Partida Rol por web

EL BLOQUE III

IGLESIA OSCURA

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20/12/2013, 19:59
Macario

El silencio fue la respuesta a las palabras escupidas de Ciara Stegmayer. Macario abrió la boca dispuesto a decir algo pero se quedo pensativo y callado hasta que se dio cuenta de que seguía con la boca abierta. Bajo la mirada al suelo sin tener muy claro que decir y como entender lo que acababa de decir. Demasiadas noticias de golpe, y todas muy extrañas.
Este sitio no era ni de lejos como lo que les habían dicho, y además era un lugar muy peligroso.

La mirada de macario fue de un lugar a otro, ojeando las paredes con los ojos muy abiertos buscando esos rastros de sangre que había comentado Ciara Stegmayer. No tenía claro si lo decía en sentido metafórico o real, con este sitio cualquiera de las dos posibilidades podría ser la acertada.
 

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21/12/2013, 12:28
Director

De la misma forma que la total oscuridad se había vuelto un rabioso baño de luz, de la misma manera que la locura se había tornado un extraño periodo de paz. Así como unos habían visto como su soledad se había visto vuelto multitud y como el cielo se había vuelto suelo, también la lluvia de información y de palabras se seca y todo queda en silencio.
Así el grupo se vuelve uno y sigue el camino más lógico. Están a apenas unos pasos de la enfermería así que, aprovechando la puerta falcada para poder acceder sin la tarjeta de Diana de la cual Alex se ha erigido de manera involuntaria eficaz portadora.
Por que eso si que es algo de lo que todos se dan cuenta, el lector de la puerta esta iluminado con un naranja que seguramente indica “mal cerrada”: por lo cual todo el sistema electrico y electrónico vuelve a funcionar, por lo que solo podéis acceder a las taquillas y literas convencionales y a las zonas que la tarjeta de Diana os pueda abrir.

[img] http://img571.imageshack.us/img571/3050/q7km.jpg[/img]

Os detenéis en el pasillo de la enfermería, ver las puertas colgadas hacia abajo sigue siendo perturbador, pero eso no os detiene. Ya tendréis tiempo para eso. Sin separaros y intentando molestaros lo menos posible, dejando siempre a un par de personas “costodiando” las puertas para que no se cierren, entráis al almacén médico pasando por encima los muretes de las puertas -lo que un día fueron los vanos superiores de las mismas- como en una extraña carrera de obstáculos. En el suelo hay una alfombra de medicamentos, algunos rotos, otros todavía dentro de sus cajas. En las paredes y colgados cerca del techo, los armarios de los que han caido todos estos.
Con mucho aplomo de no tropezar en los cables ni en las bombillas vais avanzando. También registraís el dormitorio de Diana, su litera es mucho más grande, practicamente un “camarote” de barco. Solo las almohadas y mantas se han desprendido de la cama, los colchones siguen en el techo, seguramente cosidos o parte de una estructura más grande. A un lado la taquilla de Diana. Nada salvo la puerta de entrada a la zona de enfermería requería de nuevas contraseñas, así que la abris sin complicaciones como suponéis que ya hiciera Anette para vestirse.
Cuando la abrís veis en el suelo de la misma monos azules, botas, un par de pistolas: una de tranquilizantes -que os hace recordar al primer compañero que -puede que incluso con más suerte que vosotros- se quedó atrás- y otra de bengalas. Las bengalas están medio tapadas por la ropa caída, pero las encontráis. Ocho cilindros de plástico duro, preparadas para ser usadas en mano o cargadas en la pistola de bengalas.

La tranquilidad os envuelve, los único que de vez en cuando os da algún que otro susto son los sonidos secos de alguna baldosa del antiguo suelo reconvertido en techo, desprendiéndose y estrellándose estrepitosamente contra el suelo.

