Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
Ha llegado el momento.
Durren te ha despertado en mitad de la noche y te ha ordenado que te prepararas para partir. Su rostro, sombrío e inescrutable, te ha impedido saber qué pretendía el enano. Al menos tienes la seguridad de que ésta no es una de las locuras que lleva a cabo cuando está borracho, porque ahora mismo parece muy sereno.
Os habéis escurrido por las calles de Portux intentando no llamar la atención de nadie. No has tardado en intuir que te estaba llevando al gran portón de hierro que separa la ciudad de su desconocido exterior. Nunca has salido de la ciudad. Durren, acostumbrado a ir y venir, y odiado por ello entre los enanos, ya te ha contado alguna que otra cosa sobre lo que hay más allá del portón, lejos de los túneles subterráneos. Parece ser que ahora podrás comprobarlo por ti mismo.
En la oscuridad sólo os acompañaban las sombras y los gemidos de algún que otro mendigo intentando dormir. Durren ha mantenido el silencio en todo momento, aunque de vez en cuando te ha mirado profundamente y con una mirada extraña. Cuando el silencio empezaba a ser ya más denso que el aire, habéis llegado por fin a vuestro destino. Os habéis encontrado con un guardia bastante joven que os ha mirado con incredulidad. Durren te ha dejado atrás y ha ido a hablar con el guardia de la puerta para pedirle que la abriera. El otro enano no ha sabido cómo reaccionar, pero ante una amenaza de Durren que no has llegado a oír, ha cedido.
La puerta ha hecho un estruendo que ha resonado por todas partes. Durren ha cruzado el umbral sin dudar, pero tú...
Ahora estáis en el exterior. Es de noche, y está muy oscuro. Pero algo brilla en el cielo: parece una luz blanca y grande. Durren se ha detenido, observándote.
- Hoy, esta noche... Saldremos de estas Montañas y te enseñaré el mundo.
Al ser despertado sin previo aviso me extrañé, ya que su mirada era más sobria que de normal, no pude detectar que pretendía pero tampco le pregunté.
El camino que tomábamos era hacia el portón, no me lo dijo, pero era muy deducible.
Cuando cruzamos la puerta no pude parar de mirar atrás, hasta que impulsivamente, miré adelante, arriba en el cielo había una... luz blanca muy grande que me hacía quedarme boquiabierto.
Antes de poder preguntarle, me dijo que ésta noche saldríamos de las Montañas Negras para enseñarme el mundo.
Le miré asombrado y no supe que decir; por una parte quería seguir a Durren y por otra... tenía miedo.
Me atreví a decirle ¿Qué crees que pensarán hacer... o en lo que harán Vexen y los demás? Espero que no se cabreen demasiado.
- Sinceramente, chico,- responde Durren.- me importa una mierda lo que piensen. Si ellos están obsesionados con encerrarse en esta ciudad, bien por ellos. Y si creen que yo soy un descerebrado por salir, pues que disfruten viviendo aquí entre rocas y más rocas, rodeados de la misma gente de siempre.
Durren da unos pasos hacia delante, se detiene y se gira para mirarte.
- Eso es la Luna. Es como... bueno. Es la Luna.- se encoge de hombros.- Ya te acostumbrarás.- se gira de nuevo y mira hacia el horizonte árido y rocoso.- ¿Estás listo?
Solté una carcajada al escuchar a Durren, y sonriéndole contesté
Claro Durren, sigamos por donde veas conveniente.
Respiré profundamente y seguí a mi amigo mientras pensaba
¿Uno ha de acostumbrarse a la luz llamada Luna? Desde luego que es asombroso.
Durren empezó a caminar a paso firme, pero manteniéndose a tu lado.
- Supongo que llevas mucho tiempo preguntándote... cosas. Es hora de que te conozcas mejor. Dime, ¿sabes por qué vives entre nosotros?- pregunta, como si tanteara el terreno.
