Partida Rol por web

Debo de seguir buscando otras marcas de pilas xD.

4+2=6+2 = 8 de poder

Los túneles y cuevas eran mucho más angostos y oscuros que en su visión, las cavernosas ciudades de los Tvus se extendían por toda la montaña en un interminable laberinto indescifrable para un mortal, pero Yyodork había visto la ciudad en sus sueños cada día desde hacia veinte lunas, y tras un viaje que parecía interminable, ahora se acercaba al final de sus pesadillas, al lugar que en sus sueños indicaban que terminaría su amargura nocturna.

Los tvus patrullaban por todas partes, y el seco y cansado sirénido andaba muy despacio y alerta, alerta hacia adelante, alerta hacia atrás, alerta hacia arriba y alerta hacia abajo, en estas grutas no se sabía donde acechaban los tvus ni por donde habían edificado sus casas, habia visto casas tan bellas a ras de suelo como réplicas en miniatura de la ciudad gigante de Talruum, y habia visto nidos en los techos tan vulgares y hediondos como las heces de un kohiri.

Yyodork pudo ver un resplandor al final del pasillo, y aceleró su paso cayendo en el error de la impaciencia, tropezando con un tvu que se hallaba sentado en medio del túnel, guareciéndose en el calor que éste ofrecía. El sirénido observó aterrado esperando una reacción

Tvu - ¿Quién....? ¿Qué eres tú? Eres u-u-unnn

Yyodork se lanzó sobre el Tvu en un forcejeo con el que rodaron por el polvoriento suelo, el sireno abrazó con todas sus fuerzas al Tvu que emitió un grito cuyo eco no consiguió resonar en las cuevas. Yyodork, se infló cuanto pudo en un espasmo de nerviosismo atravesando al Tvu con un millar de púas y dejándole caer innerte con un ruido sordo sobre el suelo donde momentos antes descansaba.

Yyodork respiraba agitadamente, moviendo todas las espinas de su cuerpo mientras caminaba a través del túnel con demencial actitud, y al final de este, una enorme sala en llamas, una pequeña llamarada surgió frente a él, haciendole cubrirse con ambas manos y retrocediendo un paso antes de volver a mirar, ahí estaba, frente a él... el Fénix.

El ave de fuego se giró sonriente, al ver por vez primera al enemigo natural de su pueblo, parecía tan inútil e indefenso. Yyodork sin mediar palabra dió un salto hacia el gran agujero donde descansaba el avatar ígneo mientras un montón de sacerdotes tvus gritaban al intruso y el ave recibía a su atacante con una sonrisa y un graznido transformado en llamarada.

Yyodork atravesó el fuego clavando el puñal en el Avatar, cuyos ojos se oscurecieron, cuyo fuego se apagó convirtiendose en brasa, mientras Yyadarko gritaba dolorido aún aferrando el puñal, ardiendo por todas partes como pescado a la parrilla. El fénix aleteaba confuso y herido cayendo de espaldas y reduciendose mientras las brasas se desprendían de su cuerpo como un tizón medio-apagado.

Los sacerdotes bajaron en un revuelo apresando al sireno moribundo, pero de su Avatar, tan solo quedaba ya un triste mar de ceniza. Entre la ceniza, lograron rescatar un puñal cuya hoja turquesa se derritió como agua mezclándose con la ceniza de su víctima. La empuñadura roja, lisa y cuadrada, tallada toscamente en rubí, no dejaba lugar a dudas de la naturaleza del atacante.

Yyodork gritó clemencia y ayuda, pidió por su vida, a la espera de poder ver, la piedad o crueldad que los Tvus podían ejercer

Bien, 10pp +2 por tener 0 en la reserva... nada mal!

(4) Comandar Avatar (Arkhos) Crear 4 ejércitos.

En la Llanura de las Almas, el Dragón de Hueso se despertó de su sueño. Una nueva edad empezaba, el momento que había estado esperando había llegado. Yoonel río.

Medio mundo lejos, Magnus oyó la llamada de su señor y se preparo. Sus tropas, ya organizadas y listas para partir, llenaban las paredes de la Grieta, y aguardaban su señal impacientes. Los resplandecientes Nobles destacaban en su lugar en medio de cada ejército, rodeados de incontables congéneres. Al frente, filas y filas de los gigantescos dragones de la destrucción rugían esperando ir a la batalla.