Os tomáis vuestro tiempo, curáis a los heridos y descansáis. Un descanso corto pero bien recibido. Nada extraño sucede, y esto a su vez, os parece extraño. Todo incita a la calma y vuestra unica amenaza se reduce a evitar de vez en cuando alguna de las baldosas que se desprenden del suelo.
Salís cargados de los útiles de la enfermería y de aquellos que algunos cogieron del almacén de la zona de trabajo, cargados también con las pistolas y las bengalas. Luego os dirigís a los dormitorios, primero a los que tenéis al lado mismo, en la planta -3.
Luego vais bajando, planta a planta, para que todos cojan de sus dormitorios y taquillas lo que crean necesario, así como las mochilas. Os resulta perturbador ver bajo vuestros pies el reflejo metálico de la enorme compuerta metálica, que ahora se ha convertido en el suelo del asfixiante tramo de escaleras. Notáis como la compuerta vibra, como azotada por fuerzas que no veís. Es un sonido sordo pero os hace preguntaros si vuestro fin y vuestra libertad sigue pasando por esa compuerta.

Cuando ya habéis recogido todo aquello cuanto creíais útil, y repartido entre las mochilas de que disponéis los elementos, os dirigís hacia la zona de trabajo. Habíais ido escogiendo los lugares por conformidad, quedando así esta para el final.
Cuando os adentráis en el Hall de la zona de trabajo, veis que más de la mitad de las bombillas se habían fundido ya al entrar en contacto con el charco de agua. Salvo el almacén que si necesitaba una tarjeta de mayor grado -como la de Diana- el resto de zonas de trabajo no la necesitan, así que entráis en la misma.
Cuando la puerta cristalera se cierra tras vosotros, una vez estáis todos dentro, vuestro estómago se contrae así como una corriente eléctrica recorre vuestro espinazo. Delante vuestro, la pared que decía Steven. Estaba pintada como el resto de la habitación, de un azul muy claro, y si no hubiese sido por la filtración de humedad, que había hecho caer parte de la pintura, hubiera sido imposible darse cuenta:
La enorme maquinaria que se alimentaba de varillas para transformarlas en cruces -o balas- pende del techo amenazadoramente, colgando de gruesos cables eléctricos y soltando chispazos.
Más allá, junto a la pared, ya descansan media docena de bloques de arcilla.
El agujero en la pared es negro como una cueva y está ubicado a media pared. Podéis notar como dentro de aquella habitación, tras aquella puerta vidriera, la paz había quedado olvidada.
La sensación para nada era como la que habíais sentido en la fábrica, no era una sensación de constante peligro y de irrealidad, pero al fín y al cabo neutral. La sensación de estar en una gigantesca caja de engranajes invisibles que os podían aplastar había desaparecido.
Allí reinaba el mal, viejo y arcano, antiguo y consumido. El olor a viejo y a humedad mezclado con el dulzor de cadáveres. El frío penetrante debido a una ausencia total de vida.
Una explosión eléctrica y aquella enorme máquina cae sobre vosotros, obligándoos a saltar dentro de aquella oscuridad para no ser aplastados. Solo el hecho de que los cables de la enorme máquina que aún la sujetaban “pausen”la caída de esta, dándoos el tiempo justo para entrar a todos por el agujero de la pared.
La máquina a vuestras espaldas se prende fuego, y es esta ténue luz la que ilumina un tramo del suelo. Este está lleno de tablones de madera que, tras un segundo vistazo, identificáis como bancos.
Las linternas empiezan a encenderse. Muestran cuadros bárrocos en el suelo, de sandos caídos y atravesados por los astillados bancos de maderas. En las paredes, gravados pétreos de angeles oscurecidos por la humedad, todos ellos dirigiéndose hacia el “suelo” como ángeles caídos. Las linternas se mueven para ver algunos cuadros pintados sobre la pared. Representan escenas bíblicas que desde la actual perspectiva y rodeadas por la oscuridad parecen grotescas.
El ambiente que ya habíais percibido antes de entrar es ahora mucho más fuerte, opresivo, a algunos les recuerda -tanto el olor como aquella sensación- a cuando estuvieron “encerrados” en “sueños” dentro de aquellos ataúdes, en sus literas.
Cuando camináis escucháis el chapotear del agua. Fría como el hielo pero que la notás tibia ante el frío reinante en el lugar. La sensación de estar en un lugar profano y maldito hasta las entrañas, en una fuente de podredumbre total y absoluta del alma humana.
El hecho de que aquella iglesia, por lo que os habían mostrado vuestras linternas, estuviera contenida en algo que apenas se podría llamar una habitación grande, aún hacía que todo fuese más y más opresivo.
Una de las linternas ilumina, sobre uno de los bancos, unas gafas que parecen las del reverendo.
Escucháis como alguien tose y todas las linternas se dirigen hacia ese punto.
Sobre un altar hecho añicos al desprenderse del lugar donde había de encontrase, veis una de las figuras más sagradas que conoce el ser humano. Siempre situado en lo más alto, cerca del cielo, siempre iluminado: la figura del señor en su cruz.
El hecho de que se situase la cruz tan elevada era la razón por la que la tuvierais a vuestra altura.
Cuando el mundo parecía haberse invertido, también había invertido con él la cruz, y incluso a los menos creyentes en el símbolo de la cruz, cuando lo ven cabeza abajo, se les eriza la piel. Más aún en aquella iglesia perdida en las entrañas de la tierra.
Justo en ese momento, cuando miráis la figura a tamaño real de Jesús en su cruz, los ojos de este se abren y su boca se abre.
Ayudadme os dice
Y solo en ese momento os dáis cuenta de que la figura esquelética que hay allí colgada prácticamente desnuda hacia abajo, con su barba y cabello oscurecido por el agua, es la del padre Zackarias.

