Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[ICEHOTEL] - Hobby Room

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25/03/2009, 19:39
Nadra Oluwatobi

Nadra escuchó con atención los murmullos de Andrea, aquella invitación a la cordialidad -al menos entre ellos-, aquel deseo animoso de estar bien, de que todo mejoraría y el exhorto del rubio a dejarlo ver sus lágrimas, era como estar en otro lugar muy lejano a el ICEHOTEL, era como estar perdida en un buen lugar y no tener que preocuparse de nada. Pronto el efecto de sus palabras pasó, se sentía confusa, temerosa, la cabeza iba a explotarle pero uno sólo se derrumba cuando tiene a alguien que le tienda la mano, alguien en quien hundir el rostro para llorar, Nadra sabía que no podía hundirse en aquel momento.

Asintió para que Andrea sostuviera a Roan en sus brazos y lo siguió en silencio, observando sus espaldas y de un lado y del otro los pies y la cabecita de su hijo, acunada entre unos brazos masculinos; se sintió culpable de haberlo alejado de su padre, de haberle arrancado la posibilidad de vivir una vida normal como la de cualquier niño, con el cariño paternal que cualquiera desearía. Más los cabellos rubios la devolvieron a la realidad, ni Andrea estaba siendo paternal, ni Roan era un niño normal y ella seguía sintiendo un nudo en la garganta.

Andrea depositó a Roan en los brazos de Nadra y ella pudo al fin sentir tibieza en aquel lugar, una especie de calor que hacía mucho no sentía pero pensó que se estaba volviendo loca mirándose en aquellos ojos verdes, quizás se había ido ya a dormir y estaba soñando. Sólo el peso de su hijo le hacía recordar que en realidad estaba parada en el umbral de la puerta, frente a aquel hombre que sentía conocer de toda la vida. Y de pronto aquel beso, tibio, suave, apenas duró el tiempo suficiente para despertarla del todo sin poderlo creer.

-Buenas noches...-musitó.

Y lo miró alejarse mientras una lágrima caía por su mejilla y miles de preguntas se agolpaban en su mente y no todas tenían que ver con Andrea. Cerró la puerta tras de sí, intentando olvidarlo todo, obligándose a elegir dormir antes que pensar, realmente estaba cansada, así que depositó a Roan en la cama y luego se tiró en ella con todo y ropa, cerró los ojos e intentó dormir.

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01/08/2009, 19:55
Andrea Scerri

Abro la puerta de la habitación, pero no soy el primero en pasar, sino que la sostengo caballerosamente para que sea Nadra quien penetre primero en la estancia. Cuando ella ya está dentro, la sigo, y busco con la mirada al único que allí se encuentra. El frío va cesando, restos de nieve aún son visibles en los oscuros pantalones de aquel mono con el que iba vestido.

Hola alzo la mano para saludar al músico, seguro que él es de los que no se conforma con lo que aquí hay, ¿Taylor Hawkins verdad? hice memoria, intentando mostrarme por lo menos cortés, sabía que era rockero, pero no había oído en mi vida un disco suyo me preguntaba si sabes alguna forma de tener acceso a nuestro dinero, necesito comprar algo de ropa más adecuada, y algún pequeño capricho que me recuerde que esto va a convertirse en mi hogar durante un tiempo que es difícil determinar rodeo la habitación mientras observó con curiosidad la mesa de billar y acercarme

¿Te apetece un café Nadra? pregunto olvidándome de la mesa y repitiendo con la mirada la misma pregunta a Taylor.

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01/08/2009, 19:57
Nadra Oluwatobi

Entré delante de él, con la sensación de haber dejado algo inconcluso pero a veces las cosas no dependen de uno solo, sino de los demás. Así que me resigné a asentir, ya había tomado una decisión y cuando levanté la mirada, allí estaba Taylor, recordaba haber tenido un mal episodio con él, quizás sólo desagradable pero todo el mundo merecía una segunda oportunidad, hasta él.

-Buenas tardes...-saludé mirándolo fijamente e intentando ser amable.

Me sacudí la nieve que todavía traía encima, principalmente la que tenía pegada en la parte trasera. Esperaba que Roan apareciese de pronto y quisiera venir con nosotros pero conociendo a mi hijo, no le vería la cara hasta que tuviera algo muy interesante que decirme.

-Gracias, no... Ya bastantes cosas me quitan el sueño.

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01/08/2009, 21:23
[Lex Czigany]

Justo en ese instante Czigany cruzaba el umbral de la puerta, y lo hacía portando una taza de té caliente entre sus manos enguantadas. Vestía de andar por casa, con unos vaqueros desgastados, sudadera y unas botas corrientes, habiéndose recogido la extensa melena en un moño imperfecto del que caían mechones desordenados. Nada de monos ni pijamas alienígenas; ya iba estando hasta los dulces ovarios de aquello.

Alzó las cejas y sonrió un poco al encontrarse con los presentes, encogiéndose ligeramente de hombros, dirigiendo sus pasos hacia una de las mesas para tomar asiento sobre las pieles.

- Hola... ¿Cómo estáis? - el saludo general había resultado algo tímido, pero aún así la joven parecía más templada y descansada que hacía unas horas, mostrando una sonrisa complaciente y cansada, ya habitual en ella. Se acomodó, posó la taza sobre la mesa que quedaba frente a ella y miró al resto, en particular a Scerri - Pues... Yo por lo menos no he sacado dinero, Andrea. Supongo que podrás encontrar algún cajero en la zona - dio un sorbo sordo al té, dirigiéndose ahora a Nadra - De todas formas... Nadra, tú y yo podemos tener la misma talla. Si necesitas algo en especial puedes pedírmelo - Ni rastro de aquella tensión que se palpó en la última misión. Desde su entrada en la sala, daba la impresión de que Alexa iba dándole vueltas a algo en su cabeza, y seguía algo abstraída aún en conversación.

