Partida Rol por web

24 de diciembre por la mañana. 

La casa de Kenya está situada cerca de un acantilado que da al fantástico mar qué acompaña siempre a Florida, el bosque, acaricia algunas de las ventanas de su hogar... el tiempo, mucho más templado que Montana, ni siquiera ha nevado, y aunque hace frío y algo de viento no se puede ni comparar en aquel estado del Norte.

Dany camina al lado de su chica, después de que a ella le haya costado lo suyo convencerlo para ir con sus padres... pues él no tenía más familia que la misma Kenya. El perrito de la casa, un cachorro que había llegado dos semanas más tarde que se fuera la morena a estudiar, salió corriendo a saludarlos junto a sus amos, que abrazaron y besaron a su pequeña... y luego a Dany, deseándole también feliz Navidad. 

Kenya saluda a sus padres con un gran abrazo. Los había echado de menos... Ellos habían sido las únicas personas en las que había llegado a confiar realmente durante su vida antes de llegar a la residencia. Aunque ni a ellos les había comentado lo hábil que era con las plantas. Saluda también al ultimo miembro en llegar, dejándo que lama sus manos y acariciándolo y diciéndole esas tonterías que se suelen decir a los perros... pero sin llegar a utilizar ese tono de voz tan chirriante.

Tras las presentaciones, observa como sus padres saludan a Dany, y con una mirada cómplice, una sonrisa se extiende por su rostro. La sonrisa más sincera y cargada de felicidad que Dany hubiera visto nunca.

No tarda mucho en subir a su habitación para dejar a Cat en ella, en el sitio que solía ocupar, y enseñar a Dany la casa empezado desde allí... y ya de paso, quedándose solos unos momentos.

¿Cómo estás?

Le pregunta. Sabía que le había costado aceptar la invitación... pero se alegraba tanto de que estuviera allí... Aunque su presencia le recordara los últimos meses y que esto era sólo un simple paréntesis en su auténtica vida, no podría haber sido capaz de separarse de él ni siquiera dos días... Y mucho menos dejarlo solo en la residencia.

Se sienta en su cama y da un par de golpecitos a su lado para que se siente allí junto a ella. Según sus previsiones, tenían unos 5 minutos antes de que sus padres reclamaran su presencia... para disfrutar de la compañía de su hija, y ya de paso evitar que ambos tuvieran demasiada intimidad.

Dany se deja caer a su lado, suspirando, y apoyándose en sus manos.

Estoy bien... solo un poco nervioso. Pero tu familia parece muy maja. - coloca una mano encima de su negro cabello y la empuja un poco hacia él, para besarla en la frente con ternura y permanecer allí - Han pasado tantas cosas en estos meses... que realmente no sé como mirarlos... y... no sabré qué decirles si nos preguntan cómo nos conocimos.

Luego se ríe, y se separa de ella para mirarla a los ojos. 

Pero me alegro de haber venido.

Pero eso último, era porque no quería dejarla sola, en realidad... no quería que le pasara algo estando él en el Campus y ella allí, en Florida... demasiado lejos.  

Kenya se deja arrastrar hacia él y asiente suspirando. Sabía perfectamente como se sentía... Ella ni siquiera había pensado en aquella más que posible situación... Había estado más preocupada por que sus padres no la dejaran en ridículo... como cualquier chica normal y corriente habría hecho. Eso la gustaba... y la asustaba en parte. No debía perder de vista la realidad. Por eso no había querido irse demasiados días fuera... por eso y por no poner en peligro a su família más de la cuenta.

Al momento, escucha las voces de sus padres desde el piso de abajo.

¿Ya han pasado los 5 minutos?

Pregunta divertida esbozando una media sonrisa y separándose de Dany para ponerse en pie... sin soltarle de la mano.

Después de comer, podemos ir a dar una vuelta por los bosques de alrededor... te encantarán. Y estarás más tranquilo.

En realidad, ella también tenía ganas de charlar con sus antiguos amigos.

Se levantó con ella, sonriendo y asintiendo. Sin soltarle de la mano y bajando al piso de abajo... donde sus padres volvieron a balancearse encima de ambos.

- Dany, ¿te gustaría ver a Kenya de pequeña? Era tan mona... - le preguntó la madre.

Euh... - Dany la miró de reojo, a su chica, y a pesar de su mirada asesina y su rostro sonrojado, miró a su suegra divertido - Sí, ¿por qué no? Seguro que es divertido.

Pero dejó al padre de Kenya mirando las fotos con el chico... puesto que la madre fue a terminar la comida, y a seguir haciendo la cena de Nochebuena 

Kenya pone los ojos en blanco y termina por suspirar, sentándose en la alfombra junto al árbol de navidad. Lo mira sorprendida y alza la voz.

¡Hala! ¿Este año es natural?

Pregunta con curiosidad mientras alza la mano para acariciar una de las ramitas, con una bonita bola brillante de color rojo al final.

¿Hola?

Pregunta con curiosidad. Nunca antes había charlado con un árbol de navidad... y algo tenía que hacer mientras Dany y su padre se reían de ella y su madre terminaba los preparativos en la zona de guerra en la que se había convertido la cocina. Se estaba esmerando más que otros años... Hacía tanto tiempo que Kenya no llevaba a nadie a casa...

Una voz dulce y tierna llega a tus oídos... nunca habías escuchado a un árbol con una voz así, una voz femenina... quizás alguna flor, pero no era habitual.

- Hola... ¿quién eres tú...? ¿Cómo puedes comunicarte conmigo, humana...? 

Kenya sonríe mirando de reojo a Dany. ¿Se habría dado él cuenta de lo que hacía? Parecía demasiado enfrascado entre risas, mirando una foto de cuando se cayó por un barranco de pequeña yendo ella sola por el bosque... con un montón de tiritas por la cara y un par de puntos en la barbilla.

Vuelve a mirar a la planta mientras finje examinar otra de las bolas navideñas.

Tengo esta... extraña habilidad desde hace años. Soy Kenya... la hija del matrimonio que vive aquí. ¿Cómo te encuentras? ¿Estás cómoda?

Pregunta, interesada por si realmente necesitaba algo.