Partida Rol por web

MODO AUTOMÁTICO

- Os conté que soy Inspector de Aduanas Marítimas. Aquilea es un nido de contrabandistas y las mafias se nutren de todo lo que llega por el mar. Un negocio que mueve demasiados millones como para que la administración no haga la vista gorda de vez en cuando. Yo no. - dice sin ningún rastro de soberbia y sin temblarle la voz para haber sido tiroteado hace poco- Como no pudieron poner precio a mi colaboración, la pusieron a mi cabeza. Por eso quise empezar de nuevo en un sitio tan extraño y peligroso que la Mafia no volviera a entrar en mi hogar. Y por eso estoy cuestionándome, tras todo lo que hemos vivido estos días, si puedo volver a mi mundo de leyes y burocracia. ¿De qué sirve querer hacer cumplir la ley incluso a costa de mi vida? ¿De qué sirve cuando hay dinosaurios y sectas secretas y viejos con poderes? Esa era mi crisis...

Un golpetazo atrás del coche les hace botar. El auto que les persigue les está alcanzando. 

- ¡Y ahora es la de todos! Acelera, Reno, acelera... Si no puedes perderles de vista dirígete a Puerto Nuevo y a la Guardia Aduanera... 

Reno pisa hasta el fondo... Casi se levanta sobre su sillón como si con su cuerpo ayudara a la gravedad a coger la curva enorme que acaba de tomar, derrapando y tirando un kiosco de helados del Paseo de los Cien Cañones. Tras acelerar y crear el pánico en una zona claramente peatonal, vuelve a internarse de nuevo hacia el sur, hacia el Pequeño Halzburgo, dejando atrás a sus perseguidores, que no son tan hábiles al volante como el joven taxista. 

Después intenta ir hacia el este a Puerto Nuevo, como le dijo Rob pero encuentra el atasco de la salida del trabajo a las 19. 

Un autobús de turistas justo está delante de ellos. 

- Mierda... ¿vienen detrás?

- No... les hemos perdido... 

- Pero si no conseguimos salir de este atasco... puede que nos vuelvan a encontrar. Tranquilo, señor- dice volviéndose hacia Rob sin dejar de quitar ojo a la parte trasera y a la eventual aparición de los matones- los trabajadores de esta colonia sabemos lo que es sufrir a los hijos de perra de los contrabandistas. Al nieto de Ezequiel Luna no van a amedrentarle con unos tiros al aire y unos golpecitos en mi capó. 

- ¿Andar hacia allí? Mejor que coger uno de esos carromatos o barcos que tenéis aquí. Deberíamos ir corriendo pero entiendo que el pastel de antes debe estar reuniéndose con toda su familia en esa barriga tuya. Si... no vas a caber en la armadura de Barricada. Vamos, cuánto antes. ¿Puedes ir corriendo? ¿Es este sendero? Cogeré este forraje y cubriré mi lanza. La gente que camina por aquí parece que fueran a comer al campo. No saben dónde están. No. No lo saben. 

Su pesadilla se ha cumplido. No solo está en plena naturaleza de sol y mosquitos sin poder siquiera disfrutar de las vistas sino que está andando, trotando detrás de una mujer que cada dos metros se gira y le mira con una incredulidad pasmosa al verle sudar y gatear. Hache tiene que parar cuando llevan un kilómetro. Una niña que pasea por allí con su familia le ofrece, piadosa, agua de su cantimplora de juguete. La vergüenza es máxima. Spear le vuelve a gritar. ¿Qué pensará el resto de turistas? ¿Que es una esposa maltratadora? ¿Que es su entrenadora sádica? 

Sin haber una multitud, son numerosos los grupos de senderistas que encuentran. Todos van hacia la Cascada de Fuego o a aprovechar para ir a los lugares más recónditos de Las Lágrimas del Edén antes de que anochezca y tengan que regresar y salir. 

Las voces van siendo cada vez más distinguibles y en su cautiverio John, trata de escuchar qué dicen. 

