Partida Rol por web

Partiste hace un día de Desembarco del Rey junto con una decena de tus hombres. Has visto caminos colapsados de refugiados, caóticos, descontrolados. Por suerte la presencia de tus hombres es suficiente como para mantener a los peligros alejados.

Has dormido en una pequeña hoguera a la interperie y, tras un tranquilo desayuno, has vuelto a partir junto a tus hombres en busca de Tom y de los ejércitos de Quentyn.

Nada más empezar el camino has escuchado un fatídico rumor sobre tu hogar.

Al recibir el mensaje se me ensombrece la cara. - ¡Hurones sin honor!... Seguro que han sido esas ratas de barco. Con lo honorable que parecía Daenerys, nunca entendí como les recompenso tanto a esos desalmados. -Pienso mientras termino con un mendrugo de pan del desayuno. - Bueno, estoy demasiado lejos de casa para hacer nada. Terminaré lo que empecé y luego regresaré a Antigua. No tengo mucho tiempo. -¡Vamos chicos, terminemos con esto de una vez!- Arengo a mis hombres para partir con energías.

Recorres con cansancio el camino de vuelta hasta Desembarco del Rey, protegido por Ser Hunter y el resto de los soldados.

En un momento dado un hombre montado a caballo os alcanza desde la zona en la que se encuentra el ejército de Quentyn y, dejando cierta distancia con vosotros, os sigue. Parece un guerrero, un hombre férreo con mirada de hielo y hierro.

Caminas durante un día entero, pues los ejércitos de Quentyn deben estar aún más lejos. Tras dormir protegido por tus hombres continúas nuevamente tu camino, hasta llegar a una encrucijada. En ese momento uno de tus hombres te propone parar a comer y así lo hacéis.

En la zona se encuentra otro pequeño grupo de personas comiendo, simples campesinos que se encuentran de camino.

Por los rumores que has escuchado Lord Marcus Hightower se encuentra en la capital del Reino, Desembarco del Rey, despidiéndose de la reina fallecida en un acto de honor y presentando los respetos que su hermano le ha ordenado realizar.

Otros cuatro hombres, supervivientes Tyrell, viajan contigo. Habéis caminado desde Lannisport durante varias jornadas, casi tres semanas de viaje, esquivando las zonas más conflictivas y los lugares donde podría encontrarse el maldito ejército de Quentyn.

Ahora, a tan sólo un par de días de la capital, cabalgáis por los caminos principales, más seguros y, sobretodo, cansados.

Mientras Marcus y sus guardias montan rápidamente un breve campamento en el que comer, en la encrucijada donde se cruzan varios caminos, un grupo de cinco jinetes se acerca desde el horizonte, por el camino del norte.

El otro grupo que come en la encrucijada, el de los campesinos, mira con recelos y nerviosismo a los caballos que se acercan, muy temerosos.

Oteo el horizonte en busca de algún identificativo del grupo montado.

Reconoces, sin duda, a uno de ellos, Duncan Mander, un viejo amigo y protegido tuyo, superviviente de los Tyrell, oculto en Roca Casterly. Hace unos años les diste dinero, los protegiste e, incluso, estuviste con él en algunos de los eventos más importantes de tu vida.

Es uno más del grupo que quiere retomar el poder de los Tyrell en la zona, uno de los hombres bajo tu mando. Pero, siquiera a él, le has dicho que tu hijo es el heredero más cercano de la Casa Tyrell.

Lucyen se encontraba hecho polvo. Realmente el viaje le estaba dejando un regusto amargo. Tanto recorrido para llegar llegar hasta allí y  al final solo lograron un sonoro fracaso. Sabía que su misión no iba a tener éxito, pero siempre quedaba esa pequeña esperanza. Claro que al final la realidad fue simple y no por ellos brutal: la entrega de la nota y el rechazo de la misma -antes incluso de leerla-. Al menos logró que tanto ser Harlan como sus hombres volviesen de nuevo a Desembarco, evitando lo que podria haber sido su encarcerlación.

En cualquier caso, la mente del aprendiz aún vagaba por aquel pequeño grupo de expedición que dejaron a su suerte, buscando a Lord Arryn. Dudaba de que volviera a verlos, como dudaba de que volvería a ver a Meñique. Pero por eso tampoco podía hacer mas. Ahora lo que quería era llegar a la capital y conocer lo que ocurría realmente en Poniente... aunque antes se daría un baño. 