Pero tras aquella trivialidad, centró su atención en Hawkins. Y su mirada cobraba cierto interés e incluso un tinte preocupado al preguntar...

- ¿Cómo esta tu niña, tío? ¿Esta mejor?

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02/08/2009, 16:37
Taylor Hawkins

Taylor acababa de colar la puta bola ocho en la tronera media después haber seguido los pasos teóricos escrupulosamente: trató de imitar a Tom Cruise en "El color del dinero" golpeando la blanca con el taco, pero mirando al tendido. No salió..., y el fallo acabó pagándolo el tapete (con un rayón importante) y el propio taco (depositado sin demasiado tacto sobre la mesa).

Así, con la cabeza puesta en otros asuntos, Nadra, Adrea y Lex encuentran a Hawkins echando un ojo a la colección de DVDs, con una botella de Absolut sobre una de las mesas y el technopijama abierto hasta el ombligo. Giró la cabeza, apretó los labios y saludó levantando el mentón.

-Lior bloqueó las cuentas.- dijo volviéndose a los DVDs -buscando alguna película porno entre ellos- después de poner cara de asco arrugando el entrecejo y negar con la cabeza al ofrecimiento de Andrea.- Lo comprobé: salvo una limosna de unos cientos de pavos para cada uno...estamos secos.

No andaba Ty con muchas ganas de socializar. Tenía ganas de beber, de rascarse el culo, de tirarse tranquilo un par de pedos y de ver "Colegio de estudiantes, por detrás y por delante" con la botella en una mano y el rabo en la otra. Relajarse. Regresar a la civilización. Desfragmentar el disco duro para volver junto a Victoria fresco y con las ideas más claras.

Pero no. En el Ice Hotel no había cine cárnico..., y tampoco un momento de intimidad. Sin embargo, a nadie le amarga un dulce: ver de nuevo a Lex era, a pesar de TODO,...delicioso. Y Nadra..., bueno, ésa - opina Taylor - tiene tantas curvas como mala leche: nuevamente, el racismo velado de Hawkins se confirmaba con ella..., pues entre los negros sólo había encontrado raperos gilipollas flipados de las armas, boxeadores medio tarados con veinte pleitos y una condena por maltrato, y dealers de mercancía cortada hasta niveles letales. Sólo había algo peor que un hombre negro: una mujer negra.

-Mejor.- dijo volviéndose a Lexy. Se rascó la barba, incómodo, sin sostener la mirada.-Pero empeora cuando me acerco.- correcto. Eso era lo que pasaba. Taylor Hawkins es un individuo desestabilizador, tanto para lo que ama como para lo que odia.-Está con María.

Y ahí dió por finiquitada la conversación en torno a Vic. Hablar sobre ella sólo serviría para enmarañar la madeja, y él había recurrido al Hobby Room justo para lo contrario. Una sonrisa hipócrita. Fin de la historia: Taylor camina a la mesa y agarra la botella de vodka. Un trago largo, sin pestañear.

-En Cartagena se me ocurrieron varias formas de conseguir pasta, pero todas se fueron a la mierda sin siquiera haberlas intentado.

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02/08/2009, 22:57
Andrea Scerri

El reproche de Nadra en sus palabras es evidente, aunque puede que no consciente, me dio media vuelta para preparar en la pequeña e improvisada cocina un café bien caliente para mí, no voy a volver a darle vueltas a lo mismo. Mientras trajinaba la dulce voz de Alexandra hizo que me girara hacia el lugar de donde provenía, recreándome sólo el tiempo justo en su cuerpo, para devolverle la mirada, asintiendo a sus palabras sin apartarme de ella.

Tenía asuntos pendientes, una breve pregunta que hacerle, pero la presencia del americano me coartaba, aunque al parecer, no se llevaban mal. No me gustaría tener como padre a Hawkins, creo que estaría bastante abajo en la lista de mis preferencias, borracho y carcomido, la primera conclusión es bastante obvia, la segunda, creo que también. Dejo que la cafetera haga su trabajo y me senté cerca de la húngara, volviendo a mirarla fijamente, estaba ligeramente distinta a aquel cercano día en el hotel, menos, menos luminosa diría yo, pero sin embargo parecía más cercana.

Taylor interrumpió mis pensamientos, ¿cuentas bloqueadas?, joder, perfecto, si por lo menos tuviera acceso a esos cientos dejaría de ir vestido como si esto fuera una prisión. El simple hecho de colocarte una ropa elegida por ti ayuda más de lo que nunca hubiera imaginado. En momentos como este odiaba mi memoria, mi capacidad para analizar lo que sucedía alrededor a pesar de querer evitarlo de buena gana, pero maldita sea, la hija de perra de mi cabeza no me dejaba en paz. Sonreí amistosamente a Alexandra, levantando el dedo índice indicando que esperara un segundo, luego me encogí de hombros mirando a Nadra, y me puse en pie para buscar al músico.

