Partida Rol por web

Un suspiro de tedio, de completo hastío salió de los labios del muchacho al ver como aquel circo seguía su curso sin que ninguno de los denominados adultos hiciese nada acorde a su edad. Ridículo era aquél escaneo público e irresponsable por parte de los mayores obligar a quienes nada tenían que ver, a contemplarlo. No, Austin no estaba nada de acuerdo con lo que estaba pasando y por su mente comenzó a vagar una idea que aunque rechazada en un principio por él mismo, ahora le parecía mucho más apetecible. – Aceptarán alumnos en Durmstrang? – pensó al tiempo que sus labios se mojaban nuevamente en zumo de calabazas.

Y es que si bien al muchacho le encantaba el colegio mágico inglés, no veía razón para que le hicieran perder en aquél asunto horas de estudios e investigación, SUS sagradas horas de conocimiento. Pero relegó aquellos pensamientos para momentos de mayor tranquilidad, y prestando la atención justa para no perderse del todo lo que acontecía, no por interés personal, sino porque afectaba directamente a su casa, el muchacho volvió a abrir el libro en la página que había marcado y continuó con la lectura.

La entrada de los miembros del Ministerio se me antojó teatral. Nada en aquella situación parecía ser real, como si fuera una coreografía ensayada anteriormente. Incluso la elección del profesor Collins por parte del padre de Ladien. Quizá el año pasado me había vuelto un poco paranoica, pero aquello olía raro. 

Bajé la voz para dirigirme a mis compañeros de casa. -Si, yo tampoco termino de entenderlo. Puede que el profesor Collin sea algo... bueno, estricto -seleccioné mis palabras para no herir los sentimientos de Renê-, pero eso no significa nada, ¿no? Lo que haya visto Marty no va a cambiar lo diga quien lo diga -me encogí de hombros, mirando a mis compañeros mayores. 

Marc titubeaba... no sabía si debía responder. Miraba a Renê y luego volvía a callar... Las dudas de Tim y Anne le obligaban a hablar, pero no quería joderla otra vez.

Bufó sin saber como decirlo, cuando la mirada fría de Renê se posó en su mirada, y luego fue hasta el grupo de la comitiva paseando sus ojos, para después  miraros y decir aquello que antes negó a Marc.

Renê estaba fría pero no dejaba de espresar furía con sus ojos, a pesar de que su cuerpo no emitiera ningún sentimiento de ira.- Se supone que no debería cambiarlo Anne... pero creo que Señor MacQuoid ha escogido a Collins por aquel suceso en el que negó la voluntad del Señor Phots y lo dejó en lo que es hoy... una marioneta.

Anné miró la mesa de los profesores mientras esgrimía una figura de asco con sus labios. No había relacionado a Collins con ella, no quería que se demostrase que había sentimiento entre hija y padre. Se echó hacía atrás en la silla y dijo sin apartar la mirada.- El consejo no debería de sacar trapos sucios...

Aurelius asentía a la petición mientras, colocaba su chaqueta con ayuda de sus solapas...a la vez miraba como su hija se dirigía hacía él, sin ningún sentimiento... como él hacía con ella, siempre hacía lo mismo.

Se levanto e hizo una señal de respeto a Katelynn Swann y luego bajo del estrado. 

Sus pasos eran lentos pero seguros, se notaba que iba justo al centro del pasillo entre la mesa de profesores y el resto de mesas donde esperaban el consejo, y los convocados... Marty, Frids, Kerry, Vissel, Agnes y la madre de Kerry.

El camino terminaba justo delante de Marty, que lo miraba dudosa. Y con voz imperiosa sin esperar a que el susto de la pequeña Dunnings desapariera dijo.- ¿A quién leíste tú?... -. Parecía referirse a una cosa o a un libro, más que a uno de los convocados.

Marty con dudas al principio levantó un dedo y dijo con voz pequeña al final.- A... a Vissel.

Hizo un gesto con la mano, que Vissel asintió y llegó junto a ellos. A un lado Vissel, luego Collins y a la derecha Marty. Miró al consejo esperando una señal para empezar y allí parecían ya esperar un resultado. El profesor miró a los alumnos y dijo.- Recuerdos y conclusiones de Vissel LeGrand...

