Partida Rol por web

Una vez se han sopesado sobre las alternativas y las posibles opciones, Khenta decide que la mejor opción sería coger el barco. 

Por esta razón, el grupo se dirige hacia el puerto. 

En Bevelle está situado en una parte central de Spira, y tiene dos puertos, uno que da al este y otro al oeste, y dado que Besaid se encuentra en el mapa más al este, decidís dirigios al que está en esta dirección.

[...]

A pesar de ser una de las ciudades más grandes de Spira, el puerto Este apenas tiene más de cuatro muelles, todos ocupados por diferentes naves de distintos tamaños. Hay varias personas trabajando, cargando cajas, revisando las velas o gritando ordenes e improperios unos a otros.

Conforme me acerco al puerto comienzo a buscar un barco que nos pueda llevar a Besaid, hay distintas opciones, aunque lo que me interesa ahora mismo es un barco rápido, no me gusta estar mucho tiempo en el mar....y mas con Shin por ahi....asi que cuando entramos en el puerto me acerco a algun grupo de marineros.

---Disculpad....- digo haciendo el saludo de Yevon- necesitamos un barco que nos lleve a Besaid ¿ podeis decirme si alguno de ellos que vaya hacia alli?

El primer marinero que ves, se trata de un chico de unos 20 años, 1,80 y está revisando el contenido de diferentes cajas. 

- ¿Besaid? - Pregunta mientras termina de mirar un par de cajas.

Tras lo cual, se gira para miraros y se queda un momento en silencio. Observa como Khenta le hace la señal de Yevon, pero sigue quedándose un momento quieto.

- ¿Besaid? - Vuelve a repetir mientras te responde con la señal de Yevon. - Pues... - El hombre se detiene y te fijas que empieza a mirar claramente tus orejas y el rabo. - El único barco que se dirige a Besaid es aquel. - Y os señala un pequeño barco en comparación con el resto de barcos que hay en el puerto. 

Y sin decir nada más, vuelve a sus deberes.

---Gracias...- digo mientras el hombre vuelve a sus quedaceres, hago una señal al grupo y me dirijo hacia el barco  que nos ha señalado  y busco al que parezca el capitan o el que tenga el poder en ese barco

Me tapo al máximo posible, me gusta la brisa del mar, pero cuando es de noche, almenos la luz de la Luna no me castiga como lo hace el Sol.

Voy apartándome de la multitud, sin perder al grupo, sobretodo a Khenta.

Cuando Khenta va hacia el barco que le dicen me lo quedo mirando, pensando hacia mi adentro: ¿Le podría dar más velocidad?

Para calcularlo debería conocer su peso, así que usando comunicación mental le digo a Khenta que pregunte al capitán de la nave su peso total (contando la carga).

-"Khenta, ¿podrías preguntar al capitán cuantas tonas pesa esta nave contando la carga?

Aprovecho para poner de innata comunicación mental.

La brisa del mar y el ambiente ajetreado del puerto me recuerdan a la aldea en la que nací... lo que me recuerda que Sinh podría estar en cuaquier parte del mar, esperando al primer barco que pase cerca para aplastarlo. Espero que el viaje sea corto y pueda olvidarme de esa sensación de peligro inminente que inspira el mar mientras Sinh está activo. 

La mirada que los marineros le han dedicado a Khenta es muy diferente a la que esperaría de cualquiera que habla con un invocador, lo cual me recuerda que Khenta, aunque se haya ganado la confianza de sus guardianes, es una rareza que puede no ser bien aceptada por todo el mundo. Espero que en las ciudades y los templos se valore más su esfuerzo que su raza.

Una vez estuvo todo decidido seguí al invocador hacia los muelles, acomodándome bien la capucha note que no era el único que buscaba pasar desapercibido, la chica de negro que casi no hablaba salvo mentalmente también se iba apartando del grupo.

Me acerqué a ella y me puse a su lado.

-Y tu por que no hablas?- le pregunté justo cuándo nos detuvimos para preguntarle al marinero sobre algún barco que fuera a Besaid.

La mirada fue la esperada, al menos por mi, por lo que me quedé expectante para luego seguir a Khenta.

"Al final se decidio ir en barco, sera un viaje mas rapido, con algun que otro peligro, pero con un pequeño problema añadido: odio el agua" pienso para mi, mientras recorro el puente para conocer el lugar.

Cuando termino de ver lo que sera mi casa durante la travesia, me acerco al invocador a modo de escolta mientras este se dirige a hablar con el capitan.

Te das cuenta como los marineros de los barcos que vais pasando, os miran con caras de pocos amigos... E incluso parece que susurran entre ellos y, por lo que os da la impresión, no son cosas agradables. 

El grupo llega al puerto y se ve cómo los duros marineros trabajan sin descanso en los muelles ajenos a la festividad de la ciudad. No es que no les interese, simplemente, tienen demasiadas cosas que hacer como para prestar atención a la presentación de los Invocadores. Es casi imposible que no sepan quienes son cuando es lo único de lo que se habla. 