Notas de juego

FIN DE TEMPORADA.

Hasta despues de vacaciones no se postea, pero si hay dudas evidentemente se responderán , preguntadlas por vuestras escenas o por privado ;)
PD:Apuntaos en los inventarios que lleváis, si queréis poneros la mochila o aquello en que llevabais las cosas cuando entrasteis, evidentemente podeis.
Poneos que lleváis y ponedlo en vuestras fichas, para poder verlo en cada momento sin buscar en el post donde lo pusisteis. Si vais muy cargados, recibireis alguna penalización claro.
No se dijo nada de pasar por la cafetería, así que evidentemente nadie lleva comida, pero si puedo conceder -por la lógica- que lleváis alguna botellita de agua o algún snack.
Poned bien detallado que lleváis, yo luego con el dado ya repartiré las cosas repetidas (no van a haber 6 pistolas de bengalas) o las que crea importantes pero nadie las coja (la pistola de tranquilizantes)

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07/01/2014, 16:45
Director

Notas de juego

Al ataque mis valientes!!

PD:Reparto de las cosas huérfanas:
La pistola de tranquilizantes va a parar a Shan Mei
La pistola de bengalas va a parar a Pilni
Gran parte de equipo médico lo lleva Seagal

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07/01/2014, 21:11
Pedro Duarte Salinas

Duarte avanzaba en aquel particular paso procesional, con la mochila a su espalda cargada con aquellos útiles que creía podían serle útiles y sintiendo, a cada paso, el tranquilizador roce del machete contra su muslo. Eran unos pocos. Bastantes menos de los que iniciaron aquel viaje bajo la forma de un contrato de trabajo y que se había transformado en una maldición. Y ahora, tras el último accidente, habían sido expulsados de la madriguera que los había alojado hasta aquel momento para adentrarse, poco a poco, en las mismas gargantas del infierno.

-Pinche agujero, negro como culo de zopilote -dijo con su voz ronca, llenando de ecos el lugar e imponiéndose al chapoteo de los pies en el agua-. Hasta el mismo Satanás odiaría este lugar que huele como el aliento de un perro sarnoso.

Fue entonces cuando una tos seca pudo oírse. Duarte, como el resto, dirigió su linterna hacia el lugar del sonido, un gesto inconsciente que le descubrió un nuevo horror. Como un San Pedro actualizado, frente a él, un hombre crucificado boca abajo. Su mano tembló ligeramente pero cuando los ojos del hombre y su boca se abrieron, no pudo evitar un jadeo.

-Por la Virgencita... -alcanzó a decir antes de que se oyera aquella súplica.

-Ayudadme.

Y Duarte que no había reconocido la figura si reconoció la voz. Un nuevo jadeo salió de entre sus labios antes de que empezara a andar con rapidez hacia Zackarias.

