Partida Rol por web

Bennet apenas miró a donde caían los demás ni donde estaba el objetivo del salto, aquel salto lo había empezado ya totalmente desorientado por las circunstancias y su estancia en el aire no sirvió para tranquilizarse ni mucho menos.

Sin duda la básica instrucción de paracaidismo que había recibido no se asemejaba ni lo más remotamente a la realidad. Tuvo que emplear toda su concentración y cuerpo para controlar el paracaidas y tratar de dirigirlo evitando que le arrastrara a merced del viento lejos de la zona prevista. Aún así el golpe contra el suelo fue bastante duro, aturdido durante unos instantes miraba alrededor. Había caido en mitad de un bosque y las ramas partieron su paracaidas lanzandolo contra el suelo.

Genial, parece que he sido el único que ha caido donde tenía que caer. Pensó el sureño maldiciendo a los vientos y al piloto que no daba la orden para saltar. Se desenganchó la mochila del paracaídas y empezó a enrollar la tela sobre las cuerdas para dejar el menor rastro posible. Una vez hecho todo una bola, el soldado comenzó a taparlo con la arena de alrededor "como si no hubiera pasado nada". Tras terminar la faena James agarró el rifle y echó una mirada a la carretera en ambos sentidos al mismo tiempo que miraba el mapa que traía con sigo solo para intuir por donde habrían parado sus amigos. El más importante a encontrar sería el Teniente ya que es el oficial al mando y ya después al soldado de telecomunicaciones...

Albert se incorporó buenamente pudo, apoyandose en su fusil como si de un callado se tratase. En su caída se había golpeado la cadera con una roca, y pese a que sentía un intenso dolor por todo el cuerpo, éste era más intenso en la parte izquierda de la cintura.

La madre que me trajo, donde cojones estaré... por lo menos, sigo vivo, que no es poco...

Al momento se quitó la mochila, y se dispuso a revisar su equipo. Comprobando que salvo la comida, que había acabado un poco aplastada, todas sus herramientas seguían en buen estado, echó un vistazo a su alrededor con el fin de reconocer el terreno que lo rodeaba. También, prestó principal atención a su paracaidas, tenía intención de recogerlo lo antes posible, pero desconocía si ello sería posible, ya que se había quedado enganchado a unas ramas.

Daniel cayó mal del salto. Por eso no le llamaban mucho los aviones. En el salto estaban desprotegidos ante todo. Cuando cayó se le aturdió todo el cuerpo. Por lo menos ya había terminado el descenso, ahora tendría que encontrar a sus compañeros de salto. Cuando pudo levantarse recogió el paracaidas y miró en todas direcciones para ver si veía a alguien ya fuera alemán, francés o uno de sus compañeros. Después se dirgió al bosque lo más rapido que pudo y se dispuso a esconder el paracaidas.

Bennet se encontraba rodeado de bosque. A su alrededor todo eran árboles arremolinandose unos contra otros. No consiguió descolgar el paracaidas del árbol donde se había quedado atrapado, pero afortunadamente la mochila calló con él.

Supusó que en aquel lugar sería dificil que los alemanes vieran el paracaidas, ya que estaba en el corazón mismo del bosque y era una zona de dificil acceso, aunque eso suponía un incoveniente mayor. Él también estaba allí.

El teniente no vió a nadie y recogió rapidamente el paracaidas, corrió hacía el bosque y justo cuando llegó a él vió que un soldado caminaba por el linde del bosque tranquilamente, fumando un cigarrillo. Gracias a Dios no se había percatado de la presencia del teniente, aunque caminaba hacía su posición.

La carretera parecía despejada, ningún vehiculo transitaba por ella.

James pudo esconder a la perfección su paracaidas y sacando el mapa que tenía en su equipo pudo situar aproximadamente la situación donde podrían econtrarse sus compañeros, según como los había visto caer.

El soldado se acercaba a la posición de Daniel. Será mejor esconderse y apartarse de su camino. El teniente se fue metiendo despacio hacia el bosque intentando ser lo más sigiloso posible.

Daniel se ocultó perfectamente utilizando ramas y hojas secas que tenía a mano para cubrirse con ellas. Permaneció tendido en el suelo rezando para que el alemán no le viera y con el rifle preparado por si acaso. Pero se había ocultado tan bien que el alemán paso a apenas 3 metros de su lado y no se percató de nada. Llegó hasta un árbol, miró a todos lados y se agachó para esconder algo entre las hojas que estaban amontonadas a los pies del árbol.

Después caminó de vuelta un par de metros y se puso a orinar contra otro árbol diferente. Una vez acabó, se marchó por donde había venido sin mirar atrás.

James decidió avanzar al oeste unos cuantos metros en busca de su teniente tal y como había pensado desde el principio. Agarró el rifle con fuerza y miraba hacia casi todos los lados. Cada vez que saltaba en paracaídas se sentía inseguro como si alguien le estuviera observando desde cualquier punto en tresciento sesenta grados. Se diferenciaba muchísimo a cuando avanzaba poco a poco desde la retaguardia. Si todo iba bien se encontraría con Parks en menos de cinco minutos o diez ya que como mucho estaba a menos de un kilométro, seiscientos metros como mucho.

¿Que habrá escondido? Cuando el soldado se hubo alejado lo suficiente Daniel se dirigió al arbol donde había escondido lo que llevara encima y buscó entre las hojas aquel objeto.

