Partida Rol por web

Tim suspiró intranquilo mientras miraba a su compañera de casa.

-Debemos esperar-dijo convencido. Tras los sucesos del año anterior había aprendido a ser paciente y en ese momento sólo podrían perder. Las cosas se estaban desmadrando demasiado rápido y su desconocimiento de los asuntos mágicos no ayudaban.

Nervioso, cogió la copa que estaba delante suyo y comenzó a agitarla. Había visto a su abuelo hacerlo millones de veces cuando, suponía, estaba intranquilo. Así que desde hacia mucho tiempo ya lo tomaba como una costumbre para desatascar sus pensamientos.

"Ojala tuviéramos alguna pista" pensó.

Estaba terminando de masticar el último trozo del filete cuando, por una de las puertas cercanas al lugar donde estaban los profesores, entró la directora. Su rostro mostraba rudeza, al parecer lo que estaba ocurriendo era bastante grave.

Mi madre entro por la puerta central y mientras se dirigía a la mesa de los profesores nos miramos un momento..un momento que me transmitió cariño y serenidad, que alegría me dio ver que estaba bien, aunque su rostro se torció cuando seguidamente fijo su mirada en la prefecta. Odio, esa es la palabra adecuada para expresar lo que reflejaba su cara.

Mi atención se centro en las palabras de la directora y sorprendentemente el nombre de la otra chica a la que acusaba mi mama era la hermana de Troy, ahora entendía un poco más su extraño comportamiento últimamente. También me sobresalte al escuchar que el ministerio de magia estaba de camino, y es que si mi madre estaba en lo cierto era extremadamente grave lo que estaba pasando.

Entre murmullos tras lo acontecido, la directora llamó a los implicados a colocarnos frente los profesores. Me levante enérgicamente de mi sitio y caminé con la decisión de aquel que sabe que no hizo nada malo y por lo que no debería temer nada. Sonreí discretamente a mi mama y baje la mirada centrándola en la comida que tenía los profesores en su mesa. Aquí estoy

Vissel se dirigió a mi madre y como si de una amenaza se tratase mi madre la contestó de una manera que nunca habría creído que fuera capaz.  Por un momento quería que todo terminase y así no volver a ver a mi madre tan agresiva.

Sin que nada pareciese perturbar el siempre sereno rostro del muchacho, Austin bebió un sorbo de zumo de calabazas mientas ignoraba con completo estoicismo la entrada de la directora en aquel lugar. Acción que, a entender del muchacho, no era más que una llamada de atención hacia su persona, una forma incorrecta de conseguir que todos los presentes se diesen cuenta de su aparición.

Y es que para Austin, aquellas acciones impulsadas por las emociones, no eran más que un garrafal error, una pérdida completa del sentido del coro e incluso de la prudencia que debería ser emblema de quien gobierna dentro de aquellas antiguas y ajadas paredes.

Pero, así como aquel portazo le había parecido desproporcionado, la llegada de los demás tampoco le causo mayor impresión, creyendo, que todo aquél circo era completamente innecesario. Pero aun así se acomodó en su silla, y paseando la vista por el gran comedor, guardó silencio a la espera de ser liberado, y poder de una buena vez, atender los asuntos que realmente reclamaban su atención.

Incluso antes de la llegada de la Directora, la tensión entre algunos profesores y algunos alumnos era visiblemente palpable. Podría incluso cortarse con un diffindo. Incluso para nosotros, los tejones. La aparición de la cabeza de Hogwarts no hizo sino crispar aún más los nervios de todos; pero, los que peor lo debían estar pasando eran Kerry y Marty. Bueno, estoy segura de que Vissel o Agnes no estaban tampoco en su mejor momento.

El Prefecto de nuestra casa ya se había asegurado de calmar a Renê, por lo que solo me quedó mirar a Tim y levantar una ceja, en señal de desconcierto. Me acerqué para hablar con él en susurros. -Esta tensión me está matando. Va a venir el Ministerio, la madre de Kerry parece desquiciada... y nosotros aquí en vilo.  Mi pierna se movía arriba y abajo, incapaz de quedarse quieta por el nerviosismo. 

