Partida Rol por web

Pero que buena vista que tengo desde aquí arriba ji ji ji - dijo contento Achimallén mirando sobre el hombro de Edaith y cuando la chica no le miraba fijaba sus ojitos en las enormes protuberancias – dado el tamaño del duende -, que alcanzaba a ver por el escote de aquella bella muchacha.
No lo se señorita, dijo con dulzura ante la pregunta de la muchacha, pero no me acerque a la mujer con víboras en la cabeza, es mala – susurro -.

Parecía que el tema sobre las flechas, el veneno y el fuego habían pasado... Pero aún así quería expresar su opinión.

- Queridos invitados al cónclave, creo que habéis dicho muchas cosas y señalado a muchos culpables, parece que tras la muerte de Ifrit y la resurrección de Bargas habéis dejado de acusar sin pruebas a nadie. Solo quería decir que la magia está más presente en el cónclave que las armas mundanas como los arcos y los venenos...

Muchos de los aquí presentes son capaces de materializar una flecha, crear el fuego o incluso crear una tormenta de arena. Así que señalar a los arqueros o a los venenosos me parece un error. En todo caso habría que señalar a los mágicos y me temo que cualquiera de nosotros sería capaz de ello.

Por eso he de decir que hasta el momento que no tenemos pista debemos ser cuidadosos con a quien señalamos porque lo más probable es que esta noche señalemos a un inocente.

-En absoluto, solo que alguien no vuelve a la vida por que si.....

Medusa observó imperturbable como se disipaba el remolino de viento y los últimos escorpiones volvían a ocultarse en la arena. Su agraciado cuerpo, presente en los sueños y fantasías de los hombres, reflejaba la indiferencia de su dueña a los últimos acontecimientos, pues ni uno de sus medidos movimientos mostraban emoción alguna.

A tus pies, Bargas, primordial debes ser para el devenir de este cónclave, si han canjeado tu existencia por la de esa criatura. - Dijo mirando el cuerpo caído de Ifrit.

No me malinterpretes, me complace el trueque, la naturaleza del demonio de fuego era pasmosamente tolerante y benevolente.

Mientras acariciaba su reptilinio cabello, habló concluyente con sutil voz.

Tal vez ahora la balanza se equilibre.

El pequeño Rumpelstinski miró inocentemente a Medusa.

- ¿Que balanza? No veo aquí ninguna ...

No daba crédito a todo lo que veían mis ojos, primero el remolino de arena que se lleva a uno y seguidamente vuelve a estar entre nosotros Bargas. Me dirijo hacia el para preguntarle una curiosidad que tenía.

Bargas, si tu estas aquí nuevamente podrás decirnos seguro que tienes alguna noticia, porque sino...de que sirve y ¿para que vuelves a estar entre nosotros? debes de saber algo y si lo sabes deberías de informar para que no estemos acusando a inocentes...

Al ver como Bargas regresaba a la vida dejé el cuerpo del minotauro* a un lado y observé como aquel demonio volvía entre los vivos a cambio de que Ifrit ocupara su lugar en el inframundo. Me crucé de brazos pensativo tras la vorágine de escorpiones y lo sucedido con aquel demonio del miedo así como escuché atentamente las sinuosas palabras de Medusa la cual hablaba de equilibrar la balanza entre los presumibles justos y los indolentes:

-Sin duda el regreso de una criatura del mundo mágico siempre debería ser causa de celebración, sin embargo, vuestro regreso, Bargas, no hace sino confundir mi pensamiento. Bien es sabido que este cónclave señalaba al que ahora yace muerto como vuestro ejecutor y sin embargo aquí estais vos en lugar de él.- ,dije señalando al cuerpo sin vida de Ifrit, -Esto solo hace suponer que bien podría ser justo castigo a los actos cobardes del demonio del fuego o bien era un treta urdida por vos, Bargas.....habré de reflexionar sobre ello. Además, jamás había visto remolino de viento alguno conformado por criaturas con cola venenosa y feroces tenazas por brazos...- ,dije mirando ahora a Mantícora, -Acaso vos sabeis algo de vuestros pequeños hermanos menores. Solo espero que todo esto sea del agrado de los traidores pues grandiosa será la venganza por sus crímenes.-

Mantícora se suma a la conversación - Centauro tiene razón, hay alguna novedad que tengamos saber o que se comente entre los muertos?.

Sombrero alzó las manos al cielo, y como si fuera un predicador dijo en voz alta:

Estais perdidos, aprecio vuestros esfuerzos.
En el bosque no hay luz, es inevitable.
En el bosque no hay agua, es inevitable
La flor se marchita, es inevitable.

Los miro con las manos en el bolsillo y observo el lugar donde cayo el ser de fuego.
-¿O pero acaso no lo hice ya? El fuego era un enemigo de este cónclave y con sus llamas extintas, todo su reinado y podredumbre a muerto con el. O acaso me equivoco Sombrerero.-Lo miro con curiosidad pues el también conocía la verdad.

-Uno de los buenos por uno de los malos.-Sonrió al decirlo, era jocoso que el fuera el bueno en este cónclave, era evidente no había humanos solo mas seres mágicos como el y por tanto nada de interés que deseara.-Creo que a eso se refería Medusa.

