Partida Rol por web

El Carbón, Los Regalos y La Sombra.

Capítulo 3: Una Finta Hacia el Sur

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10/03/2016, 10:55
Thorkin

Turno 339/02 (Situación)

Thorkin asintió ante las palabras de Banin

-Así es, el retraso del informador, el ataque que sufrimos y lo que aquí ha pasado pueden no tener ninguna relación, o tal vez sí, no lo sabemos, pero en principio no hay envidencias que indiquen que todo esto tiene alguna relación, pero aún no bajaremos la guardia, ya que lo único que nos están indicando por el momento es que nuestro viaje no está exento de peligros y dificultades.

Thorkin paseó por los alrededores, fijándose de nuevo en lo que quedaba de la aldea. No era la primera vez que veía cosas así, la maldad anidaba en la Tierra Media y aquí, delante de sus ojos, había una nueva muestra de su presencia.

Volvió junto a sus compañeros y ayudó a preparar el campamento, colocando el carro lo mejor posible para que les sirviese de defensa en caso de ataque. Durante la cena, no pudo evitar pensar en el camino que habían recorrido hasta llegar allí.

-Está claro que este viaje no va a estar exento de aventuras. ¿Os acordáis de nuestro encuentro con los mezquinos, cuando salvamos a Darrick de sus garras?, menos mal que llegamos justo a tiempo, podría haber sufrido el mismo destino que el otro prisionero que había allí con ese tatuaje tan raro y macabro.

Tras la cena y antes de irse a dormir, se quitó su cota de malla, dejándola cerca de él junto a su yelmo, mientras que hincó su escudo a su lado para que le sirviese de protección, aunque fuese de forma leve, y tenerlo a mano para embrazar de inmediato en caso de ataque. Lo mismo hizo con su martillo, que quedó junto a él, dentro de su manta, para ser empuñado de inmediato.

-Despertarme cuando me toque, descansar lo que podáis, nos hace falta

Al llegarle su turno de vigilancia, se puso de inmediato su cota de malla y embrazó su escudo y empuñó su martillo, vigilando junto a Eothäin. Aunque centraba su atención en los alrededores, no le perdía de vista.

Aún es pronto para saber si es de fiar o no

Al día siguiente, se dispuso a ayudar a recoger el campamento.

-Bien, ¿cómo están hoy los enfermos?

Tras el desayuno, Pertegaz comenzó a tocar una melodía en memoria de los allí fallecidos. La escuchó en silencio, con la cabeza inclinada en señal de respeto. Cuando finalizó se acercó al hobbit

-Muy bonita y muy apropiada señor Pertegaz

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12/03/2016, 19:20
Darrick

Turno 339 (Situación)

Darrick estaba un poco más tranquilo que el resto en cuanto al ataque. Si el mensajero nunca llegó puede que se haya encontrado con los atacantes y no haya podido escapar a tiempo.

Mira al resto con un gesto serio.

No es por ser pesimista pero es probable que el mensajero nunca haya vuelto por culpa de quienes atacaron este pueblo, o por lo menos por culpa de uno de los tres grupos que estuvo luchando aquí. Igual eso no significa que estemos en peligro, lo primero es recuperar a los enfermos y luego seguir, el viaje es peligroso estando sano, enfermo debería ser mucho peor.

Tras esa charla el grupo se dispuso a descansar para que los enfermos se repuperen. Darrick no tuvo la primer guardia por lo que pudo descansar un tiempo. Al salir a hacer su guardia no tuvo muchas cosas para hacer, el exterior estaba tranquilo y no tuvo muchos más sobresaltos.

A la mañana siguiente, fue uno de los que se acercó a los enfermos.

¿Como amanecieron? ¿Ya están con fuerzas para volver a cruzar otro río?

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13/03/2016, 00:42
Pertegaz Tuk

Turno 339/02 (Situación)

Cuando Thorkin elogió la oda interpretada, apenas pude asentir levemente con la cabeza, tal era el nudo que me acongojaba. La música, la verdadera magia otorgada a Arda a través de la canción de Ainur, siempre conseguía conmover hasta la ultima fibra de mi ser. Esperaba, de veras, que las pobres almas de los allí fallecidos, pudieran encontrar la paz que les había sido arrebatada en vida...

