Partida Rol por web

Erebus

Escena II: Una Odisea Ártica

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10/01/2013, 19:41
Ojo-de-Cuervo

El algonquino suspiró, entrecerró los ojos para ver mejor a los indígenas que huían a la carrera y pensó durante unos instantes. La propuesta de Goubert era sensata, pero no obstante era en ese momento cuando tenían la ventaja.

-Tienes razón -dijo con sencillez-. Ve atrás y alerta a nuestros compañeros: el lugar no es seguro. Tú sabes moverte, así que búscales un lugar para acampar.

Se aseguró el fusil a la espalda y destrabó uno de sus tomahawks. El arma de fuego era incómoda de llevar, pero la siempre fiable hacha se adaptaba a su mano como un guante. No le molestaría.

-Voy a adelantarme para reconocer el terreno -miró al cielo y echó un cálculo rápido de cuánta luz le quedaba-. No estaré fuera más de un par de horas.

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15/01/2013, 11:50
Director

Monsieur LeBrun y la Baronesa D’Uberville debatían con cruda serenidad sobre sus escasas probabilidades de supervivencia bajo la mirada de preocupación del marinero LeFranc. No parecía hombre que se asustase con poco, pero su extravío y el tiroteo con los indígenas eran sin duda muy malas noticias. Sólo unos metros más allá del último monolito, el doctor maldecía con desesperación impotente sobre un cadáver con el rostro destrozado, dando puñetazos en la nieve sucia de sangre y trozos de huesos.

El soldado Goubert apareció de nuevo, su mosquete al hombro y los dientes apretados.

-Ojo de Cuervo seguirá el rastro de esa gente –anunció desabrido-. Recojan el equipo y síganme. Buscaremos un lugar en que acampar.

No se alejaron demasiado, si bien de manera instintiva pusieron toda la distancia posible entre el extraño templo y ellos antes de montar el campamento. Construyeron sus parapetos de hielo jadeando en silencio, y lograron encender un minúsculo fuego poco antes de la caída del sol. LeFranc cocinó tasajo y judías, y se afanaron en vaciar las escudillas antes de que se enfriasen en el aire ártico. Poco después de salir las estrellas la baronesa preparaba té, y algún olor captó la atención de Harald. Como brotado de la nieve y la noche apareció Ojo de Cuervo caminando trabajosamente sobre sus raquetas.

-Son tres –explicó el Hurón mientras devoraba las judías-. No logré verles. Pero hay otros. Encontré sus huellas, más antiguas. De campamentos más antiguos... –fue a añadir algo más, pero sacudió la cabeza, como si no encontrase palabras-. Creo que hay un asentamiento cerca, pues había pisadas de nicaniss... niños.

Las guardias nocturnas transcurrieron sin sobresaltos, apenas iluminadas por las exiguas llamas y las opulentas estrellas. Nada salvo el viento glacial se dejaba oír en la noche polar.

Poco antes del amanecer, los ladridos del terranova despabilaron al doctor, amodorrado junto al fuego, e hicieron saltar a todos de sus mantas. Unos minutos después, una voz ronca les hablaba desde fuera del límite de visión utilizando una lengua desconocida. Todos los ojos se dirigieron hacia Ojo de Cuervo, que miraba la oscuridad con el ceño fruncido. Consciente de ello, se adelantó un paso y lanzó unas frases a la noche. La respuesta no tardó en llegar, y en el generalmente hierático rostro del piel roja se adivinó la sorpresa.

-Saludan a la gente alta –tradujo al fin el algonquino-. Piden permiso para recoger a su hermano muerto y preguntan si hemos venido a llevarnos al hombre alto de su poblado.
 

Notas de juego

Vamos a mover esto un poco. Si os incomoda que ponga palabras en boca de vuestros personajes... haberlas puesto vosotros antes XD

@Ojo de Cuervo: Una tirada de Astucia + Supervivencia dificultad 8.