Victoria, aquella pequeña que esta mañana estaba en el baño, algo me habían contado sobre ella, Veo que el billar no es lo tuyo ¿eh? amigable, pedí la botella de vodka, y di un buen trago de ella, pero en lugar de devolvérsela, cae de mis manos, estrellándose contra el suelo, esparciendo su contenido sobre el hielo ¿este tipo es de los que iba a negarse a que las cosas fueran como hasta ahora?, ¿uno de los que no iba a permitir que nos mandaran al culo del mundo a ser sacrificados? Lo siento, tengo las manos torpes, debe ser por el frío había hecho una promesa, un resquicio legal para tirar adelante, con todas sus consecuencias. tal vez sería mejor que me dejaras compensarte con un poco de café señalo la bebida que está hirviendo y me cuentas un poco sobre tus ideas para ganar dinero digo con calma.

Sin darle mayor importancia al suceso, esperando aún la respuesta de Taylor, me vuelvo una vez más hacia Alexandra, con una media sonrisa, Se te ve mucho mejor afirmé con la pregunta de Nadra regresando a mi mente.

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02/08/2009, 23:38
Nadra Oluwatobi

Nadie mejor que yo sabía que la vida cambiaba en un instante y era tan frágil que a veces no nos dabamos cuenta del peligro en que la poníamos y otras tantas, nos dabamos cuentas pero nos importaba una mierda. No, no teníamos plata; ni los que la tenían antes de llegar ahí tenían, al menos en eso eran democráticos en el Icehotel. Vi la escena como fuera de ella, me senté de hecho en una esquina, quizás sentía menos frío mental allí y me dispuse a escucharlos, de alguna manera ellos ya eran "viejos" conocidos. El vodka en el piso me hizo recordar muchos otros momentos en el bar, muchos clientes que se creían que por pagar unos tragos, podían tratarme como a una cosa, sonreí. Taylor parecía no temer, parecía que nada le importaba y sin embargo, reconocía en su mirada que su hija le importaba pero quizás no lo suficiente para mantenerse sobrio y limpio de drogas. Era muy hombre, pero no tenía los huevos para comportarse como tal y tratar de cuidar de su hija en lugar de hacer lo que estaba haciendo; hice una mueca y miré a otro lado, ya conocía ese tipo de conversaciones, las había visto muchas veces.

Luego miré a la chica, era sencillamente perfecta, hermosa, parecía una de esas modelos de revistas. Demasiado perfecta pero lamentablemente, en la misma situación que nosotros y supuse por las señas de Andrea, que tenían casi el mismo tiempo allí. Intenté sonreír, cosa que conseguí por muy breve tiempo pues ya me parecía a mí que allí sólo tres personas valían la pena y ninguna estaba en ese salón. Me levanté de pronto porque nuevamente el encierro me estaba molestando, me sentí como los chicos en el colegio, cuando fingen alguna enfermedad para terminar en casa, aunque en este caso lo bueno sería terminar en el consultorio de Sebastian. Recargué mis manos sobre el respaldo de la silla y observé la mesa de billar con atención, simplemente por enfocarme en otra cosa.

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03/08/2009, 00:26
[Lex Czigany]

Alexandra se limitó a asentir. Había captado el mensaje del neoyorkino; tampoco ella iba a inquirir más en el asunto. Mencionar a Lior la había desanimado y la había obligado a imitar el trago que dió Hawkins al vodka, solo que ella echó mano del té. Suspiró un poco achantada... Las Navidades se acercaban y parecía no haber nada agradable sobre lo que hablar (por no hablar, válgame la redundancia, de que no había dinero).

El estallido de la botella al hacer contacto contra el suelo la alarmó. La muchacha pegó un brinco desde su asiento, quedándose ligeramente encogida de hombros mientras miraba al maltés estupefacta, dudando si aquello había sido realmente un accidente. Tragó saliva, y observó la escena de los hombres sin meterse por medio. No es que viera oportuna la actitud de Taylor con el alcohol, pero se hacía una idea de la angustia y la desesperación que el cantante debía de sentir sobre sus hombros con Victoria metida en todo aquello... No creía que Hawkins fuese una mala persona. En absoluto.

Cita:

Se te ve mucho mejor

Bajó la mirada sonriendo de forma tímida, aún algo descolocada después del gesto con el vodka...

- Ya... Gracias - asintió al maltés, de nuevo alzando la vista para mirarle a la cara - Perdona si fui borde contigo antes. De veras. No llevaba un buen día... - tragó saliva. Tenía un buen montón de razones por las que disculparse en aquel dichoso hotel. Quizás por ello mostraba cierta inseguridad al hablar. Sonrió de pasada a Oluwatobi cuando se encontró con los ojos negros de ésta. Le resultaba una mujer hermosa e irremediablemente exótica, con buen porte, aunque eso no quitaba que ésta pareciera distante y, por qué no, borde a ojos de la joven húngara. No la culpaba: Era el procedimiento habitual en el hotel... Y Lex se lo tomó con filosofía, porque los nervios no podían estar más destrozados. Por lo menos que la hora del té sirviera para despejarse un poco... Ya llegaría la tensión. Siempre llegaba.

Se fijó en la mirada que la senegalesa echaba a la mesa de billar. Taylor se había quedado sin vodka por culpa de Andrea...

- ¿Queréis echar una partida al billar? - preguntó de repente, haciendo amago de levantarse esperando la reacción de sus compañeros. La idea no la llamaba demasiado, pero el cuerpo le pedía algo cotidiano, algo insultantemente corriente. Jugar al billar no podía hacerle daño a nadie, y serviría para alimentar el buen ánimo entre ellos. Al menos un respiro... - Somos pares. Yo no juego desde hace meses... Pero me defiendo.