-¡Hijos míos, hoy es el día que tanto tiempo hemos esperado! ¡Nuestros ejércitos son incontables,  y nuestro poder indiscutible! ¡Hoy el propio Aldur temblara bajo nuestro poder! ¡MARCHAD CON LA BENDICIÓN DE VUESTRO DIOS!

Con estas palabras todos los dragones alzaron el vuelo al mismo tiempo, y el sonido de incontables alas lleno el aire. Subieron alto en el cielo, y tal era su numero que por un momento el sol oscureció y el día se volvió noche. Pareciendo una gran nube negra o una gigantesca bandada de murciélagos los dragones volaron al este, donde Skraag y su destino les aguardaba.

Cuando se alejaron la Grieta se quedo silenciosa, vacía excepto Magnus y los dragones que le rodeaban, insignificantes en numero comparados con la cantidad que acababa de partir pero todavía numerosos. Sin decir nada, Magnus y el resto de los dragones alzo el vuelo en dirección a Vandrerfan, donde su propia batalla le esperaba. Y cuando volaron Magnus pudo sentir el inmenso poder de su dios entrando en el y fortaleciéndolo, así como a todos los dragones que lo acompañaban, haciéndolos crecer y endureciendo sus cuerpos, garras y escamas, llenando a todos de una ira y rabia tan grande que no podía pertenecer a un mero mortal.

Mientras los dragones se dirigían a la batalla, los otros sirvientes de Yoonel también se preparaban para la guerra. Pues en la Llanura los esqueletos habían aumentado incansablemente durante el paso de los siglos, ocultos de los ojos de los otros dioses tras las dunas blancas del desierto y los muros de la gran Necropolis. Como una sola entidad las decenas de miles de esqueletos se dirigieron a la parte de la Necropolis conocida como el Campo de los Portales, donde grandes portales de hueso se alzaban imperturbables formando un circulo gigantesco.

Ocho eran los portales de la muerte que formaban el circulo, cada uno alto e imponente sobre el suelo de la ciudad. Sus marcos estaban formados de puro hueso, y en su interior una niebla azur impedía ver lo que aguardaba en el otro lado. Era en uno de esos portales por donde fila tras fila de esqueletos desaparecía en sus profundidades, la niebla azur cubriendo a esqueleto tras esqueleto hasta ocultarlos completamente, sin que ni un solo hueso llegara al otro lado.

Así fue como las veintidós Legiones Negras surgieron en el bosque primaveral, sus espadas y hachas destrozando los arboles que habían cubierto el portal cuando la diosa creo el bosque, hace cientos de años, y los dragones esqueleticos alzando el vuelo gracias al poder de Yoonel, la piel de sus alas destruida hace tiempo. A la cabeza de tal ejército marchaba Arkhos abriéndose camino con sus muchos brazos y armas a través de la maleza, su mente llena con imágenes de guerra y muerte.

Por todo el mundo los habitantes de Albur empezaron a defenderse de los despiadados invasores. En el monte Skraag, la gigantesca nube negra que eran los ejércitos draconianos empezaron a descender sobre las ciudades Tvus, que intentaban defenderse. En la alada ciudad de Vandrerfan los valientes Vandrer montados sobre sus cabalgaduras luchaban sin descanso a Magnus y sus seguidores, que luchaban con una furia divina. En Ovidia, los Har-Ail observaban como los muertos subian por las paredes de piedra sin descanso, sus afilados bordes inutiles para parar su avance, y se preparaban para la inminente batalla.

Y en las Llanuras de las Almas, en lo alto de su palacio, Yoonel observaba y seguía riendo.

Pobres dragones, no les van bien las cosas...

El mundo se sacudia, pronto las tierras se tiñerian de rojo. Los muertos andaban por la tierra de los vivos. Él lo sabia, lo habia visto, su pueblo habia sido alertado por extraños poderes y poco habian hecho para protegerse, ahora les tocaba aprender a vivir solos, a cuidarse de si mismos, pues Albur ya no era reino de los dioses y toda lucha era en vano, lo que tenia que caer, caeria. Los que tenian que vivir, vivirian. El mundo solo pertenecia a un solo señor, a un solo Dios, era voluntad de Á.