Aunque sólo Ojo de Cuervo lo sabe con certeza, podéis imaginar que estos visitantes conocen el idioma Inuk (esquimal), si bien no como primera lengua.

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15/01/2013, 14:40
Ojo-de-Cuervo
- Tiradas (1)

Motivo: Ast+Superv

Dificultad: 8

Tirada (7 dados): 3, 5, 10, 6, 4, 2, 3

Éxitos: 1

Notas de juego

Me gusta no sacar pifias en idiomas... así que encantado de que pongas palabras en boca de mi PJ, máster, jejeje.

Tiro...

...y sin pifias mola.

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16/01/2013, 13:40
Director

Notas de juego

Siguiendo a los tipos un buen trecho (más del que te propusiste en principio) has descubierto rastros de más gente que ha pasado por allí en distintos momentos, incluyendo huellas de indígenas más pequeños -probablemente niños-. Pero has hallado restos de un campamento que son peculiares en una cosa.

Generalmente hay un fuego en medio, que deja nieve derretida y restos del combustible ennegrecidos. En este caso la nieve se derritió en un buen espacio, como si el fuego fuese grande, pero no había restos quemados de nada: ni grasa de foca (como antes), ni carbón, ni madera, ni estiércol, ni otra cosa. Es algo que se quema sin dejar residuos.

Como ves, el concepto es difícil de explicar, y Ojo de Cuervo no tiene muy claro cómo puede ocurrir algo así.

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16/01/2013, 20:08
Catalina d'Uberville

Saludan a la gente alta, y preguntan si nos vamos a llevar al hombre alto... ¿Un europeo, aquí? Imposible.  ¡IMPOSIBLE!

Catalina se mordió los labios, nerviosamente, y se inclinó hacia LeBrun.

- Joven, tenía usted razón -le susurró-. Creo que será buena idea intentar acompañar a esta gente a su poblado y ver quién es ese hombre alto del que hablan... 

Después alzó el tono de voz hasta uno normal.

- Señor Ojo de Cuervo, por favor. Pregúntele a esta gente más sobre el hombre alto.

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17/01/2013, 00:01
Director

Notas de juego

Damas y caballeros, llegamos a un punto delicado de la partida.

Tan sólo Ojo de Cuervo conoce el idioma Inuk, lo que podría resultar un problema para los demás. Si lo hacéis con orden y sentido común, asumiré que mientras esté presente el algonquino va traduciendo lo que se habla sin necesidad de que continuamente os dirijáis a él (aunque, de hecho, sí que lo harían).

Y no, Ojo de Cuervo no es gil***llas y no traducirá frases del tipo "tú agárrale las manos que yo le arreo en la boca".

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17/01/2013, 16:59
Ojo-de-Cuervo

-¿Otro hombre alto? -le preguntó el montaraz a quien habló el último-. ¿Hay otro?

Las preguntas se le agolpaban en la mente una detrás de otra.

-¿Se parece a mí? -se señaló, y luego señaló a LeBrun, vestido como un francés-. ¿A él? ¿O tal vez a ella? -añadió haciendo un ademán hacia lady d'Uberville. Seguramente pedir una descripción les llevara demasiado tiempo. Además, Ojo-de-Cuervo no estaba seguro de poder traducir con precisión más allá de simples frases. Debería bastar con jugar a "parecidos razonables".

Lo primero era saber si se trataba del marinero Danton. Después había que averiguar más sobre Wendigo.

Notas de juego

Y no, Ojo de Cuervo no es gil***llas

Espera que lo dudo...

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17/01/2013, 17:45
Ludovic Tessier

Nada más oír a Ojo-de-Cuervo, Ludovic caminó hacia adelante, olvidando su propia seguridad.

-Sí, llevaos a vuestro hermano -dijo, antes de girarse hacia el indígena del grupo-. Diles que pueden llevárselo, y que todo se trata de un terrible error. Solo queremos volver a casa, con ese... hombre alto -de nuevo, se giró hacia los recién llegados-. ¿Se encuentra bien? ¿Está herido?