Apuntó con su varita la sien de Marty, esta iba a pedir algo de tiempo, una explicación... pero antes de que pudiera decir nada... sin palabras en los labios del mago, un hilo de plata salía de la piel de Marty que lo miraba estupefacta, mientras el profesor lo liaba con su vara en el aire, creando una nube de plata cuando estuvo lo suficientemente mullida, dejó de tejer, para tras un segundo de calma... extendió por toda la sala, creando un entretejido en la pared que poco a poco se cubría dejando ver un lienzo azulado y gris que poco a poco iba tomando imagenes y proyectando unos recuerdos que Marty sabía que acababa de coleccionar de Vissel pero que sin saber cómo no podía parar... mientras se sentía entrar en trance y caer hacía atrás... Por suerte el profesor Harold Frids, saltó de la mesa y la recogió, mientras las ideas se iban proyectando.

Las primera imagenes mostraban una niña solitaria... sola, de fondo niños jugaban... pero ella miraba con tristeza mientras el libro en sus mano cubría gran parte de su piel...

Un suspiro... un sentimiento.... y la imagen teñida de azul...

Parecía que la pequeña legeremante había conseguido robar alguna idea muy anclada en la propia Vissel y se retomaba demasiado atrás. El propio profesor se corrigió y dijo.- Demasiado atrás... .- Y mientras giraba la varita en sus dedos la imagen se perdía como viajando a otro lugar... 

Vissel llegó por fin arrastrando a Kerry de la mano a la zona de las cocinas casi sin aliento.

Una conversación con un elfo domestico se proyectaba...

De entre todos los reunidos, un elfo se acercó y tras bajar la mirada como cualquier mayordomo podría hacer dijo.- Pynn ha visto a la mujer de las varitas... Y Pynn le ofreció de comer... y a cambio de portarme bien con ella, ella ahora me quita el trabajo.

Señalo un fregadero de piedra tras un armario y dijo con cierta rabia y mirando al suelo.- Los viejos se lo advierten a Pynn y Pynn no los escuchó... ahora deberé de encontrar otro sitio donde servir... por culpa del buen corazón de Pynn.

En aquel fregadero, la madre de Kerry, fregaba unos platos con cierta condescendencia mientras la mirada perdida descubría que estaba más pensando en otra cosa que en como iban a quedar esos platos.

Al ver a su hijo, miró a la rubia que de lejos le acompañaba y con mirada afilada mientras se secaba las manos en su propia ropa decía como si fuera alguien a quien derrotar.- ¿Quién es esa...? ¿Y por qué está aquí...? ¿Es amiga de la otra rubia...?

Antes de que su hijo contestara se dirigió con todo el ímpetu que carga a una madre y sin mediar palabra, llegó ante ella y Pynn. En ese momento...

En ese momento Vissel hablaba con Pynn algo tímida... incluso balbuceaba... no estaba echa a hablar por hablar con el resto sino a hacerlo para demostrar sapiencia.- No te preocupes... esto... Pynn... ella no pretende echarte... solo... intenta agradecer no siendo una carga... supongo... es más si alguien le pregunta por tu trabajo dirá que es....

Las palabras de Vissel se cortaron al contacto de la bofetada que Gwen propinó sobre ella. La mujer delicada que se escondía tras el mostrador y obrador de varitas, guardaba una fiera que toda madre empieza a criar junto a la placenta de sus vástagos.

Los ojos de Gwen se salían de sus órbitas a la vez que su mandíbula inferior sobresalía jadeante, como en un intento animal de demostrar que solo acababa de empezar.- ¿Qué quieres...? ¿Vienes de parte de ella...?

Tras aquello la imagen denotaba una persecución en la que Gwen lanzaba hechizos... y luego volvía a repetir, destruyendo muros, rompiendo piedras, intentando golpear a Vissel.

La persecución llegó hasta el exterior, donde otro grupo de alumnos redujeron a los tres; Vissel, Kerry y su madre estaban atrapados... Luego una mirada a la directora que llegaba con otros profesores y la imagen del recuerdo empezaba a desvanecerse

Vissel miraba a otro lado... sabía muy bien que se reproducía en aquellos pensamientos, pero la imagen de su soledad le hizo mirar aún más al suelo.

Una soledad que parecía que estaba obligada a sufrir.

Aquello no mostraba ninguna culpabilidad sobre Vissel... La directora miraba con ahínco como la pequeña legeremante había sido capaz de ordenar las escenas en su mente antes de que Collins las hilase hacía el exterior... era como debería ser... aquella chica demostraba que iba a ser una grande en lo suyo desde ya.

Las imágenes se sucedden una tras otra y el recuerdo toma forma, el primer recuerdo de Vissel me hace sentir cierta empatía con ella, empatía que no estaba dispuesto a evidenciar en público, sobre todo por el carácter osco y autoritario de la prefecta.

