Partida Rol por web

Victoria apoyó primero una mano en el hombro de Devi y finalmente la otra. Herida como está, prioriza el bienestar de la alumna.

-Tranquila, las criaturas no son precisamente fantasmas, si bien el concepto es acercado. Mi promesa es que haré lo posible por asegurar la seguridad de los presentes. El temor es un arma para el enemigo, respira hondo y confía en ti.

-De qué regalos hablas? A mí jamás me han hecho un regalo en toda mi vida.- No comprende mucho la palabrería de este sujeto y ya está comenzando poco a poco a hartarse. -Mira, comprendo que te hayas tomado la molestia de venir, pero tenemos sueño. Esta es una hora en la que la gente duerme, debes tener más consideración, no todos tienen tus antifaces mágicos que te permiten dormir con los ojos abiertos.- Da media vuelta para marcharse, pero descubre que hay más sombras detrás de ellos. -Uy.-

-¿¡Pero dónde se supone que están los demás guardianes!? ¿Qué pasa con la seguridad en esta academia? ... ¡Déjanos en paz, nosotros no tenemos nada que ver con tus trapicheos, ni regalos, ni nada! -suelta, más nerviosa y acojonada que otra cosa-. 

-¡¿Que no me asuste?!- mira medio rabiosa cómo el tipo comienza a reír levemente, pero las sombras siguen ahí -¡ACABAS DE ADMITIR QUE SON FANTASMAS!- o algo por el estilo...

Las distintas reacciones de los demás no eran mucho mejores y no ayudaban a tranquilizarse, aunque Adel tenía razón en una cosa, ¿dónde estaba el resto de los "guardianes" de la Academia?, ¿y por qué esta chica se dedicaba a hablar como un robot?

Desde el cruce de pasillos que se encuentra detrás de ese hombre enmascarado, una figura pelirroja se desliza por el suelo, como si estuviese frenando en un derrape. Su báculo se alza y en lo que tardaría uno en parpadear dos veces, tres ráfagas de fuego se disparan hacia tres sombras, atravesándolas.

Las Sombras alcanzadas se empiezan a desintegrar, parece que sus puntos débiles (esas gemas) han sido alcanzados. La figura se para erguida y hace girar su bastón entre sus dados, diestra, mientras mira fijamente hacia esa figura: Es la directora.

-Creí haber sido clara en que no eras bienvenido aquí. Esto es allanamiento y abuso de poder mágico como poco y, si entiendo bien lo que está sucediendo aquí, se podría agregar asalto a los cargos. Imagino que tendrás un muy buen motivo para explicar que diablos estás haciendo en MÍ academia, Reynolds.- , si algo no parece es esa mujer tan amable con la que habían hablado antes. Parece tenerle un rencor bastante especial a esta figura.

Junto a la directora parece haber llegado una chica que los demás no han visto en si vida (sin contar a Devi, quien está bastante segura de quien es incluso entre la oscuridad y haciendo de esas Sombras de por medio).

Visto que no me hace caso me mantengo en silencio a la espera de los acontecimientos que se puedan desarollar, no he tenido que esperar mucho cuando la directora de la academia irrumpe haciendo gala de un buen despliege de magia ignea lo cual hace que me ponga tenso.

El hombre enmascarado se gira como si no estuviese sorprendido, aunque sí disgustado. Tras soltar un sonoro "Hm.", hace un grandilocuente gesto con la mano, restándole importancia al asunto con tan solo un expresivo movimiento.

-Tan solo vengo a por lo que por derecho es mío. Si no desea provocar una guerra, 'directora'...- , en su rostro se dibuja la burlona sonrisa que diferencia al cabrón del mal parido, -Recomendaría que cuide de vuestra propia lengua.

-Pero prometo no hacer escalar este... calumniante insulto a cambio de que se me ofrezca un adelanto de mis pertenencias: Quiero a Victoria, Alma y a este...- , mira hacia atrás, observando a Kross, y lo señala con vaguedad, -... Chico de cabellos plateados. Incluso una persona tan poco educada y honorable como tu podría admitir que son de mi propiedad y deberían ser devueltos.

Alza su bastón, la gema del a punta brillando en carmesí. Parece no ceder ante las amenazas de ese hombre, quien aparentemente debe tener algo de poder.

-No sé que has hecho para evitar que te detectemos, pero ten por seguro de que no tardarán en llegar los demás, y no creo que Demian te tenga tanta paciencia como yo.

-Aquí no hay nada que te pertenezca, no tienes derecho sobre nada ni nadie aquí.

