Partida Rol por web

Un típico día caluroso de verano en el valle de Elsir, iban los 5 de camino a Drellyns Ferry, una pacífica comunidad que vivía del comercio de los productos que sacaba del bosque colindante; "el bosque embrujado" que adquirió dicho nombre a historias fantásticas de brujas y hechiceros malignos que les contaban a los niños para mantenerlos controlados.

El Dracónido contenía un mapa sobre la ubicación de una fortaleza olvidada hace mucho tiempo, un mapa que daba pistas sobre un tesoro dejado allí por los antiguos residentes.

Andaban cortando el camino a paso firme y constante, con un nuevo integrante que podría ayudar, un Drow solitario y errante, de aspecto arcano, una ayuda que podía ser útil al ya muy variopinto grupo.

Mientras avanzan, aparecen recuerdos en cada uno sobre cómo adquirieron el mapa; de como un Draconido* soldado valiente de una pequeña aldea logró reunir a otros 3 personajes un tanto peculiares, para terminar con el yugo de un malvado Ogro que exigía impuestos onerosos a la aldea; una aldea olvidada por todos y sin protección de algún reino.

Un gran tesoro dejó haber terminado con esa amenaza, objetos mágicos y algunas monedas, pero más satisfacción generaba en algunos la idea de exterminar los goblins súbditos del Ogro.

La realidad vuelve a vosotros cuando a la lejanía se alcanza a observar puntos negros y humo saliendo de esos puntos, sin lugar a dudas era Drellyns Ferry a unas millas más de viaje, quizá a un par de horas, siguiendo el camino.

Nalklyr camina un poco silencioso entre el grupo al que se ha unido.  Llevaban nada más que un día juntos y estaba claro que todavía debía demostrar que podía ayudar al grupo para ganarse su parte del tesoro. No le habían querido contar mucho, tal vez porque ellos mismo no sabían mucho.

- Espero que ese tesoro siga estando ahí, sería una lástima que alguien hubiera llegado antes.

Caminaba junto a mis compañeros y la nueva adquisición, el drow de nombre Nalklyr, hacia la pequeña población de Drellyns Ferry.

-Si el mapa no miente, el tesoro debe estar allí. Le contesté a Narlklyr en tono afable. No sabíamos mucho de él pero parecía un tipo majo, en el que se podía confiar. A lo lejos vimos humo y una sensación de inquietud recorrió mi cuerpo. Mirad alla, hay humo. ¡Puede que haya gente en peligro! Aligeremos la marcha...

Un caluroso día está haciendo en el camino, un camino largo que parece que pronto terminará en un agradable hospedaje. Pero todo parece cortarse con el comentario de nuestro "pequeño" amigo. Miro con detalle para precisar si tiene razón o está desvariando por el calor. Pero evito hacerle ese comentario para no tentar la suerte de recibir una reprimenda por parte de él.

La aguda vista del elfo permite divisar lo que aparentaba ser un extraño acontecimiento, por un momento el corazon se detiene presintiendo lo peor, pero luego el elfo se percata de que son chimeneas de las casas y quemas de pastos que se presentan normalmente en estas épocas para fertilizar el suelo.

Tras un momento de duda, me doy cuenta de que todo está bien. - Me parece que los años te están haciendo mal amigo. Son solo quema de pastos para la próxima cosecha. - Señalando con el dedo las columnas de humo, pero luego bajándolo porque de nada sirve señalar, donde los demás no pueden precisar con detalle. - Ya lo verás cuando estemos más cerca. - Y sigo caminando, buscando un poco de sombra para evitar transpirar tanto por este calor.

- Vaya, creía que tendríamos algo de acción - añade el drow

El viaje continua normalmente, con el sol calentando vuestros cuerpos y el aire quieto que hacía que la incomodidad del calor fuera aún mayor, el sudor nublaba la vista y lo único que pasaba por las mentes era llegar rápidamente a la villa, tomar algo que refrescara las secas gargantas y poder comer una comida decente, ya eran 5 los días que llevaban comiendo raciones secas y pan rancio.

Mientras sus compañeros charlaban Arthurus dedicaba el camino a guardar silencio y a observar la perfecta creacion que los dioses habian realizado del mundo, en especial su amada la Reina Cuervo, pues alli donde se mirase se podia ver su huella.

Podia verse las flores marchitandose, las pequeñas hormigas trabajando en grupo para dar caza a un rival mayor. El ciclo de la vida y la muerte continuaba sin parar. Y precisamente por ir observando alrededor se dio cuenta del estraño destello. Un segundo antes de que todo comenzara, y de pronto las animadas conversaciones y las risas cesaron en su mente, pues estaban apunto de ser emboscados.

-¡Nos atacan!

Solo era humo... me quedé más tranquilo cuando nuestro amigo elfo confirmó que las columnas de humo que habíamos divisado no eran fruto de un incendio. Pero algo en mi me decía que no estabamos a salvo. Un destello llamó mi atención y casi sin darnos tiempo a reaccionar, apareció un grupo de odiosas criaturas a la vez que Arthurus gritaba. Hobgoblins, criaturas que había jurado erradicar de este mundo tan pronto las viera...

-Preparaos todos!

Shamash, que había estado bastante callado, ante el descubrimiento de los hobgoblins y el inminente ataque, no es capaz de reaccionar a tiempo, al no haberlo visto venir.

Solamente le da tiempo a decir algo obvio...

A las armas y Terios, tu y yo al frente de la batalla. El resto formad una segunda línea...

2 pequeños goblins salen de los arbustos, armados con pequeños arcos, atacando a los que se encontraban en la retaguardia.

la primera flecha se clava en un costado del elfo Lanae, causandole 9 puntos de daño.
El segundo arquero lanza su flecha ante el distraído Drow Nelkyr, la cual penetra la ligera armadura y se clava en un brazo causando 8 puntos de daño.

Más adelante, salen 3 figuras más grandes, pero que no demuestran gran fortaleza, se acercan hacia vosotros con mazas en sus manos listos para atacar.

Otro hobgoblin sale de los arbustos a vuestra derecha, con una enorme jabalina que lanza ante el dracónido, pero se estrella en su gruesa armadura, apenas rasguñandola un poco.

Shamash sorprendido ante el repentino ataque, solamente tiene tiempo para sacar su martillo de guerra y empuñarlo con fuerza...

Valor, compañeros... Centrad vuestros ataques a distancía en eliminar al menos un arquero...

 Esos mal nacidos aparecen de entre los árboles y nos bloquean el camino. Sin pensármelo dos veces, avanzo hasta ponerme cara a cara con una de esas bestias...