Luego llegó el ataque, un ataque inmotivado y brutal.

Pero ¿Qué diablos hizo Vissel? Ni siquiera cruzó palabras con la madre de Kerry y esta la atacó sin previo aviso. Esto no tiene sentido. - pienso mientras guardo silencio y contemplo como la fiera que se oculta dentro de toda madre cuando su cachorro está en peligro sale a la luz.

Esa visión compartida me hizo sentir mucha desazón. Hurgar en las mentes de los demás no es fácil, pero hacer que mis pensamientos además sean públicos es algo a lo que jamás me acostumbraré.

El hilo de plata de mis recuerdos convertido en una inquietante película de terror, donde una enloquecida Gwen demostraba el sinsentido de su conducta.

Me encogí, arropándome con mis propios brazos, hasta que entendí que yo no tenía culpa de nada. Que sólo era la conductora de unos recuerdos escondidos que muchos no querrían ver... Y han visto.

Miré a Gwen, alzando la vista.

-¿No tiene nada que decir sobre ésto? -le pregunté, desafiante.

El joven Tim observó las imágenes con cautela. Tomando nota de todo lo que ocurría en ellas y que pudiera desvelar algo de ese sinsentido.

-¿Podría alterar el pensamiento al extraerlo?-. Preguntó a sus compañeros de casa mientras miraba pensativo a Marty.

El año anterior habían tenido un enfrentamiento en el que, hasta el último momento, no sabían con seguridad en quien confiar. Y el cambiar la mente de las personas no se le antojaba extraño.

En cualquier caso, no creía que fuera posible delante de todo el mundo.

El ingreso de los representantes del Ministerio fue un momento estudiadamente dramatico y la publicidad que pretendian dar a todo me obligo a fijar los ojos atentos a todo aquello, de haber sido diferente la cosa me habría escabullido porque la tensión se podía cortar con un cuchillo, hasta sentía como patas de ratón los susurros y conversaciones tanto en mi mesa -donde, desde luego eran más cuidadosos- como en las otras, emití un leve gemido de frustración, la verdad fuera dicha me preocupaba Agnes, que de todos los superiores de la casa era quién mas maja era.

Por ello preste atención, sorprendiendome un poco al escuchar la elección del... profesor... aparte los ojos del padre de Ladien para mirar al primero antes de volver la vista y ver de nuevo que pasaba.

Todo parecía tan surrealista e ilogico...

Entonces los recuerdos de LeGrand se mostraron a vista y paciencia de todos, me entraron ganas de apartar los ojos por lo violenta que era semejante violación a su intimidad, todo el colegió lo veía, aprete los labios y no miré más a la comida, en esas circunstancias era imposible relajarse, al igual que la mayoría no dejaba de preguntarme como terminaría aquello.

Con cuidado aparte los ojos de la escena para ponerlos en la casa de Helga, buscando allí a mi hermana.

Ver aquellas imágenes, era como retroceder en el tiempo, pero desde otro punto de vista. Se había reproducido la escena exactamente como la había vivido, aun no se aclaro el porque mi madre acuso a la prefecta, seguro que tenía sus motivos, pero en esas imágenes no se aportaba ningún dato nuevo, por lo menos para lo que a mi se refería.

Estaba lago menos nervioso del momento en el que me presente frente a los profesores, aunque bastante impaciente de ver que nos mostraría la señor Frids.

-No que yo sepa -le respondí a Tim -. No estoy segura, pero creo que en clases nos han dicho que los recuerdos sí pueden ser alterados, aunque no en el momento de extraerlos. Si no es así, corregidme. De todos modos creo que mis visiones no han sido tocadas.. Al menos conscientemente. ¡Por mí, vaya!

Ya bastantes líos tenía ya, no quería verme envuelta en temas de fraudes y falsificaciones. Más aún cuando se trata de mi cerebro.

Echaba de menos poder ir a la sala común y tener algo de paz.. Quizás la situación me estaba sobrepasando.

Las preguntas se sucedían... la miradas se entrecuzaban nada parecía tener lógica... al menos aún. La casa de los Tejones se llenaba de dudas, que Marty intentaba despejar con sus comentarios sobre Legeremancia, tras los cuales Renê Collins aún con la mirada entrecerrada, asentía y decía al resto ya sin esconder la voz.- Es como dice la pequeña Marty... en teoría no podría modificar los pensamientos... o los recuerdos, por lo que no que hemos visto es lo que sucedió.

