Partida Rol por web

El equipo tras perpetrarse y avituallarse abandonan la seguridad de los muros para adentrarse en los peligros más allá del baluarte. a buen paso desciende la ladera para adentrarse en la foresta que rodea la fortaleza. Ante ellos se extiende una meseta que conforma El Tauro y se extiende flanqueado por el gran pantano y las estribaciones de Ungoloz en el oriente. El grupo avanza con resolución hacia la zonas escarpadas tratando de identificar las indiicaciones del rudimentario mapa. El cielo está límpido y el grupo avanza a buen ritmo, con suerte alcanzarían las primeras estribaciones antes del anochecer.

Deberíamos adoptar un orden de marcha, así como si alguno de los presentes tiene habilidades furtivas, debería encabezar la marcha con una descubierta de exploración.

 Habl con un perfecto conocimiento de la "teoría", aunque, resulta bastante resuelto y confiado .

¡Al fin llego el momento! Se regocijo la joven inexperta, que mientras caminan alejándose de la fortaleza, antes perderle de vista, frena y dejando unos cuantos pasos entre sus compañeros y ella, se gira y mirándola por ultima vez, recita: Padre...demostraré lo que puede hacer el acero forjado por los Duarig. Volveré con ese joven, vivo o muerto. ¡O no merezco ser tu hija! Que así sea. Un viejo lema que canturrea antes de cualquier partida, para ella, cumplir sus promesas era lo que la definía como persona, y si una heroína aspiraba ser, palabra debía tener. Y sin mas, se gira sobre sus talones y apresura el paso. No vaya ser que la dejen atrás, y se pierda de algo. A medida que avanzaban, el terreno se ponía mas difícil, Orlig, aparentemente mas experimentado, propone una marcha organizada. La joven de pelos rubios, lo mira con mueca tonta en su rostro, como si no entendiera su idioma siquiera. - Mmmm...no lo había pensado. - Agitando el rostro, sale de ese atontamiento temporal. -Yo solo sé usar esto.- Mientras toma fuerte la empuñadura de su espada.- Como ustedes lo crean conveniente avanzare.

No tenia mucha experiencia en los viajes de este tipo, por lógica, suponía que lo que Olrig comentaba era muy importante para conseguir el éxito en esta aventura. Fue una sorpresa que Asilem no fuera la da la idea, sin embargo su posición y actitud eran lo esperado. -Mi postura es la misma que la de nuestra hermosa compañera, no tengo las habilidades como para llevaros a través de la marcha y no se si alguno de mis compañeros las tenga. Haciendo referencia a Charles y Lacewal esperando que respondieran ante la duda.

Al parecer ni la guerrera, ni el pequeño adulador y las dos sombras que le seguian, tenían idea alguna de como armar una marcha organizada, todo estaba en manos del joven de pelo negro. - Yo iré al frente. - Inflando el pecho, propone la belicosa guerrera, al notar que nadie en el grupo poseía las habilidades para encabezar la marcha, tal como lo pidió Orlig. Y tomando puesto se pone al frente del grupo y rascando su cabeza, suelta. - Ahora...¿para donde tenemos que ir?- Y con sonrisa picara los mira, esperando respuesta.

¿Me permites el mapa?, digo preguntando a la guerrera.

-¡¡Ohh Jajajaj!!- Con risa canora, golpea suavemente su cabeza reprendiéndose por lo atolondrada que puede llegar a ser algunas veces.-Tengo el mapa y no se usarlo jajajaja ¡Vaya cabeza la mía! - Divertida con su despiste, saca el pergamino enrollado de su cinturón, y con brazo extendido se lo entrega al joven.- Todo suyo, no tengo la menor idea de como se lee.-

El grupo continúa gran parte del día descansando tan sólo quince minutos para comer. A medida que los aventureros se internaban en la zona a las estribaciones de las montañas que conforman las Naciones  Orcas, podían notar como la temperatura bajaba considerablemente. Los cuatro aventureros y los dos mercenarios, que permanecían en silencio, avanzaban con resolución siguiendo las indicaciones de Olrig que se guiaba con el viejo pergamino que les había proporcionado Vertino. Hacia el atardecer  decidieron cobijarse en la parte baja de las primeras montañas para evitar adentrarse en sus peligros con la falta de luz. 

Al frente de la marcha, la intrépida guerrera camina con toda la cautela que le permite su destreza, mas no le era tarea fácil avanzar con espada en mano y paso silencioso, pues su mejor cualidad radicaba en blandir su espada. Con las indicaciones de Orlig, el grupo, se abre camino hacia el destino indicado en el mapa. El atardecer se encontraba sobre ellos, y con mucha sensatez deciden acampar, el próximo tramo del viaje seria muy peligroso. - Mejor avanzar con el sol sobre nuestras cabezas, las montañas pueden tener escondrijos albergando todo tipo de criaturas, tener la luz de nuestro lado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.- Comenta la muchacha, y aprovechando la parada para descansar y comer, toma de la mochila su capa y se abriga del frió viento que bajaba desde las montañas - El camino se pone mas helado y amenazante mis queridos amigos, saquen sus abrigos y apresten sus armas.- Les sugiere la joven guerrera. Que, por primer vez, su rostro y sus palabras denotaban seriedad. Pero con una repentina carcajada, raja la tensión de su rostro. - Y..bueno, ya que este viaje va a durar bastante, ¿porque no conocernos mejor? ¿no lo creen así? - Pregunta con la curiosidad de un niño, tratando de encontrar algún tipo de dialogo de parte de sus compañeros de aventura. ¡¡Por todo el hierro de esta tierra!! Que digan algo o me volveré loca si viajo un tramo mas sin hablar.

