Partida Rol por web

El combate había sido rápido y letal, cortesía de Gârret, y que solo habían visto Aglytor y Malinali, pero que tampoco habían tenido oportunidad de intervenir, el conjuro que habían visto esa noche tardaría en borrarse de sus recuerdos. En el camino había una pareja de gnolls, uno destripado y otro con un corte desde el hombro hasta la cadera, y más adelante, a unos cuarenta pies de distancia, otros dos gnolls degollados, con un corte limpio en el cuello.

Cuando salís, no encontráis ni rastro de la mediana, ni de su perro, solo Algytor que había salido apresuradamente tras ver el espectáculo desde la ventana, y Gârret, quien ahora disfrutaba de la cerveza de la victoria mientra oteaba el horizonte en busca de más gnolls, sobre los cadáveres más lejanos.

Veis algo moverse, algo pequeño entre los matorrales, pero a pesar de moverse y mover los matorrales de alrededor, no se mueve del sitio, hace todo el rato el mismo movimiento, como si se estuviese, torpemente, arrastrando.

Al acercaros un poco más, reconocéis que es una mujer, atada de pies y manos, la que se arrastra entre los matorrales, amordazada.

Malinali surge repentinamente de la oscuridad acompañada de Ohtonqui, mientras mordiquea un muslo de pollo que seguramente habría guardado de la noche anterior.

- ¡¡Tito-Agly, Tito-Agly!! ...-  Empieza a gritar. - ... ¡¡aquí haber hembra salchichón!! - Y señala a una zona con matorrales alrededor, no iluminada por las luces de la taberna.

Algytor alcanza a ver entonces una mujer, atada de pies y manos, que se arrastra entre los matorrales, amordazada.

Gârret también se había percatado de la presencia de la mujer, y decidió acercarse antes de que el viejo verde se abalanzara sobre ella y la asustara más de lo que la mujer estuviera. Cuando llegó a la posición de la mujer no dijo nada, simplemente le quitó las mordazas, dejando la cerveza y la antorcha en el suelo, y le desató los pies y las manos a la "mujer salchichón".

Cuando la hubo desatado, Gárret le sujetó de la mano para ayudar a levantarse, mientras echaba una mirada hacia Maliani, quien no había movido un dedo durante el combate. - Ya eres libre... mi nombre es Gârret Khan. ¿Venías con los Gnolls? ¿Por qué te transportaban? - No tenía ni idea de que los gnolls hacían prisioneros.

Mientras estaba amordazada, luna sonrió para sí, tanto porque le habían rescatado y no iba a ser sacrificada al dios Yeenoghu, y por el comentario de la enana  - ¿Hembra salchichón? bueno, peores cosas me han llamado... - Gracias por salvarme señor Khan -  se agachó una vez fue liberada y tomó la jarra de cerveza de Gârret por el asa, para dar un buen trago, para luego cederle la jarra a Gârret, y coger la antorcha para iluminar la zona, dándose cuenta que ésta no desprendía calor - Mi nombre es Luna. Esos perros me querían sacrificar a su dios en no se que montaña sagrada... supongo que me vieron salir de Tonfalia y creyeron que era una hija virgen de algún campesino. Justo fueron a coger a una de las "camareras" de la Rosa en flor... 

Vamos a dentro, tengo frío. - Aquella mujer iba medio desnuda y con las ropas rasgadas, y no le molestaba que le vieran en ese estado, estaba acostumbrada a que le vieran con menos ropa. Su respuesta tras ser rescatada era un tanto extraña, pero... al menos había dado las gracias.

Miro hacia donde escucho la voz de la mediana, y veo a la chica amordazada. Pronuncio la palabra "Luz" de manera firme, y mi bastón emite luz amarilla equivalente a una antorcha. Me encamino hacia donde está la chica, pero el tío de la espada se me adelanta y se presenta como Gârret.

Una sonrisa aparece en mis labios al escuchar de donde proviene la doncella antes amordazada. Termino de acercarme a la zona y empiezo a hablar - Es obvio que unos perros bípedos no saben reconocer la experiencia cuando la ven. - hago una leve inclinación de cabeza y continúo - Mi nombre es Algytor Barbaceniza, druida de profesión, amante de afición. No he escuchado más que maravillas sobre su lugar de trabajo, y estaba entre mis planes inmediatos pasarme y hacer una visita. Nunca pensé que la visita fuera a domicilio. - asiento cuando Luna dice de entrar adentro, y la acompaño - Sí, seguro que adentro estaremos más cómodos.

