Partida Rol por web

Ulkus intentó acercarse a Gerbo y a Kylon para hacerlos entrar en razón, pero lo único que consiguió es que estos todavía se alejasen más, huyendo despavoridos hasta del enano.

El fantasma seguía subiendo lentamente por la ladera de la colina, rodeándola, pronto desaparecería de vuestra vista.

Tanto el gnomo como el explorador, aprietan el paso cuando intento llegar hasta ellos para convencerles de que vengan, no tenemos tiempo para estos juegos, o seguimos al fantasma o se acabó. Dejó de perseguir a mis compañeros para volver a dirigirme a Bardum y al elfo, sigamos, ellos tendrán que alcanzarnos después - digo mientras sigo, junto con mis compañeros martillo en mano, por el sendero que sigue el fantasma, intentado marcar bien los pasos y aplastar la hierba, y ramas para que el explorador pueda seguir bien nuestro rastro.

Me dirijo a la higuera y cojo varios frutos y los guardo.

Hecho esto veo como el enano vuelve de intentar convencer a nuestros compañeros.

-Vámonos a seguir ese fantasma, cuando estén bien ya nos seguirán, deja sus armas en un sitio visible por el camino y vamos dejando marcas para que nos sigan. Las armas déjalas por si mientras no nos encuentran tienen que usarlas.

-Sigamos a ese elfo antes de que desaparezca y perdamos esta oportunidad.

Dejaré sus armas aquí junto a la higuera para que las puedan ver bien, vamos a por ese fantasma.

Durante un buen rato, el fantasma siguió subiendo por aquel pequeño sendero, seguido a corta distancia por los dos enanos y el elfo. A mitad de la altura de aquella colina se observaba con detalle el pequeño valle y más allá el gran lago de AguasClaras. Más arriba se empezaba a ver una pared vertical rocosa que parecía infranqueable.

De pronto una segunda aparición se unió al fantasma del elfo. Era un niño pequeño vestido con un pantalón y camisa marrones. El niño tenía rasgos élficos y humanos a la vez. La nueva aparición se quedo parada, mirando fijamente a los aventureros que avanzaban por el sendero, para luego darse la vuelta y continuar andando al lado del primer fantasma.

Ambos espíritus continuaron caminando hasta llegar a la pared de piedra, desapareciendo tras una gran roca apoyada en la vertical rocosa de la colina.

El miedo os fue abandonando poco a poco, hasta que se disipó completamente. Lo último que recordabais era la visión de aquel fantasma. Kylon notó como le faltaba el arco y a Gerbo echó de menos su espada corta. Os reunisteis los dos cerca de la gran higuera. Vuestros compañeros no estaban a la vista, ni tampoco ningún fantasma, el pequeño valle parecía en calma.

Sigo a mis compañeros con el arco en la mano listo para cualquier problema. Cuando veo al niño y al padre no puedo evitar un gran pesar.

- Los fantasmas élficos aparecen cuando se muere en circunstancias terriblemente angustiosas, me pregunto que ha sucedido aquí realmente. El semihumano,... perdón el semielfo parece que nos ha visto, pero el padre nos ha ignorado completamente, ¿pensáis que significa algo?

Antes de que puedan responderme me acerco al lugar en el que desaparecieron y busco alguna pista puertas secretas o mecanismos ocultos, con la esperanza de que los fantasmas repitan en la muerte las rutas que solían hacer en vida.

Puedes ver una pequeña grieta en la parte derecha de la roca, de no más de 5 cm. Mirando por ella no ves nada, todo esta oscuro, pero parece haber hueco detrás de aquella roca.

Kylon, kylon ¿que pasó lo último que recuerdo es la visión del fantasma, y después aparecimos aquí, mi espada desapareció, tampoco veo tu arco, lo mejor sería que los buscáramos, de nada nos sirve correr hacia el fantasma desarmados.

Vuestras armas estaban apoyadas en la gran higuera. No os costó mucho dar con ellas. Sin duda vuestros compañeros las habían puesto allí para que las encontraseis sin mayores problemas. Aunque no veíais señales de ellos por ninguna parte.

Me pongo a ver la roca detenidamente, la rugosidad, el tono, el brillo, todo parece natural, normal. La luz de la luna no es problema para mis ojos élficos y por supuesto tampoco para los ojos de los enanos. De repente veo una grieta demasiado regular para ser normal, me acerco para verla mejor y se la señalo a mis compaleros: -Aquí!!, fijaos, una grieta pequeña, alrededor de 4 o 5 centímetros. Detrás de esto hay un pasadizo. Hemos encontrado la puerta

¡ Magnífico !- le digo al elfo dándole una palmada en el hombro cuando éste ha descubierto el pasadizo secreto por donde los dos fantasmas, padre e hijo habían pasado.- Debe de ser el pasadizo que utilizaban cuando todavía estaban vivos, dejemos una indicación al explorador y al gnomo para que sepan encontrarla por si al cruzar dentro la roca vuelve a su sitio -Digo mientras me adelanto al elfo para pasar  delante a la gruta, mientas caminamos digo en voz baja. El fantasma del niño tiene una expresión diferente a la del otro fantasma, parece además haberse percatado de nuestra presencia cosa que el rey elfo no hizo cuando paso a nuestro lado.

La grieta que dejaba ver detrás de la gran roca apenas tenía 5 centímetros de ancho. A duras penas conseguíais meter la mano por aquel hueco. Para mover aquella mole seria necesario una brillante idea, o mucha fuerza bruta.

No te parece una puerta, tiene todo el aspecto de una roca normal y corriente. Sin ningún mecanismo para moverla.

Acceder al pasadizo no es tan fácil como cabría esperar, y esa grieta sólo nos indica el lugar. Tenemos que mover la roca que tapa la entrada. Miro la grieta, intento meter la mano que casi no me cabe y buscar algún mecanismo que pueda moverla aunque no creo que lo haya, el pedrisco es enorme aún así  intento empujarlo con todas mis fuerzas para al menos mover la roca un poco más para que podamos entrar.

-Yo... recuerdo haber salido corriendo, pero es tan confuso...

Lo más importante sería, recoger nuestros equipos y empezar a ver si podemos encontrar al resto. El gnomo intenta escuchar algún sonido a lo lejos que lo guíe por donde podrían ir.

No hay ningún mecanismo ni nada parecido a la vista. Es una roca común como tantas otras. Tu experiencia enana con la piedra te dice que hará falta mas de un par de fuertes brazos para arrastrar un poco aquella mole.