-Padrecito -dijo al llegar a su altura y arrodillándose junto a él, para sujetar su cabeza entre sus manos-. No debí dejarlo solito pues me lo fregaron -la angustia rondaba en su voz. Su mirada se dirigió a las muñecas y pies del sacerdote, temeroso de lo que iba a ver.

Notas de juego

Pregunta: está clavado a la cruz o atado a ella. Lo pregunto antes de proceder.

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07/01/2014, 22:52
Alex

Alex caminaba junto al pequeño grupo que había quedado después de la masacre perpetrada en la parte que habían dejado atrás de aquel lugar infernal. Con las manos en las asas de su inseparable mochila (no la había dejado desde que entraran en ese lugar) no podía dejar de darle vueltas a la cabeza "Vamos Alejandra, es una gran oportunidad, trabajo seguro, cama...¿qué puede ir mal?"...¿qué puede ir mal?, ahora recordaba esas palabras suyas antes de entrar ahí, antes de aventurarse a una nueva vida, y se reía por dentro. Si, su vida había cambiado por completo, si conseguía salir de esta, iba a necesitar ir a un psiquiatra de por vida.

Todo estaba en calma, no había sucedido nada desde que por fin se aventuraran a intentar salir de una vez de ese lugar odioso, y aunque no era muy halagüeño, era de agradecer un pequeño respiro. Duarte había demostrado una gran habilidad ayudándola a colocar su nariz rota en su sitio, como había dicho, tenía experiencia en ese campo. Y aunque de vez en cuando le venía algún pinchazo que otro, se encontraba mucho mejor. Al menos su aspecto, aunque con esparadrapos y tiritas y todas esas cosas, había mejorado, ahora parecía de nuevo una persona y no el Vengador Tóxico. Aquel camino era interminable, la luz de las linternas bailaba en la oscuridad, nadie hablaba y el único ruido que se escuchaba era el retumbar de los ecos de los pasos. Y llegaron a una gran cavidad, enorme para ellos, casi sin fin en esa oscuridad.

Alex quedó petrificada ante tal magnitud. Era como....no,como no, era una gran iglesia, una gran iglesia excavada en la piedra de aquel lugar,con grandes arcos en la bóveda del techo y columnas tan anchas como troncos de árboles viejos y milenarios. Aquel sitio era espeluznante y a la vez misterioso y precioso. No pudo evitar pensar que a pesar de ser una iglesia (o al menos lo parecía), el ambiente que reinaba ahí dentro era...malo, era lo único que le venía a la cabeza, malo, había algo allí dentro... Y mientras paseaba la luz de su linterna por aquel sitio, algo llamó su atención, la suya y la de todos...Una figura en una cruz tan grande como para albergar a una persona colgado de ella boca a bajo...se la quedó mirando fijamente, extrañada...esa figura le recordaba a alguien....y fue entonces cuando los ojos se abrieron y de su boca salió un quejido lastimero...El padre Zackarias!!

Vio como Duarte pasaba corriendo como un rayo a su lado y se colocaba al lado del padre sujetándole la cabeza con delicadeza, pero ella se quedó ahí, plantada. Esa visión la dejó más anonadada de lo que había conseguido esa iglesia...sus piernas temblaron...esa imágen del padre colgado boca a bajo era más macabra e impactante que todo lo que había vivido hasta ahora, le asentó la idea de que ese no era un buen lugar...el vello se le le erizó y corrió al lado de Duarte.

- Santo cielo, bajemoslo de ahí Pedro, tenemos que irnos de aquí cuando antes...este sitio no me gusta nada.- y paseó la mirada por la cruz y por Zackarias mirando la forma de bajarlo de esa cruz profana.

Notas de juego

Lo mismo que Duarte, quiero ayudarlo pero tenemos que saber si está clavado o qué, para saber como actuar.

Me he tomado la libertad de describir un poco el sitio como lo recuerdo. No estoy segura de si estaba excavado en la roca o era una construcción...pero bueno, si estoy equivocada, perdonadme xD

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08/01/2014, 19:03
Director

Notas de juego

Atado con alambres de púas, tipo los que se ponen en los cercados de las cárceles.