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21/01/2013, 12:17
Jacques Goubert

Goubert escupió en el helado suelo. El soldado siempre escupía cuando estaba nervioso y tenso ¿De verdad pensaban sus compañeros acompañar a aquellos indígenas a su poblado?
“Muy bien- dijo al fin- ¿Así que queréis acabar vuestros míseros días atados a una piedra y sacrificados en honor a un puñetero diablo? ¡Por Dios! Hemos profanado el lugar sagrado de esta gente y matado a uno de ellos ¿Qué os hace pensar que se acercan a nosotros con amistosas intenciones? Si es verdad que tienen a un europeo entre ellos ¡Qué se las apañe él solo para salir de este infierno helado!”
Jacques respiró hondo y sintió como sus tensos músculos volvían a relajarse. Le convenía refrenar su ira…al menos por el momento.
“Ojo-de-Cuervo, pregúntale si no quién era el tipo que hemos desatado de ese altar y por qué le hicieron eso”.

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21/01/2013, 20:19
Ojo-de-Cuervo

Notas de juego

Ojo-de-Cuervo, experto en más de 6 millones de formas de comunicación, adopta un tinte metálico dorado en su piel... XD

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23/01/2013, 00:18
Director

De las profundas sombras polares se destacaron dos seres envueltos de pies a cabeza en pieles, si bien los susurros de la nieve pisoteada indicaban que más allá del resplandor de la hoguera debían aguardar varios más.

El que iba en cabeza, levemente más alto que su compañero, recorrió con la mirada el campamento unos momentos antes de señalar con un dedo a LeFranc, que se santiguó automáticamente, y lanzar una entrecortada respuesta a las preguntas de Ojo de Cuervo.

-Es como... como él. Regalamos a Trashthagherr, pero Thagkua eligió por sí mismo. Hombre alto hablaba un poco cuando partimos. Grandes heridas. Ahora, ¿quién sabe? Quizá vuestra magia es fuerte bastante –añadió, encogiéndose de hombros en inequívoco gesto de duda.

Aunque el primer hombre caminaba con cierta confianza, el segundo observaba receloso al vociferante Goubert, y parecía dispuesto a salir corriendo al primer mal gesto.
 

Notas de juego

Continuaremos sin la intervención de Le Brun para no demorarnos más. Esperemos que su ausencia no dure.

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24/01/2013, 20:48
Adrien Le Brun

¿Y qué más da? - dijo Le Brun, mirando con cierto desprecio a Goubert - Estamos muertos de igual modo.

Después su expresión se suavizó, y con un gesto de cabeza indicó al doctor que era hora de ponerse en camino. Un silbido fue la única señal que el terranova necesitó. Al fin y al cabo, ya era casi de día.

- Ojo de cuervo, por favor, diles que el perro y yo iremos con ellos, a buscar al otro hombre alto. Espero que el doctor quiera acompañarme. Los demás podéis venir... o volver al Erebus, lo que prefiráis. Mi señora... - dijo, tendiéndole la mano. Aunque la bajó de inmediato.

Le gustaba la compañía de aquella mujer, para qué negarlo. Aunque quizá aquella expedición no era lo más apetecible, y ella prefiriera volverse con LeFranc al barco.

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29/01/2013, 18:46
Ojo-de-Cuervo

"¿Qué son esas extrañas palabras que dicen?", se preguntó el algonquino. Sí, al parecer Danton vivía... o estaba razonablemente vivo, mientras hablaban. Pero todo el asunto le escamaba mucho.

-¿Trashthagherr? -repitió Ojo-de-Cuervo-. Desconocemos los nombres del norte. ¿Quién es Trashthagherr? -inquirió-. ¿Y Thagkua?

