Partida Rol por web

-¡Buenos días, alumnos! Después del pequeño descanso del que habéis podido disfrutar para centraros en vuestros estudios mágicos, por fin podemos anunciar que ha llegado el momento de continuar con el Torneo. Por favor, seguidme hasta los terrenos de Hogwarts.

Todos los participantes seguís a la Directora hasta los verdes exteriores, seguidos de la incansable Rita Skeeter y su frenética pluma. Al llegar a la gran explanada cerca del campo de quidditch, visteis una pequeña grada dispuesta donde se encontraban sentados aproximadamente veinte personas desconocidas, entre las que os sonaban vagamente algunos rostros de haberlos visto en las pruebas anteriores. Justo delante de la pequeña grada, había lo que parecían tres cajas grandes sobre tres pedestales, cubiertas con mantas de terciopelo.

-Acercaos, por favor. La segunda prueba, como quizá hayáis deducido, tratará sobre el Cuidado de Criaturas Mágicas. Esta será una única prueba, que contendrá en sí misma las tres diferentes subpruebas, pues serán varios los pasos que deberéis dar para conseguir llegar al final. Las medallas se repartirán al final de la totalidad de la prueba, a diferencia de Runas Antiguas. Ahora, quiero que escuchéis atentamente.

La Directora se puso al otro lado de las cajas y retiró la manta de terciopelo que las cubría. Algunos emitisteis un pequeño grito de asombro al ver el contenido que las cajas de cristal guardaban dentro.

En cada caja había tres huevos, y cada caja los contenía de un color diferente, resultando en 9 huevos: 3 azules, 3 morados y 3 rojos. Os acercasteis todo lo que las cajas os permitían y notasteis que algunos se movían ligeramente de vez en cuando.

-Cada representante de cada colegio, obtendrá uno de cada color, así todos los colegios tendréis los tres tipos de huevo. Vuestra misión principal en esta prueba es devolverlos a su nido correspondiente. Para ello tendréis que averiguar a qué criatura pertenece, por supuesto. No os dejéis engañar por su apariencia, pues han sido hechizados con el color y la forma que veis. Deberéis utilizar otras estrategias para averiguar a qué nido pertenecen, buscarlo, y devolverlo. Los huevos serán repartidos al azar entre los tres miembros de cada colegio. Disponéis de plena libertad para usar tanto el castillo como los terrenos de Hogwarts para realizar la prueba. Recordad que este torneo está pensado para fomentar la colaboración y la cooperación. Ahora... mucha suerte a todos, y tened cuidado.

Estaba bastante emocionada con esta prueba ya que Cuidado de criaturas mágicas me había parecido una asignatura bastante interesante. No podía dejar de mirar los huevos;su brillo casi etéreo me cautivó desde el primer instante. Por un momento desvié la mirada hacía el campo de quiditch, las banderas ondeaban con la brisa.

En la entrega de huevos me tocó uno de color violeta y la verdad es que era preciosos. Me vinieron a la cabeza cientos de criaturas que encajaban con ese color pero en ese instante sacudí la cabeza ,Nada es lo que parece pensé para mis adentros.

Con el huevo en mi poder, alcé la mirada en busca de Artemis,¿Dónde estará?, levanté el cuello y me puse de puntillas para intentar mirar por encima del resto de cabezas.

La Directora nos reunió finalmente a todos los participantes en los terrenos del castillo, la extensión de la explanada cercana al campo de Quidditch donde tantas horas había pasado parecía perfecta para la inauguración de la prueba y una pequeña escenografía estaba montada para dar cabida a lo que parecía el mismo conjunto de personas de la última prueba más algún añadido. Cada vez hay más público. Pensó Gabriel para si mismo cuando comenzó a reconocer caras presentes.

Tras ver los huevos hechizados de las criaturas recibió uno color escarlata, con un movimiento sinuoso y atrayente como las llamas de un vivo fuego. Sus compañeros de escuela recibieron cada uno con un color distinto y Aline de Beauxbatons y Vitaly de Durmstrang recibieron el que era idéntico al suyo. Pero...¿Esto quería decir que eran de la misma criatura? ¿O simplemente era para confundir? Varias posibilidades se terciaron en la mente del Hufflepuff, que los tres huevos idénticos fuesen de la misma criatura para fomentar la cooperación entre las escuelas y así poder establecer relación, pero al fin y al cabo era una competencia y en el caso de que los ganadores fuesen los del mismo tipo de huevo fuesen los tres no tendría sentido.

