Partida Rol por web

- No tengo noticias de Bond. - dice el Capitán Maltés - Pero conociéndole, estoy seguro de que será él quien se ponga en contacto con nosotros y no al revés.

El viento, cada vez más agresivo, hizo que el alto personaje tuviese que agarrar su gorra con una de las manos, mientras se cerraba bien el abrigo con la otra. Sin detenerse mucho, besó la mano de Mina y estrechó con fuerza la de Nemo. Y se despidió para partir a bordo del Bostonian mientras Nemo y Mina Harker se metían dentro del submarino, sin saber qué hacer ni a dónde ir.

Pero una vez dentro...

- Alteza - dijo Eddington acercándose desde el puente - Majestad - A Mina le extrañó que se refiriera a Nemo con ese título en vez de cómo a su capitán - Ha llegado un mensaje en código morse. No sabíamos quién lo enviaba, pero al traducir parte del contenido nos hemos dado cuenta de dos cosas: Lo envía el Imperio Británico y, - hizo una pausa mirando a la mujer de abajo a arriba -  Es para ella.

El vigía estiró una mano dejándo un papel en el aire y esperando que Nemo le diese la órden de entregárselo a él o a ella.

-Vaya -musitó Nemo mirando a Mina de soslayo- Pues ya ve, señorita. Cuando quiera podemos contestarles.

Mina lee el telegrama casi sin inmutarse... 

Lo relee una vez más, y tras ello, sonríe al Capitán Nemo, no sin antes tomar nota mental del título por el que había sido llamado unos instantes atrás...

-Bien... Cuanto antes mejor, ¿no es cierto...?-Se acomoda nuevamente el cabello y señala:-Lo mejor será decirles que la reunión ha ido realmente bien.. Y que esperamos instrucciones... ¿No lo cree usted así...? Puesto que yo pensaba que quizás ir a Londres era la mejor idea... Pero quién sabe...-Añade un tanto pensativa, aguardando con una encantadora sonrisa a una respuesta del Capitán... 

-Efectivamente, señora, la reunión ha ido estupendamente bien -comenta Nemo parafraseando lo que había dicho Mina- además de que este viejo lobo de mar ya empieza a aburrirse de tanto tiempo de inactividad. De leer y elucubrar entre las estancias del Nautilus. Echo de menos algo de acción. Es hora de poner rumbo a Londres.

-¡Winters! Vacíen todas las cámaras. Cierren todas las compuertas -Nemo estaba en su salsa repartiendo órdenes desde el puesto de mando, al que había ascendido por una escaleras de caracol- ¡Inunden cámaras de proa! Tres grados inmersión... agárrase, señorita...

La maquinaria del Nautilus se pone en marcha entre rechinar de engranajes y silbido de válvulas. Entonces, lentamente, el enorme submarino empieza a sumergirse.

-Avante a media timón de profundidad a ocho grados... ¡Rumbo Londres, la capital del Imperio!

Juntos vais a la sala de comunicaciones mientras el submarino pone rumbo a las tierras inglesas. Alguno de los tripulantes miraban a Nemo con excepticismo. Dudaban de las intenciones de alguien que odiaba tanto al Imperio. Pero le seguirían a dónde él pidiese. Incluso si fuese una misión suicida.

Entonces Robert, que en ese momento agarraba el comunicador inventado por Nemo para hablar por radiofrecuencia, trataba de entablar conversación con aquellos que habían enviado el mensaje.

- Aqui el Nautilus,... respondan...

La respuesta no se hizo esperar.

- Se....ño...ljkhasd...ta Ha...kkkke...er, ¿me rec....iben? - el sonido era horrible - ¿Está ahi Mina?

Robert le tendió el mando a la mujer.

- In... forme... señor... mo ha... ido... unión? - sonaba muy entrecortado. Nemo fruncia el ceño cuando veía que eso no funcionaba del todo bien. Quizás pudiese arreglar algo la conexión.

Mina intentó agudizar sus sentidos todo cuanto fue capaz, para captar el mensaje, pero lo cierto era que se oía horrendamente mal... 

Miró un momento a Nemo, y señaló, antes de contestar:

-¿Es posible intentar arreglar esto...?-Pero el tiempo corría, y era mejor contestar cuanto antes, siendo que Robert, le había tendido el mando:

-Soy Mina... ¿Me reciben...? Intentaré ser breve: La reunión ha sido un éxito, nos encontramos rumbo a Londres... ¿Alguna novedad...?

Frunce el ceño, a la par que se acomoda levemente el pelo, concentrándose en escuchar todo lo que puedan decir e intentar descifrar el mensaje que les llegue en la radio, pese a las interferencias... 

Un ruido seco acompañó las siguientes palabras que prácticamente escupía el aparato. Parecía que cada grupo de sílabas que sonaban por el altavoz eran sonidos que costaba horrores dejar escapar.

- ...egro mucho, Mina. So... pion...Bond. Des...ien el rum..., repi... desvie... mbo. Debe... diri...se a El Cairo. All... án al se... main. Deben... que se u... usa. Es ne... io que... *clock clock* ...ión. No se fíen. Ire... dicien... entes objetivos a medida... an reun... a los... iga de los Hombres... ios.