La situación está tensa... Pero parece que esos dos están distraídos discutiendo y las Sombras no están haciendo nada, parecen haber perdido el interés en el grupo acorralado por ahora... Aunque a saber si permanecerán así si se acercan demasiado. Hay tiempo para planear algo, quizás, o para actuar.

-No no, no es así.- Kross se acerca hasta el tipo y le pone una mano en el hombro, sin ninguna intención hostil. -Entendemos que te sientas acomplejado con querer tener tu escuela propia, mira que yo siempre quise tener una fábrica de helados de pequeño... Pero así las cosas no son, debes poner tu propio esfuerzo en ello y no robarte a los alumnos de esta forma, amigo.- Le habla arrastrando las palabras, como si no le importara nada, casi de manera burlona, pero sin intención, Kross está siendo sincero, a su manera. -Yo solo me pertenezco a mí mismo, no voy a seguirte para que me hagas usar el antifaz de la perdición y ser tu sucesor.-

Le hace gestos con la mano como para que se vaya. -Ya, puedes irte, ya diste tus frutos como malo de turno y ahora es tiempo de los créditos, luego vendrá otro... Momento, has nombrado a la pirata?- Se queda unos segundos pensando. -Entonces vas a fundar el club de los cabellos plateados? Me enseñarás a tenerlo liso de manera natural? Con algo de magia y eso. Verás, aquí hay una loca que me quiere hacer cosas raras en el pelo.- Señala a Adel. -Es esa de ahí. A esa no tengo problema con que te la lleves.- Sigue hablando con cara de sueño y los ojos entrecerrados.

Akairaku estaba totalmente alucinada. Al bajar las escaleras desde el despacho se limitó a observar y a escuchar a la directora. Guardó para si misma los pensamientos de que estaba preocupada por algo, mas de lo que decia. Y no le dio importancia. Era una costumbre de los adultos guardarse sus propios miedos para si mismos y asi no parecer debiles. Apresuró sus cortos pasos detrás de la esbelta directora. Ataviada con una ropa bastante sucia y estropeada, Akairaku era obviamente una chiquilla del circulo inferior, sin posibilidades, nisiquiera portando el uniforme. Pero se movia con una naturalidad asombrosa en la tensa situacion, como si estuviera aliviada de que por fin, ya no tenia que portarse cordialmente.

Y por mas estupido que pareciese, al saber que la cosa es muy tensa, que hay peligros desconocidos... En vez de asustarse se puso feliz e hiperactiva, como si fuera un simple reto mas. Finalmente corrió detrás de su directora, casi chocandose con ella al detenerse esta y atacar con un poderoso fogonazo a las extrañas criaturas que se formaban. Su corazón dio un vuelco, pero de nuevo con estúpido arrojo e imprudencia. Pasó un cuarto de los que estaban ahi, apretando los puños ante el viejo verde que empezaba a hablar mal a la directora que tanto habia dado por ella sin apenas conocerla. Le estaba faltando el respeto y encima decia de llevarse a los que serian sus futuros compañeros, independientemente de que fueran enemigos o amigos.

- ¡Eh! ¡Maldito pervertido! ¡Deje a la señorita en paz o le quemaré hasta los pelos del culo! - se lo dijo casi en un grito, avanzando separada de la directora, por si le daba por frenarla. Cuando le daban los arranques de irresponsabilidad tendia a huir de los aliados mas que de los enemigos. - ¡Marchate o seras apalizado!- lo señaló, como si fuera la persona mas poderosa del mundo, y no era mas que una renacuaja pirómana.

-¿¡Pero cómo te atreves!? -le grita a Kross, erizándose de nuevo como una gata pisada-. ¿!Cómo te atreves a insinuar que me lleve a mi, IDIOTA!? ¡SI NO FUESE POR MI ESTARÍAS TRAGANDO SUELO, ESTÚPIDA CACATÚA! ¡No te atrevas a menospreciar mi vida de esa manera! ¡Ese fantasma de la ópera debería llevarte a ti en serio, debería despellejarte y disecarte, colgar tu cabeza en la pared para que se recuerde para toda la eternidad que sólo fuiste UNA VULGAR CACATÚA! -y así sigue soltando una barbaridad de insultos hacia Kross mientras aparece la pirómana y la Directora, a la cual se queda mirando con un alivio infinito-. ¡Por fin ayuda...!

