Partida Rol por web

-Oh no. Qué contratiempo.

Digo con cara de consternación que tiene poco de fingido.

-Nosotros venimos a hablar con Nathan Dexter de un asunto muy importante. ¿No está él tampoco en casa?

La mujer vuelve a su anterior cara de confusión, parece ir a hablar un par de veces, sin llegar a hacerlo y por fin dice:

-El señor Dexter murió hace unos meses... ¿Son conocidos suyos?- dice la señora, con cara de no saber si ha metido la pata.

Todo me da vueltas, la vista se nubla y los ojos se me desvían hacia arriba sin poder centrar la mirada. Poco a poco voy cayendo al suelo, aunque con la suficiente lentitud para ir agarrándome como puedo al cuerpo de Kurt.

Una vez quedo sentada, en una posición ridícula y poco digna, me quedo mirando al cielo con la boca abierta y la mirada perdida.

-Oh, cielo santo. ¿Se encuentra bien?- pregunta la mujer mirando a Kurt -Pásela dentro y dele aire, por favor. le traeré un poco de agua.- añade, mientras os cede el paso a la casa.

El lugar es de conservador estilo inglés, y corte funcional. Está bien cuidado, y no muy decorado actualmente. principalmente faltan fotos.

La mujer entra por la única puerta del hall-salita en el que os ha dejado, y Accede a lo que parece un pasillo. Regresa poco después con un vaso de agua. y un paño húmedo.

Señora Davourier...

Me apresuro a recogerla y acudo con ella adonde me indica la señora. Cojo el vaso de agua y se lo ofrezco lentamente.

Muchas gracias señora. Mi nombre es Kurt Homburg.

Tras presentarme sigo hablando

No sabíamos que el señor Dexter hubiese fallecido... Es una noticia inesperada.

Voy relajando mi respiración poco a poco sentada en la silla y bebo agua con ansia, esperando a que se pase el sofoco. Luego miro a la ama de llaves y le pregunto en un tono triste:

-¿Puede... podría contarnos cómo pasó?

Se encuentra bien, señora Davourier. ¿Ha notado alguna cosa?

La preocupación de Kurt ante la farsa de su compañera es genuina, él también se ha tragado el anzuelo y teme que las mutaciones vuelvan a las andadas...

La mujer se alivia al ver que Ludmilla vuelve en sí y comienza a explicar:

-Si, bueno, sabrán ustedes de aquel estudio en que el señor había estado enfrascado últimamente... algo importante para su cátedra.- dice la mujer, como si supieseis de lo que habla -En los últimos meses fue volviéndose más cerrado todavía sobre ello. La señora mostraba su displacencia desde la distancia abiertamente, por aquel entonces ya. Si hubiera seguido así, posiblemente hubieran... vivido vidas separadas para siempre.- comenta la mujer, casi lamentándolo -Pero el señor Dexter no merecía acabar así... en las últimas noches acudía al campo de más arriba, a observar las estrellas. Se pasaba allí horas muertas con su libro. Y... allí es donde lo encontraron muerto... abrasado. Por dios, eso no es forma de morir. La policía no consiguió aclarar mucho, la verdad. Aún esperamos una respuesta adecuada.- termina la mujer como si la explicación que ha dado fuera coherente y suficiente.

Entonces se dedica brevemente a la salud de Ludmilla, para luego preguntar:

-¿Conocían desde hace mucho al señor?

¿Abrasado? Que muerte tan horrible...

Dice Kurt pensativo mientras sigue pendiente de Ludmilla.

-Estoy bien. Gracias -Le digo a Kurt con voz cansada-. Cielos. es horrible, horrible. Ese libro. El culpable de todo es ese libro. Señora -le digo cogiéndole las manos y mirándole a los ojos con fijeza-. Le aseguro que ese libro está maldito. Nosotros somos los anteriores dueños del libro que estudiaba el señor Dexter, y nos une el mismo ansia de conocimiento, pero el libro tiene propiedades que nadie debería conocer. Es de vital importancia para nosotros recuperar el libro. Un asunto de vida o muerte, créame. Hemos de estudiarlo para revertir el extraño mal que asola a mi marido y luego destruirlo, para que nadie más resulte dañado por su maldad.

Le ruego por Dios nuestro señor que nos deje acabar con esto. Necesitamos el libro.

