Partida Rol por web

A la atención urgente del señor de Invernalia.

El reino amenaza con la guerra y esta sera difícilmente evitable. Tengo presente el dolor sufrido por su casa en la guerra de los cinco reyes y las numerosas injusticias cometidas contra vos. 

No habrá en toda vida nada que pueda cubrir el dolor de perdida tan seria y profunda y por lo mismo le tiendo una mano conciliadora de espero, amigo.

Quiero que sepa de mis intenciones hacía el trono, trono que la antigua reina Daenerys tenía intención de cederme y que por las circusntancias de su extraño fallecimiento no tuvieron lugar. Pese a ello me hallo en Desembarco y luchare por mi derecho a esa corona, pero me gustaría contar con su apoyo el cual sera recompensado indudablemente.

Tiempo ha que no hay un rey en el norte y soy consciente de vuestro deseo de tal, podría esto suspenderse ahora mediante la fuerza de la espada pero el norte esta destinado a ser libre, esta es una realidad innegable.

Yo se lo ofrezco, respaldadme en esta guerra y a mi subida al trono le sera entregado. No es una mentira, no dudéis de mi pues podréis hacer publicas estas palabras ha su debido momento. No deseo para mi lo que considero que por derecho es vuestro.

Ocupáis un vasto reino en el que vuestra casa ha reinado adorada por sus subditos durante mas tiempo que ninguna de tantas banderas que han ondeado en la capital en los últimos siglos, tenéis el derecho a regiros por vuestras leyes y a gobernaros por vuestras normas, luchad junto a mi y todo cuanto deseéis sera vuestro.

Fdo: Ramyel Arryn.

Señor, por lo que sabemos la revuelta se originó sin un culpable definido. Hemos estado indagando y creemos que es debido a diversos factores, la llegada de cientos de refugiados, subida de los precios de los alimentos,los rumores de una plaga, las noticias sobre el ejercito de Quentyn y rumores sobre dragones y dioses enfadados -contesta uno de los soldados.

-Puede que el regente no tenga nada que ver a pesar de todo, pero no podemos estar completamente seguros...Lo mejor seria hablar con mi señora y ver que le parece lo que hemos hablado aqui- Digo observando a los presentes para ver si nos ponemos en marcha o seguimos discutiendo otras opciones

Alastor abandono la habitación con una sonrisa en los labios, desde un principio ese bárbaro le había parecido un estorbo y ahora existía una oportunidad de quitarlo, la mejor forma de hacerlo es que muriese como un héroe, no es ni de lejos lo que se merecía pero sin duda seria lo que menos sospechas levantaría si se hacia tal y como estaba imaginando.

Al salir, tomo por el hombro al guardia de la puerta, era un hombre de su confianza, su mano derecha entre los hombres de los Arryn. Habían luchado juntos y compartido alcohol y mujeres.

-Reúne a los hombres que hallan echo mas méritos estos días, voy a dirigirme a ellos y les daré la noche libre. Que se reúnan en los cuarteles, en una hora estaré allí.

Seguidamente se encamino hacia las cocinas de palacio, la forma perfecta de extender un rumor es intentando que no se extienda. Al entrar en la cocina diviso a su objetivo, una sonrisa picara se dibujo en su rostro al acercarse por la espalda a ella. Una moza que se encargaba de ayudar en la preparación de los alimentos, de pechos y caderas generosas que el guerrero había visitado en alguna que otra ocasión.
Pellizco su trasero, y cuando se giró, dando un respingo, con un gritito de sorpresa le robo una manzana que estaba colocando en uno de los cuencos de frutas.

-No habréis visto a nadie sospechoso rondando por las cocinas, ¿cierto? -Lo primero era despertar su curiosidad.

Alastor, se hizo el duro, se negó a dar detalles, aludiendo que era un asunto privado, lo cual desde luego animo mas a la muchacha, finalmente suspiro haciéndose el derrotado.

-Esta bien, lo compartiré... Solo por ti. -Le hizo señas con la mano para que se acercara y poder hablar mas confidencialmente.- El consejo cree que hay alguien que pretende envenenar al joven halcón, por supuesto no le han dicho nada a el ni a su madre, para no preocuparles, pero me han pedido que este atento por lo que tendré que visitar la cocina mas a menudo... Sobra decir que yo no os he dicho nada y por supuesto cuanto menos gente lo sepa mejor. Avisadme si veis algo inusual eso si.

Tras eso desvió el tema a algo mas trivial, y tras un leve coqueteo abandono la cocina, de nuevo con una sonrisa. Sabia que en cuanto se fuese la muchacha no podría evitar compartirlo con su amiga, y esta con alguna otra cocinera y en breve todo el servicio, con el clásico "Yo no os dicho nada, pero se dice que...". Le gustaba la posición que estaba alcanzando, había ascendido lo suficiente como para tener trato con los señores pero aun se podía relacionar con la gente humilde como pez en el agua. Ademas, ahora tenia una buena escusa para visitar de vez en cuando las cocinas y llevarse un buen trozo de carne a la boca y no solo de comida.

La siguiente parada fue el cuartel, donde ya se habían reunido los hombres que gozarían de la noche libre. Paso la mirada por todos, uno a uno antes de comenzar a hablarles.