Kross se aparta del hombre del antifaz y camina tranquilo hacia la enana que acaba de aparecer, se pone en cuclillas frente a ella, la observa un rato a ella, y luego a la directora. -Y esto? No me digas que intentaste hacer mitosis y fallaste?- Le dice a la mujer, y se mete el dedo en la nariz, se saca un moco y lo catapulta lejos. Ignoraba completamente al hombre y a todas sus sombras, más bien parecía tranquilo. -Entonces...- Le habla de nuevo a Lunaire, -Ya vienen los demás? Aquella chica robot parece en muy mal estado.- Una punzada de dolor lo interrumpe y se mira la panza. -Ah, y yo también.- Se pasa la mano por la herida, ya había dejado de sangrar, pero seguía doliendo. -Y ya deja de gritarme cacatúa!!!- Grita por encima del hombro a donde estaba Adel. -Que también si no fuera por mí y mi espada estarían todos repartidos por el cosmos!!!-

El hombre enmascarado se giró a mirar a Kross mientras este soltaba su discurso. Incluso con la máscara se le nota bastante que ha quedado un tanto descolocado, ¿Pero qué le está diciendo este? Esperaba algún tipo de discurso sobre el amor y la amistad, quizás algún enfrentamiento o amenaza, quizás un '¡Nunca nos rendiremos ante ti, canalla!', algo así. ¡Lo que sea! Lo que no se esperaba, para nada, es que Kross le hable sobre fábricas de helado, secuaces y antifaces de la perdición.

-¿Pero de qué estás...?- y pretendía seguir, pero es callado por los gritos de Akairaku. Se gira a observa a la pequeña, las Sombras a su alrededor parecen ponerse más violentas, poco a poco, como si reaccionasen a su hartazgo. Repentinamente se gira, alzando la mano con la intención de darle un revés al pobre de Kross para alejarlo, pero entonces nota que Adel se pone a gritarle y que Kross simplemente pasa de él y se va a hablar con ella. Baja poco a poco el brazo, sintiendo que se están burlando de él, intentando ponerlo en ridículo.

-¡Suficiente! Voy a acabar con esto antes de que...-, pero algo le interrumpe, dos virotes de plata perforan desde un lado del pasillo hasta los costados del hombre de la mascara, destruyendo a cuatro Sombras en el proceso (dos por a su lado, dos en la dirección del pequeño grupo).

Sosteniendo una ballesta bajo el hombro, recargando con la boca y una mano mientras sostiene una jarra de café con la otra, se acerca el que disparó los virotes. Las Sombras que están por el camino parece que se van a acercar a él, a lo que este le arroja el líquido hirviendo a una (haciéndola chillar y retroceder) y le rompe la taza en la cabeza a otra (haciéndola trastabillar un poco y gruñir agudamente). No parece prestarle mucha atención a ello, como si fuese algo casual.

-A ver, a ver...-, dice él, terminando de recargar ahora con las dos manos. -¿Que anda pasando aquí?

Miraba a un lado y a otro sin terminar de entender nada. Los temas de conversación pasaban de amenazas a las típicas conversaciones que surgen tomando un café con pastas... A todo esto, parece que volvía a tener hambre...
Pero la directora, por suerte, no tarda mucho más en hacer su aparición. Devi termina por echar el aire que luchaba por encerrar en sus pulmones, soltando un gran resoplido.
"Al fin..."

-Esa voz chillona...- era evidente que había oído a la niña pelirroja, pero entre tanta sombra no la había visto todavía (sin contar con que ella tampoco es que pudiese presumir de altura) -¡AKA!!- puede que la niña simplemente le mirase con mala cara, pero ella la recordaba bien de verla deambular por las calles del Círculo Inferior y jugar a algún juego siendo más pequeñas (además de chinchar al hermano pequeño de Devi).

Realmente parecía emocionada por la llegada de ambos personajes, aunque ¿por qué estaba Akairaku allí? Notaba algo raro en ella... ¿Su pelo estaba em llamas o le habían dado algo realmente fuerte en la cena?

...

Otras sombras agonizando daban paso a...

- ¡Anda! ¡ERES TÚ!- no se cortó a la hora de estirar el brazo señalando al tipo de las gafas -eras al que tenía... Ergmm...- el brazo con el que estaba señalando lo encogió, pasando su mano por el pelo con gesto despreocupado mientras desviaba la vista "lalalalaaaa puede que no se acuerde...".

-Puuuues parece que hay... Fa...fantasmas por la Academia...- ahora que lo decía delante de ese sujeto le sonaba ridícula hasta su propia voz, por lo que se decidió a guardar silencio y ver lo que ocurría.