 


 

Mientras la sombra de los, cada vez mas numerosos arboles va alargandose  gracias al devenir perezoso del disco luminoso por el cielo, podemos ver la impactante a la vez que hermosa imagen de uno de los Bosques mas impresionantes de la Tierra Media: El Bosque Negro, o Taur-e-Ndaedelos, como lo bautizaron los Elfos Sindar. En un momento, al coronar una pequeña elevación del terreno, no puedo evitar que la contemplación de su inmensidad me congele en el sitio. Miles de historias se cuentan sobre este, el antiguo Eryn Galen, emponzoñado de alguna forma durante esta Tercera Edad del Sol, hasta hacerle perder su lustre, colmando su impronta con inquietantes sentimientos de inseguridad en aquel que se acerca a sus dominios. Incluso el Rey Elfo Thrandüil se dice que desconfia de la arboleda que es su vasto dominio.

Cuando mis compañeros se giran, extrañados, salgo de mi ensoñación, con las miles de historias, canciones y cuentos sobre el antiguo bosque sonando como un galimatias en mi mente, y acelerando el paso, vuelvo a mi puesto alrededor de la carreta que, bajo los auspicios de Lord Alvard, traquetea, tranquila siguiendo la poco utilizada senda.

En un momento en que paramos a un breve descanso, mas breve del que mis cortas piernas necesitarían, me subo al pescante de la carreta para atraer la atención de mis compañeros, y digo:

- Amigos, compañeros, supongo que, como yo, ya habreis notado la influencia que el vasto bosque al que nos dirigimos causa en aquellos que a él se acercan, verdad?? Al entrar en él, dejaremos atras unos peligros, pero otros, quizá mas inquietantes saldran a nuestro encuentro en el Camino Viejo, sin duda..., tras lo que paro unos instantes, mientras giro la cabeza, como, si desde aquí, aun lejos, pudiera ver el camino del que tantas historias había oido contar, pero que nunca había visto con mis propios ojos. Quizá sería bueno recordar de nuevo aquello que podemos encontrarnos mientras cruzamos el Bosque, os parece?? Por mi parte, gracias a historias contadas por trovadores aquí y allá, puedo contarles lo siguiente..., momento en que me recuesto en el pescante, mientras una arruga aparece en mi frente, obedeciendo al esfuerzo que hago por poner ordenados todos los recuerdos relacionados con el Bosque, los Hombres que allí moran, y el propio Camino Viejo. Con movimientos espontaneos, extraigo de mi chaleco la pipa y la bolsita de tabaco y preparo una pipa, tras lo que hago una seña a Darrick, que se encuentra cerca del fuego, para que me pase una ramita con llama. Enseguida, unas pequeñas volutas de humo, con un olor dulzon, empiezan a elevarse de la pipa, momento en que continúo mi exposicion: 

- Los Hombres del Bosque son un pueblo más emparentado con los Rhovanianos del Norte que con sus vecinos Rohirrim del Sur. Viven en pequeñas comunidades, casi siempre en los lindes del bosque y se dedican sobre todo a la tala de árboles y a la caza. Son famosos por la excelencia de sus trabajos con la madera, aunque no se lucen con adornos y florituras, fabrican herramientas y utensilios de gran utilidad y calidad. No rinden pleitesía a ningún señor más allá de sus propios jefes, y no son amigos de los orcos. No son grandes comerciantes, pero están abiertos a las transacciones con quienes están de paso por sus poblados, por ello muchos mercaderes los visitan con frecuencia.

- Pudiera parecer que han cargado sobre sus hombros la responsabilidad de mantener abierto y seguro el Camino Viejo, pero nada más lejos de la realidad. Mantienen seguras y despejadas de enemigos y seres malignos las zonas en las que trabajan, y ha ocurrido en alguna ocasión que estas coincidían, por puro pragmatismo, con grandes tramos del Camino Viejo; por lo que, durante ciertos periodos de tiempo, el Camino es relativamente tranquilo gracias a ellos. De ahí nace la confusión.

- En cuanto al Bosque Negro, y más concretamente, la zona que vamos a atravesar, el camino pasa a los pies de las Montañas del Bosque, una oscura cordillera encerrada en el Bosque Negro, que según todos los que hablan de ella, nada bueno alberga. El Camino, me temo, es menos seguro de lo que vos imaginais, Lord Alvard , y si bien es cierto que no pocos viajeros lo atraviesen con nada más que pequeños incidentes, también son muchos los que entran en el Bosque para no volver a salir jamás. 