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03/08/2009, 17:05
Taylor Hawkins

A Taylor se le entreabrió la boca cuando la botella acabó hecha pedazos en el suelo.
En realidad no suponía una gran pérdida, primero porque podía conseguir más...y segundo -y mucho más importante-bebía sin ganas, de pura inercia: aquellos muros helados ya se encargaban de corregir su insomnio, aliviar la narcodependencia, anular el delirium tremens y dejarlo sin visiones. Quizá como lugar de vaciones dejaba bastante que desear, pero como balneario depurativo el Ice Hotel no tenía precio.

Lo que de verdad le jodía es que todo el mundo, incluso ese desconocido, se empeñase en velar por su salud. ¿Se le escapo entre los dedos?. Y una mierda.

-¿Eres el jodido Doctor Kellog?. ¡Mierda, tío!, ¿por qué coño has hecho eso?. Además, ya te dije que no quiero ese puto café de calcetín: un sólo sorbo y estaré dos semanas meando por el culo.

El tipo parecía ir a comisión con Café de Colombia y Hawkins imagina a Juan Valdés poniéndole al metrosexual de los cojones una recortada en los huevos invitándole a abrir nuevos mercados en la fría europa. Tanta fijación debía explicarse de algún modo.

-Hagamos algo, Brad Pitt.- dice arrimando el pié a los cristales, jugueteando con ellos.- Conozco a Mohammad Alí y a Michael J. Fox. No te fíes de sus apariencias, en realidad el viejo Clay es un cabronazo de cuidado,...y Mikey se parece al puto Marty McFly como la Pepsi a la Coca-Cola. Total...que si te portas bien y le traes al tío Hawkins otra botella, te regalo un par de consejos para retrasar los efectos del Parkinson. Le vendrá bien al temblor de tus manos. ¿Qué me dices?.

Taylor culmina la propuesta con un palmetón sobre el que adivina prieto trasero de Andrea. En efecto, lo está.

- Y no tardes, que se te enfría el café.- el californiano se va animando. Después de todo no puede negar su nateraleza de animal social.

Dá media vuelta, consciente de que Nadra (la pigmentación de su piel era una inconveniencia, un insulto a esas curvas) se ha acercado a la mesa de billar y de que Lex propone una partida. Que las chicas quieran jugar con palos y bolas debería ser una excelente noticia, sin embargo a Hawkins no le place la idea. Él prefiere algo que -en su opinión- es mucho más sugerente e interesante.

-Hay dos maneras de jugar a esto: una es ir despelotándose según se pierde..., y otra es que la peor mano contesta tres preguntas...- dice en voz alta mientras examina uno de los muebles. De él extrae lo que parece ser una pequeña cajita.-...una por cada uno de los que le superan la jugada. No hay límites para las preguntas y se responde la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

Taylor camina hacia una de las mesas y sobre ella suelta una baraja.

-Juguemos al Póker,...si no os asusta.

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03/08/2009, 23:07
Andrea Scerri

Había algo tremendamente seductor en la timidez de una mujer tan guapa como Alexandra, normalmente, las chicas hermosas eran conscientes de su belleza, y no dudaban en sacar beneficio de ella, la húngara, en cambio, parecía avergonzarse de ella.

Arrugué la nariz con una sonrisa, negando a la vez con la cabeza, Ni le des importancia no la tenía, en ningún momento me había sentido ofendido, ni siquiera cuando me abofeteó, más bien me sentí satisfecho de que reaccionara, Todos tenemos días complicados el tono de mi voz era amable, el acento italiano se hacía más evidente mientras más hablaba, reforzado por la gran variedad de procedencias en el hotel.

Dispuesto a aceptar el ofrecimiento de Alexandra estaba, cuando sentí de repente la mano del rockero en mi culo, precedida de una chulería barata y una exigencia propia de alguien a quien le han hecho mucho la pelota durante toda su vida. Me giré hacia él, una buena hostia no hubiera estado fuera de lugar, en absoluto. Pero pegarle a un crío de seis o siete años nunca fue de mi gusto. Lo miré sin perder la sonrisa, si algo había aprendido era a mantener las formas, la provocación era algo habitual en algunos garitos del sur.

Sigo con la mirada el movimiento de Nadra, destilaba una sensualidad que me inquietaba, y por un momento, mientras la proposición de Taylor iba exponiéndose, fue imposible imaginar a Alexandra y Nadra tal y como estaban ahora. Pero sólo duró hasta el momento en el que las cartas cayeron sobre la mesa. Hipnotizado, las miré, ligeramente esparcidas al haberse abierto al chocar, ellas eran las únicas que conseguían tranquilizarme de verdad.

Me acerqué, y las cogí casi con ternura, terminándolas de sacar y manejándolas con habilidad con una sola mano, Mejor el billar levanto los ojos, ahora de un verde brillante, es posible que tu conozcas a Ali o Fox, pero yo conozco a Carlos Mortensen, y créeme que no le caigo demasiado bien mordí mi labio inferior, recordando aquella partida en el Saratoga, quizás tenía que haberle hecho caso a Tom y ser más ambicioso a no ser, que quieras contestar a muchas preguntas

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04/08/2009, 01:41
[Lex Czigany]

Czigany respiró más tranquila con la respuesta del maltés. Le parecía una persona un poco extraña, algo misterioso de más, pero había demostrado ser un buen tipo. No pudo frenar una risilla divertida cuando al californiano se le ocurrió la feliz idea de palmear el trasero prieto de Scerri. El descaro natural que rebosaba Hawkins simpatizaba con el buen humor de la húngara, la cual empezaba a habituarse a las escenas cortantes protagonizadas por el batería. Sin conservantes ni colorantes. Incluso le hizo gracia la dramática sonrisa de póker con la que respondió el maltés...