Él ignoro las plegarias de su discipulo de defender y castigar a Yoonel por su atrevimiento - pobre - penso - su espiritu vivo le vuelve incapaz de sentarse y aguardar, tiempos de guerra y dolor les esperan a sus hijos y a los mios... a los de todos, incluidos los de Yoonel. Pronto vera que toda sus acciones carecen de sentido. Ni el, ni yo, ni ninguno de nosotros perdudara eternamente en sus mentes. Solo uno es el que cuenta, solo uno es el que quedara. - Observo la desesperacion de su Discipulo, como se preparaba para la lucha y envio una oleada de calor que le permitiera sobrevivir a su peligrosa cruzada.

Sobrevolaba los bosques cuando lo vio.... una gran horda de esqueletos se acercaba hacia estos, viro en el aire cambiando su rumbo hacia Arkamath... tenia que avisar a Kesastraza, Volo todo lo rápido que pudo, cortando con el viento las olas del mar.... tenia que llegar a tiempo...

Aterrizo rápidamente entre las grandes raíces de el árbol, pidiendo audiencia con la señora de lo vivo.

- Kesastraza! los esqueletos se lanzan en hordas hacia las ciudades de los vivos! tenemos que hacer algo!- dijo el dragón vigilante que acababa de llegar.

Kesastraza escucho lo que le contaba su compañero, y rugió fuertemente para convocar a el resto de dragones de la vida que se encontraban en el árbol.

- hoy es un día triste para la vida en el mundo... pensaba que nunca llegaría este día... pensaba que no serian tan estúpidos de provocar la colera de la dadora de vida.... pero ha sido así... hoy... volaremos lejos!!! combatiremos con garras y dientes! esos pequeños esqueletos no podrán defenderse de nuestros ataques...- Kesastraza levanto el vuelo y un gran grupo de dragones se levanto tras ella.

Los Dragones de la vida van a la guerra.....

Mientras tanto en el bosque primaveral....

una partida de vigilia formada por dos Shenkem y un silvhos vigilan los lindes del bosque, Caminan siempre el silvhos y un shenkem en forma humanoide y el otro Shenkem en forma de animal agazapado en las sombras, el Silvhos levanta la mano y hunde sus raíces de la otra mano en el suelo... meditando y concentrándose, de pronto abre los ojos y empieza a mirar hacia los lados.

- esqueletos... en el bosque.... hay que dar la voz de alarma!- pero es demasiado tarde para el... los esqueletos empiezan a surgir de entre los arboles formando un circulo a su alrededor... por suerte el Shenkem animal estaba escondido entre la espesura del bosque... los sentimientos de furia y odio salen rápidamente a relucir... ayudar a sus hermanos o avisar a las ciudades.... con tristeza... sale rápidamente en una frenética carrera hacia taramath mientras, chillidos de dolor y sonidos de metal se escuchan a lo lejos....

- Pido Audiencia con lady Alisha Shemark - lo que antes había sido un lobo ahora era un Shenkem agotado, frente al templo de la vida, los guardias le dejaron pasar rápidamente y este llego a duras penas exhausto frente a la maestra boticaria.

- lady Shemark, una... una.. ord.... de .. es...esquel...letos... hacia... qui...- el Shenkem se desplomo tras decir esto ultimo agotado y sin aliento. La maestra boticaria no dudo, no le tembló el pulso al oír la noticia.... -la diosa de la vida nos protege y no dejara que esos mal nacidos lleguen hacia la ciudad, Terym, acercate- dijo la diosa, mirando hacia uno de los Shilvos mas acianos de la mano de madera- voy a subir al Neltheros para preparar ayuda y defensas, te dejo a las ordenes de la ciudad y la defensa, los hostigadores de la sombra se quedaran contigo preparando la defensa- dadas las ordenes, fue hacia la zona de los dracos de la ciudad y monto en su draco, saliendo de la ciudad disparada, con tan mala suerte que su draco se rasgo un ala y llego a duras penas a Askam, donde rápidamente una partida de Shenkem fue a socorrerla.

