Partida Rol por web

23 de octubre de 2000 - 18:35

El Clan al completo escuchó un grito desgarrador que retumbó dentro de sus corazones. Las llamas de la fogata temblaron como si una brisa hubiese barrido el Túmulo. Alguien llamaba desde el otro lado de la Celosía. Como si hubiesen desgarrado una tela, de la nada surgió una figura lupina herida y llena de barro que se desplomó a un lado de la fogata.

Era Rayo Nocturno.

Tenía una herida muy fea en una pata y le faltaba una oreja, pero lo peor estaba en su costado. Un amasijo de carne y hueso dejaba escapar parte de sus tripas, llenas de barro. Al respirar, las costillas sobresalían de manera desagradable. En sus ojos sin brillo se veía la muerte por llegar, imparable.

Con el poco aliento que le quedaba, Rayo Nocturno habló.

-Danzantes. Mata-Perdiciones y Corre-en-la-ventisca están muertos. Tienen a Hugh y a la Fenrir... Ellos los quieren para... despertar... despert...

Las tripas sobresalientes dejaron de latir al tiempo que la loba dejaba de respirar. La lengua quedó caída de medio lado, sin vida.

Leigh se quedó sin habla al ver a Rayo Nocturno. Había oído las historias, en Escocia, de cuando los Hijos del Kaos se enfrentaron a los danzantes... pero eso había sido mucho antes de su cambio y, además, había sido muy lejos del túmulo, cuando estaban en una búsqueda. Ver el peligro a las puertas de su nuevo hogar... le heló la sangre.

Viviane se irguió en su sitio al escuchar el grito. Se le encogió el corazón al observar detenidamente las heridas del lobo, y al contemplar su cadáver se le hizo un nudo en la garganta. Debería haber reaccionado de otra manera, pero sólo pudo buscar la mirada de su madre con desesperación.

Danzantes...

Donny acababa de llegar al Clan. Ni siquiera había tenido tiempo de buscar a las chicas ni ponerse sobre dos piernas cuando apareció Rayo Nocturno. No se enteró muy bien de qué estaba pasando, al principio. Estaba lejos de la hoguera. Sabía que era grave y, que alguien estaba muriendo, pero hasta que trotó más cerca del fuego no comprendió lo que sucedía: los Buscadores habían caído, y los Danzantes se habían llevado a dos de ellos para Dios sabía qué.

Sintió la Rabia, que la ciudad había logrado adormecer, crecer en su pecho. No sabía qué hacer. Cambió a su forma de raza, sin garras ni dientes, y buscó a Kate con la mirada. A ella le habían enseñado más cosas. Sabría explicarle qué estaba pasando. En qué dirección debía empezar a soltar zarpazos.

Kate estaba sentada frente a la hoguera, perdida en sus propios pensamientos como de costumbre, cuando la noche se puso a gritar de repente. Cuando se giró para ver qué pasaba se encontró con que tenía a Rayo Nocturno prácticamente a su lado, moribundo. Su respiración pesada, sus ojos acuosos, el sufrimiento que emanaba tocó una de las fibras más hondas de su ser, paralizándola. Las últimas palabras que el garou pronunció llegaron a ella con cruel claridad, arrebatándole lo que le quedaba de vida.

No sabría decir cuanto tiempo pasó mirándole una vez la vida le hubo abandonado. Si le preguntaran, a ella le pareció una eternidad, pero no podían ser más que unos pocos segundos. Cuando desvió la mirada, sus ojos se toparon con los de Donny, que la miraba fijamente en su forma lupina, como si esperara algo de ella.

Kate se encontró a sí misma tragando saliva antes de hacer lo único que en aquel momento sentía que podía hacer. Aún en su forma humana, levantó la cabeza y aulló. La endecha por los caídos, aunque distorsionada por su garganta humana, escapó de lo más profundo de su ser sin que pudiera siquiera pararse a preguntarse si sería lo correcto, teniendo como tenía al difunto Rayo Nocturno al alcance de su brazo estirado.