En un inicio iba a volver a concentrarme en lo mio, esperanzado de que la comida continuara más cómoda, pero el destino tenía planes muy, muy diferentes, y me fije en ello cuando la directora apareció, con una expresión tal que dejaba claro que no traía buenas nuevas.

Estaba claro que aquel año no empezaba con su mejor pie, suspire, puest que ella encontraba siempre el modo de dar malas noticias.

Y la mala noticia esta vez incluía a Slytherin, a una Slytherin, a Agnes Knight y mis ojos se abrieron de par en par, dejando caer la cuchara en el plato, la sopa salto ensuciando un poco la mesa pero ni le preste atención, el pasmo me cruzaba la cara de manera evidente... ¿Que podía tener ella que ver en eso? me pregunte ... ¡Si no tenía ni su varita!

En ese momento apareció la fabricante de varitas y por su expresión no traía deseos de paz y amor, mire alrededor al resto de la mesa de mi casa, para ver si al menos estaban tan sorprendidos como yo y a verme reflejado en la reluciente vajilla y ver mi expresión la calme enseguida, espantado de haberme dejado llevar.

Pero simplemente no tenía sentido, lo que estaba pasando

¿En que problema se habían metido ellos? ¿En que momento?

Tan perdido había estado en esos días que las cosas se habían hecho... tan tormentosas que no tenían sentido...

Entre tanto alboroto, la directora aprovechó para hacer otra de sus ridículas entradas a fin de llamar la atención de toda la escuela. A fin de no contentar sus más que estúpidas intenciones, seguí ausente a todo lo que me rodeaba, prestándole atención únicamente a lo que tenía sobre el plato, aunque no podía negar que la llamada de Agnes había despertado algo de curiosidad en mi interior. Solo levanté mis ojos de la mesa para ver como la chica se levantaba de ella y se dirigía junto a los profesores y desde que lo hizo, mi mirada volvió a fijarse en el objetivo que llevaba teniendo durante toda la comida.

Pese a todos los numeritos que se estaban sucediendo en tan poco tiempo, por fin hubo algo merecedor de mi completa atención, algo que hizo que dejara tenedor y cuchillo sobre la mesa para centrar todos mis sentidos sobre la directora. Esperaba que la llegada del Ministerio trajera buenas nuevas consigo y que uno de los presentes pudiera ser mi padre hacía que un sentimiento de alegría y sobre todo orgullo me inundara por dentro. No quería que se me notaran los aires que de repente se me habían subido, así que aunque estuviera impaciente por ver quiénes aparecían me mantuve firme y con un gesto neutral en todo momento - A ver si por fin alguien consigue hacer algo decente en este colegio...

La directora escuchó la pregunta como si llegara desde la lejanía. Volvió su mirada al presente y con poca fuerza le dijo a Marty.- Si... se va a leer el resultado de vuestra legeremancía, y siempre se hace desde la presencia del Legeremante... espera junto a Helda...

Un escalofrío recorrió su cuerpo, sin más se puso recta sobre su respaldo, para esperar mientras observaba la puerta central del salón, a lo lejos... con una presencia regía, intentando recomponer su alma hecha añicos.

El prefecto se ponía serio ante todo aquello, y escuchaba como Flamel pensaba salir de allí como Pedro por su casa, sin importar si el ambiente era tenso o si había problemas. Por primera vez la voz del prefecto sonó dictatorial y dijo agarrando la muñeca de Artemis.- Deja de hacerte el caballero y respeta el momento, la mayoría de tus líos son por que prefieres ser caballeroso a ser lógico.

Si quieres jugar a los caballeros, empieza por la cordura... Esto no es ningún juego Flamel... La directora no estaría así por un juego...

