Partida Rol por web

Levantó sus pies para no quedar atrapada y al levantar la vista vio a aquella misteriosa mujer. Apenas le dio tiempo a reaccionar de pronto todo su cuerpo perdió fuerza y vio todo negro.

Aerith no logró ni cortarle el pelo con su kama, mientras que Arthas sí que era más hábil pero su piel parecía más férrea de lo que daba la sensación, porque no logró hacerle ni un solo corte, aunque el frío que emitía su arma sí que pareció dañarla.

Aún a riesgo de recibir otro golpe por parte de aquellos dos individuos, la criatura arbórea se movió para evitar que la siguieran flanqueando. De pronto una serie de polvos salieron de sus manos que se extendieron hacia vosotros. Debía de ser muy tarde, porque os estaban entrando unas ganas de dormir que no eran normales.

Moví la cabeza cuando los polvos entraron en contacto con mis ojos y reprimí un suspiro. Estaba claro que esos polvos habían dormido a Gala, y ahora lo intentaba con ellos.

¿Quién eres y qué quieres? pregunté, mientras me acercaba a ella e intentaba golpearla de nuevo.

Arthas también cayó dormido. Ya solo quedaba Aerith en pie. Solo quiero que os marchéis de mi bosque. ¡Largaos! ¡Buscad refugio en otra parte! Gritó aquella criatura que parecía comprender el idioma de Aerith, y que a pesar de la lluvia y los truenos, no permitía que estuvieran allí.

Después, su mirada silvestre contempló una columna de humo que salía no lejos de allí. Aerith la observó, seguramente el resto de sus compañeros había prendido una fogata.

Para cuando se quiso dar cuenta, la criatura le estaba volviendo a lanzar los mismos polvos a la cara. Estaba empeñada en hacerla dormir.

Bedric también está incómodo al ver que el resto siguen sin llegar. Desde el principio estuvo disconforme con el plan de separarse, pero le cuesta oponerse a las instrucciones de Aerith, a pesar de que les han dicho que deben tomar sus propias decisiones.

Por un rato da vueltas por los alrededores, afinando el oído por si oye alguna llamada de auxilio.

-¿Buscamos a ellos? -El nómada mira a Odyr esperando su opinión. Dejar el fuego sin supervisión no es una gran idea, pero con lo que les ha costado que prenda tampoco es muy probable que acabe descontrolándose, y sus compañeros podrían necesitar ayuda.

Había sido extraño, pero se había hecho de día. El cielo ya estaba despejado y la luz del sol les había despertado a los aventureros. Por allí no había rastro de ningún edificio en ruinas donde creían haberse instalado, tampoco había rastro del fuego que habían creado, y lo más curioso de todo es que tampoco se encontraban en el bosque en el que se habían metido.

Alguien o algo les había dormido y después les había sacado de allí y los había enviado fuera, estaban empapados y helados. Ahora tenían el cuerpo dolorido, se sentían fatigados y sobre todo muy cansados.

Ahora estaban de nuevo en el camino que habían abandonado tras el temporal. Desde luego que no habían sido bienvenidos en ese bosque, así que la decisión de rodearlo había sido la correcta, aunque aquello le estuviese llevando más tiempo.

Al poneros en pie, os disteis cuenta de algo que era más preocupante aún. Vuestra mochila ya no pesaba tanto como antes, os habían quitado parte de vuestras pertenencias.

Me levanté y parecía que con resaca por el dolor de cabeza. Me senté, intranquila, recordando todo lo que había sucedido. Mi dios parecía haberme abandonado hacia esa criatura de la naturaleza. ¿No podía haberse limitado a avisar de que allí estorbábamos? No, tenía que llegar y dormirnos y...

La mano se me fue directamtne al pecho, donde mi cruz plateada iba colgada. Pero ya no estaba.

¡No! grité, asustada, frustrada y cada vez más enfadada. Miré en mi mochila, y mi juego de ganzúas también había desaparecid.

¡NO VA A QUEDAR ASÍ! ¡SI ES NECESARIO, VOY A QUEMAR TU BOSQUE HASTA QUE ME DEVUELVAS LO QUE ME HAS ROBADO! grité, histérica, pero muy convencida. Mis ojos ardían del mal carácter. Sin mi símbolo, mi conexión con mi dios era inútil. Así que buscaría venganza por mi cuenta.

Sin esperar a ninguno, me interné de nuevo en el bosque, comprobando que la ballesta estaba cargada.

Abrió los ojos, tenía un increíble dolor de cabeza y la sensación de no haber descansado nada.  No recordaba cómo había llegado allí pero sí los ojos de la extraña mujer y la sensación que tuvo cuando repentinamente cayó en el abismo del sueño.

Empezó a pensar que quizás sus compañeros la habían traído allí cuando se dio cuenta de que parecían tan confusos como ella.

- ¿Qué pasó? Creo que aquella mujer me hipnotizó... ¿Estáis bien?.

Aerith fue la primera en decir algo, la habían robado. Gala miró rápidamente en su mochila, cuerda y antorchas habían desaparecido, así como su pedernal y acero, si no podían hacer fuego estarían en grave peligro.

