Partida Rol por web

veo como desaparece la araña de nuevo y en su lugar aparece un ciempies gigante que no duda en atacarme pero no esperaba una defensa tan fuerte.

-descansa en paz criatura del demonio, dile a tu maestro que de la cara.

avanzo y me coloco otra vez a la espalda de kylon esta vez en defensa total.

-cuidado esa malnacida aun anda por ahi esperando pillarnos desapercibidos.

Bardum lanza un golpe certero contra el escarabajo, pero su dura piel absorbe la mayoría del impacto y solo hiere levemente a la criatura, que por otra parte ya está bastante malherida, aunque aguanta en pie.

La criatura intenta atacar a los pies de Ulkus, pero es muy lenta y el enano detiene su embestida con el escudo.

La telaraña, poco a poco, se va consumiendo hasta desaparecer. El suelo donde antes estaba queda un poco viscoso y resbaladizo.

El bicho espectral aún sigue en pie después del golpe que le propina Bardum, y todavía le quedan fuerzas para arremeter contra mí. Los colmillos se clavan en el escudo, cuando lo interpongo entre sus fauces y mi cuerpo, como un acto reflejo lanzo un martillazo hacia la cabeza del insecto gigante.

Tenéis razón esa ochopatas aún sigue rondándonos, tened cuidado, - mientras intento averiguar por donde nos va a atacar.

Ulkus por fin termina con el ciempiés de un martillazo. La criatura se descompone poco a poco, convirtiéndose en polvo azulado desparramado por el suelo, igual que ocurrió con el trasgo.

El silencio inunda la sala. Aunque agudizáis vuestros sentidos para captar algún sonido o movimiento, no percibir nada. Ella parece no estar allí con vosotros, ha desaparecido por completo. Estáis solos, espalda contra espalda de vuestros compañeros.

El silencio impregna la estancia mientras nos miramos unos a otros recelosos de que la criatura vuelva a aparecer. Un sonido detrás mía me hace volverme rápidamente para descubrir a Garras a mis pies con la cola levantada mientras ronronea con satisfacción, como si a él le debiésemos la vida. Un suspiro sale de mi garganta mientras voy a recoger mi bastón y devuelvo el arco a su lugar.

- Garras se ha tranquilizado, creo que hemos terminado con la criatura. Al menos eso espero mi repertorio de hechizos está próximo a agotarse.

Voy revisando por las estanterías para ver si encuentro algún grimorio, amuleto o algo mágico. Mientras Garras se sube ami hombro.

- Estamos todos enteros por lo que veo pero me vendría bien su ayuda para recuperarme luego maese Bardum.

-¿Dónde habrá ido esa bestia?- ningun rastro de la araña, sólo queda en el suelo los restos de ceniza de esos dos espectros, - no debemos bajar la guardia, pero debemos encontrar algo que sea eficaz contra ella, miro por la habitación para ver si encuentro algún recipiente de cristal o algo que podamos utilizar, -Maese Aust, quizá podría echar un vistazo a esa cimitarra que tiene el esqueleto, antes tenía un extraño brillo, digo mientras pongo atención para descubrir si aú sigue aquí ese bicho., Maese Gerbo¿ serías capaz de improvisar alguna trampa que utilizar contra esa araña?

-Siento comunicarte que no llevo los frascos encima señor enano. A parte ese bicho sigue por aquí, lo siento en los huesos, el problema es que si me pusiera a montar una trampa eso la vería y no serviría , mas que ayudar, estorbaría.

-en cuanto a colocarnos estaría mejor si nos separamos por que la cosa esa si estamos juntos nos va a intentar atrapar en su telaraña.

-Ven aqui "arquero" no valla a ser que no puedas tirar mas flechas. Ves como tu magia es mas efectiva, dejale las flechas al cazador que es su oficio jajajajajajajajajaja.

Bardum corre a socorrer al elfo, cerrando la herida del estomago por completo. Aust se recupera y deja de sangrar, solo queda dos agujeros en su túnica, allí donde se clavaron los colmillos de la criatura.