Al empezar Kate con la Endecha, el resto de Theurges primero y luego todo el Clan se unieron en el aullido. El aire se plagó de sonidos lupinos de tristeza y desolación. Pero los Garou no pueden quedarse atascados en la desdicha o el Harano terminaría por engullirlos. Los Garou combaten.

Mientras uno de los miembros de los Sanadores se ocupaba del cuerpo, los Ancianos se reunieron de inmediato. No tardaron en tomar una decisión que pusieron en común con el resto del Clan.

-La mitad de los Buscadores ha caído. Nuestra manada más guerrera y combativa, frente a los enemigos que juraron destruir. Pero no todos están muertos. Según las palabras de Rayo Nocturno, tienen consigo a Grita-si-estás-muerto y a Rastrea-y-caza, y no se sabe nada de Uñas-de-cristal. No podemos dejarlos a su suerte y menos cuando los Danzantes los han tomado prisioneros.

Los ojos de Lysandra relampagueaban de Rabia pasaba por todos los Garou presente, especialmente en aquellos que compartían su Auspicio.

-Se trata de una misión peligrosa, ya que desconocemos cuál es el verdadero alcance y poder de los Danzantes. Por ello dejaré que seáis vosotros quien os ofrezcáis. ¿Quiénes quieren ir a Chicago a salvar a nuestros hermanos?

-Mi madre está en peligro... ¡Yo iré a buscarla! -dijo Nikos de inmediato.

-Con Nikos, los Sanadores de Gaia -dijo Tommy enseñando los dientes.

Digna-hija-del-Klaive dio un paso adelante.

-Nosotros también iremos.

Ashley sabía que estaba metiendo a su manada en una misión sin consultarles, con lo que a ellos les gustaba hablar y hablar de todo. Sabía que en tiempo de guerra era Donny el alfa y no ella. Sabía que a ojos de los Ancianos, ellos no eran más que Cliath advenedizos, sin nombre siquiera. Pero no iba a dejar escapar la oportunidad de colocar a su manada en un puesto de importancia. Si triunfaban, ganarían mucho Renombre y puede que quizá ocupar el hueco dejado por los Buscadores en la jerarquía del Clan.

Miró a los suyos con una sonrisa orgullosa.

Donny se había adelantado para hablar, pero Ashley se le había adelantado. No le importaba, mientras estuviera de acuerdo con lo que tuviera que decir. Se volvió hacia la Philodox para dirigirle un gesto de aprobación, vio que estaba sonriendo y la miró como si fuera estúpida.

Viviane se iba a ofrecer, por supuesto, aunque consideraba que había otras cosas que hacer antes. Por ejemplo, rastrear la Umbra antes que salir corriendo a la ciudad. Los espíritus habrían visto algo, y aunque fuese más complicado los riesgos podían dar más frutos. Miró a Ash, que ya había dado palabra de su participación sin consultarle a nadie, y entrecerró los ojos.

-Antes de salir corriendo detrás de los Danzantes deberíamos saber qué traman. Además, no sabemos cuántos hay. Hay que vigilar que el Clan no se quede desprotegido.

Salvar a sus hermanos era importante, pero procurar que el resto no quedase en peligro también.

Leigh observó la dinámica de la manada en silencio. Aquello no iba a funcionar... el líder tenía que ser capaz de tomar decisiones con el apoyo implícito de su manada y la manada tenía que confiar en su líder, en que no tomaría decisiones que les sacrificasen gratuitamente. Y en este caso, no habían llegado a ese nivel ni llegarían nunca si no podían dejar de actuar como individuos y empezaban a actuar como una manada.

