Partida Rol por web

Alice entro en la sala con tranquilidad. La chica estaba ataviada con un vestido blanco y azul que le cubría hasta las rodillas. Algo que se asemejaba a un delantal de cocina blanco con bordes negros decoraba la parte delantera, parecía el uniforme de una asistenta de época mas que otra cosa.

Escruto el lugar en que se encontraba hasta que dio con su acompañante, aquel que iba a estar a su lado durante mucho tiempo... O quizás no tanto. Se acerco caminando con gracia, con las manos en en la espalda mientras sus pasos parecían no tocar el suelo. Se situó al lado del pequeño y se arrodillo cruzando las piernas.

Um... me pregunto si de verdad servirá para algo...

-¡¿Hola pequeñín?! -Dijo la chica con voz alegre y una amplia sonrisa en la cara- ¿Como te llamas?

Jack Jack estaba sentado en medio de la amplia habitación, el lujo de la misma contrastaba con el rincón donde el pequeño tributo estaba sentado, una alfombra marrón plagada de pequeños juguetes de diferentes formas y colores. Aquella esquina, más que lujosa, se podía considerar confortable. Alguien había repartido aquellos juguetes alrededor del crío con la intención de crear un estímulo cognitivo positivo. Sin embargo, el bebe parecía algo abrumado ante la variedad de opciones y su mirada paseaba tímidamente entre uno y otro sin saber muy bien cual elegir.

Una mesa cercana contenía un banquete digno de cualquier rey, con viandas que desafiaban la imaginación de cualquier comensal. Todo estaba puesto en un ordenado y elaborado reparto... excepto quizás una esquina donde diferentes piezas de fruta cortadas en cachitos pequeños, boles con papilla, y biberones medio vacios de leche, agua y zumo aparecían tumbados, goteando sobre un punto del suelo de marmol, y formando charquitos multicolores. Era evidente que habían sido catados, pues todos tenían aspecto de que un pajarito hubiera picoteado de todos y cada uno de ellos. Y quizás hubiera sido un pajaro, pues al menos el bebe de corta estatura no parecía capaz de alcanzar los 90 cms de altura de la mesa. Aun así, el niño no mostraba interés por ellos, prueba de que seguramente ya había comido, así como un leve rastro de puré de manzana que un observador atento captaría en la comisura de la boquita del adorable picaruelo.

Una muchacha rubia, casi una niña, pero casi una adulta también, se acercó al bebé y pudo ser uno de esos observadores atentos, pues captó el resto de alimento. Con una candor propio de su edad y una sonrisa, la muchacha se dirigió a Jack Jack, que en ese momento reparó en su presencia.

-¡¿Hola pequeñín?! -Dijo la chica con voz alegre y una amplia sonrisa en la cara- ¿Como te llamas?

El bebé pareció alegrarse del tono de la chica, pues se retorció como una culebrilla con una risita y se cayó de culo, solo para levantarse de nuevo. Aunque quizás solo se trataba de la melena rubia de la chica, que al niño tanto llamaba la atención tanto por el brillo de la misma como por el contraste con el resto de melenas que había visto en su vida; nunca una tan rubia. En todo caso, Jack Jack soltó una especie de gorgorito alegre y risueño y cogió una cosa del suelo, algo parecido a una tarjeta de convención de esas que van con un clip imperdible, aunque en este caso, era evidente que de imperdible nada. Le niño le tendió la tarjeta a la chica y sonrió con expresión feliz, como si hubiera logrado la mayor meta de la humanidad hasta el momento. En la tarjeta podía leerse...

La niña tomo la tarjeta y después de leerla con un deje de sorpresa en la cara aparto la vista de ella para volver a fijarse en el pequeño, hizo una mueca de satisfacción y arrojo despreocupadamente la tarjeta tras de ella sin importar donde podía caer. Un gesto grácil y cómico a la vez con el que Alice se desecho del papelito que ya no iba a servirle de nada.

Se quedo mirando al risueño pequeñín mientras este disfrutaba de sus juegos, despreocupado, pero la chica bien sabía que él era consciente de lo que les esperaba... Al menos en parte. Puede que el niño no supiese de verdad lo cruel del asunto ¡Es mas! ¡Ni siquiera Alice lo sabía con certeza! Como iba a esperar que alguien como el que se encontraba delante de ella pudiese saber lo que iban a tener que afrontar en un futuro no muy lejano. De todas formas, el pequeño parece ser mucho mas listo de lo que se aprecia a simple vista.