- Nuestra Fe no acaba con la muerte de unos pocos de nosotros. Si quieres liberar a tu amigo vas a tener que iluminarnos. Entraste diciendo que este sitio era peligroso pero no conocías nuestra existencia: ¿Te refieres a la magia que emana de este sitio? ¿Te asusta que seamos capaces de canalizar su savia? 

¿Oís eso, Hongos, oís cómo vuestro Doctor tenía razón en sus palabras? ¡Hasta ellos están celosos de nuestro culto! 

- ¿Celosos? No sabes de lo que estás hablando... Este sitio es una Grieta entre dos realidades y sois motas de polvo ante el poder de su Guardián. Si seguís vivos sólo es porque ni siquiera merecéis su atención. 

- Ohhhh, ¿y por eso vino ese ser alado que pretendía ser un ángel el otro día? ¿Por eso nos amenazó y trató de asustar a mi congregación? ¿Por que no somos nada? 

- ¿Un ángel? ¿La Casa Altair ha estado aquí? - la voz de Samuel ahora duda mientras que John también tiembla al oír el nombre de su Casa. Así que no fue un error... Estuvieron realmente en este sitio.

- ¿Altair? Dices palabras herejes y sin embargo pueden resultarnos útiles... ¿Qué tal si te sientas y nos cuentas más?  

John empieza a darse cuenta de algo, aparte de averiguar más de esos Hongos. Ese tal Doctor Hongo no sólo siente curiosidad por lo que Samuel Kantor le está contando. Está tratando de ganar tiempo. Por algo. Y eso no puede ser bueno ni para Samuel ni para él. 

Empezamos a un ritmo que yo describiría como "carrera frenética a lo Bolt". Supongo que para Spear es "trotecillo por el campo con resaca". Estoy aguantando mejor de lo que esperaba. Fíjate. Ya he corrido por lo menos diez pasos y todavía no me duelen las rodillas. 

Ahora sí. Ahora sí que sí. Esto no es flato. Me ha explotado algo dentro, seguro. O quizá me ha reventado alguna costilla. 

Miro para atrás. Todavía veo el punto de partida. Intento seguir a Spear, pero bajo el ritmo a "trote pausado para aguantar". 20 pasos después paso a "parada de emergencia por recuperación y sopesamiento de la agonía para posible sacrificio por sufrimiento".

De pie, con las manos en las rodillas e intentado respirar a base de bocanadas...

- Oye!..(gasp)...que cuando hablé de ir andando me refería a ir andando de verdad...(gasp)...¿tu no tenías que cuidarnos o algo así? ¿Sabes que nadie va a tener que preocuparse de eso si seguimos así?...(gasp)... que digo yo, que si por deferencia a tí, no hemos ido en uno de "esos carromatos" podrías hacer tú lo mismo y no intentar matarme... 

Bueno, la verdad es que me he columpiado un poco en lo del carromato, pero o exploto sus debilidades o esta me mata...

He visto caballos sacrificados en las pelis de vaqueros con menos agonía

Se nos echaron encima con un enjambre saliendo de todas partes.

Al menos hasta ahora no se han dado cuenta de que estamos aquí, o eso nos hacen creer, pienso mientras camino despacio. Oigo, no, siento pasos a nuestro alrededor y agarro la lanza con más fuerza, con la actitud con la que imaginaría a un cazador prehistórico a punto de enfrentarse a un oso.

Cuando llegamos a la sala de los dos túneles maldigo por lo bajo.

- Me cago en la puta, ¿y ahora qué? -miro a Anayansi, buscando una respuesta, pero recuerdo que ella nunca llegó hasta esta sala y que se dio la vuelta y salió por donde vino-. Por el túnel superior -digo en un tono que de ninguna manera podría ser confundido con una pregunta-, fuera vimos la sangre en el agua, así que Kantor habrá ido por allí matando Hongos, que está la salida del agua. Además, si hay problemas, os será más fácil escapar por ahí.

Para mí, y sólo un poco, reconozco que lo del agua me lo acabo de inventar como excusa, y que no soy del todo sincero cuando les digo que es mejor para escapar... ellas. Me giro para asegurarme de que lo han entendido y aceptado.

