Partida Rol por web

Ultimo pueblo que separa la Suecia poblada y metropolitana de la recóndita Laponia. Kiruna es un lugar pequeño con lo esencial para la vida diaria, apartado por las montañas del resto del paisaje llano y nevado... El lugar más cercano es Jukkasjärvi, donde se construye anualmente el exótico Ice Hotel...

Temperatura Máxima mensual: 7.7 ºC
Temperatura Mínima mensual: -19.2 ºC
Temperatura Media mensual: -4.7 ºC
Precipitación Total mensual: 0 mm.
Media de Velocidad del Viento mensual: 6.83 m/s
Ráfagas Máximas de viento mensual: 40

Las construcciones más alejadas en dirección a Jukkasjarvi: La posada, que incluye comedor y un ordenador con conexión a internet, habitaciones para cuatro con literas y hogares... Y la casa de la amaestradora de huskies siberianos.

En los alrededores los alces van a su aire por entre los árboles, ya sea en las planicies o en las montañas...

Mientras unos dormían mejor que otros, las temperaturas descendieron bruscamente y la tensión de los viajeros bajó a un ritmo considerable. Fueron nada menos que quince horas en las que algunos estaban, más que dormidos, inconscientes.

La enfermedad se hacía más patente en aquel entorno hostil, dentro de la penumbra, con el aire viciado... Casi merecía la pena permanecer despierto, pero uno no llegaba a aguantar demasiado... El cuerpo pedía un descanso que resultaba imposible en un lugar tan incómodo, y no hubo una sóla parada, o al menos los pasajeros no fueron conscientes de ello. Lior parecía particularmente desesperada por el viaje, aunque su expresión no cambiaba mucho y seguía en el más absoluto silencio. Los heridos empezaban a sentir que las heridas se infectaban y dolían horriblemente, hasta el punto algunos de desmayarse... Lo que en cierto momento provocó que el interior de la caravana fuese particularmente desesperanzador: Gemidos inconscientes, respiraciones aceleradas como la de Falken, que en cierto momento, no sabiendo si los demás estaban despiertos, simplemente dijo "Me muero, Lior..." ésta, en respuesta, le susurró: "No... No te rindas ahora... Si estás muy mal me lo dices y paramos..."
El llanto de la niña terminó de dotar al ambiente de penuria, pero su joven madre se apresuró en alimentarla sirviéndose de la manta para taparse... Lo que no pudo impedir que la pequeña manchase el pañal y viciara aún más el entorno... Jolene intentó quejarse en voz baja cuando la niña lloraba por estar sucia, demandaba una parada, pero Lior le notificó que a no ser que fuese sumamente urgente, lo adecuado sería no abandonar el vehículo. Al final la pequeña se resignó y volvió a dormirse.

Y al fin, el coche se detuvo. Cuando la comitiva despertó, salvo Marcos Serlen, que había sido improvisadamente drogado de nuevo cuando intentó levantarse, todos estaban pálidos, con mala cara y mal humor...
El barro en las ropas de los que se encontraban más sucios se había secado, volviéndolas insoportablemente rasposas. La humedad de la lluvia inicial se había enfriado en los cuerpos de quienes la sufrían y la mayoría tenían fiebre y síntomas gripales debido a las defensas bajas...

Pero algo había cambiado: Hacía frío. No tanto como el que deberían sentir las personas normales, no afectadas por el Ígnea, pero era un frío a considerar. Rewell, Antti, y Marcos notaban, por su parte, que se congelarían de un momento a otro.

Rápidamente fueron ayudados a bajar del camión en plena Kiruna. El último tramo había sido horrible, algunos necesitaban de alguien que les llevara a la habitación del albergue... La mayoría apenas articulaba bien las palabras, las piernas no respondían del todo bien e incluso se mostraban irritables ante la idea de ducharse o comer antes de ir a la cama, pero entre los que mejor se encontraban y el personal del albergue, finalmente todos pudieron disfrutar de un merecido descanso y primeros auxilios bien asistidos.

Ni siquiera recordábais bien cómo habíais llegado hasta aquellas habitaciones de cuatro, ni mucho menos donde estábais... La llegada había sido como un mal sueño lejano... Y aunque los colchones y los edredones suecos eran de lo mejor que podía probar cualquier espalda, estábais limpios y vestidos con unos extraños pijamas negros bastante abrigados (algunos se lo pusieron sólos, a otros hubo que vestirlos), seguíais bastante débiles por la falta de agua y comida...

Dolor... Dolor terrible, horrible... desesperante... Dolor. Y hambre, mucha hambre... Alexa soñaba con caravanas voladoras al ritmo de una canción portuguesa que venía al pelo... Al igual que Rambo, hacía rato que había dejado de sentir las piernas. Su inconsciente había visto oportuno sustituirlas por piernas de acero, y por lo tanto, ni las olía, ni las sentía ni las veía... De entre la maleza nevada perdida en aquel caos (caravanas con alitas de pájaro surcando los cielos, soldaditos de plomo disparándole con balas de juguete, y alguna que otra señal de tráfico con mensajes como "ROFL" O "B ( HHMM???!!") emergió un cangrejo con una cocacola entre las pinzas, pidiéndole beber de dicha bebida...
Lex acepta con gusto, y cuando realiza la acción la gravedad parece irse a la mierda, cayendo al cielo...