- Se habla de monstruosas arañas gigantes, que buscan su cena entre los intrépidos que deciden cruzar el Bosque antes que bordearlo por el sur. Y de bandadas de orcos aulladores, que bajan de las montañas o salen de sus escondites en lo recóndito del bosque, con la única intención de matar y saquear. He escuchado macabras historias sobre poblados de leñadores que amanecen reducidos a cenizas y con todos sus habitantes pasados a cuchillo, con grotescas marcas y símbolos malignos grabados a fuego en sus cuerpos sin vida....

... pero quizá todas estas historias sobre arañas gigantes y vociferantes orcos sean simples cuentos de abuela!!, acabo, sintiendo un escalofrío subiendo por la espina dorsal, con esta ultima frase dirigida especialmente a disipar los negros nubarrones que los recuerdos han colocado sobre mi no demasiado valerosa determinación.

Para ese entonces, el tabaco habiase consumido por completo, así que, con unos cuantos golpes para vaciar el cuenco de la pipa, la guardo en su pequeño bolsillo, dentro del chaleco.

- Alguien recuerda alguna historia un poco mas esperanzadora??, pregunto, bajandome del carro, esperando, de verás, que esa pregunta tuviese respuesta satisfactoria.

 

Notas de juego

Bueno, pues dado que no tenía mucho sueño, y me encontraba inspirado, me arranco con un tochopost destinado a tener presente la info que en su momento logré con una Tirada de Saber (Historia), sobre el Bosque Negro!!

Alguien sabía algo mas??

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14/03/2016, 08:37
Thorkin

Turno 339/03 (Situación)

Thorkin escuchaba las palabras de Pertegaz atentamente. Cuando acabó carraspeó un poco y comenzó a hablar

-He recorrido varias veces el camino que va de Erebor hasta las Ered Luin, y no es fácil. La mayor complicación la tendremos en el Bosque Negro. Arañas gigantes y orcos que crecen al amparo de la sombra de aquel que llaman el Nigromante, en su morada de Dol Guldur. Desde que se instaló hace años, según dicen, el Bosque Negro no es seguro. No dudo del valor de los hombres de los bosques, al contrario, sin ellos seguramente el peligro sería mayor, pero por desgracia en ocasiones creo que se encuentran sobrepasados por los peligros a los que se tienen que enfrentar. Al norte del bosque moran los elfos, pero no contaría con ellos, orgullosos, cerrados en sí mismos y sus asuntos.

Muerde con furia a un trozo de pan y tras masticarlo continúa hablando

-Otros peligros los encontraremos al intentar pasar las Montañas Nubladas, pero dependerá de la ruta que al final sigamos. Si cruzamos el bosque y enfilamos las Montañas Nubladas -mira de reojo a Eothäin atento a su reacción- también es posible que nos encontremos a orcos y trasgos. Entre el bosque y las montañas se encuentra el pueblo de los hombres de la Carroca. Cobran un fuerte peaje y aunque desconfiados son gente en la que podemos confiar en caso de necesidad.

Toma otro mendrugo de pan

-Luego nos encontraremos en Eriador, pero está prácticamente deshabitado, pero eso no significa que esté exento de peligros. En las tierras de Rhudaur en según que lugares hay trolls, también podemos encontrar bandas aisladas de orcos, o incluso algunos bandoleros, y unos personajes curiosos, pero que normalmente no son peligrosos, al contrario, los llaman montaraces. Sin olvidar que hay un asentamiento élfico al pie de las Montañas Nubladas pero...tampoco contaría con ellos, ya se sabe como son los elfos, ni con las bandas aisladas que podamos encontrar de ellos. No suelen detenerse a hablar con los viajeros, encerrados en sí mismos y sus asuntos.

-En fin, que nos espera un viaje movidito, así que conviene recuperarse pronto y descansar todo lo posible. Necesitaremos estar en las mejores condiciones para poder superar las primeras etapas, que son las más complicadas a mi parecer.

Notas de juego

Dado que mi personaje ha recorrido estas tierras varias veces, he posteado como si tuviese conocimiento de los peligros que allí hay. Si me he sobrepasado eliminar el post y Thorkin simplemente se quedará escuchando a sus compañeros mientras come algo.

