sólo se había tropezado, topando con aquel anillo... Las palabras por supuesto no las entendió si no hubiese desenfundado, pero Allen tenía razón. - Allen el justo, ¡ja!- Dijo el enano antes de asentir a Allen. No le importaba meditar en silencio ante los regentes de la ciudad, en parte entendía lo que decía el caballero. Kormack no respetaba a ningún dios, ni rey humano o elfo, pero eso no significaba que no debieran tener un respeto y ya que el enano no se lo iba a dar, al menos no hablar para no llevar a mal puerto una transacción económica. El enano se acicalaba la barba, le gusta pensar en términos económicos. -No crrrreo que les imporrrte que nos quedemos... No hay prrrrisa... Con la que tienen montada no sabrán ni que aún estamos en la ciudad... ¡JA!- Dijo muy feliz el enano. Intentaba animar a Allen y al resto, la pérdida de Morwing había sido sentida.
Una vez llegaron a la tienda el enano vendió su enorme escudo pavés, en su lugar salió con un diminuto broquel que sujetaba feliz -"¡El Machaca-Crrrrraneos!"- Exclamó mostrando aquella miniatura de escudo. El escudo era azul entero con un hacha con fuego en color amarillo.

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27/05/2015, 22:04
Director

Jeldrich había sido de los últimos en cruzar las puertas de la Ciudad de las Carretas antes de que éstas quedasen bloqueadas para los refugiados que llegarían por miles al pie de las murallas a la mañana siguiente. Durante su escaso tiempo intramuros el clérigo fue consciente del nerviosismo de las tropas que protegían la ciudad. No fue hasta bien entrada la madrugada cuando las palabras de una patrulla de soldados, que pasaban bajo la ventana de la habitación de la posada donde se alojaba, le confirmaron que los rumores que había escuchado eran ciertos. Un ejército de orcos se aproximaba hacia Crímmor desde los Picos Nublados. 

Volver a conciliar el sueño fue imposible por lo que con las primeras luces del amanece el clérigo de Lazhánder salió a ofrecer sus servicios para la defensa de la ciudad. Numerosos grupos de ciudadanos, mercenarios y aventureros hacían cola en los puestos de alistamiento para recibir las primeras noticias oficiales sobre la invasión y lo que se esperaba de ellos. Jeldrich, apara su asombro, fue destinado a los muelles para servir como dotación en una de las numerosas armas de asedio. Aquello distaba mucho de lo que, por sus facultades y habilidades, podía aportar a la contienda pero acabó aceptando el puesto; al fin y al cabo sabía que una vez comenzase la batalla y las líneas de combate se juntasen tendría libertad para hacer lo que su dios esperaba de él. 

Bien entrada la mañana, sudoroso después de apilar numerosa munición junto a las balistas y catapultas, fue testigo de un hecho insólito. No podía verlo bien debido a la lejanía pero, tan pronto las voces de los soldados comenzaron a transmitir la noticia, llegó a sus oídos la batalla que había tenido lugar en la isla central del Álandor. Un grupo de aventureros que trabajaba para Lord Hembelan había acabado con numerosos demonios que nadie sabía de dónde habían salido. Puede que al final de poste no fuese tan malo el haber sido destinado a aquella posición. Decidió ver por sus propios ojos quienes eran aquellos hombres y qué es lo que habían visto allí ya que por la descripción de los demonios, aquellos seres poco tenían que ver con un ejército de orcos. Para su desilusión, cuando llegó hasta los muelles de la parte este, los aventureros habían desaparecido. Hizo varias preguntas acerca de quienes eran y qué es lo que estaban haciendo allí pero se topó con un muro de secretismo difícil de romper por parte de los soldados. No estaba dispuesto a dejar pasar aquella oportunidad de hacer algo importante en aquella contienda por lo que, asegurándose de que el ejército orco aún estaba fuera de la vista, decidió ir en busca de los aventureros. Siguió su pista hasta el palacio pero cuando llegó allí éstos ya habían abandonado el lugar.