...Pero sólo un loco aceptaría semejante oferta.

- ¡Hey! No es justo - No era tonta. Aceptar esa partida de Póker era renunciar a su pudor o a su intimidad. O a las dos cosas - Yo no tengo ni idea de cómo se juega al Póker, y no quiero aprender a base de palos... - abandonó su asiento, dirigiendo sus pasos a la mesa de billar. Se hizo con un palo, clavándolo sobre la nieve y descansando una mano sobre su cintura, en jarra. Miró a los presentes - Para esto sólo hace falta un poco de pulso. Eso y saber diferenciar las rayadas de las lisas... Además: es completamente imposible hacer trampas - una sonrisa natural, sin malicia, hacia a los hombres. No iba a jugársela con dos profesionales - Si queréis jugar a las confesiones podemos moldear la partida a nuevas reglas... - alzó las cejas, dando por sentado que su indumentaria se iba a quedar como estaba, dedicándoles una mirada desafiante, sazonada con cierta diversión. Al fin y al cabo era una cría.

- ¿Y bien? ¿Os asustan las bolitas de colores? Nadra... ¿Te animas a darles una lección a estos caballeros? - sonrió amistosa a la senegalesa, encogiéndose de un hombro.

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04/08/2009, 01:22
Taylor Hawkins

A Taylor le ponían enfermo esos aires de misterioso seductor de anuncio de Martini. Aquel tipo, con su empalagosa sonrisa, su pinta de portada del "Vanity Fair" y sus encantadores modales, le hacía sentirse pequeño ante las chicas...y eso era algo que, bajo ningún concepto, podía permitir.

-¿Carlos...qué?- preguntó con cara de haber lamido la suela de un zapato.-¿Quién es ese?.¿Tu estilista?.

Y el duelo de machos en el OK Corral estaba servido. Así es cómo se hace: combatiendo fuego con fuego, chulería con bravuconada, y los cojones en lo alto de la mesa. Para eso había dos señoritas observando...

...y en este pueblo, vaquero, sólo hay sitio para uno de los dos.

-De todos modos, por tu forma de mirar las cartas, yo diría que acabas de perder la primera mano...y de contestar la primera de mis preguntas.

Taylor, patético como él sólo, se asegura de que las chicas están mirando cuando se acerca a Andrea. Con índice y pulgar se retira las babillas blanquecinas cuajadas en la comisura de los labios y mira a su adversario de abajo a arriba. Al llegar a la altura de sus ojos, echa la cabeza hacia un lado tratando de hacer crujir sus cervicales. Tratando, porque ahí no cruje nada.

-El póker es cuestión de suerte, amigo. Suerte..., a no ser que sepas contar cartas, y para eso hay que ser medio retrasado, como el jodido Dustin Hoffman en "Rain Man".

La cara de Hawkins casi pega ahora con la Andrea.

-Charlie Baaaaabitt!... Charlie Baaaaabbitt!- farfulla con la cabeza ladeada en una mala imitación de Raymond, el hombre de la lluvia. Al segundo, su expresión se normaliza. Chasquea la lengua.

-Puede que seas tonto, pero no tienes la pinta: tú no sabes contar cartas.- dos golpecitos en la mesa con los nudillos. Una mirada de reojo a Lex y Nadra.- De todas formas, nuestra húngara favorita ya ha decidido...así que, de momento, sois dos contra uno.

Taylor se volvío, como había hecho Lex, hacia Nadra.

-¿Qué dices tú, mami?. ¿Le quitamos a este tío la careta o me lo dejas como asunto pendiente?

Notas de juego

editado...(post simultáneo con Lexy)

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04/08/2009, 05:59
Nadra Oluwatobi

Enarqué una ceja, los acontecimientos eran por demás risibles; casi hubiera sonreía cuando vi a Taylor llamar Brad Pitt a Andrea y ni hablar de cuando le tocó el culo pero me contuve, sin moverme de mi lugar, con la cara seria sin llegar a tener el gesto adusto que solía tener por pura convicción. Me habría gustado conocer a todos aquellos en otras circunstancias, aunque dudaba mucho que personas como esas pudieran reunirse en un solo lugar, es más dudaba que de poder hacerlo, yo pudiera estar allí. Caminé alrededor de la mesa cuando el músico se dirigió a mí de esa maldita manera, era un jodido macho tipico, de esos que creen que las mujeres son menos que ellos o quizás era de los que creía que yo era menos que él. Clavé mis ojos negros en los suyos, sonreí mostrando una hilera de agobiantes dientes blancos y me encogí de hombros.

-Según hayamos ganado o perdido, podrás llamarme mami, Hawkings...

Era claramente una aceptación y un no me das miedo o al menos intento no tenerlo, hay cosas aquí que me hielan la sangre aún más. Aparté mi vista de la de Taylor y miré a Andrea, asentí brevemente con la sonrisa esfumándose de mi rostro con rapidez y luego miré a la joven y le sonreí abierta y amablemente, después de todo: no me gustaba juzgar a la gente sin conocerla. Todo el mundo merecía una oportunidad, menos Taylor que no terminaba de gustarme por su jodida actitud.

-Veamos de qué cuero salen más correas, estoy lista...

Di un paso atrás alejándome de Taylor para buscar un taco que me sirviera. Pretendía mantener el mono uniforme en su lugar por mucho, mucho tiempo.