- Pero..¿y que hay de la policia?. Esa gente no se puede salir con la suya.  Rob de alguna forma era la autoridad, marítima pero lo era. O mas bien lo había sido antes de abandonar a causa del chantaje de esos mafiosos. Y si lo había hecho...¿en que lugar ponía a sus excompañeros?.¿Tan podrido estaba el sistema? 

El empujón a mi espalda pareció contestar a mi pregunta. - ¡ Pero que cabritos!. Rezé todo lo que supe para que Reno hiciera lo imposible y salvarnos así una vez mas, y lo que no lo inventé farfullando en japonés sobre la marcha. En algún momento lo hice con la mejilla amasada  al cristal de la ventanilla mientras gritaba y el coche derrapaba de una forma que ya pensaba que no lo contábamos.

- Nos hemos parado. ¿Porque nos hemos parado?. ¡No podemos pararnos!. El atasco hablaba por si solo así que tuve que tranquilizarme, como si eso fuera posible, cerré la boca mientras el taxista hablaba con Rob. Traté de concentrarme en lo que decia mientras mi mente daba vueltas a como salir de esa treta y no continuar en una espiral de persecución al volante. 

Reno me sorprendió, se le veía alguien valiente, de hecho lo había demostrado y por lo que dijo no era la primera vez que le ocurría algo así. Supongo que el trabajar en la calle te hacia ver cosas de todo tipo y pocas buenas.

- Uff, esto no se mueve...¿Porque no bajar y seguir a pie?. Me mataba la idea de que en cualquier momento tuvieramos a ese sedán negro a nuestra espalda. Seríamos un blanco fácil, tan solo tendrian que salir del coche y dispararnos a placer convirtiendo el taxi en un colador-

Blanca asiente. No le gusta mucho la idea de adentrarse más en una cueva como esta... y seguir los rastros de sangre parece, al menos, mínimamente lógico.

Vamos... parece que Kantor hizo de las suyas... - dice, intentando parecer tranquila, pero en verdad piensa mierdamierdamierdamierda... quizás no ha sido una de mis mejores ideas... esto es realmente peligroso... y si nos pillan aquí, ¿qué diremos?... ¿cómo saldremos de esta?...

Preocupada por sus propias inseguridades y miedos, se gira a Anayansi y le toma la mano (no sabe si realmente para tranquilizarla a ella o para tranquilizarse a si misma), mientras que con la otra sujeta hacia adelante el cuchillote que sacó de su cocina... en los lugares más oscuros de su consciencia, se pregunta si podrá utlizarlo de ser necesario. La falta de respuesta le genera una horrible electricidad que le recorre la espina. Suda frío...

Al final he vuelto, estoy donde todo comenzó... en la gruta de los hongos. Allí es donde nos emboscaron, donde capturaron a John y lo separaron de mi lado.

No vayais a pensar que estoy tranquila ni que no tengo miedo. Estoy cagada, tengo los pelos de punta y la sangre fluyendo de todos lados no había hecho más que acrecentar toda esta sensación de ¿Qué coño hago aquí?

Por un momento me entran ganas de salir corriendo y huir de allí pero al escuchar la voz de Erik y sentir la mano de Blanca, vuelvo en mí y recuerdo la cálida imágen de John. DEBO RESCATARLE.

-Chicos cojamos estas ropas y camuflémonos entre los hongos- digo mientras me visto con los arápos y me unto tierra por todos lados del cuerpo. -Habrá que hacerse pasar por ellos, eso sí, si veis a Kantor hacerle una señal que no tengo ganas de que me rompa el cuello.- entre susurros informo a mis compañeros del plan. me encanta disfrazarme, actuar y meterme en mis personajes por lo que aclaro mi garganta y ensayo mi imitación hongal o como diablos se diga.