Nemo tuerce el bigote en una mueca que le hace las veces de sonrisa. ¡Inextricables son los caminos de Vishnú!, no hay nada mejor que tomar la inciativa para sacar al conejo de la madriguera. Equivocamos rumbo y asoma el tal Bond. Maravilloso. Jodidos ingleses.

-¡Piloto! ¡Corrija el rumbo dos cuartas a estribor! ¡Vamos a El Cairo, no a Londres!

- ¡Aye, Aye, señor! - dijo Pencroff en respuesta a la petición de Nemo mientras movía en círculos una palanca, girándo el navío.

Enseguida, un ruido metálico seguido de otro un poco más fuerte y de un posterior chorro de  vapor de agua, inundaron la habitación. El Nautilus maniobraba con facilidad debido a la cantidad de inventos que Nemo había añadido al submarino, aunque por otro lado tembián debía tenerse en cuenta el numeroso instrumental y personal que requería.

Con un ligero vaivén la nave volvió a enderezarse y Pencroff confirmó que ya estaban en dirección a El Cairo.

Un tanto inexpresiva, Mina intenta descifrar el contenido del mensaje en su totalidad... Aunque algo se le escapa...

Observa cómo Nemo da instrucciones para cambiar el rumbo, y asiente levemente:

-Realmente... Eso es lo único claro por el momento... Pero... Sinceramente... Me preocupa la parte en que "no se fíen"... 

Ceñuda, observa la radio... Ellos no parecían tener intención de arreglarla, así que se esforzó una vez más en preguntar y escuchar:

-No le recibo demasiado bien. ¿De quién o de qué no debemos fiarnos? 

Entrecierra los ojos, como si de esa manera lograse más concentración, y aguarda ansiosa por una respuesta... 

-De los ingleses, querida -bromea Nemo-, no debemos fiarnos de los ingleses...

Apartando ligeramente a Mina, Nemo mira la máquinaria ceñudo. Tratándose de los ingleses, seguramente se tratara de una radio-frecuencia muy protegida y por ello el problema debía de estar en el aparato. Da un par de golpes a la máquina para ver que la señal sigue igual de mal. Mira a un lado y a otro en búsqueda de algo que pudiese generar interferencias, cómo no lo encuentra se pone a revisar en la parte trasera del aparato. Agarra uno de los cables con la boca, mientras tira de otro que es de color azul.

Mina mira sorprendida a su lado, atendiendo a cada moviemiento sin saber nada de lo que está haciendo.

Nemo le pidió algo a su segundo, que salió corriendo a toda prisa. Después cuando éste regresó, Nemo no tuvo sino que cambiar uno de los cables y la máquina funcionó a la perfección. Sólo tenía que reemplazar un cable doble con plomo otro, coaxial, seguramente éste fuera el motivo de las interferencias, eso es algo que sólo Nemo, con su saber mecánico sabría responder.

- ¿Sigue ahi, Miss Harker? - La voz de Champion Bond llegaba ahora muy clara - Digo que deben de ir a buscar al Señor Quatermain. Será un nuevo añadido al grupo. Se encuentra en la ciudad de El Cairo. Encuéntrenle y convénzanle de unirse a nosotros, de unirse a la Liga de los Hombres Extraordinarios. 

Nemo se seca el sudor de la frente con un lienzo que había extraído de una de sus faltriqueras, y se mesa la barba pensativo -¡Vaya cuajo tienen estos ingleses! Nos encomiendan una misión -que todavía desconocemos-, y encima nos toca a nosotros reclutar al equipo necesario para la misma. Y por supuesto, con nuestros medios y fortunas personales -después mira a Mina, en busca de una mirada cómplice- aunque bueno, si ella no ve menoscabo de la honra en la vehemente actitud de los ingleses, Nemo tampoco...

Sonríe de lado a Nemo tras escuchar con claridad las palabras de Champion:

-Vaya... Toda una sorpresa...-Señala satisfecha con el arreglo de la radio, para luego dirigirse a la misma:-Así es.. Sigo aquí... El Cairo, Quatermain... ¿Algo más que se nos olvide? Creí oírle que no debíamos fiarnos de algo o de alguien, pero no logré captar con exactitud sus palabras al respecto...-Añadió pensativa. 

Le había dejado con intriga. Aunque también pudiese que Nemo tuviese razón y no debiesen fiarse ni de ellos. Rió para sí misma con la ocurrencia, y aguardó a que Champion zanjase el tema, y pudiesen "meditar" acerca de su nueva "misión". 

En cierta manera, pese a que no se lo esperaba, el zarpar tan pronto hacia otro sitio, se sentía un tanto emocionada. Moverse de un sitio a otro, significaba aventuras. Y últimamente su vida había sido un tanto... Monótona.. 

Así que no se quejaba. El Cairo estaría bien. 

La radio crepitó unos instantes. Después la voz volvió a surgir clara y alta. Parecía que pese a la avanzada tecnología, la comunicación no era instantánea.

- Digo que tengan cuidado. Quatermain es un hombre persuasible, pero les va a costar. Además, la zona no es excesivamente amistosa. No se fien de nadie. No será difícil dar con él, o eso esperamos. Es un hombre con vicios. Encuentrenle, y rápido. El tiempo apremia. Un saludo, caballeros, señorita.

La comunicación se interrumpió con un ruido sordo, y de nuevo las interferencias se hicieron con el aparato.