Y si algo has aprendido Alice, es a no juzgar las cosas por su aspecto a primera vista. Las primeras impresiones nunca han sido ciertas para ti. Pensó la chica mientras se acariciaba el pelo.

Después de un rato observando como el chico jugaba Alice se levanto y se dirigió hacia la mesa. Con sus cristalinos ojos observo todo la comida que allí se encontraba, muchos de sus platos favoritos estaban encima del mantel compartiendo sitio con otros manjares que jamas había visto o soñado con ver. La chica se puso de puntillas mientras se mecía de un lado a otro, juguetona, mientras pensaba que podía comer ahora.

Pasado un rato y después de dar varias vueltas a la mesa con mucha tranquilidad acabo tomando una taza de agua cristalina y una manzana. Le dio un mordisco a la manzana y su crujido pudo escucharse desde todos los lados de la sala, sin duda era una buena pieza de fruta. Alice esbozo una sonrisa ante tal descubrimiento , hace mucho que no probaba fruta fresca. Mientras que devoraba la fruta y daba ligeros sorbos del agua se fue andando despacio hasta el pequeño Jack Jack. Se encorvo ligeramente mientras sujetaba su falta para dejar el vaso de agua en el suelo y acto seguido y con un rápido movimiento se encontraba de nuevo en el suelo con las piernas cruzadas. La chica era ágil, eso sin duda.

-¡Bueno! -Dijo de nuevo con su voz aguda y juguetona- Veo que vamos a pasar mucho tiempo juntos, espero que todo este genial entre nosotros y podamos consegu... La chica paro de hablar en seco cuando se fijo en el rastro que el pequeño tenía en su boca. Ladeo un poco la cabeza dejando caer todo su cabello a un lado y esbozo una sonrisa. Al bebé despreocupado seguro que le importaba poco tener rastros de comida, como a todos. ¡Pero una buena imagen siempre es importante!.

Alice se humedeció la punta de uno de sus dedos con la legua y le limpio la pequeña mancha de comida que tenía el pequeño en la comisura de la boca.

-¡Mucho mejor!. Bueno, por donde íbamos...¡Ah si! -Exclamo Alice mientras levantaba las manos al aire de manera graciosa- A partir de hoy vamos a pasar mucho tiempo los dos y sera mejor que cuidemos el uno del otro. ¿Puedes entender todo lo que digo?. Por que era obvio que el chico tenía algo especial, pero Alice aun no tenía ni idea de que... Y esperaba fervientemente que ese algo especial incluyese que el bebé entendiese las palabras de todos los demás, si no, la cosa iba a ponerse muy fea.

El bebé pareció hacer un torpe intento de dar palmas cuando la chica rubia le limpio la comisura, mostrando su regocijo con un agudo gogorito por la atención recibida. Luego, gateo un poco a su alrededor de ella hasta que encontró lo que buscaba. Jack Jack encontró la tarjeta, que en realidad era una pegatina y trató de pegársela al pecho. Din duda, la tarjeta le había sido pegada por el mismo que se la había escrito con letra clara y elegante, seguramente en un intento de que el niño no estuviera desamparado del todo. Tras varios intentos, lo consiguió, si bien estaba del reves y con algunos manchurrones. Aun así, el niño pareció henchido de orgullo y satisfacción cuando gateó de nuevo orbitando alrededor de Alice, esta vez en busca de una pelota con forma de naranja.

La muchacha comenzó a hablar con su tono de voz suave y agradable lo cual pereció llamar la atención de Jack Jack, que en ese momento estaba jugando a mordisquear la pelota-naranja, la cual soltaba un pitidito agudo.

- A partir de hoy vamos a pasar mucho tiempo los dos y sera mejor que cuidemos el uno del otro. ¿Puedes entender todo lo que digo?

Ante las palabras de Alice, la respuesta de Jack Jack fue todo un poema...

Cuando el pequeño hizo un gesto tan desmedido la chica no estaba segura de si eso significara realmente algo o no, pero era tremendamente gracioso, eso sin duda. Alice agarro la punta de sus pies y se balanceo levemente mientras se reía, parecía una niña chica bastante feliz en ese momento.

Mientras el bebé le miraba con una cara que ella no podía clasificar del todo reparo en su pegatina. Al igual que hizo con el rastro de puré de manzana decidió limpiarlo. Le quito la pegatina con cuidado mientras le dedicaba al chico una sonrisa para que no se asustase y acto seguido la limpio a conciencia con el dedo. El sonido del plástico al ser frotado resonó por toda la habitación. Luego, Alice levanto con las dos manos la pequeña pegatina para verla bien con la luz de la sala, puso una mueca de aprobación mientras decía que si con la cabeza y bajo la pegatina hasta ponerla perfectamente colocada en el pecho del pequeño.

