Partida Rol por web

La voz cansada de Quatermain deja entender que no le importa en absoluto el nombre de aquellos dos mensajeros...

- Y bien, ¿qué es lo que lleva a dos personas como vosotros a buscarme hasta un lugar como este?

La fatiga se deja ver en el ya bastante mayor rostro del hombre.

La intervención de Nemo había sido más que favorable, puesto que ella ya estaba empezando a perder la calma. 

Asiente a las palabras de él, y cuando Quatermain pregunta, ella señala simplemente:

-¿Qué le llevó a usted a acabar en un sitio como éste?-Le mira directamente a la cara.-Sinceramente... Lo que nos ha traído hasta aquí no es más que quizás alguna promesa...-Mira de reojo a Nemo...-O el simple hecho de cambiar la rutina...-realiza una leve pausa.-Quizás usted pueda encontrar sus propios motivos si decide escucharnos... Como ha dicho el Capitán Nemo, el Imperio no es que sea digno de alabanza por nuestra parte, a decir verdad... Pero quizás podamos sacar beneficios del mismo si trabajamos en equipo... 

Vuelve a callarse durante algunos segundos para retomar la palabra a continuación:

-Sólo puedo decirle que sé que algo se traen entre manos... Y si le necesitan, es porque creen que usted es valioso... Aunque... Creo que usted mismo se está "desvalorizando" un poco, a juzgar...-señala el sitio con una mano...-Por todo esto...

-La verdad es que me gustaría agarrar de las pelotas a ese tal Bond para que cante exactamente para qué nos quiere. Desde luego, parece estar buscando un grupo de gente extraordinaria para algún tipo de misión especial. Lo que no entiendo es cómo no nos ha reunido directamente a todos, en vez de ser nosotros mismos los que tengamos que reunir al grupo, cuando en realidad ignoramos para qué es exactamente. Nemo también está un poco confuso, mas la situación le divierte.

-Sr. Quatermain, vístase, por favor, que muchas veces rejuvenecemos de repente cuando ya creíamos que estábamos demasiado viejos. Esta vida es cíclica, y ahora mismo está en un punto de inflexión que debe aprovechar. No siempre se presentan oportunidades así. Y menos acompañadas de una cara tan bonita -termina Nemo señalando a Mina con la barbilla.

La mirada de Quatermain pasa de Mina a Nemo.

Cuando ambos terminand de hablar su mirada se vuelve aún más sombría de lo que ya estaba. Queda un rato en silencio provocando una situación un tanto incómoda, que pasa a ser exasperante cuando comienza a hablar.

- Con el respeto que merecen agentes del Imperio en estos días- Mira a Mina- Sean por los motivos que sean... Sólo tengo algo que decir: no pienso trabajar para ellos. Nunca. No me vendería a ellos por nada... Así que si ya habéis acabado, me gustaría que me dejáseis en la soledad a la que acostumbro. Ahora.- Recalca esta última palabra con énfasis.

Su mirada baja hacia el suelo y su mente divaga hacia otro pensamiento. Se había quedado sin opio.

Maldición.

Nemo se percata de que un hombretón se abalanza sobre él, pero le propina un fuerte golpe en la cabeza dejándolo semi-inconsciente. Mina se gira al escuchar el ruido ahogado, y en ese momento otro árabe se abalanzaba sobre ella.

Con una destreza poco usual en una dama de su porte, Mina le propina una fuerte patada en la boca del estómago que hace que caiga de lado, pero entonces, el grandullón que había pegado a Nemo saltó sobre ella, agarrándola con sus enormes brazos.

La mujer comenzó a forcejear, con poco éxito. El tipo le sacaba más de una cabeza y media, pese a la importante estatura de la dama. Comenzó a rasgarle el vestido, dejándo al aire uno de sus pechos. Mientras, el hombre que había recibido la patada se bajaba los pantalones y andaba en dirección a ellos.

Parecía una situación complicada. Nemo estaba en el suelo, consciente pero con un gran dolor. Mina no podía soltarse y parecía que nada pudiera salvarle de lo inevitable. Mientras, el viejo Quatermain, permanecía tumbado en la cama, mirando hacia el techo.

Hablas árabe, igual puedes amenazarles... total, hay un grandullón y uno con los pantalones bajados xD

Con una rapidez asombrosa para alguien que ha consumido una dosis elevada de opio, Quatermain deslizó su revólver fuera de la funda y una bala pasó cerca de ambos hombres.

Mina y Nemo escucharon como le decía a gritos algo a los dos tipejos que trataban de violar a la chica.

El árabe más grande de los dos se olvida unos segundos de la dama, para mirar a Quatermain furioso.

- ¿Qué dices yonki de mierda? - responde en árabe - ¿Acaso vas a decirnos lo que podemos o no podemos hacer con una mujer?

E inmediatamente saca un cuchillo saltando sobre Quatermain, que tenía ya el revolver listo. Mina seguía agarrada con el otro hombre, y ahora que el grandullón no le hacía caso, seguramente fuese el momento de soltarse.

Nemo estaba un poco aturdido, pero el arma yacía en el suelo a su lado, y estaba consciente de nuevo, quizás si se diese rápidez en reaccionar...