Desilusionado volvió hacia los muelles dando un rodeo por la zona central de la ciudad. Las calles estaban casi desiertas pues todo aquel que no estaba dispuesto a luchar se había dado prisa en esconderse. Fue así como al girar una esquina se topó con un extraño grupo que poco tenía que ver con las patrullas de soldados. Al ver los militares los saludaban con respeto no le cupo duda de que aquellos hombres eran a los que buscaba.  

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27/05/2015, 23:22
Jeldrich

Después de poco más de un día tras los muros de Crimmor, Jeldrich fue destinado a los muelles para servir de dotación en una de las numerosas armas de asedio. Aquello distaba mucho de lo que, por sus facultades y habilidades, podía aportar a la contienda pero acabó aceptando el puesto. Si todos arrimaban el hombro quizá podrían salir victoriosos.

Todo cambió cuando llegaron a sus oídos las noticias de la batalla acontecida en la isla central entre un grupo de aventureros y una tropa de demonios. Que seres del abismo entrasen en escena era algo que no entraba dentro de la información obtenida hasta ahora sobre la amenaza a la que se enfrentaban… tenía que conocer más detalles de lo ocurrido. Sin embargo, poca información valiosa pudo obtener en el puesto dónde se encontraba. Si quería respuestas tendría que dar directamente con ese misterioso grupo de aventureros y alcanzar a entender a qué peligro se enfrentaban.

Sin éxito, fue recorriendo las solitarias calles de la ciudad, siguiendo el rastro del grupo gracias a la escasa información que pudo ir obteniendo de las personas que se encontraba en su camino. – Siete integrantes, entre ellos un enano, un gnomo y dos elfos…, con eso sería suficiente para no tener dudas cuando los divisase. No obstante, tras casi dos horas deambulando por la ciudad no consiguió dar con ellos.

Desilusionado, decidió volver a su puesto asignado, pero fue entonces cuando, al doblar una esquina pudo ver a lo lejos a un pintoresco grupo a los que los militares trataban con cierto respeto. - ¡Por Lazhánder, seguro que son ellos!

Aligerando el paso se aproximó al grupo, no era cierta toda la información obtenida pues en este caso sólo eran 6 integrantes, no obstante probaría suerte y con una mueca esperanzadora se presentó al grupo:

- Saludos, compañeros. Mi nombre es Jeldrich. ¿Es posible que la fortuna del Dios del Alba me haya permitido encontrar a los aventureros que han luchado en la isla del Alándor contra demonios?, preguntó. Ante el grupo de aventureros se presentaba un hombre joven y enérgico, equipado con armadura dorada y un escudo con la imagen de un amanecer. Quedó en silencio esperando respuesta, pero lo que sí llamó verdaderamente la atención a los aventureros es que en sus ojos no había atisbo alguno de miedo a pesar de lo que estaba por venir… 

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28/05/2015, 00:35
Ogna

Ogna dejó que Allen y Kormack hablaran. No le interesaba nada de lo que acordaran esos dos.O eso quería hacer creer porque sus orejas de soplillo, de haber sido élficas, se habrían movido descaradamente en esa dirección. No tenía muchas esperanzas en lo que Allen pudiera decir al enano. Ella le había advertido muchas veces de su comportamiento pero el paladín de Tyr se comportaba como una madre con el más pequeño de sus hijos, bueno, como casi todas. Ogna era la menor de sus hermanos y su madre la trataba con extrema dureza. Se sorprendió al ver que, aunque con buenas palabras, Allen terminaba por rendirse a la evidencia: era mejor que el enano estuviese calladito. 

Un placer para todos nuestros oídos.

La respuesta del enano no fue menos sorprendente. Parecía una balsa de aceite.

Aún debe estar temeroso.

La muchacha caminaba entre sus dos amores, Davros y Losse, tratando de reconfortarse y de reconfortarlos.

