Partida Rol por web

EL BLOQUE III

MICH

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31/10/2013, 23:42
Director

El primero que sacáis es a Mathew, está inconsciente pero su ritmo de respiración es bueno. Habéis llegado a tiempo. Tiene en la mano un pequeño spray de oxígeno acabado en un pequeño respirador. Lo habéis visto alguna vez usado por buzos para pequeñas inmersiones. Lo más extraño es que no ha quitado la pestaña de seguridad. Un medidor situado en la base del mismo marca cuanto aire queda: el 100%, es decir, cinco minutos, tal como indica la propia botella.
Repetís la escena con el joven negro de la otra taquilla. El joven está frío, muy frío, pero respira. Diríais que duerme, aunque tiene los ojos abiertos. Unos ojos blancos llenos de venas rojizas, su mirada debe estar puesta en algún lugar al que no podéis llegar.
Al menos, ambos están vivos...

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31/10/2013, 23:53
Nao Shen

Lo cubro con una manta cogida de su propia cabina y le cierro los ojos con la mano. En la cabeza le pongo otra camisa doblada que tengo a mano. y miro ceñudo su estado. Por lo menos están vivos, menudo día cero. Si esto empieza así es imposible imaginar que pasará mañana. hay que estar bien listo, en algunos casos es como la cárcel, esa es la impresión que me da, hay que buscarse la vida un poco y hay que estar bastante despierto.

-Habrá que llevarlo a la enfermería ¿no?- pregunto ya que yo sólo no podré llevarlo-.

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31/10/2013, 23:58
Zackarias

El reverendo asiente a la pregunta del asiático. Yo creo que puedo servir de ayuda para llevar alguno de ellos. Ahora bien, por la grabación, parece que en los demás dormitorios el asunto está igual...Quizá deberíamos ir a ayudarles a abrir las otras literas, por si han tenido problemas ¿no?
Luego se hizo el símbolo de la cruz sobre el pecho, mientras oraba por aquellos chicos.

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01/11/2013, 00:02
Macario

Notas de juego

Con los ojos en blanco, en una especie de coma. Está frío, pero su pulso pese a débil es constante.

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01/11/2013, 00:04
Mathew

Notas de juego

Inconsciente. Parece que vaya a despertar de un momento a otro.

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01/11/2013, 00:05
Director

Zackarías, al momento de hacerte el trazo de la cruz sobre el pecho se escucha un ruido sesgado y esa misma cruz es dibujada con dos cortes rectos y hondos, como hechos por un cútex invisible. Su sangre os salpica a todos.

Notas de juego

La herida es dolorosa y fea pero no grabe, en ningún momento pierdes el sentido.

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01/11/2013, 00:51
Director

Notas de juego

Mathew: lee tu escena antes de hacer nada!!

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01/11/2013, 13:22
Pedro Duarte Salinas

-Yo no soy médico, wey, pero estos no tienen buena pinta, sobretodo aquel, el pinche negro. Pero mejor que llevarlos, quizás traer un médico para acá. ¿Qué piensan? -pero la respuesta no llegó. Cuando vio al cura santiguarse y el efecto de aquel gesto en su carne, Pedro dio un paso atrás, el rostro deformado en una mueca de miedo. Fue a santiguarse él mismo pero la mano quedó congelada en el aire, los dedos índices y corazón unidos a la altura de la frente-. Virgencita de Guadalupe -musitó-. ¡Qué mal pedo! Padrecito, ¿qué...? -negó con la cabeza, cerrando fuertemente los ojos. Pero cuando los abrió todo seguía igual-. Siéntese en el suelo, padre, no es momento de mártires -se abrió el mono y se quitó la camiseta que llevaba, poniéndola sobre el pecho del cura y obligándolo a sentarse-. -dijo mirando al asiático-, vayamos a por ayuda. Y que el otro se quede acompañando al resto. Es lo mejorcito que podemos hacer. 

