Partida Rol por web

Kassmal aterrizó con un crujido metálico y observó al arquero que tenía a pocos metros. Sin pensárselo, se abalanzó sobre él, dispuesto a partirlo en dos.
 

Miro frustradamente el muro, como diablos puedo ser tan inútil, un simple muro evita que yo llegue a mi objetivo. Vuelvo a intentarlo pero siento mis manos resbalar, parece que esta vez tampoco lo lograre.

No podía perder más tiempo, así que afianzó sus manos, luego los pies y trató de subir de nuevo aquel muro

Apretando los dientes para aguantar el dolor de la herida, Adam insiste en trepar el muro, colocando la cadena sobre su hombro de modo que no incomode su escalada. Ahora que uno de sus compañeros ya ha llegado al otro lado no cabe la opción de retirarse.

Askabal hizo algo que se le ocurrió. Se raspó las manos contra el suelo y de nuevo intentó subir por el muro.

No puedo quedarme atrás.

En vista de que atacar a las saeteras iba a ser más complicado de lo que pensaba, decidió dar un rodeo y tratar de trepar como el resto. Aunque si ellos no lo estaban consiguiendo, estaba claro que él tampoco lo haría..

Los arqueros sabían que estabas allí, pero decidieron continuar su ataque al exterior. En cambio, los otros lagartos sombríos decidieron que tu eras una diversión mucho más entretenida que los de fuera. Se acercaron a ti y te rodearon. Sus fauces soltaban sonidos parecidos a carcajadas, pero totalmente sombrías. Ambos atacaron con fiereza, pero tu férrea armadura detuvo los impactos, excepto una de sus garras, que se desvió de su camino para golpearte en la cara

Trepar no estaba dando resultado. La pared tenía pocos asideros y no ayudaba. Kassmal se había ayudado de sus garras, pero vosotros no teníais tanta suerte. Además, gracias a la niebla de Yandrak, apenas podíais ver nada, así que era mucho más complicado para poder subir.

Dos flechas más silbaron sobre vuestras cabezas. El fuego seguía rodeando a Yandrak sin dejarle ni un segundo de descanso

Kassmal se vio rodeado antes de poder hacer nada al respecto. El guerrero sabia que la pared no podia estar lejos asi que retrocedio para cubrirse la espalda con ella mientras luchaba por sacar su escudo. Kassmal rezo porque sus compañeros nos se retrasasen demasiado.

¡Chicos! ¡Esto resulta imposible! O bien nos vamos ayudando unos a otros a escalar.* O bien buscamos otro sitio por donde entrar. A este paso mi conjuro se acabará, o las flechas nos terminarán matando.

Ganzúa se apoyó contra el muro, entrelazó sus dedos e hizo la seña a sus compañeros para que se acercaran. 

Vamos, vamos.

Qué remedio - se dijo Askabal. Antes que ser masacrado, ayudaría a los demás a subir.

Se inclinó para que Yandrak subiese primero. Yo me las apañaría más tarde.

Tu turno Yandrak - le dije con apremio.

Mientras los demás lo seguían intentando, y antes de la orden de Yandrak, Ganzúa y Askabal consiguieron escalar esa maldita pared y caer al otro lado.

Dos flechas nuevas volaron a vuestro alrededor. Vuestros compañeros habían conseguido llegar junto a Kassmal. Con un poco de suerte, ellos podrían con los que estaban en el interior y os abrirían.

Al caer, vuestros pies dan en un suelo duro. A dos pasos de tí, hay un hombre con un arco y, (a dos casillas) tras él, apuntando por una de las saeteras, está una mujer, con un ojo cerrado, intentando apuntar a través de la niebla.

Más alejados, pero con suficiente buen ojo, hay dos hombres lagartos muertos sombríos con saeteras y ahora se están enfrentando a Kassmal

Askabal y Ganzúa habían conseguido superar la difícil prueba de la escalada. Mientras tanto, Kassmal retrocedía hacia la parec, protegiéndose con su escudo mientras los hombres lagartos no dejaban de lanzarle zarpazos.

¡Ya hemos llegado a la fiesta! - dijo Askabal.

¿Y ahora quién es el siguiente?

Cargué mi arco y lancé mi ataque contra la mujer que nos apuntaba.

Ganzúa, encárgate del otro - le dijo susurrándole al oído.

Ganzúa asintió, preparó una flecha y apuntó al que estaba al lado de la chica.

Adam valora por un momento huir de la fortaleza y abandonar a los que han logrado entrar; no parece que tengan muchas oportunidades contra los soldados que esperen dentro, y el estar separados solo disminuye sus fuerzas. Finalmente, decide que merece la pena intentarlo un poco más.

-¡Venga! Hay que seguir intentándolo, por lo menos que algunos de ellos nos ataquen a nosotros.

Vuelve a encaramarse al muro e intentar trepar, pese a que no espera tener más habilidad esta vez.