Partida Rol por web

Intenté volverme a hacer invisible ¿Qué estaba pasando? ¡Seguro que sí que había algún encantamiento anti invisibilidad! Miré con cara de fastidio al resto y vi que Beth si que lo conseguía. Entonces, sin rendirme, intenté hacérselo a Aengus, visto que él tampoco podía. Pero nada, no había manera. 

- ¿Tan manca me he vuelto?- Pregunto fastidiadad. - Me refiero a que deberíamos estar en contacto, para saber que estamos ahí.- Le digo a Beth sentándome en el suelo, intentando calmarme para que el hechizo saliera bien. 

-¡Gracias!

Sonríe coqueta y se despide del guardia. Una vez está lejos y sola, se relaja un poco. La verdad es que se siente incómoda con tanto maquillaje y esa ropa que lleva, pero tiene que hacerlo por el bien de la misión. Si todo sale bien, estarán en casa de Emily antes de que suene ninguna alarma.

Se acerca al ascensor que ha dicho y espera que no haya nadie para hablar con Lucas antes de iniciar el plan.

Erm asintió a las palabras de Beth y Vilma, ambas ideas eran buenas y coherentes, por algo formaban un equipo, a pesar de tener el "titulo" de mago por la escuela oficial de Alemania, Erm parecía estar algo verde, pero ciertamente, el tener a Beth cerca y sobre todo al sentir como sus dedos se entrelazaban entre los suyos, le dio fuerza suficiente como para efectuar con éxito el hechizo de invisibilidad... sin duda se sentía mejor con ella al lado y la calidez de su mano lo hizo sonreír de manera serena conforme su cuerpo desaparecía de la vista de los demás...

Pues empezábamos bien. No sólo había fallado en mi hechizo mientras confiaban en mí, sino que eso había hecho que Sean acabase herido nada más empezar. Sean, la última persona en el mundo a la que querría hacer daño. Tuve que contenerme para parece profesional y no saltar encima suyo a curarle todos los rasguños mientras le lloraba pidiéndole perdón.

Tragué saliva para evitar montar un espectáculo y escuché al americano informar de que no podíamos entrar. Miré a mi alrededor descubriendo varias posibilidades, así que se las señalé a los chicos.

- Deberíamos poder entrar por esos conductos de ventilación. Sale aire caliente, así que probablemente llevan a la sala de los dragones - O a una cocina. -añadí mentalmente. - Podemos desatornillar las bisagras de la puerta si los conductos se os hacen estrechos - y es que yo era poca cosa, pero Sean y Clark eran hombres hechos y derechos. - O marcarnos un Santa Claus y bajar por la chimenea, pero ahí os dejo a vosotros controlar la caída. El conducto de ventilación parece la forma más segura, con lo que es mi primera opción, - no quería más peligro del necesario antes de llegar a los dragones, ya había herido a Sean sólo con el aterrizaje. - pero también lenta y con poca movilidad. - o al menos para ellos. Yo seguramente podría entrar con pocos problemas, pero no debíamos separarnos. - La única entrada dónde podemos caminar o correr los tres a la vez es la puerta. Un Relashio debería funcionar para hacer saltar los tornillos.

Las tres estaban preocupadas por haber perdido al trío de vista pero no había mucho que hacer más que seguir con su camino, ya olvidado el tipazo de su mujer. Bueno, realmente no olvidado pero por lo menos aplazado de forma indefinida hasta que pudiera pedirle una exhibición con bata de doctora y sin público indiscreto.

Por supuesto, la situación era demasiado apremiante como para entretenerse en aquello y lo peor era que Eileen, bajo presión, no acostumbraba a pensar bien. De modo que ahí estaban, en un ascensor que bajaba desesperantemente lento y que a pesar de todo iba demasiado rápido para el tiempo que tenía para reflexionar sobre ello.

- Veamos. Esos dragones están aquí por el tema de la poción así que tenemos dos o tres opciones. O nos hacemos pasar por investigadoras que venimos a extraer su sangre, algo que seguramente ocasionará que nos reconozcan o...por gente en la que nadie se fija. Véase los que les dan de comer... - ahogó un suspiro resignado -... o por los que limpian los excrementos. ¿Qué opináis?

Por desgracia para Tabatha el ascensor estaba a rebosar de gente. Un total de nueve magos y brujas se arremolinaban en aquel pequeño espacio. Cupo de milagro, en medio justo del ascensor que pronto se puso en marcha tras la llegada de aviones de papel voladores. 

Con la sacudida inicial el ascensor se movía a una velocidad algo lenta. Y es que cuanta más prisa tiene uno más lento pasa todo. Un chico a su izquiera la miró de reojo, parando en su gran y pronunciado escote; sonrió ligeramente y le habló:

- Me alegro de haber cogido este ascensor en el momento de más tráfico humano.