La violinista situada entre Anne y Renê, calmó con una mano en el hombro a la chica de segundo y empezó a hablar, aunque sus palabras iban más bien a la otra chica, sus labios se movían esperando consolar a ambas dos.- Tranquila Anne, seguro que el ministerio sólo viene para marcar imagen, como un sello... es lógico después de lo del año anterior.

La mesa Ravenclaw se iba desalojando a la vez que Robert, miraba a la directora y su cara tornaba en asco. En voz baja dijo a la vez que negaba con la cabeza.- ¿Y de verdad piensa la vieja zorra que da pena...? Quiere más su prestigio que a su propia sangre... Miserable...

Apretó los puños y siguió mirando la escena sin perder detalle.

El llamamiento de Agnes sorprendió también a Greengrass de lleno. Empezó a balbucear y luego bebió un poco nervioso de su copa y luego dijo, como si intentase calmar al resto.- Tran.. Tranquilos... no hay, no... no hay na que temer... si... eso es, no hay nada que temer... Es un malentendido, y nada más... Agnes no haría nada en contra de nuestra casa... ya lo sabéis...

Y como si el mismo estuviese más tranquilo, sonrío y siguío comiendo a la vez que saludaba al final de la mesa a Lavinia y Amelia como disparando sus dedos.

Y mientras el bullicio seguía corriendo y alimentándose en la cena; los pasos de Gregory Phots, el conserje, anunciaban su vuelta de los embarcaderos.

Sus pasos se perdían junto al muro de la pared izquierda, mientras serpenteaba entre los huecos por llegar hasta los profesores, a la vez que un grupo de cinco persona llegaba hasta el salón, en formación de punta de flecha.

Los flancos iban protegidos por dos Aurores... Marcus levantó la mirada mientras veía como su hermano Lex, entraba desde la izquierda con su gabardina y aquel porte seguro, a la vez que lanzaba miradas a las entradas, y a las chicas de último curso. Además su hermana Natasha, casi recien admitida en el Grupo Auror iba desde el flanco derecho, con otra gabardina, mientras mordía su labio inferior juguetona, miraba las ventanas y el techo que dejaba ver el hermoso cielo cubierto de nubes oscuras a la vez que pasaba el filo de su varita por el dorso de su propio cuello.

Un paso más adelante de la joven Auror, en la derecha, Thobías Hudson, padre de Robert y tío de Adrien, seguía hacía delante, serío, mientras buscaba la mirada de su hijo para encontrar respuestas, aunque este seguía perdido en observar a la directora sin parar.

Por la izquierda, con un elegante vestido de sedas ceñido, y su pelo ondulado semirecogido, avanzaba contoneante, Belinda Malfoy. Al verla Samuel no se pudo reprimir, sin importar el porqué estaba ella allí, y puso sus dedos en la boca y emitió un sonoro chiflido, para luego decir a sus compañeros de curso.- ¡¡¡ Chicos... esa es mi madre !!!

En el centro de la formación, y más adelantado que ninguno, elgante, recto y firme, avanzaba sin mirar a nadie, sólo a la mesa de profesores, Peter MacQuoid... el Máximo representante del Consejo Escolar... Aunque este no era parte del ministerio, parecía más seguro y figurante que sus acompañantes que si formaban parte de él.

Al llegar a la mesa de los profesores, los tres centrales presentaron sus respetos, como una inclinación, mientras que los aurores se giraron para seguir observando con su actitudes tan dispares y distantes. Luego Thobias, Peter y Belinda se giraron para mirar ahora a los alumnos, y fue entonces cuando la directora se alzó para presentarlos mientras decía sus nombres y cargos, para que no quedara duda de la posición de ninguno y se les respetara por ello.

- Sed bienvenidos al Gran Salón de Hogwarts, y saberos agradecidos por servirnos siempre, por nuestra seguridad y nuestro bien.