-Ah, Roberto, te estábamos esperando.- Kross se voltea en dirección al recién aparecido. -Bueno, a ti o a cualquiera que apareciera. Verás, este tipo parece haber salido al baile de la mascarada, pero en el camino se perdió y pasaba por aquí preguntando direcciones. Solo que el muy cabronazo no lo está haciendo de manera muy amable y hemos tenido que defendernos.- Se señala con el dedo su herida en el costado.

La situacion, que se suponia que debia ser seria y tensa, se habia convertido en tal disparate por culpa de los alocados chiquillos que hasta los adultos estaban confusos. Hasta el malvado villano de los libros que leia por todas partes tenia ganas de ocultarse en su capa y salir volando. Pero compartió algo con él. Las ganas de golpear al peliblanco.

Sintió algo parecido a quien ve un saco de boxeo en su maximo dia de stress. Pues eso. Cuando se agachó frente a ella, burlandose de su parecido con la directora y se sacó un moco, todo lo que pudo hacer fue golpear. Y donde dolía. En la entrepierna, aprovechando que estaba de cuclillas. Le dió una fuerte patada, aunque su cuerpo no es que fuera digno de las artes marciales, se las apañaba.
- ¡No me trates como si fuera una enana! Y guarda respeto por la directora. - lo dijo, empezando a emitir algo de calor a su alrededor, como quien encendia un calefactor. Y otra cosa atrajo su atencion. Una chica bajita, de pelo castaño casi rubio que gritó su nombre. Y se sorprendio de verdad. Era una de las pocas personas con las que se habia llevado bien. La recordaba de algunos juegos en los dias que se escapaba del orfanato.
- ¡Devi! ¡¡No sabia que estabas aqui!!- sonrió de oreja a oreja, con muchos de sus miedos disipados del todo, totalmente contenta de que al menos, tendria a alguien en quien confiar.

La nueva llegada del hombre que parecia que se encargaria del peligroso enmascarado, hizo que se relajara, aunque seguia siendo una estufilla por la presencia de Kross, mirandole de reojo con las mejillas infladas.

-Injustice!- Grita cuando recibe la patada y cae al suelo. Se queda allí con las manos en la entrepierna y los ojos muy abiertos y el iris vibrando. -Ya... Ya lo sabía yo...- Dice con un hilo de voz, le cuesta horrores hablar. -Otra que fue criada por gorilas... Al menos podrías usar tu técnica definitiva en él también!!- Señala al villano. -Así podríamos zanjar de una vez este asunto e irnos a dormir!!-

Adel se queda a cuadros cuando ve que Kross recibe la patada en sus partes nobles de la pelirroja... Y no sabe por qué le invade una sensación de celos que no llega a comprender. ¿Por qué siente celos? ¿O es envidia por no haber sido ella la que se lo propinaba? Se lo merecía, sin duda. ¡Se merecía esa patada y cientos de ellas ahí donde más dolía! ...Pero no. Adel sentía que ella era la única con el derecho de insultar y maltratar a Kross. Nadie podía quitarle ese puesto. Mira con cierto reproche a la pirómana... y después intenta olvidarse del tema. 

-¡Ya estás rodeado, fantasma de la ópera! ¡Vete ahora mismo o me veré obligada a usar mis poderes contra ti! -lo señala con un dedo... Ahora que estaban ahí la directora y el profesor, se sentía más confiada en amenazarle. De todos modos intenta buscarle el punto débil... Preparándose-.

El hombre parece molesto, aunque su cuerpo se mantiene tranquilo. No hace ningún gesto violento, solo tiene los labios fruncidos y lo poco que se le ve del rostro tenso. Aún así, eventualmente relaja el gesto y sonríe con suavidad, alzando la mano. Un aura sombría empieza a rodearle, poco a poco consumiéndole como si se tratase de un portal oscuro.

-Seguid con vuestros juegos. Ya nos volveremos a ver.-, quizás haciendo un último esfuerzo para que no se tomen a broma sus amenazas.

Akairaku se percata, al estar tan cerca de Kross, que está bastante manchado en sangre y lleno de heridas, si bien las que sangran no hacen más que gotear poco a poco, aunque puede ser que ya hayan dejado de sangrar hace algo de tiempo y que ese líquido haya sido el que ya había salido, deslizándose por su piel y bañando el suelo.

Eventualmente el portal le termina de consumir y él desaparece, esa oscuridad se deshace como si nunca hubiese estado ahí. Las Sombras parecen relajarse y se deslizan por aquí y por allá, algunas desaparecen totalmente: Parecen haberse vuelto inofensivas.