- Supongo que no nos quedan muchas más opciones.- comentó Zoey, preocupada mientras el ascensor continuaba descendiendo- Pero que sepas que el excremento de dragón tarda semanas en quitarse en condiciones. Sobretodo el olor. En un caso tuve trabajar con uno y...- puso cara de asco total. De solo recordarlo le daban arcadas- ... fue una muy mala experiencia.

Stana, con la mente puesta en Bella y en dónde se encontraría y cómo, no opinaba nada. Lo suyo era, desde siempre, dejarse llevar. 

Ciertamente era la única manera de saber la posición de los demás, pero eso les quitaría movilidad. Vio que Erm se volvía invisible y que solo sabía dónde estaba gracias a su mano entrelazada. 

- Vale.- admitió- pero si nos perdemos por algún casual nos vemos o aquí en la salida o, si alguno se hace con el objetivo, en Hogwarts. ¿De acuerdo? En mi despacho. He dejado la chimenea abierta y vigilada.

Dicho aquello apuntó con su varita a Vilma y sin siquiera pronunciar el conjuro la volvió invisible. A continuación hizo lo mismo con ella y con Aen aunque no le apetecía nada la idea de no saber la posición del chico. No terminaba de fiarse de él. Afianzó su mano con la de Ermendrud y buscó a tiendas a Vilma.

Mientras, Aengus, que había estado en todo momento al lado de su amiga, le cogió de la mano con manos sudorosas. 

- Cuando digáis.

- Si hay que bajar hasta el sótano lo mejor será no hacerlo por lugares visibles. La chimenea es posible que llegue hasta abajo. Las calderas suelen estar en los sótanos, ¿no? El conducto de ventilación... no sé dónde hará más calor.

Emily podía caber perfectamente por ambos sitios, pero Clark y él eran mucho más corpulentos. 

Clark:- Quizás la chimenea tenga menos intríngulis. Será recta en su mayor parte y podemos sujetarnos bien. Tendrá paredes menos resbaladizas.

Sean:- Mejor hacernos un casco burbuja. 

De nuevo volvieron a mirar a Emily, esperando su opinión aunque ellos estaban bastante seguros de por dónde continuar.

Ahí hay demasiada gente en un lugar tan pequeño. Y encima no puede aclarar el plan con Lucas porque, obviamente, no lleva a nadie en el bolso. De pronto escucha el comentario de alguien que está a su lado. Inclina un poco la cabeza para mirarle.

-Pues yo creo que deberían modificarlos para ser más grandes. ¿No hay hechizos para eso?

Claro que sabe que hay hechizos para eso... su bolso es testigo de ello. Pero claro, está haciendo el papel de rubia tonta así que debe continuarlo hasta el final. Hay demasiada gente ahí como para cambiar la personalidad que han creado para la misión.

-Yo habría cogido el siguiente.

- No seas quejica - le susurró a su mujer en un tono mucho más suave que el que hubiera empleado en cualquier otra persona que le viniera con esas quejas cuando se jugaban la vida.

Claro que, a decir verdad, la idea de llenarse de excremento de dragón hasta las cejas tampoco la seducía. Pero si aquello implicaba correr menos riesgos, estaba dispuesta a jugársela. Su opción habitual hubiera sido la de desilusionarse pero algo le decía que tendrían hechizos contra los intrusos invisibles de modo que valía la pena decantarse por el plan más seguro.

- Ahora tenemos que decidir qué hacer una vez estemos allí - Eileen tenía un plan B, como siempre. El plan A era de algún modo salvar o liberar a los dragones pero el B era un frasco de veneno que guardaba en un bolsillo secreto de la túnica. Si todo salía mal, envenenaría el agua y acabaría con todos, pero por más práctico que fuera no quería acabar con toda una especie sólo porque la humanidad la utilizara para sus caprichos -. Primero tenemos que saber cuántos dragones son. Dudo que haya muchos pero tenemos que ver si existe alguna posibilidad de que nos los llevemos. Liberarlos sería peligroso. Quizás podamos hacer un traslador para llevárnoslos.

Dedicó una media sonrisa al comprender que la rubia era bastante tonta. Bien. Eran su especialidad. Se habría girado entero para mirarla pero el ascensor estaba demasiado abarrotado. Así pues simplemente giró la cabeza:

- Si hubieras cogido el otro, o yo, no nos habríamos conocido.- comentó con su mejor voz seductora. Levantó un poco el brazo y le mostró la mano abierta, para que se la estrechara- Soy Adam.- Y si acercó hasta el oído de ella para susurrarle mientras le guiñaba un ojo- Departamento de inefables.

Zoey aguantó poner una mueca. Tenían demasiadas posibilidades en aquel plan. Todo dependía de lo que fueran a encontrarse a continuación y ella era una persona a la que le gustaba tener cada movimiento pensado. No saber a qué se podían enfrentar la ponía nerviosa. 

Stana:- Vale. Yo os sigo.

Finalmente el ascensor cesó su descenso y las puertas no tardaron en abrirse. Y... casualmente allí había un pasillo corto con siete puertas - tres a cada lado y una al fondo-. Las puertas eran de metal, macizas, y todas ellas iguales. La única diferencia radicaba en que en la del fondo no había una ventana que mostrara el interior. Fuera, a cada lado de las puertas había un panel sin números. Un detector de huellas. 