Ensimismado estaba en esto que estuvo apunto de no percatarse de aquella extraña figura que se acercaba a ellos desde el campamento de Quentyn. Observó con curiosidad al guerrero, mas no dijo nada. Era asunto de Ser Harlan tratar con él, al menos por el momento.

Al reconocer a la distancia a Duncan relajo la expresión y sigo comiendo a la espera de que llegue el grupo hasta el campamento.

Una vez llegamos lo bastante cerca de la encrucijuda me relajo al reconocer los colores de Lord Marcus Hightower allí.
Inmediatamente indico a mis compañeros de quien es el campamento. Al llegar mas cerca vemos la agitación de algunos y acabamos de aproximarnos con las monturas al paso.
Nada mas llegar al campamento desmonto de mi rocín y aseguro las monturas descargándolas. Mejor dejarlas descansar primero ya que lo mismo me despide en unos minutos que pasamos horas mientras me da instrucciones.
Una vez llego a la altura de Lord Marcus Hightower, tras haberle indicado a sus guardias que me dejen pasar me descubro ante él.
- Mi señor, - mientras efectúo una leve inclinación - ha sido una agradable sorpresa encontrados.

Sentado en un tocón con la cabeza gacha centrado en mi comida. Al oír las palabras amistosas, levanto la cabeza mirando a Duncan con una sonrisa en la cara.

- Cuanto tiempo, pequeño.-

Dejo el cuenco a un lado, me levanto y abrazo a mi pequeño, que ya no tan pequeño pupilo.

- No tienes ni idea de lo grato que es encontrarse una cara amistosa. Llevo unos días en Desembarco y tener que estar con la espalda recta y lamiendo el culo del resto me mata.-

le doy unos golpecitos en el hombro.- Veo que has crecido desde la última vez que te vi.-

Sonrío con más ganas marcandoseme unas fuertes arrugas en el rostro.- Pero bueno, donde están mis modales. Sientate, sientate.- Le digo mientras vuelvo a mi "trono" y le ofrezco comida.

-¿Qué haces por estos lares? ¿ No sabes que el ejercito de Quentyn se dirige a Desembarco y está apunto de pasar por aquí?

Ser Harlan mira con desprecio al hombre pero en un principio no avanza hacia él. Sin embargo, tras una hora de marcha en la que el hombre no se ha despegado de vosotros, decide acercarse al guerrero.

No escuchas lo que hablan ambos mientras continúan galopando pero al rato el hombre se une a vuestro grupo. Este hombre va a Desembarco del Rey, viene de ver los ejércitos de Dorne. Es, por lo visto, un siervo de los Hightower, con mucha prisa dadas las malas nuevas sobre su tierra.

Usted debe ser el aprendiz Atreides. Encantado de conocerle, soy John, guardaespaldas de Marcus Hightower -dice el guerrero acercándose hacia ti.

Encantado- responde. Uno debía ser educado. Intentaba recordar si conocía algo de la casa Hightower así como de su lider.

Estoy a punto de preguntarle por si sabe alguna cosa del rumor de un heredero sobreviviente de los Tyrell cuando recuerdo que no estamos solos y puede haber pajaritos humanos a nuestro alrededor.
Me siento y cojo un poco de la comida que me ofrece masticándola poco a poco indicándole que no hay prisa.
- Hemos venido a intentar encontrados. No aguantábamos más tiempo en la ciudad sólo escuchando rumores cada uno desmintiendo el anterior
- Lentamente giro la cabeza para ir mrando la gente que hay a nuestro alrededor.
Estoy seguro de que entenderá mi pregunta sin palabras en el sentido de si podemos hablar abiertamente o mejor esperamos a ser menos gente.
- ¿Un ejército de los Martell para presentar sus respetos a la Reina Daenerys?De estar seguro de todos los presentes abría sonado esperanzado, ¿guerra entre los Martell y los Targaryen? O puede que estalle si intenta tomar Desembarco del Rey sino para que se dirigiría hacía allí con todo un ejército.

Me alegro de que partieráis entonces. Creo que es bueno el habernos encontrado.

- Comento mientras sigo con la comida. - Se que mis hombres son de fiar... pero ¿y los suyos? Mejor intentar ser discretos.

A Daenerys, jajaja, más bien para presentar sus respetos a los que seguimos vivos. Y hablando del tema, siendo un grupo tan numeroso, ¿no los habrás visto por aquí cerca? vengo buscándolos de parte de los Arryn.

Le miro fijamente a los ojos para confirmar que ninguno estamos hablando a gusto. - Si se me ocurriera algún sitio seguro donde poder hablar en privado...