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04/08/2009, 19:43
Antti Koivusaari

Con poco y nada interesante que hacer tras haber visitado el baño, la atención de Michael como la de Madison, quien había buscado por todas partes a Nadra, era captada por el jaleo que parecía sucederse en el Hobby Room. Se distinguían las voces de Lex, Taylor, Andrea y una más desconocida a Fauchon: La de la africana...

- ...es posible que tu conozcas a Ali o Fox, pero yo conozco a Carlos Mortensen, y créeme que no le caigo demasiado bien -comentaba Andrea mientras el francés y la canadiense se veían venir cada uno de una punta del pasillo- a no ser, que quieras contestar a muchas preguntas. El póker es cuestión de suerte, amigo. Suerte..., a no ser que sepas contar cartas, y para eso hay que ser medio retrasado, como el jodido Dustin Hoffman en "Rain Man".

- ¿Carlos...qué? -preguntó Taylor con exagerada extrañeza- ¿Quién es ese? ¿Tu estilista? De todos modos, por tu forma de mirar las cartas, yo diría que acabas de perder la primera mano...y de contestar la primera de mis preguntas. Puede que seas tonto, pero no tienes la pinta: tú no sabes contar cartas. De todas formas, nuestra húngara favorita ya ha decidido...así que, de momento, sois dos contra uno.

- ¡Hey! No es justo -Lex ahora, con una voz algo más liberada, menos tensa de lo habitual- Yo no tengo ni idea de cómo se juega al Póker, y no quiero aprender a base de palos... Para esto sólo hace falta un poco de pulso. Eso y saber diferenciar las rayadas de las lisas... Además: es completamente imposible hacer trampas. Si queréis jugar a las confesiones podemos moldear la partida a nuevas reglas... -una breve pausa- ¿Y bien? ¿Os asustan las bolitas de colores? Nadra... ¿Te animas a darles una lección a estos caballeros?

- ¿Qué dices tú, mami? -de nuevo Taylor- ¿Le quitamos a este tío la careta o me lo dejas como asunto pendiente?

- Según hayamos ganado o perdido, podrás llamarme mami, Hawkings... -Una voz hermosa y profunda la de Nadra Oluwatobi- Veamos de qué cuero salen más correas, estoy lista...

Finalmente, ambos quedaban a la altura de la puerta. Parecía que todo marchaba más relajadamente de lo normal en el Icehotel esa mañana, como si los nervios de todos hubiesen alcanzado un punto en que se saturaban y, finalmente, lo tomaban todo con calma. Muy poco después de llegar ellos, Antti salía del almacén con una taza tamaño monstruo en la que humeaba café recién hecho. Tenía el pelo mojado y un aire entre melancólico y alegre, con el que, levantando el mentón, saludó a ambos antes de entrar en el Hobby Room.

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04/08/2009, 20:02
Antti Koivusaari

Y cuando -al menos las chicas- ya habían decidido que el billar sería la opción más adecuada, en la puerta coincidieron Michael, Madison, e inmediatamente después Antti Koivusaari. Madison parecía radiante*, Michael** acababa de pasar por el baño y seguido su complicado ritual para adecentarse. Nadra vestía el conocido por Taylor como "technopijama" y éste también, con la salvedad de que la cremallera había sido bajada hasta el ombligo. Lex llevaba un cómodo modelito, casual, y Antti por su parte vestía unos boxer negros ajustados, las botas de nieve mal abrochadas y una camiseta de tirantes algo holgada. El pelo suelto, habiendo decidido que otro momento sería mejor para afeitarse. Sujetaba una taza de café inmensa cuando se acercó hasta detrás de Alexandra, todavía ojeroso, y pegado a ella la rodeó con una mano libre, atrayéndola contra sí mientras daba un trago a esa necesaria cafeína. Luego besó, desde detrás, el pelo de la húngara, para finalmente torcer el gesto, mirando a nadie en concreto, y preguntar:

- ¿...Quién cojones es Carlos Mortensen...? -como si la sustancia que acababa de meter en su organismo hubiese despertado a las primeras neuronas, alzó las cejas y miró a Alexa, asintiendo- Rompedles el culo, chicas -animó.

Notas de juego

* y ** que se describan si quieren :D

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04/08/2009, 21:53
[Madison Greens]

Madison Greens no sabe ya cuantas vueltas ha dado buscando a Nadra, sin que por ello merme su buen humor. Esforzándose por no correr, prescripciones médicas, pero a ritmo rápido la va buscando, abriendo y cerrando puertas con mucha mas energía de la que acostumbra. Se había cambiado de ropa tras una ducha rápida y en soledad, otro signo de que el día podía ser realmente bueno, pese a que todos se empeñan en darle noticias malas. Ya pensará en ellas…

Con vaqueros y un jersey de colorines, pues hoy no tiene ganas de camisetas de colores aburridos como negro o algo así, y sonrisa resplandeciente, sonríe a Michael cuando lo ve, saludándolo desde lejos con la mano, que bien, uno de sus conocidos más allegados a llegado bien de la misión, acelera el paso, ya que la ocasión lo requiere, no sólo él, sino que a través de la pared helada le llega la voz de la mujer que está buscando, relajada. Esto es estupendo. Ha olvidado por completo una pequeña venda que lleva en la frente, tapando lo que parece un chichón.