En principio ya tenía algo de relación con sus camaradas de escuela, así que decidió acercarse a ellos para ver que opinaban al respecto.

 Hola chicos, Eileen, Artemis ¿Qué opináis de estos huevos? ¿Damos un paseo y charlamos sobre ellos? - Comentó Gabriel al lado de estos dos y guiñándoles un ojo. En realidad estaba muerto de ganas en probar varios conjuros para ver si podía deshacer esos encantamientos y poder así ver el aspecto original del huevo para poder comprobar la raza de la criatura.

Un poco alejado cumplió sus deseos con el huevo sacándo la varita y apuntando con ella al huevo. - Deletrius. - Dijo tocándolo con esta.

Gabriel aprovechó la distancia con el resto de compañeros para probar su primer hechizo sobre el huevo. Cuando lo pronunció, unas pequeñas chispas rojas rebotaron sobre la superficie del huevo y le produjeron una pequeña quemadura en la mano de la varita que escoció durante unos segundos.
Sin embargo, el huevo permaneció inalterable.

Los ojos de Vitaly estaban perdidos en la inmensidad verde que aún no había visto de los campos de Quidditch, a la vez que sentía cómo la brisa de un día ventoso estaba desordenándole el pelo, el joven arreglándoselo cada vez que se rebelaba de su posición original. Entonces se detuvo a la vez que vió a los participantes presentes en la disputa, siendo de especial atención las dos muchachas de Beauxbatons y aparte a un joven de Hogwarts, el cual parecía tener una relación latente con otra muchacha de su misma escuela.

La profesora habló respecto al examen mientras él seguía mirando los alrededores, viendo la inmensidad de lo que era el bosque próximo a la cancha, el estado precario de las gradas producto del descuido, tal vez efectos colaterales de la guerra; entonces su mirada se fijó al ver las tres cajas grandes que estaban sobre los tres pedestales. Adelantándose disimuladamente sobre sus dos compañeros, vio que dentro de esto yacían tres huevos de distintos colores, mientras la directora de Hogwarts explicaba el objetivo de dicha prueba; al recibir su huevo quedó anonadado por ver el huevo en sus manos, y entonces lo envolvió en sus brazos mientras miraba a sus compañeros con un semblante algo más expresivo que de costumbre.

- Supongo que hay que actuar con prudencia. Con permiso iré al bosque a experimentar con el huevo; no iré muy lejos, de hecho seguramente en dos horas más estaré en el barco. Sin embargo, si quieren acompañarme, sería mejor para todos nosotros.

Tras decir eso, empezó a alejarse del grupo mientras se perdía entre los árboles del bosque. Agarró algunos pedazos de troncos caídos y secos, algunas piedras y algunos helechos para generar una fogata, dejando un área de un metro sólo con tierra; Entonces acomodó lo que sería una roca más plana encima de la fogata y el huevo encima de éste; sacó su varita de Alerce y dijo en voz baja: "Incendio". El fuego empezó a calentar lentamente la bandeja y se detuvo a ver el comportamiento del huevo. 

((OOC: Lo siento por las tiradas anteriores. Estaba probando el sistema de tiradas. Es la última vez que lo haré D:))

Tras un periodo de bien merecido descanso, los nervios vuelven a crecer en mí cuando somos nuevamente convocados para otra prueba. Hasta el momento la competición ha ido despertando una expectación creciente, como demuestra el número cada vez mayor de espectadores que acuden a presenciar los desafíos y que no hacen sino acrecentar la presión sobre los participantes. Especialmente sobre mí, que por el momento ostento el liderato.

A algunos de los curiosos los reconozco de haberlos visto en algunas de las pruebas anteriores, pero la mayoría son desconocidos para mí. Me obligo a hacer caso omiso de ellos y a concentrarme en McGonagall y en su explicación del desafío que tenemos ante nosotros.

