Partida Rol por web

Me acerco al libro y sin cogerlo con las manos por miedo a romperlo lo cierro y lo abro por la primera página.

- Parece el diario de Alyridian

Continúo leyendo mientras la vergüenza aflora en mi rostro, mezclada con ira, y un profundo pesar. En cuanto termino de leer le relato a mis compañeros la historia de Alyridian. Me quedo con la cabeza baja y cierro el libro con delicadeza, mi voz es apenas un susurro, la vergüenza y la pena no me permiten hablar demasiado alto.

- Es su diario. Su historia no es muy alegre. Alyridian vivió en una época en la que mi pueblo no era partidario de mezclarse con otras razas, ni compartir sus secretos. Alyridian buscaba el conocimiento más alla de lo que los elfos ofrecen y lo encontró. Vivió con enanos, amigos entonces de los elfos, humanos de los que se enamoró, al menos de una humana y tuvo un hijo con ella, Carnaby. Pero los mios no eran partidarios de esas mezclas culturales y raciales y fueron tras él. Su mujer murió por unas fiebres y tuvo que proteger a su hijo. Con la ayuda de enanos construyó esto, pero su propio hijo murió en una de las trampas que él mismo puso para impedir a los elfos entrar. Roto de dolor iba a buscar su cadaver para enterrarlo cuando fue víctima de una emboscada. De los tres elfos atacantes dos quedaron en la doble puerta, como ya vimos y el tercero lo persiguió. Activó el guardían que vimos y esperó a que terminase con los asesinos. Creo que, como hemos visto hicieron su trabajo, pero el pobre Alyridian murió antes de recuperarse y el cadáver que vimos era el semihumano hijo del desdichado elfo.

En cuanto termino el relato y mis compañeros ven mi rostro al levantar la cara pueden ver las lágrimas corriendo por ella.

- Nadie merece morir así, debemos darles paz. Por desgracia no hace mención a la "ella" de la que nos habló Carnaby

Escucho con atención, la historia del antiguo morador de esta caverna. Algunos puntos se van uniendo mientras otras incógnitas aún siguen en pie.

-Ningún padre debería ver morir a sus hijos, es un destino demasiado cruel - digo parece que la historia me ha ablandado un poco el corazón -Tienes razón, lo mejor será que les demos la sepultura adecuada y quizá esa maldición desaparezca

Gerbo se sobresaltó al sentir el punzante dolor en la cabeza, pero como desapareció se calmo, luego se dedico a escuchar la historia que Aust les leía.

Entonces Bardum podría hacerle algo para que el alma del elfo quede contenta, que mejor un enano criado por elfos, para darle sepultura a un elfo amigo de los enanos.

Gerbo se recostó contra la pared y esperó a que el enano y el humano dieran su opinión.

-Creo que la cosa no va a ser tan fácil, ¿no habéis notado algo raro al entrar en la habitación? puede que no estemos solos, diria a fuerza de parecer insensible, que de primeras le quitemos esa preciosa cimitarra a ese esqueleto, no me gustaría que se pusiera a menearla contra nosotros.

-Pues la verdad Bardum no había notado nada antes al entrar, - me quedo un momento escuchando e intentando notar algo extraño en la habitación - ... y sí, esa cimitarra estaría bien en otro lugar.

Yo tampoco, pero los gnomos tenemos buenos oídos, vamos a darle un buen uso a los míos.

El gnomo uso sus manos como caja de resonacia para amplificar el sonido y ver si escuchaba algo.

El silencio era absoluto, solo podíais oír el sonido de vuestra respiración y el de vuestras pisadas al moveros.

Esa cosa se había movido en completo silencio, arrastrándose por el agujero del techo, ninguno de vosotros escuchasteis ni el mínimo roce. Cuando os distéis cuenta, era demasiado tarde. Sin saber como, una masa viscosa, de muchas capas, fuertes y pegajosas, envolvía los cuerpos de Aust, Kylon y los dos enanos. La masa viscosa era una telaraña, pero la más enorme que habíais visto nunca. Se había anclado fuertemente al suelo y empezaba a pegarse a vuestro cuerpo.

Al mirar al techo pudisteis observar de nuevo los ocho diminutos ojos rojos que se llevaron como premio a un escarabajo. Multitud de largas y finas patas negras empezaban a salir del agujero. La cabeza de aquella criatura era alargada, negra, y llena de manchas grises. Dos afilados y largos colmillos amenazaban goteando restos de viscosidad de la telaraña lanzada.

En cuanto la masa viscosa me envuelve, me tiro al suelo rápidamente hacia un lado librándome del viscoso líquido. Al levantar la vista veo a la criatura que antes nos libró de los escarabajos.

- Bueno ahora sabemos quien es ELLA.

Encima de una de un mueble a mi lado Garras maulla con furia y le enseña los dientes a la arana con el lomo arqueado y los pelos de punta. Dejo caer el bastón y cojo el arco y una flecha

-Pues yo no oigo nada .... - de pronto noto algo en el cuerpo, una cosa pegajosa que se está pegando a mi armadura - ... Por las barbas de Moradin, que diablos es ésto -no termino de decir la frase cuando alzo la vista y puedo ver como resplandecen los colmillos de una bestia que cuelga del techo, junto con ocho puntos rojos que delatan que se trata de una especie de araña gigante.
Pues ELLA se va a enterar de como se las gasta un enano cuando le estropean el lustre de la armadura , uhmmmmmmmmmmmmmmmmmm-digo enfadado por la desagrable sorpresa mientras intento deshacerme de la sustancia pegajosa que nos acaba de soltar ese maldito bicho.

Gerbo se alejó en el momento que vió esa tela de araña bajar del techo, atrapando a todos sus compañeros menos a él, la primer reacción que tuvo fue la de ir a ayudar a sus compañeros, pero cuando vió esos ojos no dudó un segundo que lo que debía hacer era mantener a esa abominación de la naturaleza alejada de él y sus compañeros. Para lo que agarró su ballesta y le apuntó.

Como dije antes, no me importa si es ella, él o ellos, vamos a tener que alejarla de nosotros, yo voy a intentar ganar tiempo mientras ustedes salen de esa tela.

me empiezo a sentir incomodo, cuando me doy cuenta una masa viscosa cubre mis piernas.

-Pero que mierda es esta, tendremos que salir de aquí rápido. Pícaro ayúdanos a salir de aquí, deja la ballesta tranquila por ahora, con tu ayuda saldremos antes, no es momento de suicidarse haciéndote el héroe.

Haciéndose a un lado en el último momento, Kylon también pudo evitar que la telaraña quedase pegada su cuerpo.

La criatura seguía suspendida en el techo, seguramente preguntándose como aquellos habían podido evitar tan fácilmente su telaraña, que habitualmente funcionaba a la perfección, dejando a sus victimas a su merced.

Los aventureros aún seguían en una complicada situación, enfrentándose a lo desconocido, que había estado innumerables años oculto en aquella extraña morada.

Intento salir de allí pero no puedo, a pesar de no estar pegado la telaraña apenas me deja moverme.

Entonces decido atacar, armo el arco y lanzo una flecha, aprovechando  que todavía está en el techo, pero en el último instante resbalo y la fecha golpea el techo y se rompe.

Inexplicablemente en un elfo, la flecha lanzada por Aust cae a pocos pies de distancia.

Tal vez los nervios le han jugado una mala pasada, pues al soltar la cuerda del arco, inclinó en exceso su mano y la cuerda golpeo en su pulgar, haciéndole un rasguño sin importancia.