-Madre tierraaaaaa, soy tuuuyoooo, ayuuudameeeee, dameeee tu doooon

En cuanto al camino que seguir, me parece coherente el razonamiento de Erik, que chico más gentil pensando en nosotras... MEEEE. Simplemente creo que si la sangre salía de la cascada puede que estén allí o bien siendo sacrificados o bien recogiendo setas.

Kantor parecía que no se estaba dando cuenta de lo que estaba sucediendo. Sin duda era un hombre de honor, hecho a la antigua usanza y no estaba acostumbrado a tratar con ratas despreciables como aquellas. Tenía que ponerlo sobre aviso porque estaba claro que aquello era una trampa.

En un descuido de los guardias, intentó comunicarse por señas con él. El mensaje debía ser sencillo y cuanto menos antiguo mejor. Lo que quería transmitir era "CUIDADO-PELIGRO-TRAMPA". No se le ocurría nada más que pudiese hacer.

John está a cierta distancia de Samuel y el llamado Doctor Hongo, dentro de una cueva que está iluminada solo por las rendijas de luz que se cuelan entre las piedras de la cascada y, además, John siempre ha tenido una percepción extraordinaria y por eso, tal vez, sea capaz de escuchar y discernir a los hablantes. Incluso con la cabeza abierta. Pero Samuel no parece ver sus gestos, atento al Doctor Hongo y a tres o cuatro de sus salvajes que pululan por entre las rocas. 

Únicamente es capaz de llamar su atención fingiendo que es ahora cuando se despierta de su inconsciencia y haciendo algo de ruido. Ahora Samuel Kantor ya sabe que está vivo y consciente, al menos. Si le incluyen en sus conversaciones, podría meter él mismo prisa. Pensando en cómo podría decir eso, un barullo al fondo empieza a oírse... ruido de golpes... y voces... 

El Doctor Hongo manda a uno de sus acólitos a ver qué pasa. Samuel coge de nuevo la iniciativa

- ¿Quieres que siga este conflicto? Yo solo soy la avanzadilla. Ya te lo dije. ¡Tranquilo John, hemos venido todos a rescatarte! 

Cuando Hache se recupera un poco y vuelven a andar deprisa por aquel sendero, tiene durante unos minutos la esperanza de poder conseguirlo. Les falta solo un kilómetro para llegar. Eso no puede ser mucho. Cada vez se encuentran a menos turistas ya que muchos van desviándose del camino que lleva a la Cascada de Fuego. Un par de montañeros animan a Hache al verle pasar, lo que le vuelve a enervar. Lo que le hace volver a tener flato. Lo que hace que tenga que volver a parar. Los montañeros se ríen cordialmente hasta que su risa se detiene en seco. 

Hache levanta la cabeza y ve que los dos hombres han entrado en una especie de estado catatónico. Con los ojos abiertos pero absolutamente inertes. 

Spear también lo ha visto. Unos metros más adelante está zarandeando a otro turista que ha quedado entre unas rocas en igual estado. 

Mira a Hache y le dice

- Magia... y muy poderosa... ¡Rápido, esto no puede ser bueno, tenemos que seguir! 

Entonces una sombra oscurece el sol. Es una figura alada. No es un pájaro ni Superman. Más bien parece un caballero del zodiaco. Ah, pero con alas. 

Blanca no se atreve a decirle a Anayansi que así embadurnada de barro ni remotamente parece uno de los salvajes que ha visto. 

Erik no se atreve a decirle a Anayansi que los Hongos están al acecho, alejándose justo cuando llegan, susurrando en las sombras y probablemente observándoles en este momento. 

La propia Anayansi ve que las ropas que está cogiendo son modernas, no harapos, ni nada por el estilo de lo que llevaban los Hongos. 

¿Pero qué más da? La chica parece disfrutar con su caracterización y su cántico, aunque contradiga todo su plan de sigilo, da ánimos al resto. 

Meterse en el mundo de la desubicada coach sexual cuando se está entrando en un túnel con muertos es un alivio. 