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08/01/2014, 21:10
Shan Mei

El frio hacía que Shan Mei caminara dando bandazos, con la cabeza gacha e intentando taparse lo que podía con el escaso cuello del mono azul. Aquel tenebroso pasillo no había sido muy acogedor, pero aquella iglesia panza arriba no mejoraba en absoluto las cosas. Aunque la chica nunca le había dado muchas vueltas a la religión ni le había dado mucha importancia a ningún dios en especial, aquella visión hacía que algo se removiera dentro de ella, y el miedo pugnaba por ganar la batalla contra el raciocinio y la objetividad... las cuales deberían haber perdido hacía bastante tiempo toda la credibilidad, dadas las circunstancias.

Sentía algo más que le era muy familiar. Lo había notado antes, mientras dormía, mientras había soñado con un mundo en el que los muertos eran otra cosa, en el que su marido y su hija seguían existiendo de alguna manera. Volvía a sentirse como en aquella pesadilla... pero estaba bastante segura de que seguían despiertos.

Aunque ya no necesitaba sus mantras en forma de poesías, una frase de una de ellas le vino a la mente y, más por la fuerza de la costumbre que porque necesitara calmarse o relajarse, la dijo en voz baja, coincidiendo con lo que rezaba la misma frase:

- "Hablo en voz baja:  Temo que se despierte el cielo."

Justo cuando acababa de decir estas palabras escuchó las expresiones y las exclamaciones de sus compañeros, acompañadas de gemidos o aspavientos, dependiendo del caso y de como reaccionaran. Se fijó mejor entonces en la cruz que tenían frente a ellos, y vió que un hombre estaba atado a ella. El cura que había conocido en la enfermería hacía siglos, o eso le parecía, había sufrido una cruel tortura a manos de quién sabía que malnacidos. Sin pensárselo dos veces se dirigió junto con Pedro y Alex a ayudar al pobre hombre a salir de aquella situación. Sacó los alicates que llevaba en uno de sus bolsillos y se dispuso a colaborar en la liberación.

Notas de juego

Shan Mei quiere ayudar tanto para cortar sus ataduras como para descolgarlo sin que le pase nada malo.

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08/01/2014, 21:35
Pedro Duarte Salinas

-Güeras, debemos hacerlo con mucho cuidado -dijo a Alex y Shan Mei, compañeras de fatigas en el almacén, una experiencia que lo había llevado a acercarse a ellas y a apreciar el valor demostrado. No en vano ellos tres habían sido los primeros en acercarse donde el sacerdote-. Lo mejor será cortar primero el alambre de sus pies y después el de sus manos. Pero habrá que hacerlo rapidito o el peso lo lastimará y esas pinches púas morderán su carne -comentó al tiempo que sacaba también unos alicates grandes de su mochila y se lo tendía a Alex-. Yo sujetaré al padrecito. Alex, encárgate de sus pies. Shan Mei, tú de las manos -dijo al tiempo que abrazaba con fuerza el tronco de Zackarías para evitar que este cayera cuando fuera liberado-. Y si algún mano se acerca a ayudar hasta lo haremos bien -terminó diciendo.

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08/01/2014, 22:59
Alex

Pedro le tendió unos alicates que Alex recogió sin dudar. Su plan era sencillo pero debían actuar con delicadeza, así que tras un pequeño suspiro para insuflarse a ella misma confianza, miró a Shan Mei y con un leve gesto de asentimiento comenzó a cortar los alambres que el pobre padre tenía en sus pies, dispuesta a sujetarlos firmemente para que el joven mexicano no tuviera que cargar con todo el peso del cuerpo de Zackarias. 

Aquello no estaba bien, nada bien. ¿Como podía haber llegado el padre a ese estado?, y un escalofrío le recorrió la espalda. Aquella iglesia que ahora estaba invertida y cuyo aire estaba como viciado, cuya naturaleza parecía profana y que parecía estar creada para rituales no muy cristianos precisamente, el padre colgado de una cruz con alambres de espino...no pudo evitar pensar en que si habían visto fantasmas o espíritus o lo que quiera que fuesen...¿sería posible que pudieran encontrar ahí dentro algo similar pero con una naturaleza mucho más maligna?...si,definitivamente necesitaría ir a un psiquiatra de por vida, porque pensaba que ya se había vuelto loca definitivamente.