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01/11/2013, 15:44
Zackarias

Zackarias se había quedado blanco, sin respiración, sin voz... El horror, más que el dolor, era lo que se dibujaba en sus ojos.
Se sentó, obedeciendo como un autómata las indicaciones de Duarte. El frío que había notado con aquel corte solo había desaparecido con la calidez de su propia sangre. Zackarías, allí sentado, privado de fuerza, solo podía repetir Dios bendito, ¿que es este lugar?

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02/11/2013, 16:21
Mathew

Cuando abro los ojos vuelvo a estar metido en esa maldita caja, desnudo y con la crucecita sobre el pecho. La desesperación se apodera de mi, cuando por fin pensé que lo había conseguido la pesadilla se rebobina, vuelta al inicio.

Sin embargo esta vez hay algo distinto, escucho voces al otro lado de la tapa de madera. Con las pocas fuerzas que me quedan la empujo y ésta cae a un lado...

 

Vuelvo a abrir los ojos sin tener ni idea de que me encontraría en esta ocasión. Para mi sorpresa estoy tumbado en el suelo de la sala con las taquillas. Cojo aire y parece que mis pulmones hubiesen perdido la costumbre, me arde la garganta pero resulta agradable poder respirar de nuevo.

"Mathew, colega, creo que acabas de gastar toda la buena suerte que te quedaba.Todavía no me creo que halla salido de esa maldita celda dormitorio con vida". -Buenos días chicos. Consigo articular entre tosidos con un débil tono de voz -¿Me he perdido algo? Continuo tumbado mirando al techo y me sujeto la cabeza con las manos, que bonito dolor de cabeza llevo.

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02/11/2013, 16:34
Mathew
Sólo para el director

Notas de juego

Cuando actualices mándame una descripción de lo que veo en la sala para no postear a ciegas =P

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03/11/2013, 17:15
Director

El despertar de Mathew cambia las perspectivas del grupo. Parece que aunque cansado no corre peligro.
Pudiendo cargar con todos, os ponéis en marcha. El reverendo Zackarias y Mathew, aunque pueden caminar, se apoyan uno de cada hombro de Duarte, mientras que Nao y Pilni cargan con el chico de color que sigue en esa especie de "coma".
La enfermería, según pone en el Dossier, está en la Planta -3. Por lo que sabéis del plano solo se puede acceder a las otras plantas por la escalerilla central de la que descendisteis del exterior. Con mucho cuidado por los heridos y el chico inconsciente descendéis. El hecho de ser tantos parece quitar parte de aquella claustrofobia y paranoia que crean aquellos pasillos, a pesar de estar tan mal iluminados y fríos como siempre.
Cuando llegáis a la puerta de la enfermería, veis que allí hay otro grupo. El negro de las gafotas que recibió la patada de Duarte y el italiano están allí, con Jackson a sus pies. Parece tener los mismos síntomas que Macario, el chico al que lleváis.
Apenas habéis intercambiado unas palabras con el otro grupo cuando oís unos pasos a vuestras espaldas...

Notas de juego

(1ª parte de la actualización)