Ya en el interior, la dirijo hacia la barra, y le pregunto con la mejor de mis sonrisas - ¿Qué bebes, cielo?

Malinali no dice nada. Sigue a Gârret, a Algytor y a la mujer llamada Luna al interior de la taberna, sin percatarse (o sin darle importancia al hecho) que justo detrás de ella entra a la taberna su perro husky, con la boca abierta, la lengua colgante a un lado, y meneando la cola.

Oh, vamos, viejo...-dijo Vinie al mediano cuando Gârret salió a por más sangre-No te irás a creer ese truco, ¿verdad? Es un clásico. Entras en una taberna, das la voz de alarma, sales, sacas un vial de sangre de buey comprada en la carnicería del último pueblo, te embadurnas, y reapareces como un héroe ensangrentado que se ha ventilado los peligros.

La versión más sofisticada incluye la compra de esclavos, su transporte en carro y desatarlos tras matarlesss...

Los ganchos del timo de Gârret vuelven a entrar en la taberna, esta vez con una chica (sí, sí, oh, sí, al fin una chica en este agujero).

Hoouolaaa, morena-se aproxima a la prostituta, en la seducción las distancias cortas son importantes-. ¿Me has dicho tu nombre? ¿No? Creo que tus labios me lo han susurrado y mi alma se convirtió en brisa para también ser arrastrada por el cálido aliento almacenado en tu pecho. ¿Porqué no coges la jarra a la que te invita el barbas y salimos a dar un paseo a la luz de la luna?

Samuel no salía de su asombro. Cuando llegó a la calle no había ningún gnoll al que matar y una mujer, que al parecer era una prostituta, había hecho aparición. Las hormonas de algunos de los hombres que no conocía no daban tregua. Entre el idiota y estos salidos, menudo grupito se ha formado. Sin más, patea la tierra y vuelve dentro de la taberna. Lo cierto es que Samuel se ponía de mala uva cuando le despertaban para nada. Otra vez será. Espero. Piensa con poco convencimiento.

Una vez dentro, Samuel no sabía bien qué hacer. Quizás volver a la cama o quedarse un poco más en la taberna. Lo cierto es que tratar con la mayoría de la gente de la taberna no le terminaba de convencer, pero bueno, si quería información relevante debería hablar con la gente que había allí. Miró a su alrededor y se fijó en un joven que portaba una espada y ropas brillantes. Creo que ha dicho que se llamaba Ap. Se acercó a él y le saludo con un gesto.

Hola. Tú también te has quedado sin tu parte de combate, ¿eh? Su voz sonaba dura y directa, pero era educado en sus gestos, incluso con una media sonrisa irónica en su cara. Aún recordaba las palabras del pelirrojo que acusaba al idiota de ser un mentiroso. Es todo muy interesante...

Si, yo me he embadurnado de sangre y he traído a cuatro gnolls frescos, de granja, recién matados... puedes salir a verlos, son cuatro buenos ejemplares de la raza... alimentados con bellota... idiota. Saca dos monedas de oro y las pone sobre la barra. Con esto cubro todo lo que he gastado hoy, no quiero nada por los gnolls, ya suficiente he tenido con la diversión... Me voy a dormir, me quedo con las dos camas de una litera.

Camina hasta llegar ha una litera con dos camas, deja el espadón en la cama de arriba y el resto de pertenencias en la de abajo. Luego traza un círculo alrededor de la cama y recita unas palabras, dirigidas a coartar a aquel que quisiera robar sus pertenencias.

Asiento  serio ante las palabras del desconocido mientras envaino mis armas.Cierto que me hubiera gustado cruzar mi acero con esas bestias  pero  algo no me acaba de gustar y quien sabe si esto se ha acabado.Los gnolls  no son los mas inteligentes pero algo no me cuadra ...Clavo la mirada  en  la puerta  pensativo .No se , quizas  no sea conveniente  dormir  a  pierna suelta esta noche.

Quizás tengas razón. Dice Samuel pensativo. Ante las palabras y el carácter mostrado del que había oído llamarse Ap, Samuel se siente más cómodo y decide presentarse, ofreciendo su mano. Me llamo Samuel.