Se despierta del sobresalto, agitando la pierna con el espasmo y por consiguiente, dejándola con la boca y los ojos abiertos de par en par, emitiendo un doloroso - ...HAAAAAAAAAH... - y llevándose las manos a la cabeza, después a la rodilla sin llegar a rozarla, a la cabeza sin saber qué hacer...

El llanto despertó a los hermanos, a la madre y a la amiga de la madre. La pequeñita tosía y moqueaba tirándole del pijama negro a Jolene, que dormía en la cama de debajo de su hermano mediano.
Renka, desde la litera de arriba de Rewell, se asomó con vagancia y debilidad, con el pelo revuelto.

- Jolene...

- Ya... Me he dado cuenta, Renka... - la preciosa madre coge a Amber como si fuese un peluche y le besa la cabecita - ¿Qué pasa? ¿Te has manchado otra vez, cochina? ¡Pero si no te manchabas hace dos semanas...!

La niña no respondió. Puede que tuviese un año, pero tenía orgullo... Y por ese orgullo no iba a permitir a su madre que pasase un minuto más sin ponerse a la faena.
Se levantó y se llevó a la niña de la mano al baño. Cuando volvieron, la pequeña ya no parecía incómoda y Jolene se había vestido y acicalado. De nuevo llevaba una ropa cómoda y sencilla, abrigada ésta vez. En cuanto a Amber, no vió necesario más que ponerle sobre aquel estupendo pijama negro un abrigo, los "papes", unos guantes y un gorrito.

- Qué guapa vas con ese pijama, mi amor - le dijo sonriendo - ¿De dónde han salido éstos pijamas...?

- Nos los regala la Dama por... Porque sí, supongo. Son muy buenos, no pasas frío ni calor con ellos... Pero en el hotel donde tenemos que vivir también tenemos que dormir en sacos especiales y echarnos pringues en la cara, taparnos los ojos... Un rollo total... Qué guapo está tu hermano dormido - ríe.

- Está guapo siempre. Es mi hermano.

- ¡Eh, eh...! - La cabeza de María se asoma por la litera de arriba. Baja de un salto y le coge el brazo a Lex - Fine... Fine... Shhh... - intenta calmarla - Doctor? - le pasa la mano por el hombro a la húngara, intentando calmarla un poco.

Arthur es el primero en despertar. Todos vestís un pijama cómodo y de perfecto abrigo para el entorno, de color negro, que cubre desde las muñecas hasta los pies y se abrocha desde delante. Un tanto ridículo, pero las circunstancias exigen algo así.

- Tíos... - anuncia, legañoso y somnoliento - Hay que desayunar... Hacía mucho que no dormía tan bien, pero... Hay que comer. O si no, más tarde no nos dan...

De un salto se baja de su cama y se va al baño, dispuesto a vestirse.

Lex traga saliva y asiente histérica, para quedarse pensativa un instante... Negando esta vez:

- ...BALAGUER - masculla entre dientes - O Doctor... - se encoge de hombros, lamiéndose los labios sin saber qué decirle a la española... - ¡¡...SOS!! - añade finalmente, con la risa floja. Era eso a llorar...

La noche fué dormida del tirón, en una comodidad deliciosa cada uno en su cama... Pero la mañana se presentaría extraña con aquellos pijamas negros que cubrían incluso los pies. Algo ridículos, pero cómodos y de perfecto abrigo.

- Arriba - despertó la voz de Sven a Antti y Art - Es la hora de desayunar - se adelantó para ayudar a Art a incorporarse en la cama con aquella molesta pierna en semejante estado. Han traído de Dios sabe dónde unas muletas para su uso. Falken permanece en pié, vestido de nuevo tan de negro como siempre, pero con la ropa limpia ésta vez. Antti se levanta, con vendas cruzadas sobre el puente de la nariz.

- ¿Qué, colega...? - pregunta, legañoso y no muy despierto aún - ¿Cómo lo llevas...?

María asintió nerviosamente, agitando el dedo en el aire como quien dice "lo he pillado". Con el pelo revuelto y vestida con aquel mono negro que cubría hasta los pies (salvo en caso de Lex), ridículo pero cómodo y cálido para dormir, se aventuró a salir rauda de la habitación.
La pobre chica no llevaría ni cinco minutos despierta y ya iba corriendo en busca de ayuda para alguien que no tenía nada que ver con ella...

Fänrik se ocupó de despertar a sus tres compañeros, que dormían con sus nuevos pijamas negros, ridículos porque por cubrir incluso los pies parecían de niño pequeño, pero tremendamente suave, cómodo y de abrigo perfecto para la temperatura que el cuerpo debía conservar en su estado.

- ¡ARRIBA! - decía, dando una palmada en el aire y despertando a los tres muchachos casi con taquicardias - Querreis desayunar... Y más tarde no nos darán de comer, hasta las doce o así. No es bueno estar tanto tiempo con un triste caldo en el estómago.