Notas de juego

Ale, a cortar alambres intentando no hacer daño a Zackarias, que pobrecillo!!

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08/01/2014, 23:53
Shan Mei

Shan Mei colocó los alicates con cuidado para no herir aún más al párroco en las manos ni en las muñecas mientras cortaba sus ataduras y asintió mientras decía: - Lista. Con la otra mano, al igual que Alex, intentaba ayudar a Pedro para que no tuviera que cargar él solo con todo el peso, o que al menos no le viniera todo de golpe. Sujetaba a Zackarias con firmeza pero con toda la dulzura de la que se veía capaz, ya que verlo en aquella terrible situación hacía que el nudo que tenía en el estómago se fuera convirtiendo poco a poco en unas ganas increíbles de ponerse a llorar en un rincón. Pero no dejó que sus emociones le traicionasen... no hubiera tenido sentido después de lo que habían vivido en aquel sitio. Debía mantenerse fuerte por su familia... y por la gente que seguía viva en ese momento y lugar.

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09/01/2014, 18:58
Director

La mitad de vosotros permanece quieto, prácticamente sin respirar, intentando asimilar en que nuevo horror os habéis internado.
Mientras tres de vosotros trabajáis las linternas de los otros tres siguen oteando las paredes, buscando una salida o entrada a aquella iglésia, algo más sencillo que excavar una pared. La respuesta se encuentra en el “techo”. Aunque la pequeña iglesia parecía haber sido erigida en una habitación grande, su altura debía ser de dos plantas. Así pués la puerta se hallaba precisamente “arriba” de la cruz invertida donde se encontraba Zackarias. La modesta puerta doble de madera vieja no era mucho más grande que cualquier puerta de entrada a un edificio de viviendas. “Colgaba” pues del techo, y no sería demasiado dificil de llegar a ella escalando por aquella cruz, obviando el respeto que producía aquel icono en el que se había crucificado con alambres al reverendo.
Duarte y Alex esperan cerca de Zackarias para cogerlo antes de que se desplome. Shan Mei actua rápido y corta los alambres en apenas diez segundos... pero ni Duarte ni Alex reciben el peso de Zackarias.
El cuerpo invertido hacia abajo se había separado un par de milímetros de la cruz, pero se había quedado allí, como imantado, flotando sobre la madera humedecida de la cruz.

Ayudadme..ayudadme, seguía diciendo, pero parecía más una burda imitación de la voz de Zackarias. Los iris de los ojos de este se dan la vuelta hacia dentro de la cabeza, las esperas blanquecinas llenas de pequeñas venas os observan a través de vuestros propios ojos reflejados.
-Pedro- Dice -Ya nada hay aquí. Quién entra solo, muere solo.
La voz procede de una garganta tan ancha como un túnel.
-Una vida, dadme una vida. O pereced todos.
Dice, y a cada palabra suya el agua bajo vuestros pies vibraba, como si un animal gigantesco caminara cerca de vosotros.
En ese momento notáis que ninguno podéis moveros, ni siquiera hablar. Solo pensar, pensar en uno de vosotros para que muera y pague el peaje, pues hay lugares prohibidos para todo ser, alejados de toda existencia conocida, eximidos de toda ley del hombre y de la naturaleza. Y a ninguno de ellos se entra o se sale sin castigo.

Notas de juego

Alex has sufrido un claro caso de autosugestión xD (bastante lógico en un caso como este) “El hecho de que aquella iglesia, por lo que os habían mostrado vuestras linternas, estuviera contenida en algo que apenas se podría llamar una habitación grande, aún hacía que todo fuese más y más opresivo.”

La actuación en abierto, el "nombre" en privado, funciona como una votación: Me habéis de escribir "Pepito ha de morir", así de simple.
No creo que haga falta decir que es tan grave como parece.
Y que el "mal" hace trampas.
Por ejemplo: Si alguien con un bello corazón le dice algo como "llevame a mi, y deja a los demás", pues se lo llevaría a él... y continuaría esperando la respuesta de los demás.

Pero por otra parte: Si tuvierais la suerte de "empatar"...