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10/11/2013, 22:01
Director

El grupo para ayudar a Anette se forma rápido. Mathew y Shan Mei seguían débiles y querían ayudar a Ciara y Macario que aún estaban en aquel estado catatónico. Nao Shen no parecía querer separarse de Shan Mei, al menos por el momento.
Duarte, Giorgio y Zackarias salen con paso raudo tras de Mich, no antes de detenerse en el almacén médico. Allí Duarte se detiene y coge el único instrumento médico* que puede servirles, ya que con los bisturís la intervención que parecía indicar Mich sería imposible. Aunque aún nadie había entendido a que se refería exactamente con los dedos de Anette.
Todos siguen a Mich con la cabeza gacha, pasando las manos por los laterales de aquellos túneles cuando perdían el equilibrio al esquivar alguna bombilla o simplemente por la excesiva curvatura del suelo. Mich les lleva hasta la escalera verticar que parece ser la espina dorsal de aquel lugar. Ascienden una planta hasta la MenosDos y Mich les guía, aunque a esas alturas todos escuchaban los inclasificables quejidos de Anette. Ya os habían acompañado durante la ascensión, poniéndoos el corazón en un puño a la par que más y más nerviosos. Como si os estuvieran inyectando café en vena. Jamás habíais escuchado aquella entonación, preferirías mil veces que gritase mas de dolor, de algo conocido, no...aquello.
Para cuando llegáis a ella Mich ya se ha quedado el último, rezagado. Incluso más que el reverendo Zackarias que había aguantado estoicamente el paso de sus jóvenes compañeros.
No podríais recordar cuanto tiempo quedáis callados al verla: Parecía estar desnuda, aunque una crucecita de plata le colgaba, solitaria, del cuello. La manta con que la había tapado Mich se le había deslizado y apenas le tapaba uno de los pies, presentando su bello cuerpo desnudo...su rostro, por contra, más parecía una copia barata del de Anette. Sus facciones deformadas por el horror, su boca tan abierta que parecía más bien una ausencia de carne con dientes... y sus ojos... ya no os veían, ni nada alrededor...solo miraba su mano izquierda.
Lo primero que algunos pensáis es que había metido las primeras falanges de sus dedos en algún tipo de agujero, parecido al que tienen los bolos. Luego, por la manera desesperada en la que tira de ellos, y a la que vais acercándoos, os dais cuenta de que no. Su mano, literalmente, nacía de aquel suelo metálico, de aquella tubería. No sabíais si aquello sería doloroso o no, lo único que sabíais aquello era una ruptura total y absoluta de cualquier ley de la naturaleza.
Anette profería un sonido quejumbroso que transpiraba locura, solo tras el susodicho y indeterminado lapso de tiempo en que todos habíais guardado silencio ella parece darse cuenta de que estáis ahí.
Ayuda dice una sola vez, antes de quedar en un silencio que se os antoja ahora mucho más terrible.
Duarte era quién llevaba la sierra y Mich quién había pedido ayuda. Giorgio y Zackarias se habían ofrecido a ayudar...alguno de los cuatro debería ensuciarse las manos de sangre y cortar aquellos dedos para liberar a la joven.

Notas de juego

*

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11/11/2013, 23:45
Zackarias

El reverendo se forzó a reaccionar ante aquella visión, el sufrimiento de aquella joven le golpeaba como un bate lleno de espinas. El padre alargó la mano y la posó sobre la sierra que llevaba Duarte, pero no se la quitó, las cosas no funcionaban así. Le dijo al joven: Tu ya te has ensuciado las manos de sangre, tendremos que aprender a repartir estas cargas. Si nadie tiene nada que alegar yo lo haré.
Si podía evitarles a los demás pasar por aquel trago, Zackarias lo haría sin dudarlo. Infringir daño era lo último que un hombre de Dios debería hacer, pero viendo a aquella chica, el reverendo estaba seguro que el castigo al que había sido sometida Anette era mucho más interior que físico. Cuanto más pronto la sacasen de aquel pasillo, mejor.

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12/11/2013, 00:01
Pedro Duarte Salinas

El viaje a la segunda planta había sido presuroso, marcado por las respiraciones agitadas, el calor y el sudor. Duarte sentía cómo la adrenalina recorría su cuerpo, cómo el sudor empapaba sus axilas, haciendo que dos manchas oscuras se dibujaran en su mono bajo los brazos, cómo su corazón bombeaba con fuerza mientras los gritos de Anette servían de sinfonía a su viaje.

Cuando finalmente llegaron, la imagen era la propia de una mente enferma y pervetida. Pero Duarte ya no pensaba en un mundo racional. En pocas horas toda su realidad se había vuelto del revés. Como otras muchas veces en eso que otros definirían como vida real. Ahora, el escenario era distinto y las reglas de juego también. Sin embargo, la impresión lo mantuvo con los pies clavados y la vista fija en aquel cuerpo, en aquel rostro, en Anette, convertida casi en una parodia de una Dafne del siglo XXI.

-Ayuda.

Una sola palabra y contenía un universo de súplicas. Duarte despertó de su trance, movió bruscamente la cabeza como si ello le permitiera conjurar lo que estaba viendo y avanzó un paso.