El padre de Renê parecía orgulloso de la determinación de su hija, por un sólo instante sus labios dibujaron el rastro de una sonrisa, y sin más espacio apretó su varita contra la sien de Helda Frids y dijo al resto.- Recuerdos y conclusiones de Gwen Stone...

Al igual que pasara con la pequeña Marty Dunnigs, el profesor Collins extraía un pequeño hilo plateado con su varita que luego hilaba hasta luego lanzarlo y tejer el muro de la sala con él... cuando los recuerdos empezaron a sobrevolar...

Poco a poco se revivían de nuevo las escenas de la persecución que la mente de Vissel habían aclarado... todo era igual.

Salvo el color dorado de las imagenes...

Todo parecía igual.... entonces el profesor apretó de nuevo la varita en la sien de Helda Frids y la vieja bruja parecía asentir como sabiendo que debía de buscar en un recuerdo robado más viejo...

Y entonces como quien busca en la dirección apropiada, la mirada de Gwen se cernía sobre una varita rota... Sus manos estudiaban con detalle, y sus ojos, con unas lentes se acercaban al interior de la varita, cuando un destello chisporroteaba, por la varita sin cesar...

De su interior, aquellas llamas y chispas sin sentido salieron hacia fuera, lamiendo la mirada de Gwen... sin quemarla, sin dañarla... pero cuando aquello pasaba, sobre el espejo del escritorio, tras Gwen aparecía una forma que todos recordaban... y a algunos incluso aterraba. Aquella calavera cosida a la serpiente que aunaba a los mortífagos y era señal inequívoca de traición.

El Señor Collins paró el recuerdo, mientras se giraba directo hacia la dueña de aquella varita, Agnes Knigth. Las voces se tildaban de miedo y asombro en la sala, a la vez que con paso lento se levantaba Renê de la mesa de Hufflepuff mirando con miedo y rabia a Agnes. La chica Slytherin temblaba, y con lágrimas en los ojos decía.- No he sido yo... lo juro... Cariño yo no...

Agnes acababa de delatar su relación con Renê, algo que durante tanto tiempo habían callado, pero el miedo a perderla era mayor... los murmullos se mezclaban cuando la voz del Señor MacQuoid se mezclaba entre todo. Sonreía satisfecho y se daba la vuelta para mirar a la directora y dijo.- Es un placer poder ver estas cosas, y tener un cargo suficiente como para poder sentenciar lo que voy a hacer.

Se giró mirando a los alumnos y tras lucir su mejor sonrisa dijo.- Por intentar juzgar a una mortifaga, por esconder en el castillo a un maldito que causo miles de destrozos, perdidas e incluso la muerte de tres compañeros, y por que me da la gana... Yo como Alto cargo del Consejo Escolar, revoco de su titulo de Directora a Katelynn Swann de Hogwarts, y me nombro Director Suplente hasta que así se busque un sustituto con mi autorización en el Consejo Escolar...

Las voces y gestos de sorpresa se multiplicaban mientras, Agnes seguía prendida de la mirada de Renê que no podía reaccionar a lo que había visto en aquellos recuerdos.

El Señor MacQuoid miró la escena y dijo, tras hacer un mohín de olvido.- Ahh y se me olvidaba... ¿Habeís visto esa señal de reunión de mortífagos...? ¿A que esperáis... hacedme sitio?... Tengo visita, y no creo que les guste ver a otros aquí... 

Se giró hacía Swann y dijo.- Voy a hacer que te arrepientas de tanta chulería vieja bruja...- Sin girarse gritó.- Natasha... encuentra al nietísimo... y cuando te diviertas tráeme lo que quede de él...

La joven Auror se reía con lócura y sadismo, mientras mordía su propia varita y asentía. Se giró hacía la mesa de los Ravenclaws y tras un gesto pícaro se disolvió entre nieblas que se autoconsumían dejando de rastro un humo que dibujaba aquella señal de la calavera y la serpiente.

Sin mediar palabra, Thobias Hudson, miró a la directora y luego desapareció en busca de la joven bruja.

La gente empezaba a correr y a chillar... buscaba salida de aquella pesadilla hecha realidad, mientras MacQuoid seguía sus órdenes y su sonrisa.- Belinda... Cariño declara el estado de sitio en Hogwarts, y asegurate de que nadie nos arruine la fiesta.- La madre de los Greengrass asentía y se desvanenía al igual que la anterior...

La confusión comenzaba a reinar... Lex miraba confuso todo lo que estaba pasando, y como su hermana menor parecía renunciar a todo lo que juró como auror... como dejaba a ella y su labor por los suelos. Sin saber si la podría parar grito antes de salir tras de ella.- ¡¡¡ NATASHA NOOOO !!!.- El auror se giró antes de correr hacia su hermano pequeño y dijo.- Marcus... Avisa a papá y a mamá... Necesitamos ayuda...