Permanecí en silencio brevemente, y mientras reflexionaba le contesté
He oído indirectamente los rumores sobre mi, pero tan solo sé eso; escuché a Silas decirle a Vexen que tú, junto a ellos dos acompañados por Fivak fuisteis quienes me rescataron de una muerte segura, que no recuerdo nada debido a algún tipo de "shock"... seguía caminando mirando a Durren y a esperas de que me dijera si la información era de fiar.
Durren asiente, pensativo. Parece que vaya a decir algo, pero el silencio se alarga. Se alarga hasta ser un poco incómodo. Luego tenso. Entonces mira hacia lo lejos y hace un ademán para señalarte todo el paisaje.
-¿Qué te parece esto? Bonito, ¿eh? De día, el Sol lo hace brillar todo mucho más. Es como la luz mágica que usamos nosotros, pero natural. Es curioso.- explica. Se acera a un barranco y señala hacia abajo.- Eso de ahí es el camino que conecta Portux con el camino que hicieron los humanos. Ese camino va hacia el sur. Allí hay muchos humanos.- te mira, como esperando una reacción. Entiende que debe explicarse un poco más, así que continúa.- Te estás haciendo alto, chico. Ya tengo que mirar hacia arriba y todo. Los humanos, como tú, son larguiruchos. Y bastante endebles. Igual que tú.- te da un golpe en el brazo y sonríe.
Cuando estaba apunto de decirle algo para romper aquel silencio incómodo, se adelantó enseñandome un camino que conectaba con el mundo de los Humanos; era hacia el sur.
El comentario sobre mi me hizo reír y le contesté
Jajajaja, es verdad Durren. Y bueno, ¿es por ese camino por el que iremos?
Siempre se he oído que el mundo humano está contaminado y podrido... que no son de fiar, ¿será así?.
El enano parece relajarse ante tu reacción.
- No, no es ese. No iremos hacia el sur... al menos de momento.- sus ojos se iluminan con un destello.- Ahora iremos hacia el este. Allí no hay mucho, salvo más roca.- se encoge de hombros.- Sólo quería enseñarte el camino.
Se gira y camina hacia la izquierda, subiendo una pequeña ladera.
- El camino no será tan fácil, te aviso. Espero que tus años de trabajo te hayan fortalecido un poco, porque no quiero tener que oír tus lloriqueos, ¿vale?- suelta una risotada mientras sigue subiendo la ladera.
Seguí a mi gran amigo y mentor mientras le contestaba firme y energéticamente.
Luego estube contandole sobre mis puntos flacos en batalla, en cómo podría mejorar mi efectividad, y sobre mi pasión; la herrería.
Empecé a sentirme muy felíz.
Por cierto, ¿el tema del equipo?
Gracias ^^
Durren te guía por el camino que ha elegido. Realmente no es tan difícil como te ha advertido, pero quizá sea porque están en forma y no te parece complicado. Camináis durante mucho rato, quizá una hora, y él llena el silencio hablándote sobre cosas del exterior: las plantas que crecen allí, las estrellas y las constelaciones, los animales que puedes encontrar...
Al final, Durren se detiene en seco al llegar a un valle. Tras contemplarlo durante unos instantes, baja la colina en completo silencio. Llegáis a lo que parece ser una antigua cantera, porque allí se trabajó el terreno. El enano se acerca a un solitario árbol de grueso tronco y hojas verdes que parece haber caído del cielo. Se agacha y tantea el suelo con suavidad.
- Mira este lugar. ¿Qué te viene a la mente?- pregunta tras el largo silencio.
De momento sólo tienes lo que hayas cogido para el viaje: raciones, ropa, y poco más.
Pero... ten paciencia. :)
Estaba realmente asombrado con cada una de las palabras que me decía sobre El Mundo; le contesté y pregunté desde mi perspectiva y sabía darme los argumentos.
Nos paramos en aquél valle y Durren se dírigio pensativo hacia un árbol, llegó y tocó el suelo; me extrañó su comportamiento, hasta que me preguntó que era lo que me venía a la mente.
Respiré profundamente y cerré los ojos con la intención de sentirme Uno con el lugar....
Motivo: Memoria
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 18 (Exito)
He visto conveniente hacer una tirada para recordar , si por lo que sea ahora mismo no es viable, la dejamos pasar jeje.