El pueblo de los hombres de la Carroca son los beórnidas, pero en este fecha aún no se conocían así, por lo que al hablar de ellos los diferencio como de la Carroca a falta de otro nombre
 

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14/03/2016, 22:35
Dárin

Turno 339 (Situación)

Dárin comía silencioso mientras escuchaba hablar a sus compañeros. Después de las palabras ominosas de Pertegaz comenzó a prepararse tabaco para la pipa. Sacó el instrumento y comenzó a montar la boquilla alargada en la caña. Después, con una rama carbonizada ya, la acercó al hornillo donde había depositado el tabaco y con un suave movimiento trató de encender las hierbas.

Mientras tanto, Thorkin expuso su punto de vista. En su conjunto, desde la perspectiva de Darrick hasta la descripción de su compañero de la raza de Dúrin, lo cierto es que el trayecto era especialmente desalentador. Inhaló pausadamente, tratando de disfrutar del aroma antes de exhalar un anillo de humo, como si quisiera desprenderse de la extrema inquietud que las palabras de los suyos le provocaban.

Además, le preocupaba su propia ignorancia respecto a los peligros que debían afrontar. Su única herramienta, en este caso, era su propia arma y su propio valor. El suyo y del conjunto de sus compañeros. Y temió durante un momento no estar a la altura.

-Creo que en efecto no podemos esperar nada de los elfos.- Dijo con cierto disgusto. Esas lángidas y poco fiables criaturas no le provocaban afecto.- Respecto al resto de encuentros que nos esperan, poco se puede pronosticar. Somos un grupo pequeño, y eso debería beneficiarnos. Sobre las arañas y la sombra, -mencionó la que era su peor amenaza, sin duda- espero que no nos alcancen sus telarañas.

Y dicho lo cual volvió a sumirse en su pipa, poco convencido de sus propias palabras.

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15/03/2016, 11:32
Borant

Turno 339 (Situación)

La noche de Borant transcurrió entre temblores y estornudos, acurrucado en una manta húmeda a la orilla del crepitante fuego. La fogata, pequeña pero cálida, consiguió al menos hacer desaparecer el tono pálido de las mejillas del beórnida que, más tarde de lo que hubiera deseado, consiguió conciliar el sueño.

El trasiego de sus compañeros arrancó al aprendiz de animista de sus ensoñaciones. El alba había llegado acompañada de las plomizas nubes a las que el grupo ya estaba empezando a acostumbrarse. El suave repiqueteo de la lluvia sobre el techo de la cabaña desapareció en algún momento durante el desayuno; la tempestad parecía haber perdido parte de su fuerza. Borant tomó a cortos sorbos una taza de humeante té, oscuro y aromático, mientras observaba a los otros miembros de la comitiva prepararse para un nuevo día de marcha. Su mente febril trabajaba en el enigma del ataque al asentamiento maderero, incapaz de desentrañar la verdad que se ocultaba tras las tres variedades de flechas encontradas. Quizás un grupo había atacado, los leñadores se habían defendido y alguien había venido en su ayuda más tarde... Pero, ¿dónde estaban los supervivientes? Sabía que podía dar luz a ese galimatías, pero no con la cabeza embotada y la nariz taponada, sacudido constantemente por toses y sorber de mocos.

Llegó la hora de partir. El camino seguía encharcado y los arbustos de brezo de los márgenes lucían perlas de lluvia en las hojas. El aire olía a tierra mojada y a vida en crecimiento. Tras media hora de andar por el barro, Borant echó la vista atrás: la pequeña aldea se había desdibujado en la distancia, camuflada en el paisaje verde y pardo, ofreciendo en la lejanía una imagen de paz que podía hacer creer que la vida en las cabañas continuaba. Pero él sabía que ya no se escuchaban gritos de niños entre las cabañas, ni el sonido de las hachas tallando maderos. En silencio, Borant rezó para que las almas de los caídos volaran guiadas por Námo hasta las Estancias de la Espera.

El Bosque Negro apareció en el horizonte como una sombra, una delgada línea oscura que reseguía la lejanía, perdiéndose sin límite hacia el norte y hacia el sur. Cada paso les acercaba a esa frondosa masa de ramas, troncos y penumbra. Los primeros árboles empezaron a aparecer a los lados del camino, como centinelas silenciosos; una avanzadilla del Eryn Galen que observaba a los intrusos dirigirse hacia el grueso de su ejército arbóreo.