¡Hola Michael! me alegro mucho de verte. Otra sonrisa risueña en la puerta y mirada hacia el interior del hobby room con creciente curiosidad, sin ningún mal presagio rondando en la cabecita.¿Entras conmigo? Yo no puedo resistirme, aquí hay actividad, de la agradable, ¡Hay que aprovecharla!

Aquí están, casi al completo, aquellos con los que en más sintonía me encuentro. La mirada se desliza a Antti… no sabía yo que era novio de Lex… guapetón como los modelos, ¿Qué les pasa hoy a los hombres de este hotel? ¿Por qué he sido tan tonta de no fijarme antes en estos pequeños detalles que hacen la vida aquí mucho más llevadera? Ay, Madi… así te ha ido hasta ahora…

¡Hola a todos! Me adentro con tono jovial y tan contenta en la habitación, sonriendo efusiva y ampliamente a Lex y Nadra, y, a los hombres presentes, una pequeña novedad, sin ningún recelo en los ojos, pese a que no haya estado cómoda del todo con algunos... pero venga, han sido pocas veces... Y he tenido parte de culpa alguna que otra. Así que borrón y cuenta nueva.

¿Qué tal? Unos pasos bastante firmes al acercarme buscando la compañía femenina, fundamentalmente, siempre más cálida, eso no creo que haya cambiado demasiado, muerdo el labio inferior, dudando, sólo un segundo, más o menos sé lo que están haciendo…. Y parece divertido. Genial. ¿Hay…. ¿Puedo unirme?

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04/08/2009, 23:59
Michael Fauchon (Loki)

Paseando con un tanto de calma, quiza indolencia, Michael encuentra por los pasillos a Madison, sin duda atraido por las voces, ataviado algo mas informal que otras veces, con pantalones de vestir negros y una camisa negra, posiblemente de seda por el brillo y sin duda recien salido de sus cuidados diarios

Miro por unos instantes a Madison, antes de esbozar una agradable sonrisa y responderle

hola!, es una alegria verte por aqui, ¿todo bien? pregunto, mientras estiendo un brazo invintandola a entrar, como respuesta a su pregunta, apoyando por un instante la mano en su brazo en un gesto casual, dejandola que entre antes, y entrando saludando de nuevo con una sonrisa y mirando a la mesa de billar
vaya, esto sera interesante

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05/08/2009, 00:32
Andrea Scerri

Paso por el alto el primer comentario de Taylor acerca de Carlos, pero cuando nombra lo de las cartas, no disimulo, ¿para qué?, hay cosas que son evidentes hasta para un capullo borracho, joder, estoy perdiendo práctica, por suerte sus siguientes comentarios son mucho más asumibles, los había oído bastantes veces, lo mejor es que los perdedores seguían pensado eso, esperaban ese golpe afortunado que les hiciera cambiar el rumbo. A veces lo conseguían, pero sucedía que se creían entonces buenos, y el dinero volvía a las manos del mejor jugador de la mesa.

Sonrío sinceramente divertido por la imitación del rockero, aunque asqueado por los recuerdos que me trae el olor de su aliento Entre todo lo que has dicho, tienes razón en una cosa, no sé contar las cartas, siempre se me escapa algo pequeños detalles a priori, miradas a mis ojos cerrados por un sentimiento que una vez fue hermoso. Cuando usa ese apodo claramente despectivo hacia Nadra, se borra la amigable expresión de mi rostro, y busco a la chica, que parece haberlo encajado con entereza. Dudaba si hacer de caballero andante, pues nunca se me dio bien, tal vez ella se enfadara conmigo, así que opte por guardar silencio.

Fui a buscar el café que había terminado de hacerse, esquivando los trozos de cristal que aún salpicaban el suelo helado, y antes de que pudiera agarrar un taco para continuar con esta necesaria e intranscendente conversación, un nuevo jugador entra en escena. Uno que aparte de tener que reconsiderar su forma de vestir, pues no resulta alentador verlo como si estuviera por el dormitorio de su casa. Y añadiendo al vestuario la frase rompedles el culo. Bien. Pero todo eso queda relegado a un segundo plano cuando besa el cuello de Alexandra. Parpadeo un par de veces, como si quisiera negar la realidad, ¿qué podía esperarse de una mujer así?, aprieto con rabia los dientes, escondidos tras el rictus aún sereno que dibuja mis labios. Cuando le dije a Nadra que la confianza estaba sobrevalorada nunca pensé que fuera tan evidente. Doy un sorbo de la caliente bebida, largo, terminando casi la mitad de la misma, y dejando el resto sobre una de las mesas. Me pareció sincera.

Y alzo la mirada hacia la nueva voz que saluda, enarcando las cejas al reconocer a Madison, sorprendido por segunda vez en un instante, ¿Pero qué cojones me pasa en este hotel? Si entre todos los que conozco aquí, alguien me hubiera dicho que apostara por quien iba a llegar alegrando el ambiente y llamando la atención, nunca en mi vida hubiera nombrado a la chica. ¡Pero si el otro día hubiera jurado que lo único que deseaba era desaparecer para no sentirse observada! Pidiendo perdón por existir, así la vi, con claridad meridiana, y ahora, los colorines de su jersey me estallaban en la cara, confundiéndome un poco más.

Miro a Taylor antes de tomar unos de los tacos, sólo falta que se ponga en plan amable, entonces juro que salgo corriendo, niego con la cabeza, y me acerco a Madison, tendiéndole el taco, se me han quitado todas las putas ganas de jugar, pero, parece tan contenta, desde luego que mejor que verla como anoche, Y a ti… ¿qué te ha pasado? pregunto sin muchos miramientos, aunque arrepintiéndome al instante, ya sabes, en la cabeza nunca mejor dicho ¿te encuentras bien? llevo la mano a mi nuca, sonriendo, imaginando en conjunto la escena, intercambio una mirada con Nadra, buscando serenarme, me siento como un jugador novato.