- Sí, volvamos cuanto antes a Athkatla. Puede que hasta nos pague...- Se dio cuenta de que estaba siendo de nuevo codiciosa y rectificó al vuelo.-...ejem...que nos reciban con los brazos abiertos. No olvidéis que aún tenemos los volúmenes que tomamos en la Isla de la Sirena Muerta. Esas y otras pruebas serán determinantes para comprender qué ha pasado.- Tenía miedo a quedarse encerrada en Crímmor e incluso a que se perdieran los documentos. Lanzó una mirada cargada de recelo hacia Zanc que era el que los llevaba. ¿Y si desertaba alguien más del grupo? ¿Podrían conseguir su objetivo? Palmeó la musculosa espalda del Davros para tratar de animarlo.- Todos sabíamos que algo no iba bien con Morwing. Esto iba a pasar tarde o temprano.- En ese momento un hombre en armadura les abordó en su caminar. 

- Buenos días buen hombre.- Dijo automáticamente la bardo acostumbrada a conocer gente. De un vistazo reconoció la simbología de la armadura y de las palabras del clérigo de Lazhánder.- Pues efectivamente parece que el Señor de La Luz te ha guiado bien en estos oscuros días.- No todos habían luchado contra el demonio de fuego pero no era plan de ponerse a ventilar los trapos sucios delante de un desconocido. Continuó hablando de manera pomposa empleando el lenguaje que los clérigos solían utilizar. - Mi nombre es Ogna.- Pequeña pero estudiada reverencia.- La de la Certera Flecha.- Así dejaba claro que ella, guiada por la sabiduría de Mielikki había sido quien había dado muerte al demonio Bealedur.- ¿Qué deseas?- Esta vez no presentó a sus compañeros, dejando que fueran ellos quienes lo hicieran si lo deseaban, pues no esperaba que la conversación durase más de cinco minutos.

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28/05/2015, 15:12
Jeldrich

Jeldrich  agachó levemente la cabeza en señal de respeto tras la presentación de la joven bardo. – Es un placer, Ogna. Aquella joven, bajita y escondida tras dos protuberantes ojeras no parecía gran cosa pero, si una de sus flechas había acabado con un demonio de fuego, era evidente que era mucho más de lo que aparentaba.

- Me gustaría conocer de primera mano las noticias que tienen alterado a los soldados en las últimas horas. Ya no es sólo que vosotros halláis combatido valientemente contra esos demonios, también hay rumores que dicen que sabéis a que peligro nos enfrentamos exactamente…, algo en mi interior me dice que esa oscuridad que nos acecha es algo más que una horda de orcos. Compartid conmigo esa información y la luz de Lathánder os apoyará cuando comience la batalla… Por cierto, ¿qué posición ocupareis cuando comience la contienda?

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28/05/2015, 19:38
Kormack Quebrantahuesos

El enano miró al enlatado nuevo meapilas que se aproximaba al grupo, hizo un amago de abrir la boca, pero miró a Allen. Luego devolvió nuevamente la mirada a Jendrich. -¿Errrres alguna clase de rrrregente?- le preguntó interrumpiendo cualquier conversación que pudiese tener con la escudero del grupo, con la muerte de Cunta, era evidente que Ogna pasaría a ser la nueva escudero. Un ascenso en su carrera tras ser porta-antorchas y mojigata bocazas, estaba claro que el puesto de llevar una antorcha se le había quedado pequeño, una tarea que el enano creía que nunca llegaría a dominar la humana. Sin embargo la de bocazas, esa tarea sí que la desempeñaba con gran maestría, aunque no era ninguna sorpresa, en el género femenino era un don bastante común, por lo que tampoco había que felicitarla por nada. Casi se podía decir que lo único que se podía sacar de provecho a Ogna era un matrimonio forzado para intentar aumentar su posición en la escala social, aunque difícil era colocar a un gárgola con orejas de elfo* y para colmo la chica va y se junta con el frágil del equipo. Ya que con la marcha de Morwing, Losse pasaba a ser el "suave" del equipo, un ser delicado que flotaba por el campo, cual mariposa silvestre. Así que Ogna era infructuosa y había que darle trabajo, algo que no fuese inútil del todo. -¡Escuderrro, atenta!- dijo el enano para acallar tanta verborrea inútil por parte de la chica. Si se callase seguramente podría aprender algo más que encender un antorcha y apagarla cuando debiese.