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29/01/2013, 19:20
Ludovic Tessier

Ludovic se sentía impotente. En aquel lugar, lejos de la civilización, lejos del barco que podía llevarlo de regreso a ella, en presencia de extraños ritos e idiomas incomprensibles, de vientos extraños que raptan hombres, el hombre de ciencia se sentía inútil, descolocado. Lo único que lo ataba a la realidad era su virtud, su profesión.

Pero solo la muerte lo rodeaba.

¿Por qué no dejaban la charla para ir a ayudar al "hombre alto"? ¡Tenía que ser útil! ¡Lo necesitaba!

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31/01/2013, 22:31
Catalina d'Uberville

- Vamos, señor LeBrun -con una sonrisa, Catalina cogió la mano del joven, aunque ya la hubiera bajado-. La aventura nos espera -trató de ser conciliadora y exponer su situación actual como algo fascinante y apetecible, aunque en verdad jamás se había visto mezclada en semejantes circunstancias.

¿Encontrarían al marinero? ¿Era posible?

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01/02/2013, 11:35
Director

-Trashthagherr es pariente de Thrubakk –dijo el hombrecillo señalando a su huidizo compañero-. Nuestro regalo para Thagkua, el Que Canta en la Tempestad. Él eligió al hombre alto, así que quizá Trashthagherr deba ser para vosotros... –reflexionó-. No sé. Venid, nuestro Lector del Cielo dirá lo que es correcto.

La noche que se disolvía permitió ver cinco figuras más en la penumbra helada, y el portavoz se volvió a ellos dirigiéndoles unas órdenes. Cuatro se marcharon inmediatamente hacia la meseta, prestos sin duda a recoger los cuerpos. Los tres que quedaban se aproximaron hasta sentarse junto al fuego mortecino, y allí permanecieron observando y hablando en su áspero idioma mientras los europeos levantaban el campamento.

Poco después de partir, los cuatro indígenas alcanzaron de nuevo al grupo. Atados a su cuerpo con tiras de cuero arrastraban dos grandes bultos envueltos en pieles.

El vigor con que caminaban aquellos hombres del ártico puso a prueba la resistencia de todos, a pesar de que se detenían con frecuencia para esperar a la gente del sur. Charlaban entre sí con cierta alegría, sin mostrarse intimidados por la tétrica carga que acarreaban ni, pasados los primeros momentos, por la presencia de los altos extranjeros. De hecho, les miraban continuamente con curiosidad, como intentando averiguar qué había bajo sus gruesos abrigos y para qué servían sus pertrechos. Sí se notaban amedrentados por el gigantesco terranova, al que señalaban con el dedo susurrando “amaruk”, y daban grandes muestras de sorpresa al verle tirar con energía del trineo.

Mientras se detenían unos minutos para tomar un bocado, LeFranc se acercó a uno de los nativos ofreciéndole pan negro, y tras unos minutos, ambos conversaban con gestos rudimentarios, y reían. Los colmillos del aborigen asomaban claramente en su sonrisa, restando algo de naturalidad a la escena.

-Por todos los diablos, LeFranc, ¿qué encuentras tan gracioso? –preguntó malhumorado Goubert.

-No lo sé muy bien, la verdad –respondió el marinero-. Pero este tipo pequeñajo me cae bien.

Con la caída de la tarde, el grupo ascendió una suave ladera, y al tibio sol del norte pudieron avistar el poblado de los indígenas. Serían unas treinta viviendas de porte ovalado, cubiertas de nieve y hielo, sin ventanas y con gruesas pieles a modo de puertas. En el centro, una de mayor amplitud parecía estar construída de roca, al menos parcialmente. Frente a ésta unos niños jugaban a lanzarse bolas de nieve bajo la atenta mirada de unas mujeres de largas trenzas, que reían, masticaban y escupían a sus pies en gran recipiente oscuro. Numerosos habitantes caminaban de un lado a otro llevando bolsas de piel, cuerdas de cuero trenzado y otros objetos. Al divisarles, el guía gritó una palabra a pleno pulmón, y muchos le saludaron. Niños y adultos corrieron hasta el grupo, sin ocultar su asombro ante la extraña Gente Alta y su amaruk. Les rodeaban, les señalaban y algunos alargaban unas manos osadas para tantear velozmente sus ropas y herramientas. Sólo una pareja de aspecto anciano se aproximó a los cadáveres envueltos, ignorando a todos los demás, y se tumbaron junto a ellos, abrazándoles largamente. El grupo siguió su camino y con él la muchedumbre, abandonando allí a los muertos y los ancianos.
 