Ni Zoey ni Stana, a ambos lados de Eileen, salieron del ascensor. Pronto las puertas se volverían a cerrar.

Alza una ceja, mentalmente. En su cara solo tiene esa expresión de niña tonta que no se da cuenta de nada. Ella está muy enamorada de Lucas y ese chico, para ella, no le llega ni a las suelas de sus zapatos. Pero tiene que continuar jugando su papel. Hacerse "amiga" de alguien del ministerio puede ser beneficioso para su misión.

Le sonríe.

-Ashleigh - le estrecha la mano -. Es mi primer día... creo que voy a... - hace como que no se acuerda del departamento...

Tarda unos segundos. Se mantiene pensativa y Adam puede hasta ver como las pequeñas ruedecitas de hamster de su cabeza intentan funcionar.

-Ah, sí - dice contenta -. Departamento de Aurores... tengo una prueba hoy.

No es que a Eileen le gustara nada de aquello, a decir verdad distaba mucho de sentirse cómoda con la situación pues para que eso se diera ni ella ni Zoey deberían verse implicadas en la operación que, por otra parte, debería llevar meses de preparación tras una investigación exhaustiva de las circunstancias exactas. Pero dado que iban a la aventura sólo podían trazar un plan inexacto y debían aprovechar una capacidad para improvisar que Eileen dudaba que tuviera.

Y ahí estaba la primera prueba. Un pasillo lleno de puertas que requería una huella dactilar que no tenían, por no decir que no sabían cuál era su puerta.

- ¿No podían poner indicaciones? - refunfuñó con disgusto antes de dar el paso que la sacó del ascensor -. Creo que si aplicamos el calor suficiente al panel podemos hacer que detecte la huella anterior...

Conforme se percataba de que Ashleigh era perfectamente el tipo de mujer con la que podría acabar pasando la noche, Adam ampliaba con su sonrisa y satisfacción, viéndose ganador al tiempo que observaba cómo la rubia intentaba darle cuerda a su inteligencia:

- Oh, el departamento de los chicos y las chicas malas. Un lugar peligroso, sin duda.

El ascensor paró en una de las plantas y mucha gente se bajó y otra tanta subió. Al parecer aquello era siempre así de ajetreado. Cuando volvió a funcionar igual lo hizo Adam, ahora pegado prácticamente a Tabatha.

- Creo que necesitarás a un hombre que te proteja por ahí.

Se asomaron al hueco de la chimenea, observando que era algo estrecho. Emily cabría sin dificultad e incluso, si mantenía los brazos pegados al cuerpo, no tendría problema en una caída libre. Pero Clark y Sean tendrían que ir descendiendo con más cuidado. Al menos parecía no hacer mucho calor ni haber mucho humo.

Sean:- Vamos.

Cada uno se apuntó con su propia varita para realizar el encantamiento casco burbuja, pero a Emily no le salió, ni a Sean. Y habrían pensado que había algún tipo de protección de no ser porque a Clark sí le salió. Les miraba como esperando a que hicieran lo mismo algo que a Sean pareció molestarle. Ya tenía que ir el americanito de listillo.

Clark:- Iré primero.- comentó al notar la tensión en Sean y se metió en la chimenea, perdiéndose por ella.

Sean miró a Emily, varita preparada.

Sean:- Vamos allá. No quiero que se aleje demasiado.

- Por intentarlo que no quede. 

Sutileza. En otras circunstancias habría bromeado con que era extraño que Eileen dejara su brusquedad de lado para hacer las cosas con cuidado e intentando no explotar cosas. Pero lo dejaría para cuando salieran de allí. 

Se paró en la primera de las puertas y se asomó en el interior. Parecía un laboratorio. Típico de un hospital. Todo parecía muy limpio, ordenado, con maquinaria muggle especial, calderos y gran cantidad de ingredientes. En esos momentos había trabajando cuatro personas. Parecían absortas en sus investigaciones y ni siquiera se molestaban en mirar hacia ningún otro lado que no fueran sus probetas y sus calderos.

- Ahí no parecen estar los dragones.

Asentí a las palabras de Beth antes de volverme invisible ¡Já, ella sí que podía y yo no! Estaba claro que ese sitio debía rechazar magia poderosa como la mía. No me daba buenas vibraciones... Quizás sería un estorbo más que una ayuda ya que mi gran magia no funcionaba ahí. 

- Vamos allá...- Susurro agarrando fuerte las manos de Aen y Beth y notando que el chico estaba sudando. - No te preocupes, Aen... Todo va a salir bien.- Dije un poco por decir, ya que no creía en mis palabras. Ni a Erm ni a Beth los veía muy capacitados para esta misión, y mucho menos a Aen quien llevaba preso y sin varita desde principios de séptimo. Pero, si moría, por lo menos lo haría como un héroe. 

Comencé a avanzar.