Con esta mezcla de verdad y mentira, trato de atacar al corazón de la ama de llaves, y entrarle por ahí para conseguir el libro. Decir toda la verdad sería reconocer que la he engañado para entrar en la casa y que no conozco de nada a Dexter, y veo más posiblidades de no tener éxito mintiendo del todo, así que opto por esta opción. Consciente de que soy una mentirosa, pero agarrándome a cualquier clavo ardiendo para salir de esta situación.

-Sí, fue algo terrible. Parece que un mendigo lo echó a su hoguera, y pereció allí. Un loco de esos que se han quedado sin espalda para trabajar en el puerto y viven de la caridad en las cercanías.- explica la mujer monocorde -El tipo no debía de estar en sus cabales; la policía no pudo sacar nada coherente de él, según parece. Matar a un hombre tiene que partirle el alma a uno...- continúa la mujer, mientras examina el color de Ludmilla -Se encuentra mejor?

-El libro? Si, bueno, supongo que esa obsesión por su estudio tuvo la culpa de todo. El señor Dexter no hubiera muerto, posiblemente, de no estar ese manuscrito de por medio. Por suerte ya no volverá a dañar a nadie. El libro está en poder de la policía, como prueba de la escena del crimen. Mientras no levanten el sumario, supongo que allí permanecra. Luego puede que la señora lo subaste... no lo sé. Pero por mí, cuanto más lejos ese libro, mejor.- afirma la señora tajante.

Con cara de preocupación le digo a la señora:

-Disculpenos, no querría robarle más tiempo del que ya le hemos quitado, pero... sería muy importante para nosotros tener acceso al estudio del señor Dexter, por si, en su estudio, realizó algunas anotaciones que pudieran ayudarnos con nuestro problema. Entiendo que le puede parecer una osadía por nuestra parte, pero la desesperación nos hace ser así de osados. Usted, por supuesto, podría estar con nosotros para asegurarse de que nuestras intenciones no son otras.

Carita de cordero degollado.

Luego, me responda lo que me responda, preguntaré:

-Una cosa más. ¿Podría indicarnos la dirección de la policía y el nombre de la persona que lleva el caso? Esa será nuestra próxima parada. Ay, pobre Nathan. No concibo... qué muerte tan horrible.

-Aunque quisiera, no podría ayudarles... Al principio el señor tomó una caprpeta con varios apuntes incomprensibles, que siempre llevaba con él. Luego no quedó ni rastro de ellos. La señora los buscó en su último viaje desde Londres, para ver si podían arrojar algo de luz sobre la muerte de su marido, pero no hubo suerte. La policía aventura que tal vez el mendigo los utilizó como combustible.- dice haciendo ademán de incorporarse para acompañaros a la salida.

Ahora que Ludmilla parece recuperada, os da la sensación de que la señora no os quiere mucho más curioseando por allí, así que os lleva hasta la puerta y allí s contesta:

-Supongo que el inspector de Kingsport les podrá dar más detalles; es un pueblo pequeño, así que no tenemos más de un par de agentes, y no hace mucho de eso; todo cuelga de la más cosmopolita Arkham. Aun así, encontrarán la comisaría en la Plaza del Mar, en la zona nueva. Siento que hayan tenido que enterarse así. Que tengan un buen día.- se despide la mujer, dejándoos fuera.

-A-dios.

Me quedo en la puerta con un palmo de narices y luego me giro hacia Kurt visiblemente contrariada.

-Esto se complica cada vez más y me da la impresión de que nada de lo que hagamos tiene relevancia. Estamos condenados.

Luego, al ver el gesto de Kurt tras mis palabras me doy cuenta de que mi actitud no es nada positiva, por lo que suavizo un poco el discurso.

-Bueno, vayamos a ver al inspector, a ver si es más amable que el "nuestro". Como combustible dice. ¿Será posible que nos esté pasando esto a nosotros?

Si Kurt no pone pegas, del tirón para la plaza del mar en la zona nueva. Grrr

Muchas gracias por todo, señora.

Dice Kurt despidiéndose antes de salir. Una vez en la puerta le comenta a Ludmilla

No debería usted tomarse las cosas tan en serio o podría volver a marearse como antes. ¿Se encuentra usted con fuerzas para ir a la comisaría? Podríamos intentar tomar algo para que reponga fuerzas.