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05/08/2009, 03:54
Nadra Oluwatobi

Señalé a Taylor con la mirada y luego nuevamente volví a sonreír y a mirar a Andrea acercándome a él sin esperar a que la joven le respondiera.

Vaya, al final parecía que no sería un dual meet sino una torneo en toda la extensión de la palabra, observé a cada uno de los recién llegados luego de la cara de sorpresa de Andrea, parecía que allí había más de una historia, lo cual no era de extrañarse. Bajé la mirada por unos instantes para cruzarla de nuevo con la del italiano hasta moverla para posarla sobre la sonrisa de Madison, realmente parecía otra persona. Me recordaba un poco a mí cuando era feliz, cuando Laniece y Roan e incluso el imbécil de su padre, estaban conmigo. Me sentí renovada al verla sonreír, aunque parecía otra. En realidad todos parecíamos otros, yo apagada y con aquel maldito mono, casi casi, deseaba perder, así podía ponerme otra cosa, culpa de Madison que yo quisiera un poco más de color. Le sonreí y la saludé levantando una mano y retirándome un poco.

-Buenos días, espero que vengas dispuesta a ganar-dije sin borrar la sonrisa de la cara.-No quiero que éste me llame mami por el resto de mi... De su vida.

-Creo que les falta un jugador, campeón-me alejé y fui a por otro taco y se lo tendí al rubio.-No estarás pensando en abandonar, no queremos que Don Música, te llame Brad Pitt de ahora en adelante...

Ahora miré a Michael, no recordaba si habíamos sido presentados así que le saludé educadamente en el mejor inglés que tenía.

-Soy Nadra, hola...-luego miré al tipo que abrazaba a Lex y le guiñé un ojo a ella.-Bien, nos estamos tardando, no sé por qué sospecho que no tenemos todo el día.

Cerré los ojos unos instantes, no quería leer entre líneas o escuchar susurros de las cosas que estaban aconteciendo allí. Lo cierto es que evitaba chocar mi mirada con la de Taylor, algo en él me ponía demasiado nerviosa. Era como estar frente a uno de los chamanes mientras señalaban a mi Laniece como la fuente del mal o algo peor. Me concentré en mi mano girando la tiza lentamente en la punta del taco, cerré los ojos y esperé, que dado que ya había tanta gente allí, Sebastián apareciera pero sabía que no, aquello no iba a pasar, había demasiados adultos como para que él de pronto entrara por aquella puerta. Los abrí y seguí en lo mío.

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05/08/2009, 08:03
Taylor Hawkins

Habían hecho pedazos su botella cuando, por costumbre, Taylor tenía cuatro o cinco perennes lameculos peleándose por invitarlo, escuchar aquella historia sobre cómo el capullo de Axl Rose salió de su camerino una noche de Junio con la cara partida, y vitorearlo con una ristra interminable de "Eres la polla, Ty"/"¡Qué tío más cojonudo!"/"Me cambio por tí, colega, a ojos cerrados".

También habían rechazado su propuesta, la del póker, cuando no hace mucho - allá en L.A - su palabra era ley. Las miradas de adulación se habían transformado en navajas afiladas: Taylor dejó de ser el centro del universo conocido la mañana en la que Lior se coló en su casa esquivando un sistema de seguridad de 19.000 pavos mensuales,...y eso, en situaciones como ésta en el Hobby Room, le provocaba una terrible nostalgia que canalizaba en odio.

-El billar es un juego de mierda...- refunfuña en una pataleta de crío. Un crío que, por otra parte, no está dispuesto a sentarse en un rincón y ver cómo el resto se divierte y evoluciona en sus rituales de apareamiento. Por eso se acerca, de nuevo, al estante de los DvDs y coloca uno de ellos en la bandeja del reproductor.-..., pero tío Hawkins sabe cómo hacerlo interesante.- Taylor, provocador, le devuelve la mirada a Nadra con una carga considerable que mezcla asco y deseo animal. Coge un taco.- ¿Qué nos jugamos, mami?.

Y mientras suenan los primeros compases del directo en Wembley del 86, aparece el resto. Aquello se había convertido en la Teta Enroscada: Antti, Michael, Madison,...sólo faltaba el jodido Sanuye comprobando en la puerta si se entraba con zapatos o con deportivas. Eso también molesta a Taylor, pues a mayor número de individuos, menor posibilidad de ser el centro de atención de todos ellos.

-¡Joder!. Debería haber puesto la entrada a 60 pavos. ¿Falta alguien o podemos empezar ya?.- le pregunta al taco mientras lo entiza. Sin embargo, aquel beso de Koivussari en la nuca de Lex hace que olvide el jodido palo y los mire absorto unos segundos. Una sonrisa se le escapa y cuando sus ojos se encuentran con los de la húngara y su fornido maromo, el californiano asiente.

Face your enemy, Lexy...

Quizá no todo esté perdido. Quizá la presencia angelical y resplandeciente de Mady sea otra buena señal.

Quizá no deberías estar siempre compitiendo, luchando contra todo, vaquero...¿Por qué no te relajas?. No te hace falta la bebida. No aquí...

Taylor vuelve al taco. Su expresión ha cambiado.

-Las damas primero.- dice colocando la tiza sobre el borde de la mesa.