Urumi llega a dudar de ésto último ante la total indiferencia con la que habla uno de ellos a Khenta. Esperaba admiración, o incluso desprecio, pero no indiferencia. Admiró el horizonte azul, tan hermoso y a la vez hogar del ser que atrae tantos males... Pese a todo estaba entusiasmada con comenzar a zarpar. Cuando el tiempo acompañaba, los viajes en barco resultaban muy estimulantes. Y además, una ocasión perfecta para que todos se conocieran mejor, ya que tendrían que compartir el poco espacio que ofrecía el pequeño barco que les indicaron.

-Supongo que aún hay mucha tensión entre nosotros. Es normal, nos acabamos de conocer. Pero os aseguro que el viaje en barco que vamos a hacer será una oportunidad genial para estrechar lazos. Estoy deseando zarpar y sentir la brisa marina, ver volar a los pájaros y disfrutar de la travesía. ¿No os parece?- 

Tras ello siguió a Khenta, a ver como se relacionaba esta vez con el capitán. 

Tras un pequeño paseo por el muelle, al final llegáis al muelle que os habían indicado. 

Aquí está atracado un pequeño barco de madera y dos extrañas velas en los laterales. 

Gracias a una pasarela, dos hombres están cargando barriles que hacen rodar sobre la pasarela, siguiendo las indicaciones de un tercero, un joven de pelo blanco con un gorro negro.

- ¡Tener cuidado! - Grita. - ¡Estás son las últimas!

Tiene un pequeño rectángulo de madera donde sujeta un papel y, gracias a un lápiz, va tachando algunas cosas. Y mientras hace un recuento a su listado, os escucha llegar... al ver a un grupo tan numeroso, desvía un momento sus ojos de sus deberes y os mira.

- ¿Sí? ¿Puedo ayudarles?

Desde hace un par de años, este barco es famoso en Bevelle, aunque no es tanto el barco sino su capitán, ya que el Capitán Helios es alguien del que se habla entre algunos círculos sociales.

Se dice de él que es un capitán temerario, que se jacta de decir que su nave es más rápido que Shin, siendo capaz de evadirle sin problemas. Por esta razón, es el encargado de llevar suministros a todas las pequeñas aldeas que están cerca de la costa. Lleva sobre todo alimentos básicos y medicinas, ya que el resto de alimentos lo llevan otros navíos más grandes y lentos o se transporta por tierra.

A parte, no es muy querido entre los templos, ya que, aunque no cobra a los invocadores y sus guardianes, tampoco les deja el pasaje gratuito. Normalmente, les hacen colaborar en la nave de alguna manera ya que, debido a su temeridad, suele estar falto de tripulación.

Me sorprende lo directo que ha sido Dynamo, nos acabamos de conocer, y me hace una pregunta tan personal cómo esta. Me sonrojo y usando la comunicación mental le respondo:

-"Vaya, has sido muy directo, incluso arriesgado, haciéndome una pregunta tan personal. O quizás lo personal no es la pregunta, sino la respuesta. Digamos que me siento más cómoda comunicándome así, cuando tengamos más confianza quizás alguna día te lo cuente... Por cierto, tu llegaste el último, ¿verdad? Yo soy Lilith, y cómo puedes imaginar Khenta me ha elegido para ser una de sus guardianes, al igual que tú."

La actitud de la tripulación me pone nerviosa, del modo que nos miran y actúan hacia nosotros, pero quién soy yo para juzgar, incluso con la fama que tienen. Lo que hace a las personas no es lo que se dice de ellas sino lo que ellas mismas hacen.

---Buenas tardes,soy el invocador Khenta- digo con educación mientras hago el saludo- y buscamos un navio que nos lleve a la isla de Besaid y nos han dicho que es este, asi que nos gustaria hablar con el capitan para que nos acoja en su navio y partir cuanto antes...

Hago tirada de ocultismo para saber si la velocidad de la nave es por un poder, tanto sea mágico, psíquico o de ki. Tiro por ciencia para saber si la nave tiene alguna tecnología que la haga ir más rápido.

Sí que sabes que con matrices o con magia se podría incrementar la velocidad del barco, ya sea conjurando el viento para que diera más fuerte en las velas, o con telekinesis. 

¿Qué este barco use algo de esto? No lo sabes. 

- ¿Invocador? - Pregunta mirando a Khenta. - ¡Ah! ¡Tu eres el mestizo! No dejan de hablar de ti en los templos... Parece que no ha hecho demasiada gracia que te conviertas en Invocador... Aunque algunos tienen esperanza en que mueras antes de conseguir tu primero Eon o que este no te acepte... Pero bueno, son cosas que se dicen por ahí... ¿Qué para qué habíais venido? ¡Ah! ¿Para que el capitán os acoja? Supongo que no habrá problema, pero se lo tendréis que preguntar a él...

El chico se gira hacia el barco.

- ¡¡PAPAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! - Grita el muchacho. - ¡HAY ALGUIEN QUE QUIERE VERTEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!

Ante los gritos del pequeño, del barco sale un hombre de unos cuarenta y tantos años, con el mismo pelo blanco que el muchacho, gafas y un cigarro en la boca. Su piel está curtida por el sol y algunas cicatrices le cruzan la piel. 

- ¿QUÉ? - Pregunta en un grito el capitán mientras le lanza una manzana al chico, la cual le da de lleno en la cabeza. - ¡TE HE DICHO MIL VECES QUE NO ME LLAMES ASÍ!