-¡Así esta mucho mejor!.

La chica acabo de comerse la pieza de fruta que había tomado antes de la mesa y luego tiro el hueso sin fijarse bien en donde caía.

-No estoy del todo segura si eso quiere decir que me entiendes o no... Pero en cualquier caso, lamento que tengas que estar aquí ahora pequeño. Ojala pudieses estar en casa jugando tranquilo con todo esto. Y ojala pudiese estar yo también en casa tranquila...

-¡Bueno, no podemos estar así todo el día! ¡¿Que se supone que sabes hacer tu pequeñín?!. Dijo Alice mientras se levantaba de un gran salto y se quedaba de pie frente a Jack Jack, como retando a que el chico le impresionara de alguna manera.

Jack Jack observó atentamente a la chica y por su sonrisa parecía que le agradaba. Sumirada era un mezcla indeterminada de leve comprensión, divertimento e inocente desentendimiento.

-¡Bueno, no podemos estar así todo el día! ¡¿Que se supone que sabes hacer tu pequeñín?!. Dijo Alice mientras se levantaba de un gran salto y se quedaba de pie frente a Jack Jack, como retando a que el chico le impresionara de alguna manera.

Jack Jack pareció sorprenderse ante la petición de la chica, pero al instante sus cejas mostraron una expresión de determinación. El bebé apretó sus pequeños puñitos con expresión de concentración y comenzó a ponerse colorado. La tensión era grande y parecía como si fuera a empezar a vibrar, pues de su garganta surgió un tembloroso gemidito por la creciente tirantez del momento. Casi podía sentirse como ciertas energías sin nombre se aglomeraban alrededor del bebé. Parecía como si algo increible fuera a pasar... Algo grande... Algo épico...

- ¡PRRRRRREEEEEEETTTTTTTTTTTT! -sonó el enorme pedo que retumbó por la sala como el eco en una caverna. Afortunadamente, la dieta del bebé era muy sana y no hubo resto oloroso de la detonación. De no haber sido así, por el calibre de la flatulencia, ahora podían haber perecido ambos. Jack Jack soltó una risita entre placentera y avergonzada, y luego se puso a reir más graciosamente, mientras agitaba sus pies y manitas. La risa terminó cuando el niño se quedó embobado mirándo una de sus manos, para ponerse a chuparse un puño momentos después mientras su mirada iba de nuevo a la chica como diciendo con orgullo "¿Que te ha parecido eso?".

Alice se quedo de pie cuando el chico hizo esa… demostración de tamaña fuerza. Al principio la chica estaba creándose una gran expectación cuando vio al pequeñín encenderse de esa manera, pero el resultado no fue el esperado.

Cuando esa pequeña masa de carne dejo escapar tamaño gas la chica se cayó de espaldas cómicamente y se quedo tumbada en el suelo con los brazos extendidos.

-¡Whao! ¡Eso ha sido impresionante!

Alice se quedo en el suelo mirando al techo un rato y después levanto la cabeza para ver al niño, que se encontraba alegremente usando su mano de chupete. La típica sonrisa de Alice dejo paso a una mueca de preocupación. Pero por desgracia ese impresionante poder no va a valerte para sobrevivir pequeñín… Vamos a tener que hacerlo mucho mejor si queremos salir de esta. Dejo caer la cabeza suavemente a un lado y se quedo embobada observando los colores de la pared, pero su mirada estaba distante. En otro mundo.

Alice estaba pensando en que podía hacer cuando empezase todo, y peor aún, como podría hacer para que se pequeñín comprendiese que era lo que tenían por delante. Entre las cosas que deseaba Alice en un futuro no se encontraba el hecho de que alguien se librase del acompañante de su distrito aprovechándose de su condición. Cierto era que la chica no conocía al bebé de nada, pero venían del mismo lugar y habían tenido que pasar los mismos problemas, y tendrían que pasar muchos más aun.

Y allí permaneció la chica, tirada en el suelo con los brazos y las piernas extendidos, la  gran cabellera dorada que tenía le proporcionaba un lecho que llegaba casi hasta sus rodillas y sobre el que se encontraba tumbada, con la mirada distante, pensando en el oscuro futuro que iba a acontecerle a ella y al pequeño que se encontraba a su lado.