Notas de juego

Como la vez anterior, continuamos sin la intervención de Goubert. Disculpad el retraso.

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05/02/2013, 12:51
Jacques Goubert

Goubert se sintió apabullado ante la presencia de los nativos. Rodeado y manoseado por los habitantes del poblado el soldado no pudo sino recordar las historias de sacrificios humanos llevadas a cabo por los iroqueses que circulaban entre el ejército francés: mutilaciones y canibalismo...solo algunos se libraban...pero solo si se les adoptaba como miembros de la aldea con el fin de sustituir a un pariente muerto ¿Tendrían estos salvajes costumbres parecidas? Jacques temblaba con tan solo pensar en ello.

“Esto no me gusta...no debimos venir...”, masculló.
 

Notas de juego

Pido disculpas por el retraso, estoy teniendo problemas para poder conectarme

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07/02/2013, 20:09
Ludovic Tessier

El camino para el doctor fue largo, con continuas miradas al cadaver arrastrado. Su habitual sarcasmo parecía enterrado bajo aquel paisaje de infinita blancura. Sentía que, de alguna manera, había fallado: otra vez, la muerte era más rápida, más inteligente, que uno de los jóvenes más dotados de Francia.

Cuando alcanzaron el poblado, el científico de su interior salió. Sus ojos se abrieron, exultantes, y no perdieron detalle: los niños corriendo, mujeres masticando, hombres cargando. Todos sus libros parecían carecer de valor ante tal espectáculo de vida en aquel desierto de nieve y hielo. Cuando los pequeños lo rodearon, tanteándolo, él se agachó con una sonrisa entre sus labios.

-Hola -dijo, agitando una mano. Sus palabras serían inútiles, pero quizás sus gestos sobrepasasen la barrera de la voz-. Hola -repitió, ladeando la cabeza mientras se tocaba el pecho-. Doctor, doooctoooor.

Ni siquiera el malhumorado Jacques podría aguarle la fiesta.

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07/02/2013, 21:27
Adrien Le Brun

Adrien suspiró aliviado al divisar la aldea. Dio un par de palmadas a Harald y lo liberó del trineo tan pronto como lo rodearon los niños. No les mordería, pero quizá no lo encontraran tan divertido si los llenaba de babas.

Incluso se permitió una fugaz sonrisa, que se esfumó cuando miró al cielo, y vio el titilar de las estrellas.

- Ojo de Cuervo - susurró a su compañero - por favor, ¿qué significa "amaruk"?

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07/02/2013, 22:34
Director

Una conmoción se produjo cuando el terranova fue liberado. Los niños se retiraron aterrados hacia las faldas de sus madres, y algunos hombres llegaron a empuñar sus cuchillos de hueso, prestos a defenderse. El perro permaneció alerta, tan intimidado e intranquilo como los indígenas, y aunque no gruñía ni mostraba los colmillos, tampoco se separó un palmo de los talones de su amo.

-Ojo de Cuervo -susurró LeBrun a su compañero-, por favor, ¿qué significa "amaruk"?

El rostro impasible del algonquino se giró para observar un instante al cánido antes de dar un escueta contestación.

-"Lobo".

El francés cayó entonces en la cuenta: no había otros perros en el poblado.

Notas de juego

Evidentemente, esto no es un turno nuevo, sino una fugaz interacción.