Alumnos.... alumnas... Como os dije antes, Hogwarts recibiría una cómitiva esta noche y ella esta compuesta por Lex y Natasha Hadley, aurores que a bien demuestran su talento y así ha visto necesaria su labor el Gerente de Aurores, Gerard Flamel...

Belinda Malfoy... Miembro del Departamento de Cooperación Mágica Internacional.

Thobías Hudson... Miembro del Escuadrón de Reversión Mágica Accidental.

Y Peter MacQuoid... Alto cargo del Consejo Escolar.

De nuevo... sed bienenidos.- El discurso de la directora parecía leído sin emociones que lo tildaran, ni la acusaran de nada, sólo un discurso y nada más... pero su discurso llegaría hasta ahí.

Pues antes de seguir Peter MacQuoid alzo la mano sin girarse hacía la directora ni tan siquiera y dijo.- Deje los halagos... tenemos cosas que hacer.

La directora se calló por un momento, pero no por mucho tiempo, pues siguió y dijo.- Decir un cargo no es un halago... Sólo un nombre y un título... recuerde que yo le enseñé a ser cruel... no pretenda enseñar al maestro y menos en su propia casa... esos juegos sabe usted que conmigo no...

Peter se giró con cara de hastío y dijo.- Podemos seguir, o va a seguir así toda la noche...

La directora se bajo del estrado y dijo a los alumnos, recobrando aquella fuerza que parecía haber perdido antes de la entrada de la comitiva.- Como saben, estabamos a punto de dilucidar el estudio de Legeremancia sobre la Señora Gwen Stone y Vissel LeGrand, que han tenido a bien en ayudarnos para ello, la profesora Frids y Marty Dunnings...- Se giró sobre sus talones para mirar ahora directamente a MacQuoid y dijo.- Hemos tenido en consideración esperarlos, para que lo escuchen por usteden mismos... sería de agradecer que ustedes esperasen entonces a ello también... ¿Verdad?.

Dejo escapar una exhalación de hastío y volvió mientras decía.- Señora Frids... cuando quiera... Parece que "están dispuestos" a escuchar...- Aquella frase se notaba que iba con cierta sorna, pues sólo se había dirigido a uno de ellos.

La vieja asintió y dijo mirando al frente, explicando a los alumnos la técnica.- Para que todo sea más sincero, siempre es alguien ajeno a la trama quien desvela los pensamientos del Legeramente, así se estipulo en el Concilio de Raest III así que habíamos pensado que para ello podrías contar con... - Las palabras de la profesora se cortaron por un súbito movimiento de mano de Peter MacQuoid que sabiendo lo que contenía el mensaje prefería elegir él a ese alguien ajeno. Y sin dudar extendió su dedo y dijo apuntando a Aurelius Collins con una sonrisa.- Lo hará él...

Los ojos de muchos se abrieron como platos, por la fama que precedía a Aurelius... y de nuevo el murmullo y los comentarios nacían mientras que la Directora demostraba su desprecio torciendo su gesto y boca.

Al escuchar las palabras de Aaron, me quede bastante sorprendido y confuso.

En verdad Aaron no entiendo a qué te refieres con eso, pues no tengo idea que tiene que ver lo ocurrido en clase de transformaciones con todo este barullo. 

Pero si no te parece bien que hable con la profesora Joyce sobre eso, pues me espero a la próxima clase y ya está. - respondo mientras sopeso las palabras del padre de Ladien.

¿Por qué él? Esto se enreda más cada segundo. - pienso mientras observo en silencio la escena.

El joven Tim no entendía la sorpresa de sus compañeros. No compartía la selección de la persona "ajena a la trama", dado que no sabía como de ajeno podría ser el profesor de encantamiento, pero a pesar de todo no le sorprendía demasiado.

-¿Por qué han que-quedado con la boca abierta?- Preguntó a sus compañeros de casa.

Tenía la esperanza de que todo se resolviera en seguida. El día comenzaba a ser eterno.

La pequeña leona bosteza tras haber dormido poco la noche anterior, además la situación le sabe bastante aburrida. No tenía nada que ver con los implicados y sentirse una mera espectadora no le apetecía. 