- General theman! hay que preparar a los hombres y mujeres que tenemos, un ejercito se acerca a Taramath y por el tamaño del ejercito, diría yo que también planean atacar al Neltheros y Askam....- Alisha aviso rapidamente al regente de Askam en su ausencia de que tenia que preparar a los guardias para la batalla.

Mientras ella, reunía a los mejores tiradores y guerreros para hacer unos ejércitos especiales, doto a los tiradores, con los mejores arcos que tenían guardados, y los mejores venenos que ella misma habia destilado durante este tiempo, después, busco a los mejores y mas atléticos guerreros, les despojo de su armadura, y les otorgo mas venenos y armas ligeras y rápidas- con estos venenos hermano y hermanas... descompondremos la poca materia que les queda a esos esqueletos.

El general Theman organizo a los guardias de la ciudad, dándoles armaduras de escama de serpiente, grandes escudos y lanzas afiladas- Hermanos y hermanas, hoy es un día triste, los dioses oscuros quieren destruir la vida en el mundo, nosotros no hemos echo nada para detenerlos en su principio.. porque nos creíamos a salvo encima del Neltheros... pero ahora... ahora toca luchar, coged los escudos y las lanzas y no dejéis entrar a ninguna de esas impías criaturas....

Alisha ahora tenia un problema bastante grande, sin su montura, difícilmente podría defender la ciudad como ella quería... pero pronto llego el vuelo verde... y la propia Kesastraza se poso delante de ella- sube Alisha, la defensa que estas preparando quizás pare a esos esqueletos.. estas trabajando duro... y juntas, podremos parar a esos desechos inmundos- la dragona ofreció su lomo a Alisha para poder luchar juntas- el vuelo verde seguirá volando hacia Taramath pero tu y yo nos quedaremos aquí para defender Askam.

Terym Preparo a los Silvhos con armaduras de corteza de arbol, y potentes armas de puño con forma de cabeza de lobo y oso con la boca abierta, y organizo a los Shenkem druidas que quedaban en la ciudad para que conjurasen a los elementos si hacia falta para la defensa de la ciudad, mientras, veía aterrizar a los Dragones verdes, seguidos de los drakos, que acudían al grito de llamada de sus primos los dragones.

Terym asombrado por la llegada de los dragones, organizo rápidamente los ejércitos que tenia junto a los Hostigadores de la sombra para la defensa de la ciudad.

Mientras Shenkis, no se quedaba de brazos cruzados, entro en comunión con el espíritu del Neltheros, para dirigirlo ella misma e intentar que los esqueletos no pudieran trepar por el.

 Leyendas de los Vandrer - La llegada de los dragones

El cielo se oscureció al norte de Vandrerfán cuando los dragones del Mal se lanzaron sobre la ciudad. Al principio hubo confusión caos y desesperanza, hasta que en la plaza central se alzo un hombre sobre su carro de Guerra, era Eutharkos, el mejor guerrero de los Jinetes de la tormenta, cuando hablo no lo hizo con ira o miedo, sino de buen humor, como aquel que ha sido sorprendido por una buena noticia

-mirad gentes de Vandrerfán, nosotros que nos tenemos por los mejores mercaderes del mundo y decimos que no hay riqueza en el mundo que no haya pasado por nuestras manos. Hasta ahora eso era falso ya que no hay gemas mas valiosas que las de la grieta insondable y esas nunca las hemos tenido. Pero ahora el generoso Yoonel nos manda a sus dragones con las gemas incrustadas en su piel-

-¡¡Vandrer!!, mañana no habrá hombre en Vandrerfán que no vista una prenda de piel de dragón y no habrá casa en Vandrerfán que no este decorada con las grandes gemas de la Grieta Insondable-

Los Vandrer le respondieron con gritos de alegría y vitores, y rapidamente los guerreros que se estaban entrenando se reunieron y bajo los auspicios de Los Ocho y de Eutharkos se formaron Los hijos de la tormenta y Las hijas de la Valkiria para la batalla que llegaba. Eutharkos se dispuso al frente de los jinetes mientras los Ocho en El Corazon empezaron a manipular las energias de la ciudad, alzando la barrera de fuerza y provocando remolinos y vientos que derribaban a los dragones del cielo