Lo que recibo tras la exposición es un hipnótico huevo de cambiantes tonos violáceos que trata de atraer sobre sí toda mi atención. Sin embargo, no puedo evitar darme cuenta de que los dos alumnos que considero mis rivales más cercanos comparten han recibido huevos diferentes entre sí y, a su vez, diferentes al mío. Eso alienta mis sospechas de que alguien se ha tomado muchas molestias para impedir que los mejores podamos colaborar en pos de una causa común. 

Busco con la mirada a aquellos que tienen un huevo semejante al que he recibido y descubro que se trata de dos jóvenes alumnas de Beuxbatons y Hogwarts. La segunda parece ansiosa por compartir la experiencia con alguien y Lady Petulante, adivinándole las intenciones, no pierde el tiempo en acudir a su encuentro.

Estos tramposos de Hogwarts... No pueden conmigo por separado y seguro que tratarán de probar suerte todos juntos ahora. ¡Que lo intenten!

Observo el huevo purpúreo, con sus danzantes formas y sus temblores ocasionales. Aquí dentro podría haber cualquier cosa y yo confieso no ser muy ducho en la asignatura de Cuidado de Criaturas Mágicas, pero eso no me va a impedir dar lo mejor de mí mismo.

Estoy seguro de que los conjuros convencionales de destransformación no darán ningún resultado, de modo que me encamino a la Biblioteca con paso decidido y la esperanza de encontrar allí algún hechizo largo tiempo olvidado que me ayude a ver a través de los velos del engaño que los organizadores han tejido sobre el huevo.

Vaya, cuidado de las criaturas mágicas.

Con mucho cuidado recibo mi huevo y escucho con atención las palabras de la profesora McGonagall. Al parecer, esta vez se esforzaron para complicar muchísimo las cosas.

"Así que lo encantaron. Eso lo explica todo." -pienso evaluando mi plan de acción, cuando de pronto Gabriel me saca de mi ensimismamiento proponiendome trabajar juntos, lo que no me parece una mala idea.

Me alejo del lugar en compañía de Eileen y Gabriel.

Una vez a solas con mis compañeros, observo lo huevos y veo como Gabriel prueba con un encantamiento Deletrius para intentar sobrepasar la protección de su huevo.

Gabriel, mi amigo, la verdad la idea no es mala, pero mejor vamos a lo seguro, Deletrius sólo desvamecerá el último encantamiento, pero es McGonagall de quien hablamos y si la conozco tan bien como creo, entonces serrán varios encantamientos y le habrá pedido ayuda a Flitwick, así que vamos a lo seguro. - digo mientras apunto mi varita hacia el huevo.

Si esto no nos revela la verdad, nada lo hará.- digo al tiempo que hago un leve giro de muñeca. - Finite Incantatem

Vitaly hizo aparecer un poderoso fuego con un sencillo movimiento de varita, y observó atentamente el comportamiento del huevo, que empezó a brillar con una intensidad casi cegadora.
Al cabo de unos pocos segundos, comenzó a moverse con más fuerza hasta que rodó por encima de la piedra, saltó sobre la vegetación incendiada y se acomodó entre las llamas. Entonces Vitaly pudo escuchar un suave ronroneo procedente del huevo, que volvió a quedarse quieto en mitad del fuego.

Kolia se encamina con paso decidido hacia la Biblioteca, con el huevo brillando tenue bajo el brazo, con la esperanza de encontrar alguna información de utilidad.

Pero lejos de conseguirlo, el rudo estudiante no sólo no consigue encontrar ninguna pista, sino que uno de los libros que intenta consultar se rebela al doblarle una de sus viejísimas esquinas, asestándole un mordisco en la nariz con sus empolvadas tapas.

Tras el intento infructuoso de Gabriel, es ahora Artemis quien se aventura a intentarlo. Los tres forman un pequeño corro para observar cómo un haz de luz sale de su varita, apuntando hacia el huevo. Éste brilla levemente durante unos segundos, pero después vuelve a la normalidad, sin que se aprecie ningún cambio.

Flitwick, sin duda debe haber algún truco que podamos usar, alguna clase de disolvente mágico o algo así.

