Partida Rol por web

Manteniendo una posición de guardia alta, con la espada apuntando hacia los posibles enemigos, aguarda pacientemente a que su exposición a la luz de resultado.

- Pues vaya chasco de noche de vicio. No hay putas, no hay ni siquiera mujeres, exceptuando a la mediana salvaje. Y la verdad es que no parece estar mucho por la labor la muchacha. Y realmente, el que más y el que menos de aquí tiene pinta de saber defenderse. Con estos no colaría mi truquito. Bah, cuando llegue a la aldea seguro que encontraré a alguien. De momento seguiré por aquí, a ver si al menos puedo pillar una cogorza.

Con esta triste previsión, termino mi comida y bebida, y me pido otra jarra de vino, que pago nada más servírmela el posadero.

La reacción de los gnolls no se hace esperar, la silueta del primero se hace más visible, pero ahora se empiezan a escuchar gritos gruturales, y tres siluetas de gnolls se hacen visibles al salir de entre los matorrales. El primero de los gnolls ahora a sesenta pies del muchacho, se abalanza sobre él, cruzando el umbral entre la luz y la oscuridad de la antorcha.

Se trata de una criatura, casi dos pies más alta que Gârret, con un pelaje marrón claro y oscuro, un pelaje sucio, con más pinta de hiena que de lobo vista de cerca. El carnívoro se abalanza sobre el incauto muchacho vestido con una cota de escamas y un escudo de acero de gran tamaño, los ojos inyectados en sangre y las fauces buscando carne.

Ante la súbita aparición de una figura más real que la silueta que había visto antes en la luz, el guerrero se avalanza contra el gnoll que quería su sangre con su espadón sobre la cabeza, y descarga un golpe, inusitadamente fuerte, potenciado por la magia que corta al gnoll desde el hombro derecho hasta la parte superior de la cintura, infligiendo una herida mortal para esa criatura. La sangre salpica a Gârret, manchando su armadura y su cara, dándole un aspecto siniestro, sobre todo con la luz dándole desde debajo. El gusto de la sangre de gnoll le llega a la boca, no sabe muy diferente a la del humano.

Demasiado fácil - pensó para sus adentros - no tenía ni que haberme preocupado por avisar a los de dentro, yo mismo acabaré con los cuatro.

El que para Maliani no parecía más que un incauto humano, falto en sabiduría, aunque bastante carismático, acababa de realizar una acción que quizá le costaría algunas heridas. Cuando sacó la antorcha la pequeña mediana pensó que el humano acabaría muerto pronto, pero se sorprendió cuando tras aguardar a que el primer gnoll se acercara, se abalanzó sobre él y lo partió en dos... un corte limpio desde el pecho hasta la pierna. 

Solo con el impulso y la fuerza del golpe lo podía haber tumbado, pero el espadón estaba afilado, y brillaba de una forma extraña, al zarandearse en el aire. El primer gnoll había caído.

Mientras tanto, los otros gnolls, que estaban más alejados que el primero, avanzaron hacia la luz, quedándose a la distancia perfecta para cargar contra el humano de forma inminente.

En un instante la conversación se torna en un aburrido debate sobre fabricación de armaduras. Y encima de metal. Dando algún resoplido de vez en cuando, paso de la charla y devoro mi comida dándole tragos a la jarra de vino, acariciando alguna que otra vez al husky.

Después, la gente vuelve al interior de la posada, salvo la mediana y el tío del espadón. - Bah, yo no salgo más. Si total...

Devuelvo los platos y cubiertos al posadero, y le pido otra jarra de vino como la de antes, poniendo 3 piezas de plata sobre la mesa.

Atiendo sin decir nada pero con una sonrisa al campeonato de pulsos, agarrándome con mi zurda al bastón y sujetando la jarra con la derecha. Esto ya se va pareciendo más a una buena taberna, aunque la falta de mujeres es incluso preocupante.