Antes de adentrarse en la espesura del milenario bosque, el grupo hizo una parada. Borant escuchó las palabras del mediano sin apartar la vista de la verde muralla que se alzaba ante ellos. Era inmenso, como un leviatán adormecido. Quizás lograran atravesarlo sin que se percatara de su presencia... O tal vez no. 

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16/03/2016, 11:01
Thorkin
Sólo para el director

Turno 339/04 (Situación)

Tras la cena, Thorkin se aproximó a Alvard

-Es la hora, hablemos con Eothäin

Hizo señas al rohirrim y salieron afuera de la casa

-Bien Eothäin, has pasado la prueba y si quieres puedes seguir con nosotros. El viaje es largo y no estará exento de peligros, al contrario. Lo que nos hemos encontrado es un pequeño aperitivo de lo que nos podremos encontrar. Las condiciones, la ruta y todo aquello que pueda ser de tu interés te lo hará saber maese Alvard. Si quieres preguntar algo, no lo dudes.

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16/03/2016, 21:47
Alvard

Turno 339 (Situación)

El jinete se limitó a asentir ante las palabras de Thorkin, impávido. Puede que fuese realmente valiente o que no tuviese consciencia de los peligros de los que hablaba el enano, pero el hecho era que no parecía preocuparle demasiado lo que estuviese por llegar y se le notaba bastante tranquilo. Si acaso un deje de satisfacción se dibujó en su rostro.

Maese Alvard tomó la palabra, al tiempo que sacaba de entre los pliegues de su túnica un contrato como los que habían firmado Thorkin y los demás allá en Esgaroth. Lo rellenó con el nombre "Eothäin de Rohan", algo que podría parecer un poco ambiguo, pero el eorlinga no protestó. Quizá no sabía leer.

- Bien, debes saber que nos dirigimos a cruzar el Bosque Negro; para después atravesar las Montañas Nubladas con el objetivo de cruzar Eriador de parte a parte hasta llegar a las Montañas Azules, nuestro destino final, la morada de uno de los Señores Enanos de dicha cordillera. Tu misión es protegernos a Gidion y a mi, y los materiales que portamos. Con tu vida si fuese necesario. Seguirás las ordenes de Thorkin como jefe militar de la escolta, pero has de saber que Gidion y yo estamos por encima de todo rango, y que estás a nuestro servicio e indirectamente al servicio de la Ciudad de Valle. En la cual mi autoridad está por encima de la del joven Señor, por lo que ante cualquier duda, obedecerás mis ordenes por encima de cualquier otras. ¿Estás conforme y das tu palabra de cumplir con lo acordado?- 

- Estoy conforme y empeño mi palabra.- Dijo secamente el rohirrim, quizá tardando un segundo más de lo necesario en hablar. Acto seguido tomó la pluma que le tendía Alvard, y tras remojarla en el ajado tintero que portaba el consejero de Valle, relizó un extraño garabato sobre el papel.

- Muy bien, tu sueldo pasará a ser de veinte monedas de estaño al día; siempre y cuando desempeñes tu funciones con satisfacción y des cumplimiento a nuestro contrato. ¿Algo más que añadir?.- Puntualizó el anciano, esta vez mirando a ambos, enano y hombre. El rohirrim quedó en silencio, no era hombre de muchas palabras ni al que reconcomiesen las dudas

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17/03/2016, 10:14
Thorkin
Sólo para el director

Turno 339/05 (Situación)

Miró a Alvard y tras comprobar que el anciano poco más tenía que decir, asintió con la cabeza

-Una última cosa. Me gusta que la gente a mi cargo no sólo obedezca mis órdenes, sino que tenga la mollera suficiente para pensar sobre ellas y si se les ocurre una idea mejor no callársela, así que si en algún momento consideras que hay otras opciones, no dudes en comentarlas. Por lo demás esto es todo, puedes retirarse y bienvenido a la compañía de forma oficial -dijo sonriendo

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17/03/2016, 11:54
Eothäin

Turno 339 (situación)

Eothäin atendió a las palabras de Thorkin, a las que Alvard asintió conforme, pues nada tenía en contra de la forma de liderar de Thorkin.

- Entiendo, - dijo el rohir- y así lo haré. Después, se retiró para seguir con sus que haceres en cuanto a los preparativos para la siguiente etapa del viaje. Sin ni siquiera incidir en la forma de pago ni el momento del mismo. Parecía que al eorlinga no le preocupaba el dinero en exceso.