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28/05/2015, 20:18
Allen Shesar

Parecía que el grupo no había perdido consistencia después de todo. Quizás, y sólo quizás, las palabras que el paladín dirigió al enano fueron el único provecho que los aventureros sacaron del extraño e impulsivo acto de Morwing si es que Kormack tenía en mente aceptarlas.

De camino a realizar las últimas compras antes de que el grupo abandonase Crimmor, lo cual no era aún del todo seguro, una voz hizo detenerse al grupo. Un humano que decía ser servidor de Lathánder abordó al grupo pidiendo información acerca del combate contra Bealedur, por el cual parecía estar muy interesado.

Ogna recibió con educación al recién llegado y antes de que Allen pudiese abrir la boca, Kormack dedicó una pregunta a Jeldrich, la cual dejó casi sin palabras al paladín sin poder evitar esbozar una sonrisa, y un pequeño dardo a Ogna, algo normal entre ambos por lo que el paladín celebró de algún modo que la relación entre aquella extraña pareja no había sufrido herida alguna tras el incidente en palacio.

Tras reponerse del curioso comentario del enano y del que denominaría como cándido apelativo que Ogna se dedicó a sí misma, intervino con precaución. -Saludos Jeldrich. Mi nombre es Allen Shesar, paladín de Tyr. En efecto ha encontrado a quienes buscaba, la luz del dios del alba le ha guiado con certeza-, comenzó diciendo al recién llegado. -Parece que las noticias, incluso en momentos de tensión, vuelan como el viento. De nuevo está en lo cierto, poseemos información sobre lo que ocurre y ocurrirá en los días venideros pero, como comprenderá, no podemos compartir esa información con cualquiera que quiera conocerla, lo entiende,  ¿verdad?-. Realizó una pausa para escudriñar al clérigo, el grupo había tenido demasiados problemas últimamente como para confiar en la primera persona que portase un símbolo de un dios afín al grupo.

-No lo sabemos, aún estamos deliberando cuál será nuestro próximo destino pero es muy posible que abandonemos la protección de las murallas de Crimmor, por lo que muy a nuestro pesar no podremos contar con la luz de Lathánder para que nos ilumine-. No obstante Allen percibía algo en aquel humano que le hacía querer indagar más en su historia. -Nos dirigimos a realizar unas compras, si tiene a bien acompañarnos quizás pueda hablarnos un poco de usted, no hemos tenido demasiadas visitas agradables últimamente-, concluyó sonriendo a Jeldrich.

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28/05/2015, 21:10
Jeldrich

Jeldrich arrugó la nariz ante la pregunta de Kormack. No es que hubiese detectado el horrible hedor del enano (aunque lo llevaba encima…permanentemente), si no que no comprendió la pregunta de éste. – Quizá con ese acento le entendí mal…, pensó.

- No le comprendo maestro enano…, dijo sin más.

Tras ello llegó la intervención del paladín de Tyr. Ésta fue mucho más educada que la de su compañero aunque poco aclaratoria para los intereses del clérigo. No obstante si llegó a decir algo que por primera vez oscureció la mirada de Jeldrich: aquel grupo, con todo su potencial, parecía que tenían serias intenciones de no combatir contra el enemigo.