Kate se acercó rápidamente junto a sus compañeros. Generalmente, lo hubiera hecho por simple inercia, dispuesta a aparentar que eran una manada pese a las profundas diferencias entre ellos. Pero aquel día había algo un poco distinto: no es que el peligro de la situación la entusiasmara especialmente, y en realidad estaba más de acuerdo con lo que había expresado Viviane que con la tensa expectación de venganza que se respiraba entre el resto de los garou presente, especialmente los Ahorum.

Pero Rayo Nocturno había muerto a su lado, atormentado por haber dejado atrás a sus compañeros de manada en manos de los Danzantes para ir a avisarles a ellos. Kate no podía pasar por algo aquel sufrimiento sin hacer algo, lo que fuera, para honrarlo. Así que asintió en silencio ante las palabras de su Alfa, y se encogió de hombros como quitándole importancia al asunto cuando Leigh la miró.

Lysandra miró no muy contenta a la manada de su hija. Quizá su ofrecimiento, y el peligro que conllevaba, no le agradaba en demasía. Pero no se lo negó.

-Tienes razón, Flecha-de-plomo. Dispondremos la defensa, pero no podemos dejar a nuestros hermanos a su suerte. Niebla-de-Verano, te hago responsable de la partida de rescate. Cliath -dijo a la manada sin nombre-, él será vuestro líder efectivo. Volved con vida. No podemos perder más Garou.

-Ya habéis oído -dijo Tommy con tono inflexible-. Recoged vuestras cosas, tenéis quince minutos. Iremos a Chicago en mi coche y en el de Paul. Llevad ropa de cambio si podéis y vuestros Fetiches. Nos vamos a la guerra.

Viviane alzó una ceja encantada por el hecho de que les condujesen directos a la batalla, así, a pelo. Pero no rechistó. Hablaba su "Alfa" y los de más Rango. Al menos habían tenido en consideración una de sus ideas.

Con un bufido se apartó del resto y caminó con paso militar hacia la tienda, a por una mochila y ropa.

Todo lo que Donny necesitaba era lo que llevaba en su fetiche y su Rabia. Giró sobre sus talones y se dirigió al coche de Tommy.

Kate asintió brevemente antes de dirigirse ella también hacia la tienda para cambiarse y ponerse ropa más cómoda y adecuada, ya que las prendas hechas con pieles con las que solía moverse por el clan sin duda llamarían la atención en Chicago.

Mientras metía una segunda muda de ropa dedicada en una mochila, pensó en que estaban cometiendo una estupidez muy gorda. Vale, sí, era una oportunidad única de conseguir el reconocimiento y el renombre que tanto ansiaba Ash, pero estaban hablando de rescatar lo que quedaba de los Buscadores. Y ellos no eran más que una pandilla de críos apenas salidos de horno, así que... ¿cómo iban a lograr lo que la manada más preparada no había conseguido?

"Ash debe estar dando saltos de felicidad..." - Pensó para sí, dándose cuenta de que había metido en la mochila, por instinto, una manta de viaje, una caja de cerillas y una botella de agua, así como su documentación humana. Sonrió para sí y la cerró, más contenta de lo que debería, preguntándose si tendría que añadir algunas provisiones a mayores, por si las moscas. Se iban de viaje. A un viaje inmensamente peligroso y posiblemente suicida... pero de viaje. Y hacía mucho que Kate no disfrutaba de la vida en la carretera.

Salió de la tienda sin entretenerse más y se acercó a Tommy.

- ¿Nos llevamos algunas provisiones o no nos harán falta, Tommy? - Preguntó, saciando así su instinto de viajera. En cuanto hubo abierto la boca se dio cuenta de que se había dirigido a él como si siempre hubiera sido su alfa, sin dudar siquiera ni mirar a Ash.

"Quizá no esté tan contenta..." - Pensó para sí, reprimiendo una mirada de soslayo hacia la Philodox. Sí, Tommy tenía más rango que ellos y era lógico que lo hubieran puesto al frente de su inexperta manada sin pensarlo dos veces. Pero eso no tenía por que gustarle a la Digna-Hija-Del-Klaive... ¿Verdad?