Partida Rol por web

Fritz se fue y volvió un par de minutos después. Goleó en la puerta y después la abrió lentamente. Tras él entraron tres hombres vestidos de campesinos. Los cuales, pese a sus vestimentas, no podían reprimir el hecho de ser americanos. Su forma de andar, su manera de mirar y su porte les delataba. Cualquier ojo mínimamente entrenado sería tan capaz de distinguir un soldado américano de un campesino francés como de distinguirlo de una vaca.

Solo uno de ellos podría, por separado, dar el pego, pero al ir acompañado por los otros dos quedaba tan evidencia como ellos. Aquél era un soldado joven, de unos 23 o 24 años. Mediría aproximadamente metro ochenta y delgado, de ojos azules y pelo negro y corto. Tenía cierto aire afrancesado, motivo por el cual Anna pensó que daría el pego de campesino francés.

Otro de ellos era algo más bajo que el primero, aunque no mucho, aparentaba su misma edad y tenía el pelo moreno y también corto. Como era normal entre los soldados. Sus ojos eran oscuros, de un color café verdoso. Su nariz era notablemente pronunciada y tenía marcado aspecto de pueblerino.

Finalmente, el otro de los acompañantes de Frintz era un hombre que aunque joven también aparentaba mayor edad que el resto. Anna podría echarle treinta años facilmente aunque algo le decía que era más joven de lo que aparentaba. Era el que más serio, cauteloso y centrado parecía de todos y también era el más alto. aunque la diferencia tampoco era muy notable. Tenía los ojos marrones y el pelo negro y corto. Era algo más fornido que los otros, que erán más espigados.

Cuando pasaron tras Fritz al interior del piso se encontraron en el a una solitaria mujer, muy atractiva y que desentonaba completamente con la ruina del edificio. Tendría unos 24 años y era de altura normal en una mujer. Llevaba su pelo oscuro a la altura de los hombros y tenía unos preciosos ojos azul celeste. Vestía como una oficinista alemana y tenía un buen cuerpo, con buenas curvas, ese detalle y el hecho de esperar encontrarse a un hombre parecido a Fritz hizo que se sorprendieran como nunca habían sido sorprendidos.

Lo que más destacaba de esa joven mujer era el hecho de que era arrebatadoramente hermosa. Una de esas Femme Fatale de las que tan solo habían visto en las peliculas de Greta Garbo, o de la más reciente: Ava Gardner. Solo con una simple mirada cautivo sus corazones y los dejó prendados de ella. Con ese rostro angelical que sin embargo, rebosaba peligro.

Todo el empanamiento mental que tenía Jim en la cabeza desapareció de inmediato cuando levantó la vista y se encontró con aquella hermosa mujer. No sabía si era el hecho de que llevaba sin ver a una mujer unos cuantos meses o es que era atractiva de verdad. El sureño esbozó una leve sonrisa a modo de saludo y miró hacia otro lado esperando a que dieran las instrucciones a su superior. Aquella chica estaría cansada de tantas miradas de deseo por parte de casi todos los hombres y es más por supuesto habrá escuchado todo tipo de halagos y adulaciones. Por lo que Jim no tendría nada que ofrecer a aquella chica con su tosco acento sureño de Alabama y su nariz pronunciada...

Por fin, dijo Anna con una cierta excitación. No saben lo que me he llegado a preocupar esta mañana cuando he visto que no llegaban.

Bien, ¿repasamos lo que sabemos del itinerario de Strags?

Albert siguió a su superior y a su compañero por las escaleras, todo parecía que se tenía que derrumbar en cualquier momento por lo que provocó una risilla de nerviosismo en la cara de Albert, pero al llegar arriba todo parecía más estable, un buena tapadera, pensó mientras cruzaba la puerta.

Al levantar la vista del suelo que antes parecía que se tenía que caer, miró al frente y observó a la señorita, no había visto cosa más bella en los últimos meses entre barracones y soldados. Parecía muy decidida sobre su cometido.