Pero los pulsos, que presagiaban una noche si no divertida, al menos no muy aburrida, terminan dando lugar a una conversación sobre política. - ¿Joder, esta gente no se divierte?

Ya estaba a punto de acostarme, cuando el tipo del espadón nos avisa de que un grupo de gnolls se acerca. Curioso, me asomo por alguna de las ventanas, o por la misma puerta de entrada, y echo un vistazo, a ver si veo por dónde se acercan esos gnolls.

En ese momento ves como el tipo del espadón está en mitad del camino, espadón en mano, con una antorcha en el suelo alumbrando a su alrededor y con un gnoll enfrente. Con un trazo perfecto corta al Gnoll desde el hombro derecho hasta la pierna izquierda, acabando con la vida de éste.

En la oscuridad ve tres siluetas que se acercaban al muchacho, dispuestas a abalanzarse sobre él.

Alrededor de la escena hay poco más que matorrales y hierbas altas. No alcanzas a ver a Maliani y a su perro, y con la oscuridad, tampoco ves a tu leopardo.

Susurrando unas palabras en lenguaje dracónico y haciendo un gesto con la mano izquierda, el guerrero lanza su espadón, lejos de la posición de los gnolls, pero el trayecto de éste empieza a curvarse y golpea al primero de los gnoll. El espadón gira en el aire, creando un torbellino carmesí que vuela hacia sus enemigos. El primer gnoll es golpeado con la punta del arma en el cuello, cayendo de rodillas y sangrando. El segundo de los gnolls esquiva el golpe, pero al tercero de ellos le pilla desapercibido y le hace un corte a nivel de las tripas.

La espada gira rápidamente en el aire, y como un bumerang, tras haber matado a dos de los gnolls, vuelve hacia la mano que la había lanzado, más por magia que por habilidad.

Lo que Manilnali pensaba. Así había sobrevivido tonto humanooo Gârret en vida, sin saber de cazar, recolectar, o pescar. Magia. Manilani pensó que Gârret no tendría problemas entonces con útimo Gnoll.

Así que Malinali, sin moverse de su escondite, se dedicó a otear atenta a su alrededor, en dirección a la oscuridad, para ver si había más Gnolls acercándose en la distancia. Visto lo visto, no creía que Gârret tuviera problemas con el Gnoll que quedaba.

- ¡Por las barbas de mi abuela! Llevaba yo razón al pensar que éstos sabían defenderse. Bueno, ahora que esto parece algo más despejado, voy a meterme en la pelea. Igual consigo sacarle algo de pasta al mediano haciéndome un poco el héroe.

Enfundándome mi escudo en la zurda, y con el bastón en la diestra, corro hacia el encuentro de mi enemigo, y lanzo un golpe lateral contra él.

A él no le gustaban los gnolls, eran como perros que caminaban sobre las patas traseras. Pero daba la casualidad de que hoy la posada tenía más viajeros armados que una misa de Hextor, así que se sentía seguro.

Hoy es mi día de suerte. Voy a poder ver a una escuadra de caballeros Rantanos en acción.

Se levantó de la mesa y se acercó a la barra.

Mediano, supongo que evitar que esos gnolls te destrocen el local pagará la cama y llenará gratis los estómagos de todos tus clientes, ¿no es cierto?

No tenía mucho interés en la respuesta de Totoror, pues Psyches se jugaba más que unas mesas rotas. Si los gnolls llegaban aquí, se acabó. Caput. Un atractivo pelirrojo muerto. Eso sí, debía entretenerse con esta charla si quería que los Rantanos le llevasen ventaja, saliesen primero del local y sirviesen de escudo para recibir los golpes, al igual que todo ese gremio naif de bucólicas cenas a la luz de las estrellas: la follaperros, el follamedianas, el pagacervezas y... y de Ap ni siquiera se acordó como para ponerle un mote.

El último gnoll, se lanza a la desesperada contra Gârret, a acabar con su vida, o al menos a infligir una herida para que el asesino de sus hermanos no olvide pronto ésta pelea. La carga es rápida, y llega a su objetivo con fuerza u precisión, pero Gârret gira en el último momento, salvando el hacha y recibiendo una posición ventajosa.