Asilem habalaremos en las paradas, ya hecemos bastante ruido como para que nos identifiquen encima por nuestro habla, debemos movernos causando el menor ruido posible  eso incluye la chachara, que ademas nos puede distraer de nuestro alrededor. Debemos de estar alerta a lo que nos rodea o seremos presa fácil de bandidos y monstruos.

Mientras que el grupo montaba el campamento pueden oír un chillido en el aire y una criatura vuela por encima de sus cabezas y se pierden entre las sombras. Se escucha un aleteo repentino, apenas podían ver nada, en cuestión de minutos todo era oscuridad y algo los acechaba.

Atentos, formad en circulo y no dejeis llevar por el pánico. Digo levantandome y agarrando con fuerza mi baston mientras agudizo mi vista y a mi memoria acuden los hechizos de combate.

 Sabía que esto no acabraría bien, este grupo estaba pidiendo a gritos que los exterminasen hemos hecho demasiado ruido y no hemos tenido nada de cuidado. Pienso para mí mientras escruto la oscuridad y me agacho ligeramente en uan posición defensiva , buscando mostrar el menor blanco posible.

Con las cortantes palabras de Orlig, Asilem se resigna a tener un viaje algo...tedioso. -Como digas...- suelta con desgano, y por lo bajo deja escapar. - aburrido. - y con un resoplar de nariz, saca su bota y bebe un trago de vino para tragar el mal momento.
Luego de ese pequeño intercambio de palabras, la joven, se digna a preocuparse simplemente a alistar su espada, pero, lo que no sabia era que en cualquier momento estaba por ponerla en acción, pues el grupo estaba siendo acechado.
Un aleteo de pájaro, un chillido y una repentina oscuridad cayo sobre los aventureros. - Mmm esto huele mal, me da mala espina.Lo bueno, es que por lo menos no me voy a aburrir.-
-Estoy lista, Windar , enciende un fuego, mejor ver a lo que nos enfrentamos.- Sugiere la joven guerrera tomando lugar en la roda. Mientras se calzaba el escudo y empuñaba su espada, lista para morder la carne de quien se acercara al grupo, agudizaba el oído, pues era quien guiaría su espada por lo menos hasta que haya un atisbo de luz.

Mientra que Windar se disponía a encender el fuego el grupo formaba un círculo. Algo salió de la oscuridad, un leve aleteo mostraba el preludio de una batalla y un par de sombras se materializaron. Uno atacó a uno de los mercenarios contratados por Windar y el otro al propio mediano, que se afanaba por encender el fuego. El primero desciende con rapidez y clava sus garras en el mercenario elfo que recibe una herida para luego alejarse volando de forma repentina. El segundo trata de acercarse al pequeño mediano pero sus compañeros reaccionan y la criatura se aleja volando.

Terminando con la intriga de lo que los acechaba, aparecen dos criaturas con ansias de carne, que uno de ellos en la arremetida sorpresiva deja herido a uno de los mercenarios, el pequeño, se salva por un pelo de ser la cena de los grifos. Asilen sabiendo que sin luz estaba en desventaja, toma posición al lado de Windar, para cuidar de su espalda y asegurarse de que logre el cometido de encender el fuego. - ¡¡VAMOS, VENGAN TODOS AQUÍ, CIERREN EL CIRCULO AL REDEDOR DE WINDAR!! Tú- Señalando al otro mercenario en pie- arrastra a tu compañero al centro del círculo. Y prepárense, el ataque puede ser tanto por aire o por tierra. - y tomando posición defensiva, tiene a su espada lista para dar la estocada en el preciso momento en que aparezcan los enemigos.

Me pongo ne posición de fensa total para hacer mas complicado que me alcancen, mientras intento identificar el tipo de animal que es así como sus fortalezas y debilidades.

"Demonios!!" pensaba mientras observaba a Lacewal tirado en el suelo herido ante un ataque sorpresa. Era mi culpa por no haber encendido la luz que me habían pedido, y ahora estábamos bajo ataque. Primero, hice caso a las palabras de Asilem arrastrando el cuerpo del elfo al centro del circulo que formaba el grupo para después intentar crear el fuego lo mas rápido posible y ampliar el rango de vista de mi aliados.

Mientras el mercenario trata de sujetarse las entrañas, Windar trata torpemente de encender una fogata. El otro mercenario parece férreo en cuanto a voluntad y permanece impasible manteniendo el círculo. De repente se escucha un aleteo y surge una gran criatura sobrevolando el círculo,Asilem rápido trata de golpear la criatura. El impacto es inminente y la criatura grazna emitiendo un sonido que reverbera por toda la ladera. Se hace el silencio.

Con adrenalina fluyendo por su cuerpo como caballo desbocado, la joven, disfrutaba esta sensación, ese salvaje instinto de sobrevivir, vida o muerte, todo queda reducido a ello,y resultar éxitoso...esa seria la fresa de la tarta. Asilem amaba y respetaba estar en batalla. Mirando a todos lados esperando la arremetida de la furiosa criatura, Asilem piensa nueva estrategia. - Quedarse aquí esperando a ser la cena de estas bestias, no me divierte en lo absoluto.- Una de las fieras había sido mordida por acero de la férrea guerrera, esta iba volver y mas enojada. ¿Alguien tiene alguna idea? - habla la joven, al expectante silencio de la batalla. Observando a la nada misma, espera ansiosa clavar el filo de su espada.