-¡Espera! -gritó a Aerith antes de que se internase en el bosque de nuevo -Hay que elaborar un plan, eso que habita allí parece peligroso.

¡FUEGO! ¡HACED FUEGO O CORTAR ÁRBOLES! ¡YA VERÉIS COMO VUELVE A SALIR ESA MALDITA BRUJA!

Sin su símbolo sagrado, para mí estaba claro, era una señal. Obad-Hai quería que matase a esa condenada ladrona, pero sus ojos no querían verlo.
 

Despierto con un dolor de cabeza como jamás en la vida he llegado a considerar posible que pudiera tener. El frio inunda mi cuerpo hasta los huesos y apenas si soy capaz de evitar temblar como la manteca derretida cuando vuelvo en mi. No se qué ha pasado, pero necesitamos calor.

Al ver a mis compañeras echar mano de las mochilas, busco la mía. Mi honda, balas, vial vacío y pociones no estan. 

-Mierda.-Susurro.-Mis pociones no estan.-Aclaro en alto.-Creo que deberíamos buscar algún modo de evitar sus ataques antes de lanzarnos.

Odyr se despertó con la sensación de no haber dormido. Estaba sentado al lado de la hoguera, decidiendo con Bedric si iban a buscar a los demás o permanecían esperándoles más tiempo.

Y de repente se encontraba dormido, pero sin la sensación de haberlo hecho, y con la instructora lanzando gritos de promesas de muerte.

Poco a poco se incorporó.

¿Puede alguien decirme qué ha pasado? ¿Quién es esa bruja?

De un salto, el nómada se pone en guardia en cuanto se despierta. Por un momento mira a su alrededor sin entender lo que ha pasado, hasta que oye al resto hablar del robo y la bruja. Revisa sus pertenencias, comprobando con alivio que lo más importante está intacto. Sin embargo, ni el pedernal ni las antorchas están en su sitio, así hacer otra hoguera va a ser más complicado.

-¿Bruja?- Pregunta, tan perdido en la conversación como Odyr.

Aerith no tardó en encontrar su símbolo sagrado. Es lo único que estaba por allí, parecía que al haber sido arrastrada su colgante había quedado enganchado en una rama del bosque. No tardó nada en encontrarlo, pero el resto de pertenencias habían sido robadas. La duda era si por aquella mujer a la que habían llamado bruja o por algún maleante que pasaba por allí y al verles dormidos había decidido saquearles. No estaba tan claro que la verdadera culpable fuera la mujer.

Además, Gala necesitaba cuanto antes cumplir su misión para la que había sido encomendada. Ya bastantes días tardarían en llegar hasta allí...

Volví junto a mis alumnos, resoplando indignada y colgandome de nuevo mi amuleto. Sentí que mi dios volvía a poner la mirada en mi, y yo me quedaba sin venganza.

Una mujer del bosque se nos presentó anoche y nos empezó a rociar con polvos para dormir. Justo antes de caer, me dijo que quería que nos fueramos de su bosque. Maldita zorra asquerosa... apreté con fuerza el puño, bastante enfadada En vez de venir y pedirlo con tranquilidad, nos decidió atacar y robar. Sin mi amuleto, perdí la conexión con mi Dios, así que vi claro que quería una venganza. Pero ahora no puedo. No puedo quemar un bosque del Dios de la Naturaleza.

Recoged, debemos continuar.

Lo cierto era que, el amuleto de Aerith era lo más importante de lo que se encontraba entre sus pertenencias. Gala pensó que lo mejor sería no retrasarse y continuar ya que lo más probable era que el resto de sus compañeros si contasen con pedernal y acero, deseo no tener que separarse del grupo en una noche fría.

-Sí, será mejor que nos pongamos en marcha de nuevo -dijo mientras recogía sus cosas y se ponía en marcha de nuevo.

Bedric asiente con la cabeza. Ahora que ha entendido más o menos lo que ha pasado, no cree que el valor de lo que les han robado compense retrasar la misión. Recoge sus pertenencias y se pone en camino de nuevo en primera línea, ahora incluso algo más ligero.

Odyr escuchó perplejo la explicación de la instructora.

¿Y si les habían dormido?, ¿por qué se encontraba tan cansado? 

Aún así calló y recogiendo sus pertenencias y asegurándose de apagar el fuego se dispuso a emprender el camino.

Nada más poner los pies en el camino que os llevaban hacia la misión de Gala, otra criatura hizo su aparición. Parecía que no tenían intención de dejaros tranquilos.

Esta vez era un solo enemigo, pero tenía un extraño aspecto, era una mezcla entre una anciana y un murciélago. Su cuerpo era viejo y decrépito y su rostro parecía provenir del mismísimo averno. El resto de su cuerpo, piernas, y alas era de aspecto reptiliano. Su pelo estaba enredado y sucio, lleno de sangre.

Sus ojos negros como el carbón reflejan con claridad su alma malvada, así como lo hacen las terribles garras de sus dedos nudosos. No lleva ropa y lleva en una de sus manos un hueso grande y pesado.