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10/01/2014, 18:03
Pedro Duarte Salinas

El cuerpo de Zackarías no cayó pesado entre los brazos de Duarte tal y como este esperaba. Por contra, en un extraño ejericio de levitación, este se mantuvo junto a la madera que lo había tenido anclado en un sacrificio antinatural y profano, propio de una secta satánica y no de aquello a lo que una firma en un contrato obligaba, salvo que fuera con Mefistófeles. Y cuando los ojos del sacerdote se volvieron blancos y las palabras fueron susurradas a Duarte y al resto, este quiso dar un paso atrás, pero las piernas no reaccionaron, ancladas en una parálisis tan antinatural como el resto de las experiencias vividas. La boca quiso abrirse, pero los músculos no reaccionaron y lo que fuera ser que iba a brotar de entre los labios de Duarte quedó suspendido entre ellos. Solo el horror y la pena por Zackarías permanecían en las pupilas de este.

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10/01/2014, 18:08
Pedro Duarte Salinas
Sólo para el director

Notas de juego

Ciara es la elegida de Duarte.

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11/01/2014, 00:45
Ciara Stegmayer

Ciara había entrado la última, porque cargaba con un peso muy superior al propio: El cuerpo de Jackson. No podía dejarlo ahí tirado, como debió estar toda la vida en la calle. Tenía su cruz, tenía quizá su última sonrisa, y de algún modo sentía la responsabilidad de sacarle de ahí.
La iglesia fue la ilustración del dicho "ten cuidado con lo que deseas". Stegmayer quería mostrar al mundo lo podrida que estaba aquella institución... Pero aquello era ridículo. Aquello si era verdadera putrefacción.

Con el cadáver del mendigo a cuestas, sujetándole sobre un hombro de mala manera y confiando la iluminación a linternas ajenas, se cayó sobre uno de los bancos, quedando Jackson sobre éste mientras Ciara trataba en vano de comprender lo que estaba sucediendo con el reverendo. Sin llegar a recuperar el resuello, frunció el ceño, forzándose a mirar a los ojos en blanco del crucificado...

Las lágrimas, de puro terror, resbalaron por sus mejillas sin que su gesto de asco desapareciera o sus pupilas se normalizaran.

- No voy a darte poder sobre mi alma -espetó, entre dientes. Los demás quizás eran asesinos, ladrones, sabe Dios. Pero ella no, y no iba a convertirse en jurado de una ejecución tan horrenda e injusta como aquella. Había estado al otro lado, sabía que la muerte daba una paz inmensa... Pero sintió que no tendría esa misma muerte si ahora seguía el dictado de esa cosa. Negó con la cabeza, temblorosa, casi al borde de lo espasmódico. Cogió la mano fría e inerte del cuerpo. Quizá no pudiera enterrarlo en paz, como se había propuesto... Quizá se conocieran mejor antes de lo esperado... No tenía ni idea de qué sucedería, pero no iba a condenar a muerte a nadie.

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13/01/2014, 21:01
Shan Mei

Shan Mei solo tuvo tiempo de soltar una exclamación de asombro justo antes de que todo su cuerpo se paralizase. El cuerpo de Zackarias flotaba delante de ella, y con una voz que prometía muerte y condenación les obligaba pensar, ya que hablar era imposible, en el nombre de uno de ellos para que pereciera. El miedo intentó apoderarse de su cuerpo y su mente, pero la chica asiática no se iba a dejar dominar por el pánico después de todo lo que había vivido en aquel sitio. Estaba harta, harta y cansada de enfrentarse a fuerzas que no entendía, así que cerró los ojos y pensó con todas sus fuerzas en una respuesta que solo oiría aquel que les había hablado a través de Zackarias.

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13/01/2014, 21:14
Steven Seagal

Steve estaba petrificado, bueno, doblemente petrificado. Si aquella fuerza no le hubiera convertido en una estatua de carne, igualmente no podría moverse. Una fuerza casi superior a la que reinaba en aquel mundo puesto del revés lo tenía pegado al suelo: la culpa.
Él los había traído allí, necesitaba su ayuda y se la pidió. Ellos se la dieron... y ese había sido su castigo. En el fondo de su corazón deseaba pedirle a aquel ser que había tomado el cuerpo del reverendo que lo tomara a él. Lo habría hecho si no tuviera tanto miedo. Había necesitado internarse en aquel lugar para saber que su naturaleza era la de un cobarde, y uno de sus compañeros pagarían por ello.
Ni siquiera la fuerza de la culpabilidad acallaba la voz que resonaba en su cabeza: que sea otro, que sea otro...