Perfecto a lo del tema del equipo. ;)
Cierras los ojos y, aunque al principio veas sólo oscuridad, algunos recuerdos empiezan a aparecer de la nada. Ese lugar te suena. Ese árbol se te quedó gravado a la mente: un árbol solitario en medio de la nada. Oyes gritos. Tanto de hombres como de una mujer. Los hombres parecer reír y disfrutar, y alguno de ellos da órdenes. La mujer respira profundamente y tropieza muchas veces. Tiene miedo. Pánico.
Ves una imagen: estás en el suelo. Te rodean las sombras. El árbol contempla la escena en silencio. Las sombras se mueven de un lado a otro. El acero corta el aire: alguien ha desenvainado una espada. Luego, la mujer grita y notas cómo se cierne sobre ti.
Te protege...
Y entonces ves la sangre.
¡Una tirada muy buena!
- Chico.- la voz de Durren te saca del sufrimiento que te provocan los recuerdos.- ¿Estás bien?
Cuando volví más o menos a la normalidad en mi consciencia, derramé unas lágrimas , me miré la mano y pregunté a Durren
Durren, ¿que... que pasó aquí?
Durren te observa con un semblante sombrío.
- Aquí fue donde te encontramos.- dice con seriedad.- Justo aquí. Hace ya tanto tiempo...- niega con la cabeza y vuelve a mirarte.- No me andaré con tapujos, puesto que parece que ya empiezas a recordar. Lo que encontramos aquí no fue muy agradable. Tú eras sólo un niño, quizá un recién nacido. No tengo ni idea, los bebés humanos son raros.- se calla para volver a la formalidad de la conversación.- Estabas en brazos de una... mujer. A ella la habían decapitado, y sin embargo te cogía con firmeza...- recordarlo es duro incluso para alguien como él.- No sabemos por qué ni quién ni cuándo. Ni siquiera sabíamos quién era ella. Lo único que podemos suponer es que... era tu madre.- dice esas palabras con un hilo de voz, como si decirlo en voz alta le pareciera ofensivo.
Miré a Durren con ojos llorosos, me acerqué a su lado, limpie mis lágrimas y me sinceré con él
Durren.... Sí, puede ser que aquella mujer fuera mi madre; pero tú eres quien ha ejercido cómo mi única familia. le sonreí con determinación.
Me senté en el suelo y respiré para aliviarme
Agradezco que no me hayas contando nada de ésto años atrás; probablemente me hubiera jodido mucho, pero ahora siento que es diferente, gracias Durren.
Me levanté con mucha energía ¿A dónde vamos ahora? sonreí despreocupado; aunque me hubiese dejado mal cuerpo aquél recuerdo, no permitiría que arruinase mi momento presente.
Durren se encoge de hombros.
- Pensé que querrías saberlo. Al fin y al cabo, eres un humano entre enanos. ¿De dónde habrías salido, de una piedra?- se ríe y te mira.- Podemos quedarnos un poco más, si quieres. Supongo que esa noticia será... difícil de asimilar. Tómate un descanso.
Sonreí y pensé en el gran respeto y admiracion que tenía por Durren. A su consejo respondí aceptando
La verdad es que no estaría mal parar aquí un rato para descansar; más vale coger fuerzas para el camino.
Me tumbé debajo del árbol, empecé a aliviar mis tensiones acomodándome.
Me gusta tener espíritu enano. pensé mientras se me cerraban los ojos hasta quedarme dormido sin querer.
Durren te despierta cuando está amaneciendo. Comparada con la luz mágica de las ciudades enanas, la del sol es mucho más resplandeciente, y el color que tiene en el amanecer es hipnótico. El cielo está totalmente despejado y empiezan a cantar los pájaros de los alrededores. Una escena de tranquilidad que pronto se rompe con los berridos de Durren.
- ¡Venga, levántate!- te ordena.- ¿Quién te ha dado permiso para dormirte, maldito holgazán? ¿Acaso vas a perder el tiempo en el exterior durmiendo? ¡Hay mucho que ver!- parece estar más contento. Quizá haya bebido un poco.