Strags? quien era ese Strags? el oficial que tenían que eliminar? Albert se quedó mirando al Teniente esperando que fuera el que tomara la iniciativa. Albert esperaba llegar a oficial algún día, pero aun no había llegado su turno.

Hola, soy el teniente Daniel Parks.Dijo saludando a la hermosa mujer que tenía delante. Estuvimos esperando en el cruce, pero como ns retrasamos decidimos venir al pueblo. De todas formas eso poco importa ahora.  Nosotros solo conocemos el nombre de nuestro objetivo, que como bien has dicho es Strags. El resto de la información tendrás que darnosla tu. Se quedó mirando a los ojos de la  mujer a la espera de que les dijera donde poder acabar con Strags y poder así completar su misión.

La señorita Kratz ha estado trabajando a las ordenes de Strags por un tiempo. ¿Verdad Anna?

Así es, confirma ella.

Éste es el orden cronológico de lo que hace Strags durante un día normal, dice sacando lápiz y papel y empezando a dibujar sobre el plano de Carentan.

James se acercó para echar un ojo más de cerca tanto a Anna como al papel en el que empezó a dibujar...

Albert se acercó a la mesa donde la señorita Kratz estaba dibujando sobre el papel, no quería perderse detalle, no podían fallar y tendrían muy pocas oportunidades .- matarlo será más o menos fácil, lo dificil será salir de aquí con vida... .- murmuró el canadiense mientras se acercaba.

Scrags recorre cada mañana los puestos de guardia, y es obvio que allí hay muchos alemanes armados, dice Anna. La clave del asunto es interceptarle entre dos puestos, cuando sólo estén en el coche él y el conductor. El plan para esta mañana era interceptarle aquí, dice señalando un lugar concreto del mapa.

Es obvio que en cuanto lo eliminemos, toda la guarnición (que por cierto no es mucha) se pondrá en pie de guerra y peinarán la ciudad, así que hay que largarse en cuanto lo hagamos, pero eso será complicado a menos que... ¿alguno de ustedes habla alemán?

—Yo un poco, palabras sueltas como gracias, buenos días... Pero se me nota muchísimo el acento, asi que yo no valgo como intérprete —miro a otro lado de forma pensativa y se le ocurrió una idea, aunque quizás fuese la misma que Anna—. Entonces, cuando está a solas es con el conductor, ¿no? —pregunté de forma retórica para confirmar, aunque ya nos lo había dicho Anna—. Y si en vez de fijarnos en el objetivo nos fijamos en el conductor. Le robamos las llaves, le amordazamos en un lugar escondido y le reemplazamos por otro conductor que sepa alemán diciendo como excusa que el anterior está enfermo. Éso sí, metemos a uno de nuestros hombres escondido en la parte trasera del coche por si acaso —fui explicando poco a poco—, el conductor lo saca de la ciudad sin que nadie se dé cuenta, aunque a las malas el conductor podría darle caña al coche y recorrer toda Francia por si nos descubren. Pero bueno, cuando ya estemos lejos lejos, matarle en el bosque y enterrarle—.

No, Scrags es más listo que todo eso y conoce a la mayoría de soldados de la guarnición (ya les digo que es pequeña), responde Anna. Sospecharía de inmediato de un chófer al que no conociera.

Estaba pensando en robar uniformes alemanes para salir de Carentan, una vez conseguida la misión, pero sin fluidez en alemán no darían el pego.

Anna piensa furiosamente.

Lo más sencillo, dice, es hacer que su coche (por cierto, es un Kübel, y con el buen tiempo siempre lo lleva descapotado), se detenga en medio de la calle; entonces, unas cuantas ráfagas de ametralladora y una granada en el interior, y a correr.

