-Yo también voto por el camino largo- dijo tas sopesar ambas posibilidades. Pensó en qué más podria necesitar para el viaje pero no se le ocurrio nada. –Si, creo que solo necesitaré eso, unas pociones y algunas raciones de viaje.
Si la interesada no tiene prisa, no voy a ser yo el que la tenga. Por el largo entonces.
Cinco pociones sanadoras por cabeza, ¿os parece? Eso, unido a mi poder, debería ser suficiente para evitar debilitarnos en el camino. Además, pociones y pergaminos de armadura de mago, quizá alguno de fuerza de toro también vendría bien. Comida para el viaje y... ¿tenéis petate? Tendremos que dormir al aire libre.
Creo que debería bastar
Odyr estaba deseoso de ponerse en marcha ya. Toda aquellas aventuras le hacían sentir vivo, un cambio radical a sus años de estudio y entrenamiento en el monasterio.
-La armadura más pesada que puedan proporcionarme.-Digo sin dudar.-Poco puedo hacer con mis capacidades curativas si tengo que estar curandome a mi mismo continuamente, además me vendrá bien para el combate. Tambien voto por el camino largo.
El director Brakdon tomó nota de las peticiones de los alumnos y de la instructora. Dio una orden a varias personas empleadas de la escuela, y en seguida trajeron todo lo que necesitabais.
Cuando estéis listos, decídmelo y os acompañaré hasta la salida.
Apuntaos 5 pociones de CHL cada uno.
Apuntaos un pergamino de Fuerza de toro y otro de Armadura de mago. (Uno de cada por cabeza)
Apuntaos también 1 poción de CH moderadas. (Una por cabeza)
Dos raciones de viaje para cada uno.
Quien no lo tenga, un petate.
Una armadura completa para Arthas, lo que hará que vaya sumamente lento y os retresará a todos, y el camino se volverá aún maaaaaaaaaaas largo.
Bedric observa los pergaminos cuando se los entregan, y mira con cara de extrañeza a Aerith. Se sonroja levemente al preguntar, pero se da cuenta de que la alternativa es malgastar los preciados objetos.
-¿Cómo se usan?
Odyr se acercó a Bedric después de agradecer los objetos entregados.
Se despliegan así, y después lees el contenido. Este en concreto hará que tus músculos trabajen en el límite de sus posibilidades y este otro te otorgará protección contra los golpes.
Yo por mi parte estoy listo para salir, cuando los demás queráis.
Seguro que te irá bien con ellos, no te preocupes dije acariciando el brazo de mi joven alumno, aunque ya no se podía considerar que fueran mis alumnos.
Creo que es el momento.
Gala miró todo lo que traían y aunque las raciones siempre le parecían muy escasas se puso muy contenta por la generosidad que había tenido el Director con ellos.
-¡Muchas gracias!- dijo alegremente -Yo estoy lista- Dijo una vez hubo guardado todo.
Me coloco mi nueva armadura y hago un par de movimientos para aclimatarme a ella. Parece que es algo menos cómoda que la que tenía, pero también me protegerá más.
-Maravillosa.-Digo finalmente.-Muchísimas gracias.
El Sr.Brakdon asintión ante la petición de los alumnos de partir ya. Así que, avanzó por los pasillos de la escuela hasta llegar a las afueras. En el jardín les indicó la salida, aquel lugar ya lo conocían perfectamente, pero aún así les condujo hasta él.
Recordad que la guarida del futuro guardián de Gala está al norte. Yendo Arthas con esa armadura tan pesada, si vais por el camino largo tardaréis por lo menos tres días. Mucha suerte, le dijo tendiéndole la mano a Aerith. Recuerda que solo eres su guía, ya no actuarás como su instructora, y serán ellos los que tengan que empezar a aprender a tomar el mando y a aceptar las decisiones.
Buena suerte, a todos, especialmente a Gala. Espero contar contigo entre los Filos del Alba. ¡Adelante!
Arthas, modifica tu ficha si no lo has hecho ya. Y apuntaos los objetos que os han dado.
Bien, si ya estamos... en marcha.
Apuntado queda.
Lo se contesté a Brakdon, tendiéndole la mano y asintiendo con la cabeza Les indicaré el camino y esperaré que ellos tomen las decisiones, no se preocupe Estuve a punto de decirle "Se cómo funciona esto, cascarrabias", pero me contuve.
Chicos, vamos, que tenemos un gran camino antes de que caiga la noche.
Apuntado
-Adelante.-Digo sonriendo.-Ya solo me falta el caballo.-Pienso avanzando con mi armadura hacia el exterior de la sala.-La pena es que no me lo puedo permitir... en fin.
Finalmente, me pongo en marcha detrás de la instructora para no quedarme atrás.
Modificada está
El nómada agradece a Odyr su ayuda y después guarda los pergaminos y pociones con cuidado. Observa la armadura de Arthas impresionado, aunque se da cuenta de que una coraza tan voluminosa sería muy mala idea para él; la armadura de cuero que lleva ya se le hace algo molesta y asfixiante en ocasiones.