Tengo dos ideas para reducir nuestro campo de búsqueda. La primera de ellas es tomar las dimensiones de los huevos e investigar en la biblioteca y la otra es convencer a Slughorn que nos ayude a preparar el diaolvente.

Hay una tercera opción, pero no quiero recurrir a ello y es buscar a Hagrid y jalarle la lengua. Ya saben que es en extremo parlanchín pero no quiero aprovecharme de ello, él es nuestro amigo y siempre anda pendiente de todos nosotros.

¿Eileen puedo hablar contigo a solas un momento?

Amiga mía. ¿Ese giratiempos tuyo funciona? Pues quizá podrías usarlo para investigar como se veían originalmente estos huevos.

Clarisse presente durante la charla de la profesora McGonagall, tras haber escuchado de lo que trataba aquella prueba, se hizo con uno de esos huevos. El que le había tocado, casualmente, era su favorito. Pues cuando vio los colores, por alguna razón, le encantó. Claro, esa razón era que el morado era su color favorito. Qué estupidez. Sonrió mirando al huevo mientras echó un vistazo al resto de chicos que había cerca empezando a hacer especulaciones. Ella no estaba realmente segura de si sería buena idea lanzar sin más hechizos. Podrían dañar al huevo. ¿O no? Se supone que debía llevarlo a su nido y si por lanzar un hechizo al azar lo rompía, sería prueba fallida. Meditaba que podía empezar a hacer, cuando uno de los compañeros salió de los Terrenos en dirección a la escuela. Sí, ese parecía el más sensato. Fue a donde fuera, lo más probable es que quisiera antes informarse. Y eso es lo que ella haría también. Así que lo siguió hacia dentro. Iría a ver que podía encontrar de utilidad en la biblioteca.

Entro en la Biblioteca con pasos agigantados, dejo el huevo sobre una de las mesas y comienzo a rebuscar entre las estanterías algún libro que pueda resultarme de ayuda, mientras compruebo repetidas veces que el huevo permanezca a salvo en su lugar y no le de por rodar hasta el suelo y hacerse añicos, o algo peor.

Cargado con media docena de gruesos volúmenes, tomo asiento en la mesa y comienzo a pasar las páginas en busca de cualquier pista sobre la naturaleza de la criatura que habita el interior del huevo.

Descarto el primer y segundo libro y los aparto a un lado. Estoy hojeando el tercero cuando, al levantar la vista, reparo en una figura que me observa desde la puerta. La reconozco como una de las estudiantes de Beauxbatons pero no una cualquiera, una de las tres alumnas que compiten contra mí. Rubia, Morena y Pelirroja son el trío de veelas que la academia francesa ha seleccionado para hechizarnos y ahí está Morena, espiándome desde una distancia prudencial.

No es una coincidencia que tenga un huevo del mismo color que el mío, ni que haya venido detrás del alumno más aventajado en busca de respuestas fáciles.

—¡Ahhh, pero qué coño...! —aúllo, cuando el libro que estoy consultando escapa de entre mis manos para lanzarse contra mi rostro y aplastarme la nariz entre sus tapas. Varios ocupantes de las mesas cercanas fruncen el ceño, se llevan un dedo a los labios y me chistan para que guarde silencio.

Agarro mi varita, no del todo decidido de si debo emplear el Lacarnum Inflamarae contra el estúpido libro o contra los patanes que me obligan a callarme ante este injustificado ataque.

La sangre resbala por mi labio superior y gotea sobre la mesa. Me agarro la nariz con la mano derecha y cojo el huevo con la izquierda, dejando los libros abandonados donde están. Que otro idiota se encargue de devolverlos a su sitio. Asquerosos tramposos de Hogwarts... seguro que alguno de los presentes ha encantado el tomo para volverlo contra mí, ¿pero quién? No importa, ya lo averiguaré y cuando lo haga...

Me gustaría decir que salgo de la Biblioteca pasando junto a Morena sin dedicarle más que una mirada de desprecio, pero lo cierto es que bajo la mirada al pasar junto a ella, avergonzado de que haya visto cómo era atacado por un vulgar libro.