- Pe…perdón, Sr Shesar… ¿ésta diciendo que van a abandonar la ciudad justo antes del asedio?, preguntó sin ocultar su sorpresa. Acto seguido su mirada cayó hacia el emblema de su Dios, la balanza de la justicia. - ¿Acaso no hay mayor injusticia que la muerte de inocentes a manos de criaturas del lado oscuro, cuya intención no es otra que aniquilar nuestro pueblo? Y usted, señor elfo, continuó dirigiendo su miraba a Losse al apreciar el tatuaje con el símbolo de Mielikki en una de sus manos, - ¿La reina del bosque no estaría dispuesta a que su siervo luchara contra un enemigo que pretende convertir todo lo bello del bosque en fuego y cenizas?... No debéis… No, no podéis dejar a estas buenas personas a su suerte, continuó, - No tengo ni idea los intereses que les haga plantearse abandonar la ciudad, pero si es cierto todo lo que dicen los rumores…su aportación podría decantar la balanza a nuestro favor… les ruego que recapaciten, concluyó.

 

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28/05/2015, 21:23
Kormack Quebrantahuesos

Claramente aquel bufón meapilas daba en el clavo, le gustaba eso de "maestro enano", ese tipo sabía lo que tenía delante, al igual que Kormack lo sabía. -No abandonamos la ciudad.- respondió el enano, estaba claro que aquel idiota no podía ser regente ni de su propia casa, no lo era ni de su mente... Algún dios inmundo al que rezaban los humanos se había apoderado de aquella pequeña extensión de tierra en lo alto de aquel blandengue humano. Además parecía no comprender la lengua que se habían propuesto a extender por todo Faerún y encima tener el mal gusto de llamarlo "Común". -¿No entiendes el humano o es que errres un poco lento?- le decía el enano, claramente el "humano" no era más que el común. Muchas veces se había jactado Kormack de llamarlo así, porque no reconocía aquel idioma tan difícil de pronunciar, cargado de erres que daban un sonido horrible a las palabras. Hablar Humano era como hablar con una piedra en la lengua. ​-Vamos en búsqueda de un cobarrrrde que se hace llamar Morrrrwing. Crrrreemos que fue a Athkala.- porque el enano habituaba a no escuchar a sus compañeros y escuchaba lo que creía...

Notas de juego

Dar cera...pulir cera...

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28/05/2015, 22:43
Allen Shesar

-Perdone a nuestro compañero, el tacto no es una de sus virtudes-, dijo a modo de disculpa ante el comentario del enano. -Está en lo cierto en todo lo que dice-, comenzó explicando al clérigo haciendo referencia a su lógica petición, -pero como servidor del bien comprenderá que si en una batalla existen varios frentes, nuestro deber se halla en ayudar a aquellos que más ayuda necesiten-. Así, dejaba claro Jeldrich que esta batalla sólo era eso, una batalla dentro de una guerra y creían posible que si elegían defender la ciudad no llegarían a apoyar a Athkatla en la suya y sin duda la caída de Athkatla sería mucho más catastrófica que la de Cimmor, por mucho que le doliese tener que tomar esa decisión lo haría si tuvieran esa certeza.

El grupo debía ahora, sin la ayuda de Morwing, intentar comunicarse con Athkatla para intentar obtener noticias del inminente ataque. Si les era posible, sin duda ayudarían en el asedio pero sólo con la firme convicción de que llegarían para el que sufriría sin duda alguna la capital del reino.

-¿Tiene usted amistad con los magos de la ciudad?, nos gustaría poder enviar un mensaje o comunicarnos si es posible con alguien. Quizás la poderosa magia arcana pudiera ayudarnos-.

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28/05/2015, 23:12
Jeldrich

Jeldrich escuchó consternado las explicaciones del paladín. Con su palabras comprendió que la batalla que acechaba a Crimmor no era más que el preludio a una gran guerra. Aun así no cesaría en su empeño por conseguir la ayuda de los aventureros a la batalla más próxima. – Comprendo lo que me dice, pero ¿acaso hay un frente más próximo a este? Si cabe la posibilidad de poder actuar en ambos, ¿podría soportar vuestra conciencia el no haber ayudado a estas pobres personas?, comentó.

