Partida Rol por web

Mi trompita empieza a buscar a alguien a quien oler cuando se topa con una falda blanca. Cuando alzo la mirada me encuentro con una señora elegante, sonriente y de muy buen aspecto.

-Ho ho hola, soy Dumbo- sonrío a la mujer. -¿Quie e e res ser mi amiga?- tartamudeo por nervios a la vez que me sonrojo ante semejante dama.

Reconozco que cuando sentí algo alargado moviéndose entre mis faldas, no pude evitar sonrojarme y sonreír con cierta picardía.
Al mirar hacia abajo, vi a un pequeño elefantito con unas enormes orejas y un ridículo sombrerito.

No era mi intención mofarme del pequeño, pero tuve que morderme los carrillos para no soltar una estruendosa carcajada.
Cogiéndolo entre mis brazos me acerqué su trompita a la nariz, como dándonos un besito de hada.

- Hola guapetón, claro que podemos ser amigos. ¡Qué orejotas tienes! Como todo lo tengas igual de grande... - le digo al renacuajo relativamente sorprendida por el cariz erótico de mis palabras.

"¿¿¿Me ha dado un besito de hada??? es la primera chica que lo hace a parte de mi mama claro..." pienso instantáneamente. Me muero de vergüenza así que no puedo evitar salir corriendo y esconderme detrás de un árbol**

Una vez escondido asomo mi cabezota sonriente acompañada con unos coloretes más rojos que el culo de Rafiki. -Yo ta también quiero ser tu amigo jijiji- noto que poco a poco podremos coger confianza y entablar una bonita amistad.

Mi estrategia para conquistar a la gente es ser dulce y cantar, me puedo pasar todo el día cantando. Que si le hago una canción a la limpieza, al puchero de garbanzos, a la mierdecilla de entre los dedos de los pies…
Nada mejor para solucionar la timidez, que una bonita canción... y montones de azúcar

Si algo me enseñó mi madre (y mira que entre carajillo y carajillo me enseñó pocas cosas), es que todo con azúcar pasa mejor.

A ver, tampoco hay que pasarse.

Tuve una temporada en casa de los Banks (es una larga historia, otro día la cuento) que a todo le metía una dosis de azúcar.

Empezó con el jarabe y terminó... terminó mal. Que si diabetes, que si hiperglucemia, que si retinopatías... Un follón vamos.

En fin, la cuestión es que, aunque complicado, suelo conseguir bastante azúcar en el mercado negro del distrito (recursos de una chica de moral distraída) así que siempre llevo algún terrón encima o algún puñado por los bolsillos. Sí, es una guarrada y en verano tienes que tener cuidado con las hormigas, pero merece la pena cuando ves a alguien contento con su dosis.

- Mira Dumbo, algo dulce para tu trompita - le digo mientras me acerco cantando y dando algún que otro paso de claquet.

Acerco mi trompita a los polvitos blancos que llama azucar

-¡Qué rico!- exclamo mientras me pongo muy contento

Cuando menos me lo espero empiezan a aparecerme mis elefantitos rosas que siempre aparecen en curiosas situaciones que aún desconozco y que tanto quiero. Al ritmo de la música que oyen mis grandes oidos empiezo a bailar.

-Hola, Mery Popins. ¿Tu me quiere?- cara colorada en 1, 2, 3 

- Ay chiquitín! Pues claro que te quiero - digo mientras le doy la vuelta y empiezo a hacerle cosquillitas y pedorretas en la tripita.

La risa del pequeño elefante resuena por todos lados, mientras sus enormes orejas comienzan a moverse a gran velocidad y su rechoncho cuerpecillo se eleva del suelo.
Alucino.
 

-Mi bella Mary popins ¿qué quieres hacer para nuestra presentación? Podemos hacer algo así como bailando bajo la lluvia. Tu con el paraguas y yo enchufandote con la manguera xDDD- dice dumbito feliz y contento por organizar esto con su best friend forever