Camino hasta ella y poso una mano en su hombro, caminando a su alrededor.
-Sabes... conocí a medusa en el pasado cónclave y sus actos eran dementes a la vez que deliciosos. ¿Sois la misma que recuerdo? De ser así creo que no tendríamos nada que temer de vos

Bargas habia vuelto de entre los muertos,la arena negra en la que se había convertido volvió a traerlo de vuelta,como el miedo,aquella fobia arraigada en el fondo de nuestro ser que nunca se ira. Sin embargo el Dahaka no entendió aquellas cosas como la Muerte o el Miedo y sentía curiosidad.
Pesada y lentamente se acerco a Bargas y lo llamo con un tentáculo de arena.
Bargas, ¿que es morir?...¿duele? alzo la cabeza y miro a Medusa,la cual intento explicarle que era la muerte,esperaba que con la explicacion de Bargas pudiera entender el concepto.

Alzo la mirada para observar aquella criatura rodeada de tinieblas, era un ser cuanto menos... agradable.
-O! Claro que duele, siempre duele.-Dijo seco y distante, pues el conocía la muerte demasiado cerca, aunque nunca una muerte total, por supuesto.

-Pero acaso tu quien vive en la neutralidad de su mismo ser, ¿Sabe lo que es el dolor? Que curioso verdad, No reconoces la muerte pero si el dolor. Dime cual es esa razón, ¿Acaso has echo daño a alguien antes?-Alzo una ceja mostrando curiosidad, muchas cosas parecían dibujarse poco a poco.

Me hicieron daño... una vez Respondió aquella mole de arena negra cambiante recordando su debilidad,su única y letal debilidad.
El Dahaka siguió mirando a Bargas esperando que terminara de explicarle que es la muerte.

-¿Una vez? Ya veo y ¿Podemos saber quien es aquello que puede herir o dañar a lo eterno y siempre vigilante?-Tenia claro que mientras estuvieran en el conclave todos podian morir, pero tal vez aquel curioso Shen hablaba del pasado, un pasado mas haya de esa reunion.

Me acerco levitando hacia el caido que ha vuelto a la vida -Bargas, hermano traidor, no se que has podido hacer para volver a la vida ni con quién has debido de hacer un trato, dado que ya pactaste en su día con el demonio, pero me gustaría saber si estás seguro de que Ifrit era uno de los asesinos o solo son intuiciones tuya. Pero no quiero saber porque lo sabes, ya que si me lo dices lo sabrán todos -le pido al demonio -Pronto llegará la noche, Edaith, si esta noche te quedas de guardia te acompañaré ¿alguien sabe donde está Atalanta y el dementor?

Hacia incontable tiempo que nadie tocaba su cuerpo. Cuando Bargas posó una mano en su hombro, las serpientes súbitamente se irguieron y mostraron sus afilados colmillos, desafiantes.

Sin embargo, a Medusa no pareció importarle, su semblante siguió inmutable.

La demencia se desprendió de mi hace tiempo, o se mezcló tanto con mi ser que ya no la percibo. Así que en cierto modo no soy la misma de aquel cónclave.

Se separó de Bargas, tan repentinamente que pareció sobrenatural, al instante estaba a varios metros de cualquier criatura.

Puede que nuestra motivación sea semejante aquí, pero no vuelvas a tocarme.

Pronuncia las palabras sin turbación. Su mente ya estaba en otro lugar, analizando la locura del sombrerero, que le parecía cautivadora.

- !Estoy aquí, Arcángel! - Saludo justo desde su espalda- No he podido irme muy lejos, seguimos encerrados. Si quiereis puedo acompañaros durante la guardia, aunque si no os importa dejaré el arco y las flechas de momento. 

Dejo mi carcaj y mi arco a resguardo en el interior de un tronco. 

- Ya me han dado bastantes problemas hoy, además si veo a alguien sospechoso, tendré que correr para atraparlo y eso lo hago mucho mejor sin nada a la espalda.

Me adelanto lentamente dirigiéndome a Bargas, algo que ha dicho me ha confundido...

-Bargas, el fuego en sí no es enemigo de nadie, de hecho todos hemos podido observar que la guardiana, quién nos convocó, era de este elemento... Sinceramente no se si Ifrit era maligno o si tú tienes algo que ver en todo esto, pero creo que deberíamos limitar el asunto de que los elementos son malignos... Los elementos son los que nos dan la vida a nosotros y a todo este mundo. Sin uno de ellos estaríamos todos acabados...-

Me giro un momento para observar al arcángel y luego vuelvo a mirar a Bargas.

-Aclarado eso, a mi también me gustaría saber si de verdad descubriste a Ifrit como asesino, ¿estás seguro de tus afirmaciones?-

Atalanta porque dejar tu arco para hacer guardia...entonces todos los demás dejemos nuestras armas a la vista de todos. Son tonterías el quitarse uno su arma para no ser sospechoso, aquí todos por ahora somos sospechosos e inocentes...

Y lo de Bargas...nunca trae nada bueno aquí para nadie...

No se fiaba ni un pelo de Bargas se le da muy bien la palabrería como algunos otros de los seres que estábamos reunidos.