La ira de Yeenoghu ser peor para tú, Yeenoghu aplastar como insecto.

No respondió a las amenazas de el gnoll, tan solo se limitó a acabar lo que había empezado. Tras la carga fallida, el gnoll se había desequilibrado, creando el hueco perfecto para que con un empujón con la espada, Gârret cortara hacia arriba, golpeando en el costado a la criatura, y subiendo en arco hacia el hombro, acabando casi instantáneamente con la vida del gnoll.

De un bolsillo de su capa, Gârret saca un pañuelo de tela rojo, que en sus tiempos sería blanco, y limpia la sangre de su espadón, antes de guardar su arma en la funda. Luego, se queda mirando hacia el camino del que provenían los gnolls, mientras guarda la antorcha de nuevo en la mochila.

La cama era horrorosamente blanda, Samuel no estaba nada satisfecho con lo que había pagado por ella, pero el cansancio del camino había hecho su trabajo y al de poco estaba soplando suavemente por la boca, soñando con el futuro. Se había puesto las mantas en buena posición y se había quedado dormido como un niño pequeño. Era algo que le ocurría cuando estaba cansado.

Sin embargo, su plácido sueño se vió rápidamente truncado. Esperaba que no fuese el idiota de antes.

Fuertes golpes sonaban contra su puerta. Poco después, vinieron los gritos: ¡GNOLLS! ¡GNOLLS! ¡NOS ATACAN LOS GNOLLS!

Samuel no se molestó en contestar. Se puso su armadura tan rápido como pudo y salió con velocidad a la calle con su cadena armada preparada.

Por el camino vió a varios caballeros pensándose si salir o no y algunos individuos que no había visto en el momento en el que se fue a su habitación. Cuando salió a la calle, la mediana salvaje, el que parecía su perro y el idiota estaban allí. No se fijo en mucho más.

Los combates le gustaban y una terrible sonrisa se fijó en su rostro. Su arma estaba preparada para teñirse de rojo.

Gnolls?.Ummmm, muchos deben de ser para atreverse a atacar un sitio bien protegido y  con tanta gente.Reflexiono en voz alta mientras desenvaino  mis armas    y   desentumezco los musculos con una serie de estocadas  al aire .O no saben  que todos nosotros estamos dentro, lo cual me extrañaria porque son cobardes  pero no tan estupidos , o  nos tienen preparada alguna sorpresa.

Para cuando llegué a zona de combate, los gnolls ya estaban todos partidos en trocitos. Me apoyo en mi bastón con postura cansada, y me dirijo al tipo del espadón - Parece que te bastas solo, ¿eh, chaval?

Aún con este panorama, vuelvo a dirigir la vista hacia nuestros alrededores. Igual habían más gnolls emboscados. Aunque con este tipo aquí seguro que yo no tendría que mover ni un músculo.

No corras, le diré al posadero que tú también me ayudaste... el grupo de gnolls venía desde Tonfalia, parecían un grupo de exploradores.-  Caminó hacia la posada de nuevo, para para a los que, con efecto retardado, se armaban para salir a por los gnolls. - Si alguien quiere saquearlos, están ahí fuera, no era más que una patrulla de reconocimiento... creo...

El joven guerrero entró a la taberna con sangre en la cara y la armadura, limpiándose con un pañuelo, ya de por sí, lleno de sangre, acababa de acabar con cuatro gnolls en tres movimientos. - Ponme otra jarra de cerveza, posadero - Tomó la cerveza por el asa y se bebió la mitad de un trago, para volver a salir a buscar a más gnolls.

Con la cerveza en una mano, la antorcha en la otra y tan pancho, como si no hubiera acabado de salir de un combate, se acerca a los gnolls que había matado desde la distancia, dos pobres seres que no habían tenido oportunidad de atacarle, y miró más adelante, en busca de más enemigos.