Sus ojos miran directamente a los ojos de Ap, mientras sigue ofreciendo su mano, con la media sonrisa aún en su rostro.

Ap Raistebel a vuestro servicio.Respondo estrechando  con firmeza la mano que me presenta .No se si tendre razon pero un viejo amigo decia que nadie se murio nunca por ser  precavido.Paseo la mirada por la taberna antes de menear la cabeza   con un gesto de  desagrado .Esperare a ver si   cuenta algo mas la  doncella pero desde luego algo no esta bien.

Samuel asiente ante la sugerencia de Ap y le acompaña un poco más cerca de la compañía de la mujer. Para él también resultaba harto extraño, pero decidió no sacar conclusiones precipitadas. En el peor de los casos, no sería nada.

Mientras se acercan, Samuel decide ser amable y pregunta, sin demasiada insistencia: ¿Podría preguntarte qué te trae por aquí?

Vino, bebo vino... pero tengo que volver a Tonfalia cuanto antes, hay un campamentos de gnolls acechante en la arboleda, me lo encontré por casualidad cuando paseaba, hay que avisar a la gente... Me atraparon y me iban a llevar al  monte de Yeenoghu. Supongo que solo venían cuatro porque necesitan todos los guerreros posibles para asaltar la ciudad. 

No tenían ni siquiera intención de asaltar la taberna, si no hubiera sido por el del espadón hubieran pasado en plena noche sin que nadie lo viera. No son gnolls normales, había visto a Gnoll antes, estos son civilizados, fanáticos ese maldito Yeenoghu, una peligrosa secta que ha organizado a una raza de salvajes.

Acabo de terminar un trabajo y estoy en busca de otra tarea bien remunerada.Me encojo de hombros ligeramente.Esta taberna parecia tan buen lugar como cualquier otro para  recobrar fuerzas y tampoco me esperan en ninguna parte.Como veis mi historia no es nada  del otro mundo y ¿la vuestra?

Malinali escucha a la mujer de vida alegre, y le responde:  -Malinali rápida y pequeña poder correr con Ohtonqui en noche como gato y llegar a Tonfalia. Avisar humanooo en Tonfalia de ataque "Noll" ... ¿Tú querer?. -

Después de una pausa, pone cara asombrada y añade: - En tierra mía, cuando espíritu-montaña enfadar, escupir fuego y roca. Rugir mucho. Todos correr. No hablar con "Noll", y "Noll" llevar humanooo a espíritu-montaña para que este poder comer. -

Malinali se queda mirando un rato confundida y añade:

- Reino Aan ser tierra muy extraña.-

La verdad es que investigando algunas cosas que me interesan, pero la verdad, os confío en que éste no es el lugar para hablar de ellas. Lo cierto, es que si quieres, creo que podrías ayudarme en mi búsqueda. Dice sonriente Samuel.

¡Me ofrezco voluntario para custodiarte hasta Tonfalia! Es que los héroes hacemos ese tipo de cosas, morena. Tú arrímate a mí.

El pelirrojo rodea por la cintura a Luna y la agarra bien. Bendito sea el dios Yeenugocomosellame si a su paso hay buena carne que te de calor por las noches.

Pero es un poco tarde, y no es bueno caminar a oscuras. ¿Quieres que nos vayamos ya o "dormimos" aquí primero, ojazos?

Reprimo como puedo una carcajada al ver como el tipo vestido de rojo está intentando enamorar a Luna con burda poesía. - Creo que la señorita Luna es demasiada mujer para caer en esas tácticas de almas, susurros, y cálidos alientos. ¿Me equivoco? - digo enarcando una ceja hacia Luna - Bien es verdad que el poeta tiene razón en una cosa. ¿Te quedas o quieres partir ya hacia Tonfalia? Por lo que dices, creo que esos gnolls no atacarán todavía, pues estarán esperando a que los que te transportaban vuelvan. Seguro que necesitaban ese sacrificio virgen -  pronuncio la palabra virgen con recochineo - para bendecir el ataque. Por lo que estoy seguro de que hay tiempo. - hago una seña al posadero para que me sirva otra de esas jarras de vino, que pago al instante con otras 3 de plata. Le doy la jarra a Luna con una sonrisa. - Así que hablemos de negocios. ¿Estás de humor para concederme un poco de tiempo? ¿O me vas a hacer esperar hasta llegar a Tonfalia?