El militar ya estaba completamente vestido, y Herkus levantado antes que cualquiera de sus dos compañeros.

De pronto llaman a la puerta con urgencia... No habrá ni amanecido cuando ya hay jaleo...

- ¿Balaguer...? - se oye la voz de María al otro lado de la puerta - [ES]¡Balaguer, soy María, tienes que venir, Lex está muy mal...![ES]

Lex le lanzó un beso con la mano cuando ésta se marchaba, y apoyó la espalda en la pared, colocándose la almohada, cojines y lo que pillara bajo la corva de la pierna para mantenerla en el aire... Tragó saliva y cerró los ojos, hiperventilando por lo bajo... Aquella ya no era la temperatura idónea para una quemadura, el frío se había ido a tomar por saco...

- Joder... joder, joder... Si me pillan los del McDonald's me meten en pan de molde entera... - murmura a sí misma, soplándose la herida...

Me cuesta unos horrores levantarme. Se esta en la gloria joder, si no fuera porque tengo un hambre que me comeria un perro no lo haria, pero aun asi me quedo un pco en la cama hasta que me llaman.
- Voy
Como un muerto viviente me levanto y salgo con pijama y todo saludando con la mano a Mortymer y a Michael.

Salgo fuera con Maria y le doy dos besos echandome el pelo atras con la mano. Miro a los lados para ver donde pijo estoy y la sigo.
- Que le pasa?

Se trata de un pasillo pequeño, que contiene tan sólo seis puertas, es de madera y huele como tal. Algunas lámparas de diseño rústico cuelgan del techo y al final del todo hay una puerta bastante tosca.

María parece angustiada aunque devuelve los dos besos.

- Lo de la pierna... - responde - Está fatal... Perdona que te llame así... No ganamos para disgustos, ¿eh...?

Ella también lleva el pelo revuelto y el pijama negro. Te conduce hasta la habitación que comparte con Lex y Alice...

- fff... No hay forma humana de estar tranquilo.
Me rio y la acompaño frotandome los ojos y sacudiendo la cabeza para despertarme. Vaya pinta de chusmo tengo que llevar.

María entra de nuevo en la habitación con Balaguer, quien parece recién levantado, lleva el pelo atusado ligeramente hacia atrás, aunque revuelto, y aún está prácticamente desperezándose.

María le señala la pierna de Lex con cara como si le doliera verlo...

- [ES]¿Le puedes curar...? ¿Aunque sea un poco...?[ES]

- [ES]Si claro[ES]
Sonrio y me acerco a Alexa cogiendole la nuca y cerrando los ojos acercando los labios a su cuello como lo hacen los vampiros. Le empiezo a besar el cuello y al principio me emociono y se me pasa lo que tenia que hacer, pero pronto nota lo que notan las victimas de los vampiros, placer. Pero en vez de robarle vida, se la doy... Cuando termino mareado, la suelto y me siento a descansar sonriendo.
Jaja, le he hecho un chupeton. El novio me va a matar... QUE SE JODA!!!!

María, colorada, contempla la escena con una mano en la boca observando como la horrible quemadura de tercer grado se convertía a ritmo desenfrenado en una cicatriz. Fea, pero una simple cicatriz.

Por su parte, Balaguer nota sólo el mareo inicial, y tras ésto, se siente como una rosa tras haber besado tan largamente un cuello perfecto. No ha sido como otras veces en las que se quedaba hecho trizas... Ésta vez estaba como nuevo.

- [ES]Vaya... Qué...[ES] - traga saliva. La verdad es que el español tenía su puntito de Sex Appeal vampírico-latino-misterioso, y ese tipo de arranques... - [ES]Vaya...[ES] - se ríe, colorada.

Lex suspiró al verlos llegar, más aliviada, pero con cara de circunstancia...

- Joder, en serio, siento haberos despertad... - derrepente, sin quererlo ni beberlo, el cartagenero se lanza a besarle el cuello, succionando su piel... - ...¿¿¿QÚ...??? - alucina en colores, echándose hacia atrás en su primer impulso, acojonada y con los pelos de punta, colorada por los nervios... Balaguer no parecía ni actuaba como un santo, pero aún así, ésta cierra los ojos con fuerza y traga saliva al notar como poco a poco el dolor se va a aliviando, y la herida va cicatrizando... Cuando éste se aparta, lo observa como quien observa a un pulpo cantando mariachi... Entre la perplejidad y el pánico:

- (...) No... tenías por... qué comerme el... cuello... Balaguer... - va asintiendo conforme habla, llevándose una mano al chupetón, porque es Balaguer, SEGURO que ha dejado chupetón... - Gracias... por curarme- traga saliva, mirando a María de reojo y toqueteándose la pierna, echándole un vistazo en ocasiones al español para ver que éste no se mueve de donde está... Si antes no le inspiraba confianza, ahora le inspiraba salir por patas de allí...

Mi novio... Mi novio te va a matar... Y con razón.