De hecho parece darles suerte, porque excepto otro Hongo inconsciente en una esquina, no parecen encontrarse a nadie más hasta que llegan a una gran cueva. Apenas pueden ver el fondo pero tras éste debe estar la cascada. Y es ahí, en la entrada, cuando cuatro Hongos aparecen de manera agresiva y hostil, como si quisieran impedir su acceso. 

Blanca esgrime el cuchillo y Erik la lanza. Ellos tienen palos y piedras. Se les ve mucho menos seguros de sí mismos que cuando persiguieron a John y a Anayansi. Mueven los palos hacia ellos tan pronto como los retiran y se mueven en círculos. Uno de ellos está herido. Nerviosos... mientras los tres vecinos permanecen juntos, intentando que no les rodeen ni les cerquen. Hasta que en ese ambiente de tensión, inevitablemente un golpe se escapa... 

- Cuidado, cuidado

- Atacan..

- Atrás, atrás... 

Erik empuja con la lanza aunque no logra dar a ninguno de ellos. Uno ataca torpemente y Anayansi se aparta. Otro se lanza a por Blanca y ésta le corta con el cuchillo... Los tres van avanzando sin que de momento logren detenerles y entonces oyen la voz de Samuel al otro lado de la cueva

- ¡Tranquilo John, hemos venido todos a rescatarte! 

Miro alternativamente el estado de los turistas y a Spear...¿que está pasando? ¿Magia? Claro, bien. Perfecto. Es lo que estábamos esperando todos en los últimos días. ¿Por qué no? Casi me da por mirar espectante el camino por el que he venido a ver si veo a Frodo. O mejor no, que con la suerte que tenemos igual Frodo va más adelante y lo que viene por el camino es el Nazgul a caballo ese del principio... ¡y justamente ahora se nubla el sol!

Atónito miro hacia arriba para ver... ¿un ángel?

- Spear, tu también ves eso, ¿verdad? Dime que los "Zeon macho" tienen alas, anda...

Digo clavado en el sitio con la boca abierta ante la aparición.

No sé quién es ese Barricada y cómo será su armadura. Pero que me la den ya, que yo me encargo de meterme dentro como sea.

La situación es tensa y Blanca puede sentir como le recorre un sudor frío por la espalda mientras los Hongos atacan tímidamente y los vecinos se defienden como mejor pueden. Hasta cierto punto es una suerte que los "enemigos" estén asustados (probablemente de Samuel Kantor), porque eso hace las cosas más fáciles para el resto de la tropa, pero aún así todo esto es peligroso: el equilibrio entre las fuerzas puede romperse fácilmente y entonces las vidas de todos corren peligro...

Pero entonces escucha el grito de Kantor, y algo se enciende. Recuerda libros y películas y cuentos de valientes caballeros, de héroes y heroínas que van al rescate del amigo, de espadas y armaduras y fantasía... y ese sudor frío, de pronto, escapa de su consciencia y una sonrisa involuntaria aparece en su cara.

Quizás si vayan a salir vivos de esta, y será una gran historia para sacarle en cara a Spear y al resto de los Zeón.

Me siento en el suelo, cerca de nuestro "prisionero", pero no a su alcance (no me fio ni aunque esté atado).
Le miro a los ojos sin decir nada, mientras intento recordar todos los mitos, rituales y supersticiones que conozco sobre el culto a la Madre Tierra. He dedicado mi vida a este tipo de cosas, algo tendré que saber que le obligue a crear algún vínculo conmigo, aunque sea para intentar rebatirme...

- Escuche... las personas víctimas de estos derrumbamientos no suelen sobrevivir. Usted los ha salvado pero el que ahora estén vivos puede ayudarnos a salvar a muchos más. Por eso necesito preguntarles y hablar con ellos. Si no me cree, puedo irme en este instante. Algún día me buscará usted cuando vea que lo que le dije es verdad. 

Ay Dios, por qué tiene que ser todo tan misterioso y hacerme sentir en un brete. A pesar de todo este tipo no me gusta, así que aparentando más seguridad de la que tengo me acerco yo también a él y le digo con voz suave

- Pues espero poder localizarle si le busco, pero hoy no verá a mis pacientes.