El elfo se pone a buscar entre las estanterías, revisando cada uno de los libros que hay en ellas. Casi todos son libros de ingeniería enana, explicando la forma de construir fuertes muros, como escavar en la roca sin provocar derrumbamientos y técnicas perfeccionadas a la largo de los siglos para trabajar con la piedra. También hay algún libro de cuentos infantil y bastantes libros de historia.

El sexto sentido del elfo se activa al pasar cerca de la estantería más alejada. Algo llama la atención en el muro de piedra. Se acerca y logra observar como una de las ladrillos de piedra no esta unido a las demás por sus bordes. Con sus finos dedos, consigue extraerlo.

En su interior se encuentra un colgante. La cadena es de fina plata y el broche lleva incrustado una piedra roja que a primera vista parece un rubí. El broche tiene la forma de una estrella de 9 puntas. Al abrir el broche, se puede ver el dibujo de una bella mujer humana.

Todo esta en silencio, un silencio sepulcral que inunda la habitación después de los horribles sonidos de ese insecto gigante de ocho patas. No consigo escuchar nada, de nada parece que se ha olvidado de nosotros pero no debemos bajar la guardia.

-Poned atención, no creo que nos libremos de ese bicho así de fácil. Elfo, ten cuidado ese bicho parece que no le ha gustado eso que le has hecho, si vuelve a aparecer intenta estar cerca de Bardum o de mi. - me alejo un poco, y preparado, esperando a que el resto se coloquen en posición. - maese Kylon tome una posición ventajosa

Kylon aprovecha el momento de tranquilidad para acercarse al cadáver del elfo.

Esa reluciente cimitarra parece que me estaba esperando. - dice mientras devuelve la suya a su cinto y arrebata el arma de la mano huesuda, no sin cierto esfuerzo.- Si que la tenía bien agarrada. Visto que las flechas no hacen nada al bicho ese, probemos con un buen filo elfico.

Agarra el arma y la sopesa. Enseguida se da cuenta de que es mucho más liviana que su anterior cimitarra y sonríe satisfecho ante el cambio.

Una vez terminada la curación del clérigo me doy una vuelta por las estaterías para terminar en el mismo lugar donde comencé al lado de Bardum.

- Maese enano, hay muchos libros de ingenieria enana en las estanterias, también encontré este colgante con un retrato de la madre del niño. Realmente la quería mucho. Deberíamos dar sepultura al padre y al niño en cuanto podamos, supongo que un clérigo como tu sabrá hacerlo.

Me dirijo hacia los demás mientras me pongo el colgante al cuello:

- Mis conjuros se están agotando por hoy, debemos tener cuidado yo no podre apoyaros mucho salvo con el arco.

Y volvió a aparecer, sin hacer el mínimo ruido. Y otra vez eligió al elfo como su victima. Estaba claro que lo consideraba el más peligroso del grupo después de herirla y cegarla.

La criatura había esperado a recuperar la visión de sus ocho ojos fuese donde fuese el lugar a que acudía al sentirse herida. Y ahora había vuelto, con intención de cobrarse su primera victima. No estaba dispuesta a rendirse y huir.

Esta vez sus colmillos se clavaron en la pierna derecha del mago, llegando hasta el hueso. El elfo de nuevo sintió solo un leve dolor pero un tremendo calor donde los colmillos habían penetrado.

La criatura vuelve a aparecer y parece gustarle el sabor de la sangre de elfo. El calor vuelve a correr por mis venas como si mi sangre estuviese hirviendo. Como puedo lanzo un conjuro de nuevo para intentar herirla

Kylon portando la cimitarra de Alyridian salta encima de la mesa hasta situarse a la espalda de la criatura.

Aprovecha la posición elevada y rodea por un flanco a la criatura. Lanza una fuerte estocada que penetra entre un hueco de las patas y la hiere en el alargado cuerpo. Sangre verde empieza a manchar el suelo.

La criatura al notar el impacto del proyectil de Aust, unido al profundo corte que le ocasiona la cimitarra de Kylon, da un pequeño brinco en el aire, como intentando sacudirse algo, totalmente sorprendida de recibir tantos golpes.