-Os conozco a todos, los aquí reunidos sois como mis hermanos, hemos luchado juntos y me alegra poder decir que tendréis esta noche libre y una ronda pagada. -Espero que el jolgorio por la noticia cesara un poco.- Ojala pudiese daros mas días de descanso pues bien os los merecéis, pero nuestros enemigos pueden volver a golpear pronto. Dicen que el incendio lo ocasiono el traidor de Quentyn para con la confusión quemar unas cartas a favor de nuestro señor... Pero puedo decir, que gracias a vosotros, algunas de esas cartas pudieron salvarse, y el movimiento de ese traidor solo a servido para dar fe de los derechos de lord Arryn. Por eso no podemos estar seguro de que nueva forma atacara el enemigo, haced lo que os plazca esta noche, y mañana continuad defendiendo a nuestro señor tan bien como lo habéis hecho hasta ahora.

Los hombres se fueron animados, los conocía muy bien, eran buenos hombres y muchos también eran unos fanfarrones. En cuanto hubiesen bebido un poco o estuviesen con una puta, su lengua se soltaría y empezarían a presumir:"Gracias a mi el joven lord Arryn está a salvo", "Los hombres de ese traidor de Quentyn quemo algunas cartas que nombraban los derechos de mi señor, pero yo salve otras", "Se fue con el rabo entre las piernas, solo los siete saben que nuevo golpe intentara ahora, por suerte el joven halcón me tiene a mi para protegerlo".

Dos rumores diferentes, que se extenderían por dos medios diferentes, la gente sospecha de los rumores muy elaborados, pero dos rumores independientes... A la gente le encanta hacerse la inteligente y atar cabos. Ahora solo faltaba conseguir el veneno, los muelles era el lugar idóneo, había una taberna por la que se pasaba de vez en cuando a jugar a los dados y había cierto tipo que decía ser capaz de conseguir de todo... Era el momento de ver si era cierto o era simple palabrería.

Está entrada la noche en Desembarco del Rey cuando Lord Brock, Ser Gaheris, Lord Marcus Hightower y Loguen llaman a la puerta de los aposentos de Lady Corbray para reunirse con ella.

Entrego las cartas a madre, ella sera quien decida si así han de ser mandadas o modificar algo, pese a ello estas ya llevan mi firma por lo que de escribir unas nuevas tendrá que enseñármelas (o falsificar mi firme).

Cuando llaman a la puerta me dirijo a esta, girando la vista hacía madre la cual ha guardado las cartas a buen recaudo y con un gesto de asentimiento exclamo:

-Adelante.

Leo las cartas escritas de puño y letra por Ramiel. Me fijo atentamente en los detalles y las releo de nuevo dándole vueltas a varias cosas.

-La carta a nuestros banderizos me parece correcta. Salvo quizás, el poner explícitamente que queremos expandir nuestras fronteras. Quizás esa frase deba quedar así:"El reino amenaza con la guerra, debemos posicionarnos a fin no solo de asegurar nuestras posiciones".-le comento a mi hijo-Así, si alguien coge la carta no podrán culparnos de nada. En cuanto a la de la casa Stark, me infunde miedo lo mismo. Si la carta es sustraida...estaremos perdidos, es demasiado explícita ¿no creéis?-le pregunto.

En ese momento una llamada a la puerta nos interrumpe. Con rapidez guardo a buen recaudo las cartas y doy señal a Ramiel para que abra.

Recibo a los hombres con una gran sonrisa en la cara.

-Me alegra recibiros a todos de nuevo sanos y salvos. Por un momento temí por vuestras vidas pero me alegra saber que hay guardias valientes y fuertes para protegernos y velar por nuestras vidas.- saludo-será mejor que pasemos a los salones.-añado invitándoles a que pasemos a otra sala cercana.

 Cuando pasamos, me dirijo a la dama:

 - Gracias, por lo visto la cosa se está calmando, mi señora, al menos por el momento. ¿Ha habido alguna novedad?.

Madre, si a algo aspira una casa banderiza es a aumentar su poder, tan solo ello le empuja a la guerra y no el honor u otras virtudes de los cuentos de caballerías. Respecto al peligro que pueda representar, es asumible. -Comento a madre en un momento discreto lejos de oídos curiosos.

-Mi pequeño pero no por ello menos sabio hijo, no decía de quitar la frase por lo que significa. Está claro que ellos tienen tanta sed de expandir sus territorios como nosotros. Si dije esas palabras fueron pensando en el riesgo que corremos al escribir dichas letras.-le echo una mirada con cierto reproche por el tono utilizado.-Crees qe el riesgo es asumible pero esas cartas pueden hacer rodar nuestras cabezas, ¿no crees que es mucho lo que está en juego?

-No, Sir, por aqui ha estado todo en calma absoluta.-comento a Gaheris-Lo único resaltable es que nos han informado de que varias casas están haciendo sus equipajes...-añado mientras tomo asiento.-Sin embargo, contadnos como está el exterior, eso nos ayudará a tomar la decisión más correcta.-les invito a hablar.

-Nada remarcable, mi señora. Las cosas se estan calmando muy rapido. Ha sido un simple paseo ir en busca de nuestro leon y nuestra torre- Digo dirigiendome a mi señora -Aunque se puede destacar que hemos tenido algunas ideas viniendo hacia aqui- Continuo mirando a mis acompañantes, no queriendo ser yo el que le hable de lo que se nos ha ocurrido