Clarisse llegó a la biblioteca justo a tiempo para observar al chico de Durmstrang en una de las mesas con un montón de tomos encima de ella. Empieza a hojearlos como un loco y a echar a un lado los que se ve, que no contenían información que le sirviera. La chica se queda mirándolo unos segundos en la puerta antes de decidir si entrar, o si el chico creerá que quiere copiarle o algo. Lo cierto, es que ni siquiera se había fijado hasta ahora, de que su huevo era igual al de el chico. "Justo, lo que pensaba". Pensó para si, al ver que el chico la miraba con recelo en sus ojos. Se pensaba que quería espiarle o algo. Suspiró y justo cuando pensaba en darse la vuelta y salir, vio como el libro atacaba al chico. Abrió mucho los ojos e incluso después se llevó la mano a la boca para evitar una pequeña risita. Lo vio sangrar y después recoger su huevo para marcharse de allí. Paso justo por su lado y bajó la cabeza al salir. No podía irse sin más, podrían buscar juntos. Tampoco sería tan malo ser un poco amable por un rato. Y sería demasiado aburrido simplemente investigar sola. Le cogió del brazo sin pensárselo dos veces, deteniéndolo. 

— Eh. Espera. —  Se quedó mirándolo unos segundos, esperando ver si se quedaba a escucharla o simplemente, se iba.

Me limpio la sangre con la manga de mi túnica, dejando sobre la oscura tela y probablemente también en mi rostro un reguero carmesí.

—¿Qué quieres, reírte de mí? —pregunto desafiante, fulminándola con la mirada—. Lo lamento pero el espectáculo se ha terminado.

Vitaly observaba con detención el fuego, la cual empezó a incrementar rápidamente, cosa que lo mantuvo alerta y le hizo alejarse un paso más de la fogata antes de que éste se iluminase en una incandescencia que le obligó a mirar afuera por unos segundos mientras el huevo seguía brillando. Al echarle otro vistazo vio que el huevo rodaba por sí mismo, cayendo en medio del fuego a la vez que sacó su varita y la apuntó al huevo que estaba cubierto por las llamas...

Y entonces oyó un ronroneo.

El ronroneo suave procedente del huevo le hizo sonreír, mientras se acercaba a ver el huevo más de cerca, el cual descansaba cómodo, viendo cómo resistía las altas temperaturas sin problemas. Entonces Vitaly apuntó nuevamente a la fogata y dijo calmadamente: "Aguamenti". El agua empezó a fluir lentamente mientras apagaba el resto de la fogata, viendo cómo del huevo salía vapor de lo caliente que estaba. Sacó de su bolso unos guantes de cuero y se los puso para así finalmente agarrarlo con ambas manos, dejándolo descansar en su antebrazo mientras sentía un calor soportable que, no obstante, le hizo correr un escalofríos desde su espalda hasta su brazo. Dejando la fogata completamente apagada, se dirigió hacia el barco de su hogar; no obstante se dió cuenta de que ya había caído el atardecer mientras sentía que el bosque, enorme y silencioso como lo era dicho territorio, cobraba lentamente vida, haciéndole rascar su cuello. Empezó finalmente a mirar de un lado a otro mientras su marcha era rápida y constante; tal vez por la presura de seguir investigando su reciente descubrimiento, o tal vez con temor a encontrarse algo que le saque de sus casillas, o inclusive, arriesgando su vida.

La chica negó con la cabeza rápidamente y miró la sangre. — ¿Estás bien? Deberías ir a la enfermería... — Murmuró intentando ser amable y mostrar que no iba de mal rollo. Sino al contrario. — Sólo quería... Bueno, si te apetecía, trabajar juntos en esta prueba... Ya que tenemos el mismo huevo. — Se encogió de hombros y lo miró esperando una respuesta. Incluso se permitió una sonrisa.

-Claro que funciona el giratiempos, ¿qué crees?,miré a Artemis con una sonrisa. -Lo qué no se es de qué manera lo podríamos usar en nuestro beneficio pero sin hacer un mal uso del mismo,¿me entiendes?, lo último que quiero es meterme en un lío. Miré a Artemis esperando que a él se le ocurriera una forma de poder usarlo. Mientras tanto jugueteaba con el giratiempos entre los dedos.