Sin más palabras, espera a que el resto se preparen y se pone en camino. A pesar de las palabras del Sr. Brakdon, sigue considerando a Aerith su instructora, así que camina detrás de ella, dejando que ella decida por dónde deben dirigirse.
- Gracias Sr. Brakdon -dijo tras escuchar las breves indicaciones y los deseos de buena suerte del director -intentaré hacerlo lo mejor que pueda.
Después volviendose hacia los demás dijo -¡En marcha!
Tan y como os había indicado vuestra antigua instructora, y ahora guía, había dos caminos a tener en cuenta. Habíais elegido el camino más largo, que no se adentraba en el bosque y por lo tanto era más seguro. El problema es que Arthas se había colocado una armadura tan pesada, que si no queríais dejarle atrás tendríais que bajar un poco el ritmo.
Aquello supondría pasar tres días con sus tres noches antes de llegar a la Tumba del Guardián. Aerith sabía quién sería el futuro guardián de Gala, pero no le desvelaría aquel misterio hasta que no se encontrasen con él.
El día era espléndido, totalmente soleado y sin una sola nube, así que aquello no impediría que avanzaran por el camino seguro. Iban hablando entre ellos y conociéndose un poco mejor. Gala era la nueva miembro del grupo, y apenas sabían nada sobre ella, pero no impediría a ninguno que la ayudase a completar su misión. De hecho aquello se había convertido en una grupal.
Aerith iba indicándoles el camino, cuando había alguna bifurcación les iba diciendo qué camino tomar, y las primeras horas pasaron sin ningún incidente, pero en cuanto el sol se puso y empezaban a estar algo cansados por lo largo que estaba resultando el día, una criatura se interpuso en su camino.
Tirada oculta
Motivo: Azar.
Tirada: 1d100
Resultado: 5
Tirada oculta
Motivo: Encuentro
Tirada: 1d100
Dificultad: 85+
Resultado: 77 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: tiempo
Tirada: 1d100
Resultado: 38
Tirada oculta
Motivo: Encuentro
Tirada: 1d100
Dificultad: 85+
Resultado: 51 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Tiempo
Tirada: 1d100
Resultado: 39
Tirada oculta
Motivo: Encuentro
Tirada: 1d100
Dificultad: 85+
Resultado: 89 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: malos
Tirada: 1d100
Resultado: 18
¡Volvemos a la carga, chicos! ¡Ya he vuelto de mi semiout, por lo que recupero el ritmo de la partida!
Este bruto y gigantesco humanoide parece medir casi tres metros de altura. Tiene una piel gruesa cubierta por oscuros bultos verrugosos, viste pieles malolientes y su cabello es largo, grasiento y desaseado.
Aerith rápidamente os informa de que estais frente a un ogro. Gracias a los conocimientos aprendidos en la Escuela del Horizonte, sabéis que se trata de una criatura grande, fea y codiciosa que vive del saqueo y la rapila. Lo que hace más que probable que os quiera pedir algún tipo de diezmo por pasar por aquel camino.
Podríais enfrentaros a él, y probar vuestras habilidades como un nuevo grupo, o simplemente limitaros a pagar lo que os pide. Aerith no os da ninguna orden, tal y como había dicho al director, se limita a esperar a que seais vosotros cuatro quienes tomen una decisión.
También sabéis de él que suele asociarse con trolles y ogros hechiceros, suelen ser muy vagos y tienen muy mal genio. Suelen resolver sus problemas aplastándolos, y cuando se topan con algo que no pueden aplastar, lo ignoran o salen corriendo.
Viven en pequeño grupos tribales, por lo que es probable que no esté solo, o al menos sus compañeros no estén muy lejos. Aunque a veces son mercenarios contratados por algún enemigo mucho mayor, pero la única ciudad importante que había por allí cerca era Talant, y aunque tenía muchas posesiones, tan solo era una pequeña ciudad costera ajena a lo que solía suceder en el resto del continente.
¡Alto! Os grita en un mal pronunciado común. ¡Prohibido pasar! ¡Dar oro, joyas, pociones o valor! ¡No pasar si no llevar tesoro! ¡Aplastar humanos no dineros! ¡Aplastar si ellos pasar!
El impulso natural del nómada es mirar a su instructora en busca de órdenes. Enseguida se da cuenta, sin embargo, de que esta no va a solucionarles el problema, si no que deben tomar una decisión consensuada. Mira por el rabillo del ojo a sus compañeros, sin decir ninguna palabra, aunque apoyando la mano en su cimitarra y acariciando la empuñadura, mostrando que él se inclina por no pagar el injusto diezmo.
Aunque los instintos de combate de Bedric siguen sin ser muy fuertes, empieza a acostumbrarse a la adrenalina de la lucha, y no cree que sea buena idea perder sus posesiones justo antes de empezar la verdadera misión.