Hay que crear un paso estrecho, por ejemplo con un camión parado, que esté descargando cosas y que ocupe más de un carril. Tendrá que pasar despacio para no rozar el coche, y entonces se le cierra el paso. El chófer frena por instinto, y entonces se le dispara desde delante y desde detrás, rematando la jugada con la granada. ¿Qué le parece, teniente?

Daniel levantó la vista del mapa en el que había dibujado la mujer y la miró. Es un buen plan Anna, pero necesitaremos armas. Las nuestras tuvimos que dejarlas en el bosque para entrar, solo tenemos las pistolas. ¿Podrías conseguirnos tu las armas? dijo refiriendose a Kummer.

Kummer resopló como respuesta.

No puedo conseguir armas muy grandes. Pistolas, granadas y eso sí. Pero olvidaros de fusiles y armas mayores. No las puedo ocultar por el método habitual.

Kummer también miraba el plano que Anna había dibujado. Sería diferente si las armas os las pudiera dar fuera. Si no las tengo que pasar al interior de la ciudad, que repito es muy arriesgado. De ese modo podría ir a buscar las vuestras si me decis donde las ocultasteis o traeros lo que necesiteis.

¡Hhhmpf!, resopla Anna, sin dejar de pensar. Sin armas largas habrá que acercarse a bocajarro, y Scrags no es tonto. En el Kübel llevarán al menos una MP1, y si consiguen echarle mano estamos listos.

Por otra parte, hacerle salir de la ciudad y emboscarle allí tiene el peligro de que lleve una escolta considerable. No, habrá que hacerlo dentro con armas cortas.

Albert escuchaba lo que estaban diciendo sus compañeros, eran todo ideas pero parecía que nada se daba por definitivo, la idea de Willy no era descabellada, pero si era dificil de llevar a cabo, Albert pensó como seria la mejor manera de eliminarlo...

.- La idea del soldado Willy, es poco factible, no? pero si le damos algunos matices quiza podamos llevar a cabo algo parecido, a ver si os gusta mi idea, esperamos a que llueva algún dia... que tenga que utilizar el Kübel tapado, intentamos infiltrar alguno de nosotros a dentro del coche secuestrando al oficial para después salir con el de la ciudad... a punta de pistola le hacemos que nos habrán el paso de la ciudad haciendo que dija el mismo oficial alguna excusa, al llegar lejos de la ciudad se le mata en lugar donde esten esperando los demás, aprovechando el Kubel para escapar.-

Monsieur, estamos en Normandía en el mes de Junio, y ayer llovió. La probabilidad de que vuelva a llover esta semana es mínima y, según entiendo, algo se prepara para las inmediatas horas, por lo que no creo que nos podamos permitir el esperar.

—Contamos con armas pequeñas en la ciudad, ¿no contamos ni siquiera con un rifle de tirador? Puedo acertar a un conejo en movimiento a cincuenta metros de distancia, supongo que podré atinar desde alguna ventana, ¿no? Y si me lo ponéis facil con lo del camión será más sencillo... —intenté convencerles de otro plan un poco más ruidoso que el primero que propuse, pero más silencioso que el que ha propuesto Anna—. Las armas las dejamos en el bosque que hay cerca, y, son fáciles de desmontar, si pudieráis traer las piezas de la misma forma que traéis las pistolas podré montar el bicho aquí y calibrarlo a mi manera, aunque haré ruido para hacer el primer tiro de prueba...  ¿Qué decís?

Daniel se quedó pensado un poco. Podríamos combinar ambos planes. Por un lado bloqueamos la carretera y vamos a por Strags. Con armas cortas y alguna granada. Por otro lado si Kummer nos consigue recuperar las armas o aunque sea su rifle del bosque usted puede apostarse en alguna ventana alta para cubrirnos cuando ataquemos y nos retiremos o acabar con Strags si le ve con intención de atacarnos. Será un blanco fácil si paramos el coche. Miró al mapa y después volvió la vista la mujer ¿sabe de algún edificio donde pudiera ponerse James?