De la mesa de los profesores varios desaparecían a la par que Belinda Greengrass, había que parar aquella situación... La gente seguía corriendo.

De la mesa de Hufflepuff, Lindsey miró a su hermano y salío corriendo hacía él... no lo dejaría sólo, mientras que de la mesa de los Gryffindors, Aaron se daba cuenta de aquello y gritaba.- ¡¡¡ LINDSEY !!!... .- Sin esperar respuesta comenzó a saltar entre las sillas y a esquivar personas... necesitaba llegar hasta la mesa Slytherin en la otra punta del Salón.

Todo era un Caos... Vissel se daba cuenta de como el miedo empezaba a reinar cuando sintió una uñas áridas incarse en su brazo para llamar su atención. Al girar la mirada se encontró con Helda Frids que le decía apretando los dientes.- Eres la prefecta de mi casa, como Jefa de Casa te ordeno que no me decepciones... La Órden no se ha acabado... nunca lo hará...

LeGrand al principio seguía bañada por el sinsentido, pero pronto empezó a asentir con la cabeza a la vez que miraba a  Renê y Agnes que seguían mirándose sin más ante el barullo. Agarró a ambas por las muñecas y tiró de ellas y dijo.- No es tiempo de miradas... sino de correr...

La Mesa Gryffindor sin prefecto, bailaba entre el desorden...

Los Hufflepufs, neviosos, buscaban la manera de avanzar hacía la salida.

En la mesa azul, todos se alzaban, mientras su prefecta tiraba de Agnes y Renê hacia fuera...

Las serpientes, se mezclaban en el ámbiente... algunos confusos, otros atemorizados, y otros orgullosos, de que su Madre estuviera dentro de los que habían desplegado el caos...

De repente Maren despierta de su ensoñación tras haberse perdido la mayor parte del Discurso, solo alcanzó a ver la imagen de la Marca Tenebrosa y escuchó las palabras de quien sería su suegro en un futuro (en teoría). Aún somnolienta observa que Aaron salta y sale corriendo, ya afinando un poco más la visión se da cuenta que en las mesas todo es caos manteniéndola en estado de alerta. 

Algo resonaba en la mente de la leona, aquella bruja de apariencia bastante desequilibrada iría a dar caza al nieto de la Directora. No podía permitirlo, por esa razón le dedicó una mirada a Austin indicando de que saldría del Gran Salón ahora mismo y otra a Ladien, visiblemente preocupada. Su padre era un tirano, lo comprendía pero dos cosas tenía que hacer: avisar a su Padre e ir por Adrien, siendo su progenitor el Consejero del Ministro tendría peso sobre el Consejo Escolar y esperaba que el Ministerio de Magia tome el colegio si fuese necesario. 

- Debo hacer algo. -  alcanzó a decir a Artemis que estaba en la mesa, como Gryffindor que era no podía quedarse quieta ante la situación y debía usar ese coraje que portaba desde siempre en algo importante. Y justo cuando estaba por salir definitivamente de allí, detiene sus pasos negando con la cabeza mientras se acerca su compañero de casa con la intención de susurrar unas palabras. 

Tras hacerlo, vuelve a mirar al Slytherin (Ladien) y al Ravenclaw (Austin), esperando su reacción mientras se acerca a la puerta del Gran Salón. Su destino era la lechucería y esperaba que Uruz pueda entregar el mensaje cuanto antes. 

- Adrien está en el Despacho de la Directora, sálvalo. Ellos no saben donde está, pero ahora tú si... Ve por él por favor y perdóname por todo lo que te hice. Yo iré a la lechucería a informar a mi Padre, es el Consejero del Ministro y no puedo hacer ambas cosas a la vez. Confío en ti Artemis, por alguna razón llevas esos colores al igual que yo. -  susurra a través de un tono tembloroso, se le notaba el miedo pero debía seguir adelante con el plan. 

Está bien, voy por Marty y nos largamos de aquí y descuida haré hasta lo imposible por proteger a Adrien, si llegas a la lechucería envía una lechuza a mi abuelo, Gerard Flamel, sólo ponle Artemis en peligro, Veritas Flamare, él sabrá que hacer.

Nos veremos en la enfermería. - respondo rápidamente mientras echo a correr.

- Hecho, eso haré. Ten cuidado. -  termina por decir ya corriendo hacia la puerta del Gran Salón.