-La puta, qué onda... -exclamó sin llegar a acabar la frase-. Necesito ayuda y la necesito ya. Sujeten sus piernas y su cuepo. Siéntense encima si hiciera falta -la manó dentro del bolsillo aferró el instrumental quirúrgico recogido de la enfermería. El frío del mismo hizo que la mano de Duarte cosquilleara. Cuando sacó aquello que más parecía un cortador de pizzas, la luz hizo que reluciera con un matiz tétrico. Cuando el cura apoyó su mano sobre la sierra, retiró la suya negando con la cabeza-. No, padrecito. Mi alma ya está condenada y esta no será sangre que se vierta en vano. Usted, padrecito, sujete la mano de la güera y rece. ¿Tienen una cincha o algo para frenar el riego de la muñeca? Manitos, esto no va a ser fácil y si alguien me flaquea, la jodimos. Venga, en marcha -Duarte caminó hacia la mujer, observando aquellos dedos enterrados en el suelo. Se arrodilló junto a ella y la miró a los ojos-. Te ayudaré.

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12/11/2013, 00:04
Pedro Duarte Salinas
Sólo para el director

Notas de juego

Gasto un cubo al cortarle los dedos.

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12/11/2013, 23:27
Director

Zackarias sujeta la mano de la chica mientras intenta tranquilizarla. Los demás ayudan en lo que pueden. Curiosamente la chica no opone ningún tipo de resisténcia, mira como le cortáis los dedos del mismo modo que observaría a un tatuador trabajando sobre su piel.
Duarte corta sus dedos ras al suelo metálico. Allí puede ver como en el hierro donde habían estado los dedos de la chica hay circulos rojizos y negros, rodeando dos circulos blancos un poco más grandes. Sí, las venas de la chica estaban enbebidas en el metal, al igual que el hueso. Tanto aquellas venas como las de los dedos cortados de la chica empezaron a sangrar, mucho menos de lo esperado sí, pero ver sangrar el suelo era cunato menos grotesco.
Aún así lo habíais conseguido: habíais liberado a Anette.

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12/11/2013, 23:51
Zackarias

El reverendo le vendó con delicadeza cuasi paternal los dedos cortados a Anette. También le colocó todo lo bien que pudo aquella manta para que tapase su desnudez y al mismo tiempo le diese algo de calidez.
Volvamos cuanto antes.
Creo que sois los más jovenes los que tendréis que ofrecer vuestras fuerzas para ayudar a caminar a esta joven desdichada.
Dió un vistazo al lugar donde parte de los dedos de Anette se habían fosilizado dentro del metal y le dió un escalofrío. Casi prefiero no saber qué le debe haber sucedido.

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13/11/2013, 00:59
Pedro Duarte Salinas

-Sí, padrecito. La güera necesita de una buena cura y cuidados. Dije que la ayudaría -dijo a la joven mirándola a los ojos. No había orgullo ni petición de gracias en ella. Era un trabajo que debía ser hecho en aquel infierno que hasta Satanás había abandonado. Mas bien había una petición de perdón por la mutilación-. Écheme un brazo por el hombro. Así -Pedro había limpiado la sierra contra su la pernera de su mono, dejando una mancha de sangre en ella. Luego la había guardado en el bolsillo. Visto lo visto, nada debía desperdiciarse ni abandonarse-. Salgamos de acá.

Notas de juego

A la enfermería con Anette y el padre, a falta de que los otros reaccionen.

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13/11/2013, 22:19
Director

Duarte y el reverendo llevan entre ambos a la joven Anette hacia la enfermería, como ya había sucedido antes, lo complicado era bajarla por la escalinata central que vertebraba todo aquel lugar.
Atrás dejan a Mich y Giorgio en aquel estado de Shock. Desde luego no pueden cargar también con ellos y, son dos, no es como dejarlos solos. Aún así cuando Duarte y el reverendo bajan por la escalerilla, lanzándoles un último vistazo, no pueden evitar preguntarse si aquella será la última vez que los verán.

Notas de juego

(para Duarte y Zackarias esto continua en la enfermería...)