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13/01/2014, 21:48
Director

El cuerpo en cruz de Zackarias siguió flotando, como si "despegara" de aquella cruz invertida, hasta ubicarse en el centro de aquella iglesia.
Su cuerpo puesto del revés sobrevoló a apenas unos metros el agua encharcada de la que sobresalían los bancos rotos, algunos totalmente convertidos en astillas, algunos prácticamente intactos. En uno de estos yacía Jackson, a quién Ciara había arrastrado con él. Una muestra quizás de locura, quizás de respeto.
Sobrevoló los cuerpos cuasi inertes, prácticamente fotografías de sí mismos, del grupo: Alex, Ciara, Duarte, Macario, Pilni, Shan Mei y Steven.
Aquel ser o aquella fuerza, fuese lo que fuese aquello que había tomado a Zackarias lo hacía flotar atravesando los haces congelados de las linternas, como un horrendo globo en una macabra fiesta de cumpleaños.
Cuando se hubo situado en el cent ro de la habitación abrió más y más la boca, se podía escuchar el crujir de los huesos y los cartílagos partiéndose. Y comenzó a vomitar agua estancada y fétida, como de pantano, gris y llena de bruticia.
El nivel de aquella agua empezó a crecer rápida y despiadadamente, empezó tragándose el cementerio de bancos rotos y a Jackson junto a él, el agua ya os llegaba por la cintura y continuaba subiendo: Faltaban nombres por ser nombrados.

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13/01/2014, 22:06
Steven Seagal
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: 1-A;2-C;3-D;4-M;5-P;6-Sh

Tirada: 1d6

Resultado: 6

Notas de juego

Tirada: Shan Mei <--Debe Morir

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13/01/2014, 22:14
Alex

Se preparó para recibir el peso de parte del cuerpo del padre, y cual fue su sorpresa al darse cuenta de que no había nada que recibir...cuando levantó la vista, Alex se quedó perpleja. El padre estaba flotando a unos escasos centímetros de la cruz en la que había estado crucificado...y no solo eso...en cuando sus ojos se pusieron en blanco, los músculos de Alex se tensaron, podía notar todo su cuerpo paralizado, la espalda tan recta que parecía que iba a quebrarse en cualquier momento. Una horrible sensación de pavor y temor la invadió, y cuando aquella voz..no, más bien aquel atronador rugido, surgió de la garganta de Zackarias, la hizo estremecer de una forma tal que quedaría marcada de por vida. No había sido una chica religiosa, nunca, pero ahora conocía que el mal, el verdadero y primigenio mal, era real, lo tenían delante.

Ese trueno que Zackarias tenía por voz les ordenó matar a uno de ellos, o todos morirían. Por unos segundos que a Alex se le antojaron horas, su cabeza voló sopesando la forma de evitar tomar una decisión así, y finalmente llegó a una conclusión...no había forma de burlar a ese ser. Intentó gritar, mandar a ese condenado ser al sitio del que había surgido, pero de su garganta no salió el más leve sonido, es más, ni siquiera pudo mover los labios. Y algo sucedió,un gran crujir y un ruido como de una cascada fluyendo comenzó a escucharse, pero era incapaz de girarse para ver de que se trataba. El miedo, el terror que sentía en ese momento se sumó a la frustración, y con una gran impotencia pensó un nombre...sus ojos verdes permanecieron abiertos, sin poder pestañear, mientras paradójicamente, las lágrimas fluían por sus mejillas. 

Y otro pensamiento le acompañó antes de formular el nombre en su mente..."...lo siento mucho..."

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13/01/2014, 22:31
Alex
Sólo para el director

Notas de juego

Bueno....pues mi voto va para Macario. Tras pensar, es el único con el que casi no he compartido juego de todos los que estamos, así que según Alex, deben llevarse a Macario.

Tio....te odio!!!