Por esa razón, abrumada por la sensación somnolienta, apoya sus brazos sobre la mesa y cae en un profundo sueño. Completamente ajena de todo, dado que nada tenía que ver. 

Estaba casi quedandome dormido cuando veo entrar a mis hermanos, ¿en serio? ¿no había más aurores en el departamento? Bueno, al menos no había venido padre. Bajo mi cabeza por si deciden buscarme por el comedor, espero que no se queden mucho, lo último que faltaba era que me viesen hacer el ridiculo en las clases de magia...

-Escondedme.- susurro a Austin y Kerry, a ver si podía evitar que me viesen.

Una sensación de calor invadió todo mi cuerpo al ver aparecer la figura de mi padre en el Gran Salón. Sin quitarle los ojos de encima me coloqué firme en el asiento sin poder evitar formar una sonrisa de orgullo por ser él quien estuviera al frente de todos. Por dentro, en cambio, un ligero nerviosismo empezó a apoderarse de mí ante la incógnita de lo que iría a suceder en aquellos momentos, sensación que se acrecentó al ver su reacción contra la directora.

Torcí el gesto dubitativo aunque sin deshacer ni por un momento mi impecable postura - ¿Qué estará haciendo? - Me sorprendía bastante la manera con la que estaba hablándole a la directora delante de todo el colegio, era algo totalmente impropio de él aunque de hacerlo, probablemente tendría un buen motivo. El nerviosismo se fue haciendo cada vez más grande al escuchar las palabras que iban y venían entre los dos, captando, ahora sí, mi total atención. 

Entre tanto mar de sensaciones, un profundo odio hacia la directora empezó a cobrar más fuerza en mi interior. Su comportamiento conmigo había asentado ese sentimiento hacía días, pero al ver cómo osaba responder a mi padre se hizo eternamente más grande. Apreté el puño conteniéndome la rabia al observar aquella cara después de que mi padre señalara al profesor Collins, pero los murmullos y comentarios al respecto se llevaron consigo mi atención de nuevo - ¿Qué pasa? ¿Por qué la gente se ha puesto así por señalar a Collins? - pregunté algo nervioso a mis compañeros de mesa y en especial a Samuel por ser el mayor de los que me rodeaban, lo que hacía más probable que estuviera al tanto de algunos acontecimientos que yo desconociera sobre años pasados.

La verdad es que no me sentía como foco de atención de lo que estaba pasando, no podía ayudar en nada a mi madre. Suponía que la directora me llamo para estar junto a mi madre en estos momentos.

La entrada de los miembros del consejo provocó en los alumnos sorpresa, algunos de ellos eran parte de sus familias y como me paso a mi con mi madre siempre te invade una extraña sensación cuando les ves dentro de estos muros.

El padre de Ladien iba al frente de la comitiva y me pareció que no se llevaba muy bien con nuestra directora, de hecho el fue quien eligió la persona que desvelara los pensamientos de la legeremante fuera el profesor Collins y no quien tenía en mente la profesora Frids.

En ese momento volví a mirar a madre esperanzado que lo que se descubriera en pocos minutos no nos perjudicara, deseaba poder darle la mano a mama, pero no era lo más oportuno.

Yo me siento en un gran momento de TIERRA TRÁGAME.

En momentos como este es en el que deseo que mis poderes principales fuesen la transformación o hacer levitar cosas. La legeremancia está muy bien, pero cuando no te coloca enmedio de huracanes problemáticos como éste.

Me coloco en silencio donde la directora me dice, no perdiendo ripio de las personas que van entrando.

No me inspiran confianza, y mucho menos para hablar o desobedecer. Aún así, yo no dudo en sacar mi carácter si la ocasión lo requiere. 

Miro a los demás en la sala, y todos parecen tan perplejos y confundidos como puedo estarlo yo. Eso me tranquiliza.. en parte.