Albert  se sentó a pensar un momento. De las explicaciones sobre la operación Overlord, recordaba que Carentan se mostraba en el mapa como una ciudad bastante cercana a la costa, por lo cual, el hecho de haber acabado en un bosque, le suponía que estaba un poco alejado del mar. Suponía, que pese a no haber acabado en la zona prevista para aterrizar, estaría por algún lugar de la Península de Cotentín.

Se levantó, y miró al cielo, con el sol como referencia, el cual a esas horas del día marcaba el este, se dirigiría hacia el noreste, hasta llegar a las lindes del bosque, una vez allí, pensaría a ver que hacer. Pero antes de emprender al marcha, recogió unas ramas del suelo, y formó una flecha indicando el punto cardinal que iba a tomar, el NE, por si alguno de sus compañeros tenían la suerte de encontrar su punto de aterrizaje, para facilitarles el poder encontrarle.

Daniel fue hasta el montón de hojas a los pies del árbol donde el soldado había escondido algo. Al retirarlas descubrió con gran asombro que bajo aquel montón de hojas había un pequeño agujero y dentro de él había un curioso botín: dos botellas, una de vino francés y la otra de Jägermeister, un licor de hiebas de alto volumén de contenido alcohólico. También había algo de dinero francés enrollado a modo de tubo y cuyos billetes exteriores estaban manchados de sangre.

Reynolds llegó al linde del bosque, allí analizó el posible camino por el que seguir avanzando.

Los árboles eran frondosos y se arremolinaban unos junto a otros haciendo casí imposible caminar entre ellos, al menos en esa zona. Al fin encontró un pequeño espacio por el que podría caminar holgado sin tener que variar mucho su dirección y de esa manera perderse. Al menos por un largo cacho, los árboles parecían más distanciados en esa zona.

Albert siguió caminando durante unos metros pero los árboles se apelotonaban tanto unos junto a los otros que le era casí imposible avanzar más de un metro en línea recta.

Esquivando árboles, y algún que otro obstaculo imprevisto como ramas demasiado altas que brotaban del suelo y con las que se trastabilló, o algún árbol que había caido tiempo atrás y le imposibilitaba pasar por allí y tenía que dar media vuelta y buscar otro camino. Así a todo consiguió avanzar un largo cacho cuando el sol estaba ya alto en el cielo. Llevaba allí algunas horas y ese bosque parecía no terminar nunca.

Albert estaba bastante molesto con la situación, aquel bosque parecía no tener fin, aquella zona era muy boscosa, y quien sabe si no le llevaría quizás días el abandonarla, además, después qué haría. Ante esta perspectiva decidió desandar lo caminado, pero antes de nada, marcaría los arboles de alrededor, indicando que estuvo en esa localización, y que iba hacía el SW.

Una vez hecho esto, se dispuso a volver a su posición inicial, allí donde había conseguido "aterrizar". Pese a que su habilidad de orientación no era excepcionalmente buena, sólo debía seguir el camino que había recorrido hacía unos momentos, el cual no dejaba de ser una línea recta. Mientras tanto, seguiría atento a ver si podía divisar o escuchar algo que le indicara la posición de sus compañeros, o de cualquier otra persona.

Daniel volvió a dejar el botín de aquel soldado escondido. Con lo que se le va a venir encima no creo que llegue a disfrutarlo. Después volvió al bosque y se dispuso a buscar al resto de los hombres. Lo primero que debía hacer era orientarse y averiguar donde estaba. Intentó recordar por donde iban cuando saltaron y la dirección hacia Carentan. El resto estarían en esa dirección.

Desde esta parte del bosque y si quizás el sureño se atreviera a escalar un árbol era posible observar -con la mirilla del rifle- la zona del punto de encuentro, además de si venían tropas por la calzada o si el teniente Parks abandonaba esta zona y se dirigía al punto de encuentro por su cuenta. En cualquier caso el tirador podría esconderse más o menos entre las hojas de algún árbol mejor que corretear por la granja...

Edit: O si no pudiera subirse a un árbol, por lo menos estan entre ellos apoyándose en la corteza para descansar el brazo ya que aguantar el rifle en los brazos de forma continua era algo pesado.

Albert dehizo sus pasos para andar por donde había venido, así llegó a la zona donde había aterrizado y descubrió para su sorpresa y horror que una patrulla de soldados nazis habían descubierto el paracaidas y la flecha que había dejado en el suelo indicando la dirección que tomaba. Ahora estaban estudiando esa señal y las huellas que Albert había dejado en el suelo.

Tuvo suerte de que no lo vieran a él, ya que no había escuchado que estaban allí y se los encontró de golpe cuando ya los tenía a unos pocos metros. Afortunadamente ninguno de los soldados miró hacía allí.

Al teniente Parks le pareció haber visto Carentan durante el comienzó del salto y creía estar seguro de que se encontraba al Este de su posición. Trato de orientarse con el sol del amanecer y comenzó a andar hacía él pero tras varias horas caminando por el bosque ya no sabía donde se encontraba. Se había desorientado completamente, el sol ahora estaba alto, calculó que serían las 12 aproximadamente y ya no sabía hacía donde seguir, ni donde se encontraba Carentan, ni si quiera donde estaba él.