Y sin más le acompaño la puerta y la cierro detrás de él pensando en qué horrorosas consecuencias va a traerme la decisión que acabo de tomar.

Pienso en subir y ver a Harper otra vez, pero no quiero que note mi inquietud, así que me despido de Filipa, cojo mi chaqueta y hago algo que nunca pensaría que fuese a hacer... sigo a ese tío.

Por si acaso no saben donde encontrar mi cadaver pongo un whatssap a Nathan

"Estoy siguiendo a un tio raro que ha venido a la consulta, no se por qué lo hago, me ha dado mala espina, tengo que estar un poco loca porque estoy muerta de miedo y no me doy la vuelta, por si necesito ayuda te iré mandando mi localización, si no tienes noticias mias en media hora ven a buscarme ¡¡por favor!!"

Super dramática, lo sé, pero... estoy siguiendo a un tio que parece un jeque... yo qué sé...

Nadie sabía mi verdadero plan, EL PLAN BERSHKA: Hacia mucho tiempo que no iba de compras y vi ahí tirado algún modelito que me podría ir bien y ya sabes, un poco de agua y pa' la saca, de todas formas si no era yo sería alguna otra.

SOY "La Última Mohicana", "La Princesa Mononoke", "Xena la princesa guerrera", todas estas personalidades se me vienen a la mente incluso tengo la tentación de gritar LIBERTAD y salir corriendo hacia los hongos y degollarlos pero seamos realistas Anayansi. Si gritas, te escuchan y si te escuchan vienen más, aunque pudieras degollar a 5 de estos de un plumazo no creo que puedas con todo un ejercito.

A todo esto, soy la única que no hace nada, me cubro tras Erik y Blanca que consiguen espacio como pueden contra nuestros enemigos.

Escuchamos a Kantor hablar a John y me entran ganas de gritar de nuevo pero otra vez me relajo antes de cometer ninguna estupidez.

-Chicos, debemos llegar hasta John y Kantor.- susurro a mis compañeros antes de iniciar mi plan.

Entonces empieza mi plan de seducción, no sé, estos hongos seguro que no han echado un polvo en mucho tiempo y lo mismo tienen alguna costumbre como la de muerte por kiki o la del pañuelo, espera, como tengan esta última, mal vamos.

Poco a poco y mientras avanzamos me despojo de mi ropa de manera sensual, no elegante porque no veo que a estos les guste este tipo de cosas, vamos que lo hago de tal manera para que los hongos desvíen sus miradas a nosotros y Erik y Blanca puedan atacar sin problemas.

Eso sí, me cubro tras mis compis que nunca se sabe.

- Buena idea... salid del taxi ahora que no vienen, corred las cortinillas de las ventanas para que no se den cuenta que ya no estáis dentro... y salid... a la playa por ejemplo... hay mucha gente. Yo haré giros bruscos, pisaré a fondo y trataré de ir hasta el Puerto Nuevo... No os preocupéis. Si me quedo a solas o veo que vuelven a venir haré visible que estoy solo. ¡Ya llamaré más tarde a Hache o me pasaré a por el dinero!

Rob y Ochi dudan un instante en abandonar el taxi y en dejar que el taxista sirva de cebo a los mafiosos pero Reno no les da opción

- ¡Vamos, vamos, ahora! 

Rob y Ochi salen y cruzan la carretera del paseo marítimo y rápidamente van a la playa. 

- Ochi, desabrochate la camisa y quédate en boxers... así con la ropa del trabajo das mucho el cante. Siento mucho haberte metido en esto. No imaginé que me encontrarían y atacarían de esa manera. Creo que he pasado de un objetivo a amenazar a uno a liquidar a la mínima ocasión. 

Rob se medio desnuda también. Caminan por la arena. Hay muchos turistas. Y aún así no paran de mirar a todos lados por si estuvieran acechándoles. 

Pasados diez minutos, según se acercan ya al Oceanografic que marca el principio de LaLengua, empiezan a tranquilizarse al verse a salvo.