Mientras sin ser percibida la influencia del errante ocupo el campo de batalla, las flechas y lanzas de los Vandrer encontraban su camino hasta las brechas en las armaduras de los dragones con una facilidad aterradora mientras los ataques de sus enemigos parecían desviarse de su camino en el último momento

La piedra a mi alrededor se estremeció Comenzó a latir. Sentía el poder vibrar en mi interior, era hora de que me alzara nuevamente. Estire mi mano temblorosa hacia la superficie, apoyándola sobre ella. Rugosa, caliente, luego fría

Todo a mi alrededor se cubrió de un manto se seda y la piedra estallo. Estire las manos hacia arriba, respirando agitada. Me faltaba el aire por haber estado en aquella prisión Con cuidado apoye las manos en la tierra y levantarme.

Mi cuerpo se arrastro por ella mientras me arañaba y ensuciaba mi ropa. Mi cabello blanco caía sobre mi rostro con hojas y pedazos de piedra sobre el. Me puse de pie, de manera temblorosa antes de observar todo a mi alrededor. Sentía el poder vibrar, y las energías de mis hermanos enfrentándose entre si, nuevamente. Me sacudí la tierra y comencé a caminar con los pies descalzos sobre esta. No podía permitir que mas injusticias cayeran sobre el mundo.

-Korag...andando...-

Le susurre de manera suave mientras sentía a lo lejos el conflicto. Todo estaba desatándose y habría bajas si no podíamos evitarlo. Estire la mano y varias mariposas de agua salieron de ella.

-Enviad a mis ejércitos y avatares a mi hermana Khnoss... va a necesitar de nuestra ayuda...-

Le ordene a la mariposa mientras observaba a mi menor, me sentía algo perdida al haber renacido de esta manera. Mi antiguo yo dormía en mi interior y lo mejor seria mantenerlo ahí

-Korag...nuestros hermanos nos necesitan...es hora de acudir en su ayuda.... ya no estarás mas solo, perdona que te haya hecho esperar...-

Acaricio su mejilla unos momentos, dedicándole una sonrisa cálida antes de continuar avanzando para ayudar a nuestros hermanos. Eso seria lo mejor, no podía quedarme allí Pero necesitábamos mas ayuda. Era hora de crear mas ejércitos Apoye las manos en el suelo. Podía sentir mi poder enviándose a través de la tierra hacia Sekkar. Era hora de alzar los puños.

En los cuatro puntos cardinales de la ciudad, donde estaba cada avatar y orden el suelo tembló. Bajo Sekaar Magto la tierra se rasgo y una ráfaga de fuego emergió de ella sin lastimar nada de su alrededor. Unas manos salieron de su interior mientras unas criaturas con armaduras y fuego emergían de ella. Criaturas con cuernos a los costados de su cabeza, Balrogs de tamaño mediano, surgieron de las llamaradas.

Bajo Thorek la tierra también se rasgo, pero de esta salio una luz. Una cola se asomo por la abertura antes de que lo hicieran las alas y la cabeza. Su piel era plateada, y de las fauces de los Dragones brillaban en una luz blanquecina. Mientras elevaban sus alas para ponerse junto al avatar.

Bajo la orden de los artesanos la tierra tembló y pequeños montículos comenzaron a formarse. Antes de abrirse como capullos. De estos salio agua, formando barro a su alrededor antes de mostrar unas criaturas de piel azul, con cabellos del mismo color. Los Trolls de agua se arrodillaron a su lado.

En el ultimo punto donde estaban los dragones los metales de la tierra comenzaron a juntarse antes de lograr un batir de alas metálicas Las figuras se mostraron imponentes frente a ellos. Los hipogrifos de Metal alzaron vuelo para ponerse a la altura de los dragones.

Ahora si podían marchar en ayuda de mis hermanos. Los ocho ejércitos y los dos avatares. Íbamos a caer con mano de hierro contra nuestros hermanos que se habían desviado del camino.