- Me temo que no tengo contactos con magos aquí, respondió a su pregunta. –Ayer mismo llegué a la ciudad tras un largo viaje. Iba dirección de Athkatla, donde me espera mi familia, y las alarmantes noticias no me hicieron dudar en que este es mi sitio hoy a pesar de ansiar el cariño de mis hermanas, dijo con total seguridad.

- De todos modos… Si ese mensaje que necesitáis enviar es tan importante para la campaña que se nos presenta, seguro que podremos conseguir encontrar a alguien que pueda ayudaros e incluso con un precio rebajado dadas las circunstancias. Os acompañaré si con ello puedo convenceros de que luchéis a nuestro lado. Nuestro enemigo más próximo está cerca… y habrá que contenerlo con todo nuestro potencial.  

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28/05/2015, 23:22
Guardia de Crimmor

Mientras se desarrollaba la conversación entre el clérigo de Lathánder y los miembros del grupo de aventureros, no pasó ajeno a la vista de éstos cierto movimiento de tropas en una esquina varias calles más abajo. Algo extraño debía suceder pues de los numerosos curiosos que se asomaban a las ventanas para mantenerse informados de lo que acontecía pocos permanecieron en sus ventanas cuando uno de los soldados comenzó a realizar aspavientos con los brazos. Los compañeros y el recién llegado pronto saldrían de dudas y éstos no tendrían que acercarse hasta los soldados para saber qué es lo que sucedía. 

El sonido de los cascos de un caballo golpeando contra el adoquinado captó la atención de todos. Se trataba de un correo militar y venía a galope tendido por la Calle Alta desde la parte este de la ciudad. A medida que el hombre se cruzaba con una patrulla dejaba caer sobre ellos las malas noticias sin detenerse. ¡HAN CRUZADO EL ÁLANDOR A LA ALTURA DE PELLEJERA!  ¡PELLEJERA ESTÁ EN LLAMAS! - Lograron oír los aventureros cuando éste informó a unos soldados cercanos que conducían un carro lleno de barriles de brea. 

Pellejera era un conjunto de granjas a pocas millas de la ciudad siguiendo el curso del río en dirección este. No era una villa como tal, pues dependían directamente de Crímmor, pero el conjunto de casas había adoptado el nombre de lo que en su día comenzó como un apelativo despectivo para los que allí vivían, en su mayoría curtidores de cuero que se dedicaban a la manufactura de pellejos para cantimploras.

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28/05/2015, 23:33
Allen Shesar

-Maldición... quizás no tenga que insistir más amigo Jeldrich, puede que no sea imposible salir de la ciudad a estas alturas. No obstante lo comprobaré con mis propios ojos-. El paladín permaneció inmóvil durante unos segundos y pasados unos segundos dirigió su mirada al cielo para observar cómo su hipogrifo escuchó su mensaje y volaba raudo hacia donde se suponía que las tropas orcas avanzaban. -En unos segundos tendremos más información al respecto-, dijo al clérigo en particular y al grupo en general.

Notas de juego

Me comunico con el hipogrifo y le digo que vuele alto para ver si realmente se acercan y en qué numero. Por supuesto le digo que permanezca muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy alejado..... que luego se me constipa.

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28/05/2015, 23:55
Kormack Quebrantahuesos

-Ia no tenemos opción...- dijo el enano al resto del grupo al escuchar lo sucedido. -La guerrrrra ya ha llegado... es horra de prrreparrrrarrrse. JA!.- luego miró al nuevo meapilas -Ale, ale...shu, shu. Ve con tu dios.- dijo haciendo aspavientos con las manos. Lathánder, Tyr y todos esos dioses le parecían igual a Kormack, si le preguntabas no distinguiría a la Reina Araña de Tyr, ni a Grummsh de Lazhander...